Partido Socialismo y Libertad (PSL)
La situación que atraviesan las mayorías empobrecidas del
país es cada vez más difícil. El descalabro del capitalismo venezolano se ha
traducido en un aumento desbocado de los precios de los alimentos y del resto
de la canasta básica, muchos de cuyos productos escasean; el desempleo y la
pobreza han aumentado en el último año según las propias cifras oficiales; el
gobierno ha pactado con Fedecámaras y los empresarios bolivarianos la
flexibilización de las relaciones laborales y la agilización de los despidos, y
el aparato judicial y represivo es puesto al servicio de una política de
criminalización de la protesta social. Mientras tanto las ganancias de las
transnacionales petroleras y de sectores empresariales, como las
telecomunicaciones y la banca, crecen de forma grotesca.
La incapacidad de las dirigencias políticas tradicionales,
el chavismo y la oposición patronal agrupada en la MUD, para responder a la
crisis ha quedado en evidencia. El reciente congreso del Psuv ha demostrado una
vez más que ese partido no es el instrumento organizativo de las mayorías
populares, sino un aparato controlado por los militares, los burócratas
corruptos y los nuevos ricos. El presidente Maduro y el presidente de la AN,
Diosdado Cabello, carecen del liderazgo que en su momento ejerció el presidente
Chávez, y gran parte de las bases chavistas les responsabilizan del desastre
económico y social que atravesamos. Por su parte, las dos alas en las que se
dividió la MUD se encuentran desprestigiadas por sus inconsecuencias y
fracasos. Lo más grave es que ambas tendencias de la MUD están a favor de un
conjunto de medidas de ajuste como la maxidevaluación de la moneda, el aumento
de los precios de los alimentos y su desregulación, el aumento de la gasolina y
la continuidad del subsidio estatal al empresariado a través de la asignación
de divisas para importaciones, exenciones fiscales, y otros mecanismos. En
otras palabras, la oposición patronal está de acuerdo con el gobierno en la
fórmula de enfrentar la crisis descargando el ajuste sobre la mayoría
trabajadora y explotada del país, para sostener las ganancias de los grandes
capitales nacionales y transnacionales.
Ante este cuadro, surgen disidencias en el chavismo y en la
MUD. No solamente surgen pronunciamientos de funcionarios y ex funcionarios
como Giordani que cuestionan la conducción de Maduro, sino que cobran mayor
resonancia planteamientos de tendencias dentro del Psuv como el de Marea
Socialista. En el campo de las organizaciones que han integrado la MUD hay dos
iniciativas, la del Bloque de Unidad Nacional, encabezado por Bandera Roja, y
la de la Plataforma de Compromiso Alternativo, encabezada por el MAS, que se
desmarcan de la dirigencia opositora. Es un hecho que millones de venezolanos
vienen distanciándose respecto de los dos bloques que han polarizado la
política nacional durante más de una década, y en tal sentido consideramos
importante que surjan espacios de debate para profundizar en el reconocimiento
de las causas estructurales de la crisis y propiciar la unidad de acción en el
terreno de la resistencia al ajuste y en defensa de las libertades
democráticas.
Todas las organizaciones que se reclamen democráticas, de
izquierda, o revolucionarias, deberían poder confluir en acciones unitarias
para enfrentar la criminalización de la protesta y el ajuste que está aplicando
el gobierno. Contra la devaluación enmascarada bajo el discurso de la
“unificación cambiaria”, contra el aumento de la gasolina, contra los despidos
y la flexibilización laboral, contra el congelamiento de los contratos en el
sector público, contra los aumentos de precios de los alimentos. Es posible
enfrentar la crisis sin descargar su costo sobre el pueblo trabajador, si se
aplica un plan económico y social de emergencia, que abarque desde la
nacionalización de la industria petrolera, sin empresas mixtas ni
transnacionales, el rescate de las empresas básicas de Guayana, y una reforma
agraria que rescate la productividad del campo y liquide el latifundio, hasta
la investigación y sanción del robo de más de 25 millardos de dólares a través
de importaciones fraudulentas, un aumento general de salarios y la equiparación
del salario mínimo al monto de la canasta básica oficial. Este es el tipo de
medidas que pueden y deben promoverse desde encuentros sindicales y populares
en todas las regiones del país, para fortalecer la unidad de los sectores que
reconozcan la necesidad de combatir el ajuste y avanzar hacia la construcción
de una alternativa política al gobierno y a la MUD. Llamamos a Marea
Socialista, al Bloque de Unidad Nacional, y a la Plataforma de Compromiso
Alternativo a debatir estas propuestas y a contribuir a la unidad de acción en
las calles, en las fábricas y universidades, en torno a estas exigencias, más
allá de las diferencias políticas que como organizaciones tenemos.
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