Redacción
El Ministerio Público formalizó la acusación contra Hermes Barrera, miembro del denominado “Secretariado Revolucionario de Venezuela”, que aglutina varios de los llamados “colectivos” armados de Caracas de apoyo al madurismo, por el asesinato de Juan Montoya, el pasado 12 de febrero en Caracas. Según la nota de prensa los fiscales lo acusaron por la comisión de delitos de homicidio calificado con alevosía y porte ilícito de arma de fuego. De esta manera comenzaría el juicio contra quien se mantenía detenido en la sede del CICPC de la avenida Urdaneta, en la capital del país.
Como se recordará Juan Montoya fue la primera persona asesinada en el marco de las manifestaciones que se realizaron en el país, que el 12 de febrero sumaron 3 víctimas. Inmediatamente, el gobierno venezolano y todo su aparato de propaganda acusaron a los manifestantes de haberles quitado la vida para iniciar un supuesto golpe de Estado que repetiría el guion del año 2002. Esta versión, que fue repetida por los portales estatistas en todo el mundo, afirmaba que el asesinato de Montoya, Coordinador de los colectivos armados de apoyo al gobierno en Caracas, era obra del “fascismo” y la “ultraderecha” y que habría sido cuidadosamente elegido para “desmoralizar a los revolucionarios”.
La realidad es otra, aunque los portales estatistas la silencien. Las otras dos víctimas del día fueron asesinadas por funcionarios ligados al SEBIN. Por su parte Montoya, según la actuación del propio gobierno, habría sido asesinado por uno de sus compañeros de “colectivo”. Barrera habría estado presente en las 48 horas del funeral, y el 14 de febrero realizó una rueda de prensa frente a la Fiscalía para exigir “castigo para los culpables”. En el comunicado que entregaron ese día afirmaban: “Este grupo de infiltrados armados de la oposición se movilizaron hasta la esquina Monroy para atacar a los simpatizantes afectos al gobierno revolucionario durante los hechos del pasado miércoles 12 de febrero, donde perdió la vida nuestro máximo dirigente Juan Montoya”. Ese día Barrera se habría autoproclamado como nuevo jefe del sindicato paramilitar.
El móvil del crimen para controlar la organización armada ha sido repetida por Johnny Montoya, hermano de “Juancho”, a través de su red social Twitter. El familiar afirma que no se han detenido a todos los autores materiales del hecho, investigación que según argumenta está siendo obstaculizada por el propio ministro de interior y justicia Rodríguez Torres. Entre los diferentes grupos armados que conforman el “Secretariado” hay un pesado silencio sobre el caso. Sólo duraron dos días las pintas que exigían “castigo para el fascismo” por su asesinato.
En un principio se pensó que había sido el Sebin –policía política del madurismo- el responsable del asesinato, pues Maduro en una de sus acostumbradas alocuciones afirmó que “la misma arma que había asesinado a Bassil Dacosta –el segundo asesinado del 12 de febrero habría matado a Juan Montoya”, como manera de dar alas a sus teorías conspiranoicas. Luego vendrían todas las pruebas que incriminarían a los funcionarios en los asesinatos. Hasta ahora, el caso Montoya lo dice todo sobre la degradación del paramilitarismo de Estado.
[Publicado originalmente en El Libertario # 74, octubre 2014.]
El Ministerio Público formalizó la acusación contra Hermes Barrera, miembro del denominado “Secretariado Revolucionario de Venezuela”, que aglutina varios de los llamados “colectivos” armados de Caracas de apoyo al madurismo, por el asesinato de Juan Montoya, el pasado 12 de febrero en Caracas. Según la nota de prensa los fiscales lo acusaron por la comisión de delitos de homicidio calificado con alevosía y porte ilícito de arma de fuego. De esta manera comenzaría el juicio contra quien se mantenía detenido en la sede del CICPC de la avenida Urdaneta, en la capital del país.
Como se recordará Juan Montoya fue la primera persona asesinada en el marco de las manifestaciones que se realizaron en el país, que el 12 de febrero sumaron 3 víctimas. Inmediatamente, el gobierno venezolano y todo su aparato de propaganda acusaron a los manifestantes de haberles quitado la vida para iniciar un supuesto golpe de Estado que repetiría el guion del año 2002. Esta versión, que fue repetida por los portales estatistas en todo el mundo, afirmaba que el asesinato de Montoya, Coordinador de los colectivos armados de apoyo al gobierno en Caracas, era obra del “fascismo” y la “ultraderecha” y que habría sido cuidadosamente elegido para “desmoralizar a los revolucionarios”.
La realidad es otra, aunque los portales estatistas la silencien. Las otras dos víctimas del día fueron asesinadas por funcionarios ligados al SEBIN. Por su parte Montoya, según la actuación del propio gobierno, habría sido asesinado por uno de sus compañeros de “colectivo”. Barrera habría estado presente en las 48 horas del funeral, y el 14 de febrero realizó una rueda de prensa frente a la Fiscalía para exigir “castigo para los culpables”. En el comunicado que entregaron ese día afirmaban: “Este grupo de infiltrados armados de la oposición se movilizaron hasta la esquina Monroy para atacar a los simpatizantes afectos al gobierno revolucionario durante los hechos del pasado miércoles 12 de febrero, donde perdió la vida nuestro máximo dirigente Juan Montoya”. Ese día Barrera se habría autoproclamado como nuevo jefe del sindicato paramilitar.
El móvil del crimen para controlar la organización armada ha sido repetida por Johnny Montoya, hermano de “Juancho”, a través de su red social Twitter. El familiar afirma que no se han detenido a todos los autores materiales del hecho, investigación que según argumenta está siendo obstaculizada por el propio ministro de interior y justicia Rodríguez Torres. Entre los diferentes grupos armados que conforman el “Secretariado” hay un pesado silencio sobre el caso. Sólo duraron dos días las pintas que exigían “castigo para el fascismo” por su asesinato.
En un principio se pensó que había sido el Sebin –policía política del madurismo- el responsable del asesinato, pues Maduro en una de sus acostumbradas alocuciones afirmó que “la misma arma que había asesinado a Bassil Dacosta –el segundo asesinado del 12 de febrero habría matado a Juan Montoya”, como manera de dar alas a sus teorías conspiranoicas. Luego vendrían todas las pruebas que incriminarían a los funcionarios en los asesinatos. Hasta ahora, el caso Montoya lo dice todo sobre la degradación del paramilitarismo de Estado.
[Publicado originalmente en El Libertario # 74, octubre 2014.]
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