David Jiménez Vargas
“La demanda de bebés y niños es de ordinario muy superior a la oferta (…) Si se permitiera el mercado libre de niños, se eliminaría este desequilibrio y se llevaría a cabo una transferencia de bebés y de niños desde padres que no los quieren o no los cuidan a padres que desean ardientemente tenerlos.”
Estas palabras salieron de la pluma del insigne Murray Rothbard, economista, “filósofo” e “historiador”, considerado el padre teórico de todo el movimiento libertario estadounidense moderno, en el que están adscritos personajes tan diversos como los políticos Ron Paul y Sarah Palin, el guitarrista de Metallica James Hetfield, e incluso el todopoderoso e inmortal karateka Chuck Norris. Se podría decir que en Estados Unidos todo famoso multimillonario catalogado como excéntrico tiene interiorizadas de modo más o menos evidente las ideas de Rothbard; son ricos, no quieren pagar impuestos, y consideran que el Estado pone demasiadas trabas a sus apetencias, que pueden ser deseos tales como comprar un niño o alguno más perentorio, adquirir un hígado porque se lo han machacado a base de bien con el Chivas Regal.
Objetivismo, la masonería para tontos
Rothbard puede ser considerado entre estas celebrities demasiado académico, así que si se les pregunta es probable que nombren a la madre filosófica de la idea, Ayn Rand, la cual ha sido elevada a la condición de filósofa sin saber muy bien porque. Rand no era más que una novelista mediocre que inculcaba en todos sus libros la idea de que el colectivo pobre tenderá a organizarse para sangrar al más dotado individuo (rico), mediante impuestos y la tiranía de la masa estúpida. A través de sus novelas y apariciones se creó una legión de frikazos reunidos bajo un sistema filosófico denominado objetivismo, su propuesta es simple, no hay que dejarse llevar por lo emocional a la hora de crear sistemas políticos o sociales, la razón nos dice que si un tipo es rico, es porque es mejor persona, pensar lo contrario es irracional, no objetivo, el ser humano es egoísta por naturaleza y negar esto para crear sistemas que apoyen al débil o menos afortunado es una aberración.
Por supuesto toda esta basura era un sistema creado ad hoc para una legión de nuevos ricos de los años 50's perturbados por todos los logros de la clase obrera a través del new deal Rooseveltiano. El trasfondo de los delirios de esta perturbada élite se puede entender conociendo su procedencia, Rand era de origen ruso y su familia, acomodada y pudiente en el régimen zarista, tuvo que huir a Estados Unidos en la revolución soviética. Siendo además una persona cargada de complejos y patologías mentales, y si a ello añadimos una máquina de escribir y un público receptivo, la cosa no podía acabar de otro modo.
El objetivismo se construye a partir de la premisa de que la razón es la base de sus ideas, así que cualquier otro modo de ver el mundo es simplemente erróneo. A = A, así que si piensas que estoy equivocado crees que A = B, te dejas llevar por la emoción. Crean un silogismo deductivo tramposo en el que se cierra el debate de sus ideas desde el comienzo, y ahí se demuestra que para considerar a Rand como filósofa, hay que ser un estafador o estar muy ciego.
En Estados Unidos siempre han surgido movimientos similares al objetivismo, todos con envases distintos; religión, filosofía, política, pero compartiendo el mismo objetivo; creer en ti mismo, creer en el dinero como base fundamental de la vida de cada uno, aspirar a ser un ganador y despreciar a la masa perdedora, también odiarte a ti mismo si acabas formando parte del segundo grupo y aceptar tu destino de vuelta al vulgo idiota, echándole tal vez la culpa a una minoría a la que el gobierno-super-estado supuestamente favorece; mujeres, negros, mexicanos…
Aunque Rand influyo de modo notable en la concepción del anarcocapitalismo, ella no lo era y abogaba por un sistema minarquista, con un gobierno mínimo de élites sin democracia, la defensa de la propiedad privada y un laissez faire absoluto. Mantuvo contacto con Rothbard, pero el carácter difícil de la “escritora” por su ego y la adicción a las anfetaminas rompieron la amistad.
Como acto final de “karma bitch”, y después de toda una vida hablando en los términos antedichos, Rand pasó sus últimos días en una miseria casi absoluta y tuvo que depender del cheque social, que iba a cobrar a hurtadillas.
