Esperanza Hermida
Cuando la pretendida hegemonía gubernamental en el movimiento popular se ve amenazada, la institucionalidad actual contraviene la Constitución. En el ámbito sindical lo demuestra la sentencia de la Sala Electoral del TSJ, que el 13/01/2015 suspendió las elecciones en Sutiss, el sindicato de Sidor.
Dejando de lado el artículo 23 constitucional, se violó el Convenio 87 de la OIT que preserva el derecho de las organizaciones sindicales a elegir libremente sus representantes. El convenio establece en su artículo 3º, que las autoridades públicas deben abstenerse de intervenir limitando el ejercicio de este derecho.
La sentencia judicial alega irrespeto a normas del CNE por parte de Sutiss y la presunción de amenaza al derecho de participación invocado por 3 personas. Ahora bien, en Sidor laboran unas 14.000 personas cuyo derecho a elegir sus representantes sindicales, se pospuso. La GNB fue el organismo que desmontó las urnas electorales, conocida la sentencia.
El año pasado, una huelga por la contratación colectiva en Sidor fue asfixiada por el Ministerio del Trabajo, la GNB, tribunales penales y el Sebin, imponiéndose un controvertido acuerdo suscrito por directivos oficialistas de Sutiss y suplentes sin cualidad legal al efecto. Rederick Leiva, Leinys Quijada y Heberto Bastardo están presos por la criminalización de su participación en esta protesta laboral. Y a pesar de todo eso, el Gobierno insiste en controlar el Sutiss.
Pero hoy es muy difícil tal control. Como sucede en los gremios de universitarios y médicos, en el sector municipal y tribunalicio, el oficialismo sindical es abiertamente rechazado, ya que las políticas gubernamentales más recientes han generado un grave retroceso de los derechos laborales.
Si bien este retardo electoral busca evitar la derrota gubernamental en Sutiss, no es menos cierto que se pretende evadir un revés que influya en los próximos comicios parlamentarios de este año. A costa de ello, se sacrifica al movimiento laboral de la siderúrgica.
Al más genuino estilo Jalisco, el Gobierno ahoga la vida sindical de Sidor con mecanismos que nada envidian a las prácticas antisindicales de 1981: si no gana, arrebata.
[Tomado de http://www.derechos.org.ve/2015/01/26/esperanza-hermida-gobernando-a-lo-jalisco/.]
Cuando la pretendida hegemonía gubernamental en el movimiento popular se ve amenazada, la institucionalidad actual contraviene la Constitución. En el ámbito sindical lo demuestra la sentencia de la Sala Electoral del TSJ, que el 13/01/2015 suspendió las elecciones en Sutiss, el sindicato de Sidor.
Dejando de lado el artículo 23 constitucional, se violó el Convenio 87 de la OIT que preserva el derecho de las organizaciones sindicales a elegir libremente sus representantes. El convenio establece en su artículo 3º, que las autoridades públicas deben abstenerse de intervenir limitando el ejercicio de este derecho.
La sentencia judicial alega irrespeto a normas del CNE por parte de Sutiss y la presunción de amenaza al derecho de participación invocado por 3 personas. Ahora bien, en Sidor laboran unas 14.000 personas cuyo derecho a elegir sus representantes sindicales, se pospuso. La GNB fue el organismo que desmontó las urnas electorales, conocida la sentencia.
El año pasado, una huelga por la contratación colectiva en Sidor fue asfixiada por el Ministerio del Trabajo, la GNB, tribunales penales y el Sebin, imponiéndose un controvertido acuerdo suscrito por directivos oficialistas de Sutiss y suplentes sin cualidad legal al efecto. Rederick Leiva, Leinys Quijada y Heberto Bastardo están presos por la criminalización de su participación en esta protesta laboral. Y a pesar de todo eso, el Gobierno insiste en controlar el Sutiss.
Pero hoy es muy difícil tal control. Como sucede en los gremios de universitarios y médicos, en el sector municipal y tribunalicio, el oficialismo sindical es abiertamente rechazado, ya que las políticas gubernamentales más recientes han generado un grave retroceso de los derechos laborales.
Si bien este retardo electoral busca evitar la derrota gubernamental en Sutiss, no es menos cierto que se pretende evadir un revés que influya en los próximos comicios parlamentarios de este año. A costa de ello, se sacrifica al movimiento laboral de la siderúrgica.
Al más genuino estilo Jalisco, el Gobierno ahoga la vida sindical de Sidor con mecanismos que nada envidian a las prácticas antisindicales de 1981: si no gana, arrebata.
[Tomado de http://www.derechos.org.ve/2015/01/26/esperanza-hermida-gobernando-a-lo-jalisco/.]
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