Maria Galindo (Mujeres Creando)
Decir que el G77 + China representa una ocasión para abrir, formular o siquiera pensar un nuevo orden mundial, es directamente ya no sólo adornar la realidad, sino llevar la retórica al punto de la mentira.
El orden mundial emergente del protagonismo chino no es un orden anticapitalista. El único alcance y vocación de China es la disputa de la hegemonía mundial a EEUU, pero bajo los mismos presupuestos sociales y políticos: explotación laboral colonial, monopolio de la tecnología, imposición de las reglas de juego en términos coloniales, imposición de los precios de las materias primas, uso de las periferias del mundo como mercados de consumo de sus productos, etcétera. Estamos frente a los mismos desastres de la humanidad, pero con nuevos rostros.
Sumado a ello los escenarios propiciados por Naciones Unidas, incluido el del G77, es más de lo mismo, escenarios para readecuar la noción tóxica de "desarrollo” para los países del sur del mundo. Nos ponen literalmente a danzar en torno a los conceptos de los tecnócratas de los organismos internacionales que van modificando los términos, pero no las relaciones.
Bolivia en la cumbre
El gobierno de Evo Morales es hijo de ese ideario desarrollista; compra aviones, armas, satélite, maquinaria y hasta chatarra de computación. Asistimos al orden mundial como vendedores de materias primas, consumidores de tecnología y expulsores de exiliados del neoliberalismo, es decir, de mano de obra barata e ilegalizada.
El mayor alcance de la cumbre es de orden interno: alimentar el chauvinismo, el colonialismo interno y maximizar la figura de Evo como supuesto líder mundial. En otras palabras, en la cumbre a realizarse en Bolivia no va a pasar nada.
La lucha contra la pobreza, un gran negocio
La administración de esa "lucha” es un gran negocio; los objetivos del milenio fueron el pretexto de programas retóricos que sirvieron para justificar un aparato tecnocrático carísimo. Esos objetivos no se cumplieron por lo que hay necesidad de renovarles el nombre, para eso sirve la cumbre del G77. Lo que sí hay que reconocer es que la lucha contra la pobreza del G77 ya empezó en Santa Cruz con la acción de "limpieza de la ciudad” donde se deportó a malabaristas, se criminalizó a los y las cleferas, se detuvo a los y las mendigas por atentar contra la retina de la cumbre mundial. Ésa fue la única acción de lucha concreta contra la pobreza que dependió directamente del G77.
Como política interna sirve porque alimenta nuestro sentido de pueblucho que será visitado por el gran señor colonial. El despliegue de militares y policías hambreando por la ciudad y multando a la población para resolver la comida del día, es otra de las escenas de la cumbre.
El patriarcado también se disfraza de mujer angurrienta de poder
La cumbre de mujeres de manera torpemente ingenua no aborda todas estas cuestiones que hacen a la relevancia misma del escenario.
Logra movilizar al conjunto de funcionarias, burócratas y mujeres partícipes del Estado o con vocación de poder que se disputan entre ellas mismas el uso de esta cumbre para lograr alguna visibilidad. Ninguna representa a mujer alguna, pues su base de representación es el partido político o la adhesión fanática a la defensa de Evo Morales. No tienen proyecto político propio y lo que menos están dispuestas a hacer es discutir las bases de la representación política de las mujeres. Se trata de una masa creciente extraviada, ambiciosa y que ha logrado demostrar que son efectivas en maquillar al propio sistema patriarcal.
De qué sirve que hablen sobre la importancia de la lucha contra la violencia a las mujeres si son mujeres que tuvieron la oportunidad de exigir presupuesto real para la implementación de la ley y no lo hicieron, si son las responsables de que la ley no tenga reglamentación, si callan y se hacen cómplices de todos y cada uno de los casos de violencia machista que involucran a sus correligionarios de partido. ¿Para qué nos sirve su retórica?
Los úteros de las mujeres y la despatriarcalización
Nada tiene que ver con la tesis política de la "despatriarcalización” lo que se aborda en la cumbre de mujeres aunque abusen hasta el cansancio de la palabra. Lo cierto es que la despenalización del aborto es la forma más concreta de descolonización de los cuerpos de las mujeres y de despatriarcalización de las sociedades. La cumbre de mujeres, como fue la de jóvenes, se presenta como mero escenario de simulación de participación, de teatralización sin contenido. Convierten a los jóvenes o las mujeres en la particularidad, los temas urgentes en periféricos y en engranajes de otra retórica central que será la de la cumbre misma. Con las conclusiones, el presidente Evo Morales puede hacer avioncitos de papel para distraerse y quemar su tiempo a costa del nuestro.
[Fuente: http://www.mujerescreando.org/.]