Falsos orígenes del anarcocapitalismo
Lo primero que se nos viene a la cabeza a la gente de bien cuando oímos la palabra “libertario”, son los escritos de los filósofos anarquistas Mijail Bakunin, Pierre-Joseph Proudhon o Kropotkin. Pero el anarcocapitalista retuerce la historia y la “revisa” de modo torticero para convertir a todos estos pensadores en una suerte de “estatistas” propagadores de la idea colectivista opresora, para ellos Stalin y Bakunin eran básicamente iguales. Prefieren fijar más su atención en los escritos del anarco individualista Max Stirner, filósofo alemán cuyas ideas profundizan en el egoísmo o solipsismo moral.
En realidad Stirner era un tipo bastante bipolar, sus ideas políticas y filosóficas cambiaban dependiendo de cómo tuviese el día, se ve de modo evidente leyendo sus escritos y tranzando una línea temporal con los mismos, pero si analizamos su obra globalmente debería ser considerado de izquierdas. Quedarse con que era egoísta para justificar la propiedad privada y la plusvalía, es algo que sólo puede hacer un indigente mental con muy malas intenciones.
Otro anarquista individualista que los anarcocapitalistas no dudan en usar de modo erróneo e interesado es Lysander Spooner, convencido abolicionista de la esclavitud y opositor a la plusvalía y el concepto de trabajo asalariado. Las ideas de Spooner estaban enmarcadas dentro del libertarismo de izquierdas, de libre mercado sin explotación originado por el anarquista francés Pierre-Joseph Proudhon y sus ideas en el contexto de un anarquismo mutualista, donde el crédito común sin usura sería proporcionado de modo fácil para que cada cual desarrollara sus actividades siendo su propio jefe, por solitario o en cooperativa.
La preocupación de Spooner por los esclavos continúo después de la abolición, pues tuvo una genuina preocupación por el esclavo liberado y la explotación a la que era sometido, sobre lo cual escribió:
“Estos esclavos liberados, como eran llamados, eran entonces apenas menos esclavos de lo que eran anteriormente. Sus medios de vida eran quizá incluso más precarios que cuando tenían amos, quienes estaban interesados en que aquéllos siguieran vivos.”
Las constantes referencias al libre mercado de Spooner, y su visión del Estado como bestia que roba la libertad y la propiedad al trabajador, sirvieron para dar alas a la imaginación maliciosa de los anarcocapitalistas.
Orígenes reales, la escuela de Viena
Según los ultraliberales de derechas, el socialismo y la idea de plusvalía de Marx fueron refutados ya en el S.XIX por Böhm-Bawerk, el gran impulsor y creador del germen de lo que luego sería la escuela austriaca de economía, también llamada la escuela de Viena. La refutación de Böhm-Bawerk es una hilera de perlas que no tratan de convencer más que al ya convencido. Por ejemplo:
“Es falso que todos los bienes intercambiados sean productos del trabajo. Por ejemplo, los recursos naturales tienen valor y son intercambiados, pero no son producto de ningún trabajo.”
Es decir, la extracción de materias primas no supone ningún trabajo, te agachas y las recoges del suelo, se podría considerar esto como una apelación al ridículo, pero no lo es, el mayor representante de la escuela austriaca de economía en España, el anarcocapitalista Jesús Huerta de Soto se ha encargado de expresarlo en esos términos de modo exacto.
Böhm-Bawerk continúa obviando el trabajo como método de valorar las cosas con poco acierto durante toda su refutación, obviando una y otra vez que Marx en su modo de plantear el valor de los bienes y productos introduce la justicia social en la ecuación. Böhm-Bawerk únicamente valora la demanda y la escasez del producto e insiste en que Marx no lo hace.
Tenía otros argumentos igualmente simpáticos, como que los capitalistas ayudan a los trabajadores con ingresos, antes de que la producción genere ingresos. Como si las empresas cerraran y volviesen a abrir todos los meses sin capital previo acumulado, o como si el riesgo empresarial tuviese que correr por parte del asalariado.
El economista austriaco (de nacimiento) marxista Rudolf Hilferding, refuto la crítica de Böhm-Bawerk de modo bastante contundente. Aplicando el sentido común Hilferding saca a relucir las enormes falacias de Böhm-Bawerk, el cual no sólo obvia el trabajo de extracción de recursos naturales, sino además también considera que su procesamiento o refinamiento se hace mágicamente y que no son bienes en sí mismos, propiedad de corporaciones, Böhm-Bawerk sostenía que eran “regalos de la naturaleza”, como un maná divino que sólo hay que recoger cuando cae del cielo. Además criticaba el considerar el modo subjetivo de ver las cosas como dogma, al ser algo que no puede cuantificarse, al contrario que las necesidades básicas de la gente, que son fácilmente valorables.
