Capi Vidal
Uno de los proyectos educativos anarquistas que constituyen una realidad en la actualidad es Paideia, en la localidad extremeña de Mérida http://www.paideiaescuelalibre.org/, donde se practican las ideas libertarias fundamentales: educación en libertad, antiautoritarismo, autonomía individual, autogestión colectiva, apoyo mutuo, solidaridad, dignidad…
La Escuela Paideia lleva 36 años llevando a cabo su tarea educativa libertaria, en Mérida (Badajoz). Una de las personas clave para la edificación de este proyecto pedagógico fue Josefa Martín Luengo, fallecida en 2009. Ella, junto a Concha Castaño Casaseca y María Jesús Checa Simó, fundaron la escuela en la localidad extremeña en enero de 1978; en origen, hubo dos grupos, el educativo y el ideológico, pero en la actualidad ambos constituyen el llamado Colectivo Paideia; es un proyecto totalmente consolidado que ofrece educación infantil y primaria.
Tal y como afirman sus profesores, esta escuela anarquista pone en el centro del sistema pedagógico al alumno, valorando más la utilidad social que la competencia. Se facilita que el chaval aprenda por sí mismo y que, de manera igualitaria a través de la asamblea, tomen las decisiones acerca de lo que quieren estudiar y cómo hacerlo. Puede decirse que en la escuela Paideia existe una permanente negociación sobre lo que hay que aprender; tanto las materias, como los talleres, se eligen según los intereses de los alumnos y lo que los profesores proponen; se fomenta para ello una dinámica de trabajo colectivo e igualitario en la que resulta imprescindible el autoaprendizaje y la autoevaluación. Todo ello, según un método en el que el juego y lo lúdico son una constante; los educadores son meros informadores y consejeros, no una autoridad permanente como en la escuela oficial.
El objetivo de este sistema educativo, como no puede ser de otra manera, es formar individuos libres, autónomos, responsables y solidarios, no solo en la escuela, también en el seno de la sociedad. Alumnos que ha pasado por Paidea consideran que esta escuela les convirtió en personas íntegras, con la libertad de pensar por sí mismas y de plantearse las cuestiones que surgen a su alrededor para afrontarlos de la mejor manera posible. Autonomía es un factor esencial para la persona, como autogestión lo es a nivel colectivo; se niega desde Paideia que los sistemas oficiales, sean públicos o privados, sean los únicos posibles y se aboga por la escuela autosugestionada. Por supuesto, esta escuela anarquista no recibe subvenciones de ningún tipo y se mantiene exclusivamente por las aportaciones de los padres; aquellos colaboradores que tienen otro trabajo echan una mano también a nivel económico debido a lo que se define como una "constante situación deficitaria". En cualquier caso, nadie deja de asistir a la escuela por motivos económicos, ya que el colectivo asume el gasto de quien no pueda pagarlo. Por supuesto, existen colectivos e individuos anarquistas que también ayudan a Paidea, bien con material o con aportaciones económicas. Existe un colectivo anexo al de Paideia, Mujeres por la anarquía, que saca periódicamente una revista llamada Igualancia y una hoja de denuncia con el hombre de La ortiga Libertaria.
Podemos hablar de los siguientes principios fundamentales en la educación libertaria de Paidea:
- Libertad del individuo, concebida desde la responsabilidad para con los demás.
- Antiautoritarismo, según el cual se rechaza a la autoridad y la actividad se realiza en base a la confianza, el compromiso y la sinceridad.
- Educación conjunta sin discriminación de ningún tipo.
- El juego como factor educativo primordial, algo que facilita la solidaridad, el trabajo colectivo y la socialización.
- Autonomía del individuo, tanto a nivel intelectual, como socioafectivo; se cuestiona para ello toda jerarquización y respeto a lo asumido para que cada persona actúe voluntariamente, con responsabilidad y según sus propias convicciones y razonamientos.
Como resulta obvio, proyectos educativos como este poseen el objetivo también de la transformación social, ya que cuestionan de raíz las estructuras jerarquizadas consideradas un obstáculo para el desarrollo íntegro de las personas; se critican los valores establecidos, de sumisión y competencia, para buscar el apoyo mutuo, la solidaridad, la dignidad y la responsabilidad. La educación no se limite a un corto periodo de la vida del individuo, ya que se entiende que la propia sociedad debe reunir también esos factores influyentes para la felicidad y bienestar de las personas.
[Tomado de http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/2013/10/paideia-escuela-libre.html.]