Decir que el G77 + China representa una ocasión para abrir, formular o siquiera pensar un nuevo orden mundial, es directamente ya no sólo adornar la realidad, sino llevar la retórica al punto de la mentira.
El orden mundial emergente del protagonismo chino no es un orden anticapitalista. El único alcance y vocación de China es la disputa de la hegemonía mundial a EEUU, pero bajo los mismos presupuestos sociales y políticos: explotación laboral colonial, monopolio de la tecnología, imposición de las reglas de juego en términos coloniales, imposición de los precios de las materias primas, uso de las periferias del mundo como mercados de consumo de sus productos, etcétera. Estamos frente a los mismos desastres de la humanidad, pero con nuevos rostros.
Sumado a ello los escenarios propiciados por Naciones Unidas, incluido el del G77, es más de lo mismo, escenarios para readecuar la noción tóxica de "desarrollo” para los países del sur del mundo. Nos ponen literalmente a danzar en torno a los conceptos de los tecnócratas de los organismos internacionales que van modificando los términos, pero no las relaciones.
Bolivia en la cumbre
El gobierno de Evo Morales es hijo de ese ideario desarrollista; compra aviones, armas, satélite, maquinaria y hasta chatarra de computación. Asistimos al orden mundial como vendedores de materias primas, consumidores de tecnología y expulsores de exiliados del neoliberalismo, es decir, de mano de obra barata e ilegalizada.
El mayor alcance de la cumbre es de orden interno: alimentar el chauvinismo, el colonialismo interno y maximizar la figura de Evo como supuesto líder mundial. En otras palabras, en la cumbre a realizarse en Bolivia no va a pasar nada.
La lucha contra la pobreza, un gran negocio
La administración de esa "lucha” es un gran negocio; los objetivos del milenio fueron el pretexto de programas retóricos que sirvieron para justificar un aparato tecnocrático carísimo. Esos objetivos no se cumplieron por lo que hay necesidad de renovarles el nombre, para eso sirve la cumbre del G77. Lo que sí hay que reconocer es que la lucha contra la pobreza del G77 ya empezó en Santa Cruz con la acción de "limpieza de la ciudad” donde se deportó a malabaristas, se criminalizó a los y las cleferas, se detuvo a los y las mendigas por atentar contra la retina de la cumbre mundial. Ésa fue la única acción de lucha concreta contra la pobreza que dependió directamente del G77.
Como política interna sirve porque alimenta nuestro sentido de pueblucho que será visitado por el gran señor colonial. El despliegue de militares y policías hambreando por la ciudad y multando a la población para resolver la comida del día, es otra de las escenas de la cumbre.
El patriarcado también se disfraza de mujer angurrienta de poder
La cumbre de mujeres de manera torpemente ingenua no aborda todas estas cuestiones que hacen a la relevancia misma del escenario.
Logra movilizar al conjunto de funcionarias, burócratas y mujeres partícipes del Estado o con vocación de poder que se disputan entre ellas mismas el uso de esta cumbre para lograr alguna visibilidad. Ninguna representa a mujer alguna, pues su base de representación es el partido político o la adhesión fanática a la defensa de Evo Morales. No tienen proyecto político propio y lo que menos están dispuestas a hacer es discutir las bases de la representación política de las mujeres. Se trata de una masa creciente extraviada, ambiciosa y que ha logrado demostrar que son efectivas en maquillar al propio sistema patriarcal.
De qué sirve que hablen sobre la importancia de la lucha contra la violencia a las mujeres si son mujeres que tuvieron la oportunidad de exigir presupuesto real para la implementación de la ley y no lo hicieron, si son las responsables de que la ley no tenga reglamentación, si callan y se hacen cómplices de todos y cada uno de los casos de violencia machista que involucran a sus correligionarios de partido. ¿Para qué nos sirve su retórica?
Los úteros de las mujeres y la despatriarcalización
Nada tiene que ver con la tesis política de la "despatriarcalización” lo que se aborda en la cumbre de mujeres aunque abusen hasta el cansancio de la palabra. Lo cierto es que la despenalización del aborto es la forma más concreta de descolonización de los cuerpos de las mujeres y de despatriarcalización de las sociedades. La cumbre de mujeres, como fue la de jóvenes, se presenta como mero escenario de simulación de participación, de teatralización sin contenido. Convierten a los jóvenes o las mujeres en la particularidad, los temas urgentes en periféricos y en engranajes de otra retórica central que será la de la cumbre misma. Con las conclusiones, el presidente Evo Morales puede hacer avioncitos de papel para distraerse y quemar su tiempo a costa del nuestro.
[Fuente: http://www.mujerescreando.org/.]
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