Ya entrados en el S.XX la escuela austriaca encuentra a sus dos representantes más ilustres; Friedrich Hayek y Ludwig von Mises. Este último desarrollo el concepto de cálculo económico, según el cual sólo bajo el prisma de la propiedad privada de los medios de producción, es posible dicho cálculo, puesto que si es el Estado o una comunidad la que los posee y gestiona, siempre errará, al ser incapaz de poner precios adecuados a los productos y bienes.
De tal modo, sólo las empresas pueden entender nuestras necesidades, y cualquier intento de que esto lo haga el Estado o una comunidad a través del socialismo siempre será fallido, por este extraño camino pretendía refutar el socialismo y demostrar su imposibilidad. Mises no sólo quería pulirse a los partidarios del socialismo planificado o comunismo, sino además a los libertarios de izquierdas, los keynesianos y los socialdemócratas, y todo ello de un modo absoluto, sin fisuras, creado y aceptado como dogma. Por ejemplo, si el Estado o la comunidad pretendieran regular el precio de la electricidad, esto acarrearía siempre una descompensación entre su valor real de producción y el que se quiere dar a esos pobres vagos que no trabajan lo suficiente y quieren luz casi gratis. Esto es otra muestra de cómo les gusta a todos ellos jugar con las palabras y llamar cálculo económico a una idea que básicamente consiste en reducir la valoración numérica y no en promoverla, tal y como hacía Rand llamando objetivismo a sus locas ideas.
En ningún momento ni Mises ni Hayek se plantean que las empresas pueden pactar o crear monopolios, para ellos es sólo la injerencia del Estado a través de un “socialismo de ricos” el que beneficia a determinadas compañías y perjudica a otras. Si una empresa tiene ganancias es porque ofrece productos de calidad a precios competitivos, jamás porque pacte precios con otras para hundir a compañías más pequeñas o recurra a la explotación de pobres para vender a ricos, son situaciones que simplemente no recogen ni valoran dentro de los marcos de sus hipótesis.
Para los economistas austriacos, el laissez faire y la mano invisible regulan de modo eficiente no sólo la economía, sino además la ecología y las necesidades básicas de las personas. Según sus criterios, la llamada ingeniería social; el marxismo, la social democracia o cualquier otro sistema planificado de organización complejo entre humanos es simple y llanamente error y dictadura. Aquí es donde se deja entrever de modo más evidente el “todo”, la base, esta es atribuir a sus ideas cualidades cuasi mágicas, quedando claro que es una pseudociencia sin más pretensión que eliminar límites de acción a las empresas para disparar la plusvalía según su conveniencia.
Los fanboys de Hayek quieren ocultar a toda costa que el economista fue un admirador con pocas objeciones de Augusto Pinochet, en un comienzo Hayek se catalogaba como demócrata, creía en un gobierno limitado con sufragio universal, economía desregularizada y garantías básicas. Pero observar a Chile y comprobar que el pueblo muchas veces puede aspirar a más justicia social cambió su parecer, la masa siempre tenderá al socialismo, es mejor una dictadura liberal.
Praxeología y Acción humana
La base fundamental del pensamiento “vienes” es la praxeología, método de pensamiento que aplicado a la economía se resume en estos puntos:
° La economía no es una ciencia natural, es una ciencia social.
° Como ciencia social se descarta el uso de la observación y el empirismo para extraer conclusiones.
° Estudiar el comportamiento humano es fútil, las variables son demasiadas, y si además se sabe observado será imposible actuar de modo normal.
° Por los mismos motivos no se pueden sacar conclusiones válidas a través de la historia (sin embargo no tienen empachos en juzgar el socialismo a través de una interpretación interesada de la historia de la URSS).
° El ser humano se mueve por sus propios deseos, los cuales pueden o no tener lógica, así que intentar deducirlos no conduce a nada.
° Rechazo del positivismo dentro de la economía; a la mierda las matemáticas y la estadística.
° Es más importante la necesidad de unos pocos si genera más beneficio, que la necesidad colectiva, aunque sea vital para la propia supervivencia.
Así entonces, la deducción correcta del comportamiento humano, es la que hace un señor blanco, de mediana edad, racista y de ultraderecha en la intimidad de su hogar, sin observar más datos ni atender más opiniones, valorando los entresijos del mundo a través de sus prejuicios.
Contrato voluntario
Para los anarcocapitalistas, existen tres pilares sagrados y fundamentales en las relaciones humanas; el contrato voluntario, la propiedad privada y el pacto de no agresión.
El truco de la “voluntariedad” del contrato está en obviar completamente el contexto en el cual se firma, para ellos no existe explotación si alguien trabaja 16 horas al día para un capitalista a cambio de un bocata de chóped de aceitunas, puesto que el acuerdo ha sido voluntario y el asalariado va a emplear los medios de producción del capitalista, los cuales son propiedad privada.
