Nu-Sol (São Paulo, Brasil)
En medio de la guerra civil en Siria y sus numerosos grupos armados, surgió el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés), liderado por el Abu Bakr Al-Bagdhadi, personaje presuntamente vinculado a Al-Qaeda en Irak. Sería uno más de los muchos que combaten contra el dictador sirio Assad. Sin embargo, también está en lucha contra el gobierno iraquí respaldado por Occidente. ISIS creció, tomó ciudades en el norte de Irak, rompió bóvedas de bancos, se apoderó de campos petroleros y, la semana pasada, anunció la existencia de un califato que se extendería desde Alepo, Siria, a Diyala, al este de Bagdad, cerca de la frontera con Irán. El Califato, liderado por Al-Bagdadhi, sería la reanudación de la forma de poder político de la época de Mahoma, expulsando todo modelo político occidental. Al-Bagdadhi mantuvo la túnica y la ametralladora, pero cambió su nombre por el de "Califa Ibrahim".
Las Mil y Una Broncas
En la región, parece que a muchos no les gusta el Califa. Irán (chiíta), viejo enemigo del Irak de Saddam (sunita) en los años de 1980, declaró su apoyo al actual gobierno en Bagdad (sunita). Los EE.UU. y el Reino Unido ya han enviado "asesores" - eufemismo repetido para mentar a expertos militares y civiles en misiones especiales, torturas y atentados - que se unen a los muchos mercenarios que siguen allí. Otros países musulmanes de la región, como Arabia Saudita, también advirtieron que no apoyarían a ningún Califato. Varios grupos armados en Siria, en lucha contra la tiranía de Assad, a pesar de ser también sunitas no se le unieron. El líderazgo de los kurdos en el norte de Irak aprovecha la situación para avanzar en el proceso de independencia de Kurdistán, pero se desentiende del Califato. Aún la rama iraquí de Al Qaeda no quiere saber nada de él...
Allá en Bagdad
El Califa no agrada porque desentona con el modelo jurídico-político creado después de la Primera Guerra Mundial en el Medio Oriente, dirigido por las elites árabes asentadas en la riqueza del petróleo y sostenido por las potencias - del este y el oeste - hambrientas de hidrocarburos. Este modelo depende de un compromiso con una forma-Estado que garantice rentabilidades y pacifique desacuerdos. No tiene nada que ver con la democracia, teocracia o cualquier otro régimen político, pero si con preservar al Estado y la propiedad. Pero con este discurso del tal Califa, el orden de las rentabilidades y el equilibrio para la pacificación parecen amenazados. Todos los demás se refieren a alguna forma de Estado y la propuesta del califato no va aún por allí. ¿Será igual más adelante? Si opta por un Estado que diplomática y militarmente se vincule con los demás, incluso puede mantener la barba del profeta, con el rifle en su regazo y el título de Califa. Si no es así, debe tomarse como un líder radical que amenaza a la paz y el orden mundial. Y no va a durar hasta la próxima crecida del Éufrates ...
[Publicado originalmente en portugués en el boletín electrónico Flecheira Libertaria N° 346, 8/7/14. Traducido por la Redacción de El Libertario.]
En medio de la guerra civil en Siria y sus numerosos grupos armados, surgió el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS, por sus siglas en inglés), liderado por el Abu Bakr Al-Bagdhadi, personaje presuntamente vinculado a Al-Qaeda en Irak. Sería uno más de los muchos que combaten contra el dictador sirio Assad. Sin embargo, también está en lucha contra el gobierno iraquí respaldado por Occidente. ISIS creció, tomó ciudades en el norte de Irak, rompió bóvedas de bancos, se apoderó de campos petroleros y, la semana pasada, anunció la existencia de un califato que se extendería desde Alepo, Siria, a Diyala, al este de Bagdad, cerca de la frontera con Irán. El Califato, liderado por Al-Bagdadhi, sería la reanudación de la forma de poder político de la época de Mahoma, expulsando todo modelo político occidental. Al-Bagdadhi mantuvo la túnica y la ametralladora, pero cambió su nombre por el de "Califa Ibrahim".
Las Mil y Una Broncas
En la región, parece que a muchos no les gusta el Califa. Irán (chiíta), viejo enemigo del Irak de Saddam (sunita) en los años de 1980, declaró su apoyo al actual gobierno en Bagdad (sunita). Los EE.UU. y el Reino Unido ya han enviado "asesores" - eufemismo repetido para mentar a expertos militares y civiles en misiones especiales, torturas y atentados - que se unen a los muchos mercenarios que siguen allí. Otros países musulmanes de la región, como Arabia Saudita, también advirtieron que no apoyarían a ningún Califato. Varios grupos armados en Siria, en lucha contra la tiranía de Assad, a pesar de ser también sunitas no se le unieron. El líderazgo de los kurdos en el norte de Irak aprovecha la situación para avanzar en el proceso de independencia de Kurdistán, pero se desentiende del Califato. Aún la rama iraquí de Al Qaeda no quiere saber nada de él...
Allá en Bagdad
El Califa no agrada porque desentona con el modelo jurídico-político creado después de la Primera Guerra Mundial en el Medio Oriente, dirigido por las elites árabes asentadas en la riqueza del petróleo y sostenido por las potencias - del este y el oeste - hambrientas de hidrocarburos. Este modelo depende de un compromiso con una forma-Estado que garantice rentabilidades y pacifique desacuerdos. No tiene nada que ver con la democracia, teocracia o cualquier otro régimen político, pero si con preservar al Estado y la propiedad. Pero con este discurso del tal Califa, el orden de las rentabilidades y el equilibrio para la pacificación parecen amenazados. Todos los demás se refieren a alguna forma de Estado y la propuesta del califato no va aún por allí. ¿Será igual más adelante? Si opta por un Estado que diplomática y militarmente se vincule con los demás, incluso puede mantener la barba del profeta, con el rifle en su regazo y el título de Califa. Si no es así, debe tomarse como un líder radical que amenaza a la paz y el orden mundial. Y no va a durar hasta la próxima crecida del Éufrates ...
[Publicado originalmente en portugués en el boletín electrónico Flecheira Libertaria N° 346, 8/7/14. Traducido por la Redacción de El Libertario.]
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