Uno de los proyectos educativos anarquistas que constituyen una realidad en la actualidad es Paideia, en la localidad extremeña de Mérida http://www.paideiaescuelalibre.org/, donde se practican las ideas libertarias fundamentales: educación en libertad, antiautoritarismo, autonomía individual, autogestión colectiva, apoyo mutuo, solidaridad, dignidad…
La Escuela Paideia lleva 36 años llevando a cabo su tarea educativa libertaria, en Mérida (Badajoz). Una de las personas clave para la edificación de este proyecto pedagógico fue Josefa Martín Luengo, fallecida en 2009. Ella, junto a Concha Castaño Casaseca y María Jesús Checa Simó, fundaron la escuela en la localidad extremeña en enero de 1978; en origen, hubo dos grupos, el educativo y el ideológico, pero en la actualidad ambos constituyen el llamado Colectivo Paideia; es un proyecto totalmente consolidado que ofrece educación infantil y primaria.
Tal y como afirman sus profesores, esta escuela anarquista pone en el centro del sistema pedagógico al alumno, valorando más la utilidad social que la competencia. Se facilita que el chaval aprenda por sí mismo y que, de manera igualitaria a través de la asamblea, tomen las decisiones acerca de lo que quieren estudiar y cómo hacerlo. Puede decirse que en la escuela Paideia existe una permanente negociación sobre lo que hay que aprender; tanto las materias, como los talleres, se eligen según los intereses de los alumnos y lo que los profesores proponen; se fomenta para ello una dinámica de trabajo colectivo e igualitario en la que resulta imprescindible el autoaprendizaje y la autoevaluación. Todo ello, según un método en el que el juego y lo lúdico son una constante; los educadores son meros informadores y consejeros, no una autoridad permanente como en la escuela oficial.
El objetivo de este sistema educativo, como no puede ser de otra manera, es formar individuos libres, autónomos, responsables y solidarios, no solo en la escuela, también en el seno de la sociedad. Alumnos que ha pasado por Paidea consideran que esta escuela les convirtió en personas íntegras, con la libertad de pensar por sí mismas y de plantearse las cuestiones que surgen a su alrededor para afrontarlos de la mejor manera posible. Autonomía es un factor esencial para la persona, como autogestión lo es a nivel colectivo; se niega desde Paideia que los sistemas oficiales, sean públicos o privados, sean los únicos posibles y se aboga por la escuela autosugestionada. Por supuesto, esta escuela anarquista no recibe subvenciones de ningún tipo y se mantiene exclusivamente por las aportaciones de los padres; aquellos colaboradores que tienen otro trabajo echan una mano también a nivel económico debido a lo que se define como una "constante situación deficitaria". En cualquier caso, nadie deja de asistir a la escuela por motivos económicos, ya que el colectivo asume el gasto de quien no pueda pagarlo. Por supuesto, existen colectivos e individuos anarquistas que también ayudan a Paidea, bien con material o con aportaciones económicas. Existe un colectivo anexo al de Paideia, Mujeres por la anarquía, que saca periódicamente una revista llamada Igualancia y una hoja de denuncia con el hombre de La ortiga Libertaria.
Podemos hablar de los siguientes principios fundamentales en la educación libertaria de Paidea:
- Libertad del individuo, concebida desde la responsabilidad para con los demás.
- Antiautoritarismo, según el cual se rechaza a la autoridad y la actividad se realiza en base a la confianza, el compromiso y la sinceridad.
- Educación conjunta sin discriminación de ningún tipo.
- El juego como factor educativo primordial, algo que facilita la solidaridad, el trabajo colectivo y la socialización.
- Autonomía del individuo, tanto a nivel intelectual, como socioafectivo; se cuestiona para ello toda jerarquización y respeto a lo asumido para que cada persona actúe voluntariamente, con responsabilidad y según sus propias convicciones y razonamientos.
Como resulta obvio, proyectos educativos como este poseen el objetivo también de la transformación social, ya que cuestionan de raíz las estructuras jerarquizadas consideradas un obstáculo para el desarrollo íntegro de las personas; se critican los valores establecidos, de sumisión y competencia, para buscar el apoyo mutuo, la solidaridad, la dignidad y la responsabilidad. La educación no se limite a un corto periodo de la vida del individuo, ya que se entiende que la propia sociedad debe reunir también esos factores influyentes para la felicidad y bienestar de las personas.
[Tomado de http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com/2013/10/paideia-escuela-libre.html.]
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