Como contexto podríamos valorar la situación de necesidad del empleado o la injusta proporción de sueldo-beneficio con una plusvalía de la hostia. Hechos y datos que no importan al seguidor de la corriente austriaca o anarcocapitalista. Son cínicos hasta un nivel Dios, consideran que si el Estado regula las relaciones empresario-trabajador está ejerciendo la violencia y oprimiendo al capitalista, sin embargo a esa extracción abusona de plusvalía la denominan intercambio voluntario y pacífico. Para ellos la violencia se comete cuando se obliga a un capitalista a pagar impuestos, si el trabajador está en una situación de desventaja negociadora, es su problema, puesto que ha regido el derecho natural (bajo su interpretación), el único válido bajo ese sistema, ignorando completamente si este “acuerdo”, pudiera ser un contrato leonino.
Poniendo a la propiedad privada en un contexto histórico inventan un término llamado apropiación original, según el cual cualquiera es dueño de los recursos o tierras sobre los que nadie haya ejercido un trabajo de modo previo, bajo esta excusa justifican las colonizaciones y apropiación de grandes empresas de recursos naturales; la empresa ha invertido dinero y esfuerzo en la apropiación, así que es suyo.
En cuanto a la colonización, vamos a citar a Rand: “los nativos americanos eran salvajes, por lo que los colonizadores europeos tenían derecho a apoderarse de sus tierras porque las tribus nativas no reconocían los derechos individuales”. Así que con una cita se aprecia que sólo reconocen la propiedad privada de las personas consideradas “superiores”. Del mismo modo se justifica la colonización y apropiación de recursos en África y la extracción de los llamados diamantes de sangre.
También se valora de forma posmoderna y relativista el trabajo infantil en el Tercer Mundo, puesto que para ellos es una forma de progreso, si las multinacionales no dieran trabajo a los niños, probablemente morirían de hambre o tendrían que prostituirse. En esta valoración obvian juzgar a la multinacional, puesto que es su propiedad privada y con ella hacen lo que quieren. Siempre que les atosigues con el tema te responderán que los niños pueden vender limonada los fines de semana para sacar dinero y que si estás en contra eres un fascista.
Rednecks y escuela de Viena, anarcocapitalismo al fin
Rothbard fue alumno de Mises, pero entendía que un movimiento polarizador de clases como era el neoconservadurismo se iba a topar de modo machacón con las dificultades de vender esos conceptos entre las clases más desfavorecidas, él tuvo la idea de “empoderar” no al colectivo, sino al individuo, pero de manera fraudulenta, puesto que sabemos que el objetivo final era el mismo; definir los estratos sociales, eliminar las clases medias, hacer creer a los pobres que corriendo en la rueda como hámsteres podrían ser ricos y eliminar las barreras gubernamentales a los ricos para caer en una especie de neofeudalismo de grandes compañías.
Durante años Rothbard mantuvo una pública oposición a la guerra de Vietnam e incluso demostró simpatías fenómeno Black Power, todo con la intención de que otros izquierdistas sufrieran la misma transformación por la que pasó él [que había renegado del trotskismo]. ¿Qué ocurrió?, toda la estrategia fue un completo fracaso. Probó incluso expandir sus ideas entre los derechistas del partido libertario (homólogos del P-Lib español), en el que militó durante las décadas 60s y 70s, pero el número de adeptos que lograba captar era escaso, así que buscó otro público.
Rothbard abraza la idea del paleolibertarismo, que mantiene posiciones completamente simétricas con el paleofascismo. Poco más hace falta añadir, siendo judío en 1992 demostró un apoyo público al ex Ku Klux Klan David Duke. Duke había obtenido la mayoría del voto blanco racista en Louisiana mostrándose como un populista de derechas, Rothbard se manifiesta como tal y aboga por una unión de los blancos racistas rednecks como modelo para lograr el sueño blanco libertario de los pioneros norteamericanos.
El campo estaba abonado, el movimiento era simple. Las minorías de etnia perezosa querían vivir a costa del esfuerzo del blanco honrado y trabajador, la culpa era del colectivismo y la injerencia del estado en los asuntos privados del ario, al que oprimían y mataban a impuestos, eliminando de esta forma el origen pionero y emprendedor de los primeros americanos (los indios no cuentan) y enrocando de este modo tan sencillo con todos los gañanes del Tea Party.
[Versión resumida de texto publicado originalmente en http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/anarcocapitalismo-para-dummies.]
