Redacción
Un artículo publicado el pasado domingo 10/8/14 en el diario caraqueño El Universal (ver http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/140810/la-roca-de-la-discordia) expone evidencias claras y detalladas para demostrar lo que ya vale considerar como constante de la política exterior del gobierno bolivariano: armar alharaca respecto a su compromiso en favor de causas internacionales que son consideradas como justas al menos por buena parte de la izquierda del planeta, para que luego encontremos que ha ejecutado acciones y tratos significando el más absoluto desmentido a tales juramentos de fidelidad para con la lucha de otros pueblos.
En ese reportaje de investigación se describe con toda precisión como, por un lado, en el plano diplomático el gobierno venezolano ha dado respaldo a la causa de la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que se proclamó en 1976 en el área de la antigua colonia norafricana del Sahara "español", territorio que fuese ocupado a la fuerza por el vecino reino de Marruecos entre 1976 y 1979. Ese apoyo oficioso a la reivindicación saharahui existía desde antes del gobierno de Chávez, pero se ha fortalecido llegando en 2004 a recibirse con honores al Presidente de la RASD, y en 2009 a formalizarse relaciones con su gobierno en el exilio, lo que significó la ruptura diplomática de hecho con la monarquía alauita. Además, el artículo menciona otros hechos que indicarían la fortaleza del compromiso con esta lucha, como serían la invitación de una delegación saharaui al reciente congreso del partido gobernante venezolano y que desde 2011 se financia una escuela para 350 alumnos en el exilio.
Pero, en la otra cara de la moneda, se revela en dicho texto cómo empresas del Estado venezolano importan el insumo más valioso que el ocupante marroquí extrae del territorio saharaui: el fosfato. Es decir, mientras se vocifera un discurso contra la agresión, se hacen negocios con el agresor justamente comprándole lo que ha obtenido por su acción depredadora. Para hacer más grotesco el cuadro, se debe añadir que la roca fosfática es un recurso mineral muy abundante en Venezuela, además indispensable para la industria petroquímica, pero ni antes ni mucho menos ahora se ha planteado explotarlo en términos que permitan prescindir de la necesidad de su importación; aparte que los redactores del reporte no pueden dejar de apuntar un pormenor chocante: la más reciente remesa llegada por vía marítima desde El Aiun -capital del territorio ocupado- se desembarcaba por las mismas fechas en que el III Congreso del PSUV aclamaba con aplausos a la delegación de la RASD y ratificaba la fraternidad hacia su combate.
Desde El Libertario insistimos en que tal conducta política del chavomadurismo está lejos de ser hecho aislado o incoherencia que no se repite en otras circunstancias equivalentes. Hace poco denunciabamos (ver http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/07/gobierno-bolivariano-compro-555.html) los negocios de compra de armamentos a Israel; tambien nos hemos ocupado en este blog del trato que se le ha dado a la izquierda "abertzale" del país vasco (ver lo reseñado en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/09/venezuela-la-paradoja-vasca.html); aparte que con Colombia tenemos repetidos ejemplos (casos de Rodrigo Granda, Julián Conrado y Joaquín Pérez Becerra, entre otros reportados acá) de cómo los rojo-rojitos practican la hermandad internacionalista hacia militantes de causas presentadas como afines. Por si fuera poco, ahora mismo la situación con la detención y eventual entrega al Estado alemán de Bernhardt Heidbreder (http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/08/detenido-en-merida-venezuela-nuestro.html), debería despejar cualquier duda sobre un gobierno que ha sido del todo consecuente en su inconsecuencia.
Un artículo publicado el pasado domingo 10/8/14 en el diario caraqueño El Universal (ver http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/140810/la-roca-de-la-discordia) expone evidencias claras y detalladas para demostrar lo que ya vale considerar como constante de la política exterior del gobierno bolivariano: armar alharaca respecto a su compromiso en favor de causas internacionales que son consideradas como justas al menos por buena parte de la izquierda del planeta, para que luego encontremos que ha ejecutado acciones y tratos significando el más absoluto desmentido a tales juramentos de fidelidad para con la lucha de otros pueblos.
En ese reportaje de investigación se describe con toda precisión como, por un lado, en el plano diplomático el gobierno venezolano ha dado respaldo a la causa de la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que se proclamó en 1976 en el área de la antigua colonia norafricana del Sahara "español", territorio que fuese ocupado a la fuerza por el vecino reino de Marruecos entre 1976 y 1979. Ese apoyo oficioso a la reivindicación saharahui existía desde antes del gobierno de Chávez, pero se ha fortalecido llegando en 2004 a recibirse con honores al Presidente de la RASD, y en 2009 a formalizarse relaciones con su gobierno en el exilio, lo que significó la ruptura diplomática de hecho con la monarquía alauita. Además, el artículo menciona otros hechos que indicarían la fortaleza del compromiso con esta lucha, como serían la invitación de una delegación saharaui al reciente congreso del partido gobernante venezolano y que desde 2011 se financia una escuela para 350 alumnos en el exilio.
Pero, en la otra cara de la moneda, se revela en dicho texto cómo empresas del Estado venezolano importan el insumo más valioso que el ocupante marroquí extrae del territorio saharaui: el fosfato. Es decir, mientras se vocifera un discurso contra la agresión, se hacen negocios con el agresor justamente comprándole lo que ha obtenido por su acción depredadora. Para hacer más grotesco el cuadro, se debe añadir que la roca fosfática es un recurso mineral muy abundante en Venezuela, además indispensable para la industria petroquímica, pero ni antes ni mucho menos ahora se ha planteado explotarlo en términos que permitan prescindir de la necesidad de su importación; aparte que los redactores del reporte no pueden dejar de apuntar un pormenor chocante: la más reciente remesa llegada por vía marítima desde El Aiun -capital del territorio ocupado- se desembarcaba por las mismas fechas en que el III Congreso del PSUV aclamaba con aplausos a la delegación de la RASD y ratificaba la fraternidad hacia su combate.
Desde El Libertario insistimos en que tal conducta política del chavomadurismo está lejos de ser hecho aislado o incoherencia que no se repite en otras circunstancias equivalentes. Hace poco denunciabamos (ver http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/07/gobierno-bolivariano-compro-555.html) los negocios de compra de armamentos a Israel; tambien nos hemos ocupado en este blog del trato que se le ha dado a la izquierda "abertzale" del país vasco (ver lo reseñado en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/09/venezuela-la-paradoja-vasca.html); aparte que con Colombia tenemos repetidos ejemplos (casos de Rodrigo Granda, Julián Conrado y Joaquín Pérez Becerra, entre otros reportados acá) de cómo los rojo-rojitos practican la hermandad internacionalista hacia militantes de causas presentadas como afines. Por si fuera poco, ahora mismo la situación con la detención y eventual entrega al Estado alemán de Bernhardt Heidbreder (http://periodicoellibertario.blogspot.com/2014/08/detenido-en-merida-venezuela-nuestro.html), debería despejar cualquier duda sobre un gobierno que ha sido del todo consecuente en su inconsecuencia.
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