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El gobierno chavista no solo ha calificado en el pasado a la autonomía sindical como un "veneno contrarrevolucionario de la Cuarta República", como aseguró el presidente Chávez en el año 2007, sino que de manera sistemática ha dirigido su propaganda hacia el objetivo de disciplinar a los trabajadores para que renuncien a toda iniciativa política o reivindicativa.
Pese a autodenominarse "obrerista", el gobierno ha atacado a los trabajadores de las empresas básicas con grupos parapoliciales como Muralla Roja y ha abierto juicios a alrededor de 200 trabajadores y dirigentes sindicales por defender sus derechos.
Uno de los agentes de esta política ha sido la propia burocracia sindical del PSUV, que cumple un papel análogo al desempeñado por la burocracia de la Confederación de Trabajadores de Venezuela - CTV durante el período puntofijista. No es casual que algunos de los principales dirigentes de la CBST [Central Bolivariana Socialista de Trabajadores] provengan de las filas del buró sindical de Acción Democrática.
Wills Rangel, presidente de la central sindical pesuvista, declaró la semana pasada en contra del derecho a huelga. "No podemos parar ningún proceso porque eso iría contra la patria y eso debemos internalizarlo la clase obrera... Todo lo que es empresa de productividad y servicios no pueden ser paralizadas en ningún momento por la clase obrera porque sería ir en contra de nuestros propios intereses", aseguró en declaraciones publicadas por El Universal [http://www.eluniversal.com/economia/140519/instan-a-cesar-huelgas-laborales-porque-van-contra-la-patria].
El gobierno chavista no solo ha calificado en el pasado a la autonomía sindical como un "veneno contrarrevolucionario de la Cuarta República", como aseguró el presidente Chávez en el año 2007, sino que de manera sistemática ha dirigido su propaganda hacia el objetivo de disciplinar a los trabajadores para que renuncien a toda iniciativa política o reivindicativa.
Pese a autodenominarse "obrerista", el gobierno ha atacado a los trabajadores de las empresas básicas con grupos parapoliciales como Muralla Roja y ha abierto juicios a alrededor de 200 trabajadores y dirigentes sindicales por defender sus derechos.
Uno de los agentes de esta política ha sido la propia burocracia sindical del PSUV, que cumple un papel análogo al desempeñado por la burocracia de la Confederación de Trabajadores de Venezuela - CTV durante el período puntofijista. No es casual que algunos de los principales dirigentes de la CBST [Central Bolivariana Socialista de Trabajadores] provengan de las filas del buró sindical de Acción Democrática.
Wills Rangel, presidente de la central sindical pesuvista, declaró la semana pasada en contra del derecho a huelga. "No podemos parar ningún proceso porque eso iría contra la patria y eso debemos internalizarlo la clase obrera... Todo lo que es empresa de productividad y servicios no pueden ser paralizadas en ningún momento por la clase obrera porque sería ir en contra de nuestros propios intereses", aseguró en declaraciones publicadas por El Universal [http://www.eluniversal.com/economia/140519/instan-a-cesar-huelgas-laborales-porque-van-contra-la-patria].
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