“La demanda de bebés y niños es de ordinario muy superior a la oferta (…) Si se permitiera el mercado libre de niños, se eliminaría este desequilibrio y se llevaría a cabo una transferencia de bebés y de niños desde padres que no los quieren o no los cuidan a padres que desean ardientemente tenerlos.”
Estas palabras salieron de la pluma del insigne Murray Rothbard, economista, “filósofo” e “historiador”, considerado el padre teórico de todo el movimiento libertario estadounidense moderno, en el que están adscritos personajes tan diversos como los políticos Ron Paul y Sarah Palin, el guitarrista de Metallica James Hetfield, e incluso el todopoderoso e inmortal karateka Chuck Norris. Se podría decir que en Estados Unidos todo famoso multimillonario catalogado como excéntrico tiene interiorizadas de modo más o menos evidente las ideas de Rothbard; son ricos, no quieren pagar impuestos, y consideran que el Estado pone demasiadas trabas a sus apetencias, que pueden ser deseos tales como comprar un niño o alguno más perentorio, adquirir un hígado porque se lo han machacado a base de bien con el Chivas Regal.
Objetivismo, la masonería para tontos
Rothbard puede ser considerado entre estas celebrities demasiado académico, así que si se les pregunta es probable que nombren a la madre filosófica de la idea, Ayn Rand, la cual ha sido elevada a la condición de filósofa sin saber muy bien porque. Rand no era más que una novelista mediocre que inculcaba en todos sus libros la idea de que el colectivo pobre tenderá a organizarse para sangrar al más dotado individuo (rico), mediante impuestos y la tiranía de la masa estúpida. A través de sus novelas y apariciones se creó una legión de frikazos reunidos bajo un sistema filosófico denominado objetivismo, su propuesta es simple, no hay que dejarse llevar por lo emocional a la hora de crear sistemas políticos o sociales, la razón nos dice que si un tipo es rico, es porque es mejor persona, pensar lo contrario es irracional, no objetivo, el ser humano es egoísta por naturaleza y negar esto para crear sistemas que apoyen al débil o menos afortunado es una aberración.
Por supuesto toda esta basura era un sistema creado ad hoc para una legión de nuevos ricos de los años 50's perturbados por todos los logros de la clase obrera a través del new deal Rooseveltiano. El trasfondo de los delirios de esta perturbada élite se puede entender conociendo su procedencia, Rand era de origen ruso y su familia, acomodada y pudiente en el régimen zarista, tuvo que huir a Estados Unidos en la revolución soviética. Siendo además una persona cargada de complejos y patologías mentales, y si a ello añadimos una máquina de escribir y un público receptivo, la cosa no podía acabar de otro modo.
El objetivismo se construye a partir de la premisa de que la razón es la base de sus ideas, así que cualquier otro modo de ver el mundo es simplemente erróneo. A = A, así que si piensas que estoy equivocado crees que A = B, te dejas llevar por la emoción. Crean un silogismo deductivo tramposo en el que se cierra el debate de sus ideas desde el comienzo, y ahí se demuestra que para considerar a Rand como filósofa, hay que ser un estafador o estar muy ciego.
En Estados Unidos siempre han surgido movimientos similares al objetivismo, todos con envases distintos; religión, filosofía, política, pero compartiendo el mismo objetivo; creer en ti mismo, creer en el dinero como base fundamental de la vida de cada uno, aspirar a ser un ganador y despreciar a la masa perdedora, también odiarte a ti mismo si acabas formando parte del segundo grupo y aceptar tu destino de vuelta al vulgo idiota, echándole tal vez la culpa a una minoría a la que el gobierno-super-estado supuestamente favorece; mujeres, negros, mexicanos…
Aunque Rand influyo de modo notable en la concepción del anarcocapitalismo, ella no lo era y abogaba por un sistema minarquista, con un gobierno mínimo de élites sin democracia, la defensa de la propiedad privada y un laissez faire absoluto. Mantuvo contacto con Rothbard, pero el carácter difícil de la “escritora” por su ego y la adicción a las anfetaminas rompieron la amistad.
Como acto final de “karma bitch”, y después de toda una vida hablando en los términos antedichos, Rand pasó sus últimos días en una miseria casi absoluta y tuvo que depender del cheque social, que iba a cobrar a hurtadillas.
