Luciérnaga
Ácrata
Ya es parte la dinámica actual del venezolano,
que al toparse con algún conocido y cruzar un par de comentarios, no pueden faltar
aquellos relacionados con la situación actual. No importa del bando político
que seas o con quien milites, siempre se te va a escapar
un comentario sobre la escasez, la inseguridad u otro problema actual. Sin
embargo, algo que también ocurre siempre es que inmediatamente volvemos a
nuestras dinámicas diarias como si nada estuviera sucediendo.
Si habitualmente buscamos hacer frente a
las dinámicas de dominación cotidianas, no podemos dejar de reconocer que al
sólo quejarnos de lo que sucede, estamos igualmente frente a una señal de que seguimos
siendo dominados. La queja en sí procede de un espacio mental que está dedicado
a mantener flotando un montón de ideas alrededor de algo, que parece ser un
problema que nadie se encarga de solucionar. Este espacio mental sólo alberga
las consecuencias de las cosas, los síntomas. Trata de analizar las causas pero todas se enfocan en los efectos
sin llegar a la raíz, al origen. Por eso nos encanta leer los análisis de
opinión de "otros", los que saben de eso. Ellos sí tienen respuestas.
Esos análisis hechizan porque además nos dan contenidos para tertulias futuras
cuando nos encontremos con otro colega. Y así vamos pescando quejas y
evidencias aquí y allá, y formamos en nuestro espacio mental la arquitectura de
las cosas. Y ¡listo! ya entendimos todo. Ya calificamos a todos y todo. Tenemos
todas las respuestas y culpables, sin nexos históricos ni ideológicos.
Sin ánimos de llover sobre mojado, sabiendo
que las fuentes de opinión de los medios poseen claros matices e intenciones,
es necesario entender que fomentar la queja sin acción posee un propósito u
objetivo más fuerte aún en las sociedades actuales y sobre todo en los esquemas
de dominación que plantean los estados contemporáneos. Incluyendo aquellos que
se autodenominan de izquierda y tienen fuertes influencias militaristas. El
esquema de subsistencia del Estado requiere de personas que esperan que otros
les solucionen los problemas críticos. Bajo discursos con lenguajes que hablan
de inclusión e igualdad se fomenta la dependencia en tanto que necesitas de mí
(Estado) para que las cosas funcionen, y yo (estado) soy tu guía en este camino
hacia la inclusión. Ello ratifica lo señalado por Colin Ward en su texto
"La crisis del socialismo" cuando expresa que el socialismo se halla
en crisis porque los movimientos socialistas del mundo se han entregado ellos mismos
al incremento del poder estatal.
Mantener impávida y sin respuesta a la
sociedad es un objetivo de Estado, y para ello solo hace falta coacción para
volver a la “normalidad”, volver a la dinámica diaria. De forma voluntaria
hemos dejado que nuestras reacciones individuales y colectivas, estén todas
manejadas por quienes diseñan el entramado de relaciones sociales que debe
suceder para que persista el Estado y las bases económicas que lo sustentan. Ejemplo
de ello es el laboratorio que en la actualidad maneja el Estado venezolano a
través del SIBCI, por medio del cual publica noticias que sirven de termómetro
para conocer la opinión de la gente. A lo largo de casi 16 años han aplicado recurrentemente
la técnica de lanzar a la calle una “bola", recoger opinión y decidir. En
muchos casos se han aplazado las medidas a implementar, no precisamente por ser
impopulares, sino porque les permite entender mejor cómo abonar el terreno para
ponerlas en práctica en el futuro. Al final han aplicado casi todas las “bolas”
que han lanzado y han sabido manipular a la opinión popular a su conveniencia
gracias a estas mediciones. Al Estado venezolano le ha funcionado aplicar los
mecanismos de reacción de la rana, animalito que al ser sumergido en agua fría
y comenzar a calentarla de forma progresiva no generará reacción, la rana se
mantendrá allí tranquila, pues su capacidad de rebelarse ante el cambio se ha
visto mermada, está cómoda, y a la larga terminará cocida en su propio
inmovilismo y autocomplacencia. En caso ser sumergida directamente en agua
caliente la rana saltaría de una.
En general el Estado aplica técnicas de
estudio de mercado ampliamente difundidas y utilizadas por estados
imperialistas, trasnacionales y corporaciones a nivel mundial, quienes conocen
perfectamente en qué momento sacar al mercado algo que se venderá bien o
simplemente tendrá éxito porque está vinculado a la emoción del elector o consumidor.
Para estos estados neoautoritarios y autodenominados de izquierda, que aprovechan
la técnica de paralización colectiva y voluntaria, la aplicación del antídoto
que los subvierte está en manos precisamente de todos aquellos que trabajamos
por ganar espacios amplios de autonomía para desmantelar sus mecanismos de
dominación. Debemos dejar la apatía, la indiferencia, el conformismo, las zonas
de confort y las viejas trincheras ideológicas. Reaccionar ante el agua
caliente, organizarnos y autogestionar las soluciones que estamos reclamando. Impedir
la concentración del poder del Estado es un acto de libertad, que permite
distinguir entre los que ordenan y obedecen, los que deciden y ejecutan, y los
que se quejan y actúan.
[Tomado de El Libertario # 74, octubre 2014.]
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