Falsos orígenes del anarcocapitalismo
Lo primero que se nos viene a la cabeza a la gente de bien cuando oímos la palabra “libertario”, son los escritos de los filósofos anarquistas Mijail Bakunin, Pierre-Joseph Proudhon o Kropotkin. Pero el anarcocapitalista retuerce la historia y la “revisa” de modo torticero para convertir a todos estos pensadores en una suerte de “estatistas” propagadores de la idea colectivista opresora, para ellos Stalin y Bakunin eran básicamente iguales. Prefieren fijar más su atención en los escritos del anarco individualista Max Stirner, filósofo alemán cuyas ideas profundizan en el egoísmo o solipsismo moral.
En realidad Stirner era un tipo bastante bipolar, sus ideas políticas y filosóficas cambiaban dependiendo de cómo tuviese el día, se ve de modo evidente leyendo sus escritos y tranzando una línea temporal con los mismos, pero si analizamos su obra globalmente debería ser considerado de izquierdas. Quedarse con que era egoísta para justificar la propiedad privada y la plusvalía, es algo que sólo puede hacer un indigente mental con muy malas intenciones.
Otro anarquista individualista que los anarcocapitalistas no dudan en usar de modo erróneo e interesado es Lysander Spooner, convencido abolicionista de la esclavitud y opositor a la plusvalía y el concepto de trabajo asalariado. Las ideas de Spooner estaban enmarcadas dentro del libertarismo de izquierdas, de libre mercado sin explotación originado por el anarquista francés Pierre-Joseph Proudhon y sus ideas en el contexto de un anarquismo mutualista, donde el crédito común sin usura sería proporcionado de modo fácil para que cada cual desarrollara sus actividades siendo su propio jefe, por solitario o en cooperativa.
La preocupación de Spooner por los esclavos continúo después de la abolición, pues tuvo una genuina preocupación por el esclavo liberado y la explotación a la que era sometido, sobre lo cual escribió:
“Estos esclavos liberados, como eran llamados, eran entonces apenas menos esclavos de lo que eran anteriormente. Sus medios de vida eran quizá incluso más precarios que cuando tenían amos, quienes estaban interesados en que aquéllos siguieran vivos.”
Las constantes referencias al libre mercado de Spooner, y su visión del Estado como bestia que roba la libertad y la propiedad al trabajador, sirvieron para dar alas a la imaginación maliciosa de los anarcocapitalistas.
Orígenes reales, la escuela de Viena
Según los ultraliberales de derechas, el socialismo y la idea de plusvalía de Marx fueron refutados ya en el S.XIX por Böhm-Bawerk, el gran impulsor y creador del germen de lo que luego sería la escuela austriaca de economía, también llamada la escuela de Viena. La refutación de Böhm-Bawerk es una hilera de perlas que no tratan de convencer más que al ya convencido. Por ejemplo:
“Es falso que todos los bienes intercambiados sean productos del trabajo. Por ejemplo, los recursos naturales tienen valor y son intercambiados, pero no son producto de ningún trabajo.”
Es decir, la extracción de materias primas no supone ningún trabajo, te agachas y las recoges del suelo, se podría considerar esto como una apelación al ridículo, pero no lo es, el mayor representante de la escuela austriaca de economía en España, el anarcocapitalista Jesús Huerta de Soto se ha encargado de expresarlo en esos términos de modo exacto.
Böhm-Bawerk continúa obviando el trabajo como método de valorar las cosas con poco acierto durante toda su refutación, obviando una y otra vez que Marx en su modo de plantear el valor de los bienes y productos introduce la justicia social en la ecuación. Böhm-Bawerk únicamente valora la demanda y la escasez del producto e insiste en que Marx no lo hace.
Tenía otros argumentos igualmente simpáticos, como que los capitalistas ayudan a los trabajadores con ingresos, antes de que la producción genere ingresos. Como si las empresas cerraran y volviesen a abrir todos los meses sin capital previo acumulado, o como si el riesgo empresarial tuviese que correr por parte del asalariado.
El economista austriaco (de nacimiento) marxista Rudolf Hilferding, refuto la crítica de Böhm-Bawerk de modo bastante contundente. Aplicando el sentido común Hilferding saca a relucir las enormes falacias de Böhm-Bawerk, el cual no sólo obvia el trabajo de extracción de recursos naturales, sino además también considera que su procesamiento o refinamiento se hace mágicamente y que no son bienes en sí mismos, propiedad de corporaciones, Böhm-Bawerk sostenía que eran “regalos de la naturaleza”, como un maná divino que sólo hay que recoger cuando cae del cielo. Además criticaba el considerar el modo subjetivo de ver las cosas como dogma, al ser algo que no puede cuantificarse, al contrario que las necesidades básicas de la gente, que son fácilmente valorables.
Ya entrados en el S.XX la escuela austriaca encuentra a sus dos representantes más ilustres; Friedrich Hayek y Ludwig von Mises. Este último desarrollo el concepto de cálculo económico, según el cual sólo bajo el prisma de la propiedad privada de los medios de producción, es posible dicho cálculo, puesto que si es el Estado o una comunidad la que los posee y gestiona, siempre errará, al ser incapaz de poner precios adecuados a los productos y bienes.
De tal modo, sólo las empresas pueden entender nuestras necesidades, y cualquier intento de que esto lo haga el Estado o una comunidad a través del socialismo siempre será fallido, por este extraño camino pretendía refutar el socialismo y demostrar su imposibilidad. Mises no sólo quería pulirse a los partidarios del socialismo planificado o comunismo, sino además a los libertarios de izquierdas, los keynesianos y los socialdemócratas, y todo ello de un modo absoluto, sin fisuras, creado y aceptado como dogma. Por ejemplo, si el Estado o la comunidad pretendieran regular el precio de la electricidad, esto acarrearía siempre una descompensación entre su valor real de producción y el que se quiere dar a esos pobres vagos que no trabajan lo suficiente y quieren luz casi gratis. Esto es otra muestra de cómo les gusta a todos ellos jugar con las palabras y llamar cálculo económico a una idea que básicamente consiste en reducir la valoración numérica y no en promoverla, tal y como hacía Rand llamando objetivismo a sus locas ideas.
En ningún momento ni Mises ni Hayek se plantean que las empresas pueden pactar o crear monopolios, para ellos es sólo la injerencia del Estado a través de un “socialismo de ricos” el que beneficia a determinadas compañías y perjudica a otras. Si una empresa tiene ganancias es porque ofrece productos de calidad a precios competitivos, jamás porque pacte precios con otras para hundir a compañías más pequeñas o recurra a la explotación de pobres para vender a ricos, son situaciones que simplemente no recogen ni valoran dentro de los marcos de sus hipótesis.
Para los economistas austriacos, el laissez faire y la mano invisible regulan de modo eficiente no sólo la economía, sino además la ecología y las necesidades básicas de las personas. Según sus criterios, la llamada ingeniería social; el marxismo, la social democracia o cualquier otro sistema planificado de organización complejo entre humanos es simple y llanamente error y dictadura. Aquí es donde se deja entrever de modo más evidente el “todo”, la base, esta es atribuir a sus ideas cualidades cuasi mágicas, quedando claro que es una pseudociencia sin más pretensión que eliminar límites de acción a las empresas para disparar la plusvalía según su conveniencia.
Los fanboys de Hayek quieren ocultar a toda costa que el economista fue un admirador con pocas objeciones de Augusto Pinochet, en un comienzo Hayek se catalogaba como demócrata, creía en un gobierno limitado con sufragio universal, economía desregularizada y garantías básicas. Pero observar a Chile y comprobar que el pueblo muchas veces puede aspirar a más justicia social cambió su parecer, la masa siempre tenderá al socialismo, es mejor una dictadura liberal.
Praxeología y Acción humana
La base fundamental del pensamiento “vienes” es la praxeología, método de pensamiento que aplicado a la economía se resume en estos puntos:
° La economía no es una ciencia natural, es una ciencia social.
° Como ciencia social se descarta el uso de la observación y el empirismo para extraer conclusiones.
° Estudiar el comportamiento humano es fútil, las variables son demasiadas, y si además se sabe observado será imposible actuar de modo normal.
° Por los mismos motivos no se pueden sacar conclusiones válidas a través de la historia (sin embargo no tienen empachos en juzgar el socialismo a través de una interpretación interesada de la historia de la URSS).
° El ser humano se mueve por sus propios deseos, los cuales pueden o no tener lógica, así que intentar deducirlos no conduce a nada.
° Rechazo del positivismo dentro de la economía; a la mierda las matemáticas y la estadística.
° Es más importante la necesidad de unos pocos si genera más beneficio, que la necesidad colectiva, aunque sea vital para la propia supervivencia.
Así entonces, la deducción correcta del comportamiento humano, es la que hace un señor blanco, de mediana edad, racista y de ultraderecha en la intimidad de su hogar, sin observar más datos ni atender más opiniones, valorando los entresijos del mundo a través de sus prejuicios.
Contrato voluntario
Para los anarcocapitalistas, existen tres pilares sagrados y fundamentales en las relaciones humanas; el contrato voluntario, la propiedad privada y el pacto de no agresión.
El truco de la “voluntariedad” del contrato está en obviar completamente el contexto en el cual se firma, para ellos no existe explotación si alguien trabaja 16 horas al día para un capitalista a cambio de un bocata de chóped de aceitunas, puesto que el acuerdo ha sido voluntario y el asalariado va a emplear los medios de producción del capitalista, los cuales son propiedad privada.
Como contexto podríamos valorar la situación de necesidad del empleado o la injusta proporción de sueldo-beneficio con una plusvalía de la hostia. Hechos y datos que no importan al seguidor de la corriente austriaca o anarcocapitalista. Son cínicos hasta un nivel Dios, consideran que si el Estado regula las relaciones empresario-trabajador está ejerciendo la violencia y oprimiendo al capitalista, sin embargo a esa extracción abusona de plusvalía la denominan intercambio voluntario y pacífico. Para ellos la violencia se comete cuando se obliga a un capitalista a pagar impuestos, si el trabajador está en una situación de desventaja negociadora, es su problema, puesto que ha regido el derecho natural (bajo su interpretación), el único válido bajo ese sistema, ignorando completamente si este “acuerdo”, pudiera ser un contrato leonino.
Poniendo a la propiedad privada en un contexto histórico inventan un término llamado apropiación original, según el cual cualquiera es dueño de los recursos o tierras sobre los que nadie haya ejercido un trabajo de modo previo, bajo esta excusa justifican las colonizaciones y apropiación de grandes empresas de recursos naturales; la empresa ha invertido dinero y esfuerzo en la apropiación, así que es suyo.
En cuanto a la colonización, vamos a citar a Rand: “los nativos americanos eran salvajes, por lo que los colonizadores europeos tenían derecho a apoderarse de sus tierras porque las tribus nativas no reconocían los derechos individuales”. Así que con una cita se aprecia que sólo reconocen la propiedad privada de las personas consideradas “superiores”. Del mismo modo se justifica la colonización y apropiación de recursos en África y la extracción de los llamados diamantes de sangre.
También se valora de forma posmoderna y relativista el trabajo infantil en el Tercer Mundo, puesto que para ellos es una forma de progreso, si las multinacionales no dieran trabajo a los niños, probablemente morirían de hambre o tendrían que prostituirse. En esta valoración obvian juzgar a la multinacional, puesto que es su propiedad privada y con ella hacen lo que quieren. Siempre que les atosigues con el tema te responderán que los niños pueden vender limonada los fines de semana para sacar dinero y que si estás en contra eres un fascista.
Rednecks y escuela de Viena, anarcocapitalismo al fin
Rothbard fue alumno de Mises, pero entendía que un movimiento polarizador de clases como era el neoconservadurismo se iba a topar de modo machacón con las dificultades de vender esos conceptos entre las clases más desfavorecidas, él tuvo la idea de “empoderar” no al colectivo, sino al individuo, pero de manera fraudulenta, puesto que sabemos que el objetivo final era el mismo; definir los estratos sociales, eliminar las clases medias, hacer creer a los pobres que corriendo en la rueda como hámsteres podrían ser ricos y eliminar las barreras gubernamentales a los ricos para caer en una especie de neofeudalismo de grandes compañías.
Durante años Rothbard mantuvo una pública oposición a la guerra de Vietnam e incluso demostró simpatías fenómeno Black Power, todo con la intención de que otros izquierdistas sufrieran la misma transformación por la que pasó él [que había renegado del trotskismo]. ¿Qué ocurrió?, toda la estrategia fue un completo fracaso. Probó incluso expandir sus ideas entre los derechistas del partido libertario (homólogos del P-Lib español), en el que militó durante las décadas 60s y 70s, pero el número de adeptos que lograba captar era escaso, así que buscó otro público.
Rothbard abraza la idea del paleolibertarismo, que mantiene posiciones completamente simétricas con el paleofascismo. Poco más hace falta añadir, siendo judío en 1992 demostró un apoyo público al ex Ku Klux Klan David Duke. Duke había obtenido la mayoría del voto blanco racista en Louisiana mostrándose como un populista de derechas, Rothbard se manifiesta como tal y aboga por una unión de los blancos racistas rednecks como modelo para lograr el sueño blanco libertario de los pioneros norteamericanos.
El campo estaba abonado, el movimiento era simple. Las minorías de etnia perezosa querían vivir a costa del esfuerzo del blanco honrado y trabajador, la culpa era del colectivismo y la injerencia del estado en los asuntos privados del ario, al que oprimían y mataban a impuestos, eliminando de esta forma el origen pionero y emprendedor de los primeros americanos (los indios no cuentan) y enrocando de este modo tan sencillo con todos los gañanes del Tea Party.
[Versión resumida de texto publicado originalmente en http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/anarcocapitalismo-para-dummies.]
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