Por Alejandro Alvarez (Biólogo)
“Más de mil árboles fueron destrozados en Maracaibo para armar barricadas en las vías públicas y las zonas residenciales, lo que incide en una mayor temperatura en la capital zuliana…”(sic) Aporrea 22/3/2014
“Más de mil árboles fueron destrozados en Maracaibo para armar barricadas en las vías públicas y las zonas residenciales, lo que incide en una mayor temperatura en la capital zuliana…”(sic) Aporrea 22/3/2014
La denuncia
Recientemente, un grupo ambientalista del Zulia acusó a
manifestantes en Maracaibo de cometer un ecocidio al haber supuestamente
derribado quinientos árboles en las calles de esa ciudad. Ya para este momento se habla de mil árboles
cortados en la capital del Zulia y se han realizado acusaciones similares en
varias de las ciudades donde recientemente se han realizado protestas. Esto ha llevado a solicitar sanciones penales
a los posibles culpables de este daño ambiental. Esta denuncia fue ratificada
en una marcha de “movimientos sociales, ambientalistas y ecologistas” y por el
Presidente de la República en cadena nacional y ya está en marcha una
investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación.
Antes de analizar este caso, es necesario dejar claro que
rechazo la destrucción del escaso arbolado urbano de nuestras ciudades, y he
manifestado en anteriores ocasiones la enorme importancia de los mismos en la
salud del ecosistema urbano y sus habitantes. Por ello, considero que si esta
situación ocurrió tal como fue denunciado, merece el rechazo de toda la
ciudadanía, el cual debe estar acompañado de una convocaría amplia y abierta a
todos los ciudadanos a apoyar la defensa a nuestro derecho a disfrutar de
ciudades sanas, seguras y armoniosas, es decir arboladas.
¿Pero qué es un ecocidio?
La palabra ecocidio fue acuñada por científicos durante la
guerra de Vietnam para denunciar la destrucción ambiental y la catástrofe
humana generada por el uso extensivo de defoliantes químicos tóxicos como arma
de guerra por parte de las Fuerzas Armadas Estadounidenses. En este contexto el nuevo término se
construyó a partir de la confluencia de las palabras ecosistema y genocidio y
buscaba concientizar a la población sobre la destrucción masiva y sistemática
del ambiente natural producida principalmente por la acción humana deliberada.
A partir de ese momento, esta expresión ha tenido
importantes avances en términos de justicia ambiental y la responsabilidad de
gobiernos y empresas sobre el impacto de sus acciones sobre los ecosistemas y
los derechos ambientales de los ciudadanos.
No existe una definición única de ecocidio por lo que es
posible encontrar diferentes enfoques y aproximaciones a la idea básica antes
mencionada.
En tal sentido, algunos grupos lo han definido como el daño
extenso, destrucción o pérdida de los ecosistemas de un territorio dado. Pero
en esta definición podría caber el daño producido por un huracán o un deslave,
y creo que a nadie se le ocurriría acusar a un fenómeno natural de “homicida” o
“genocida” por más muertes humanas que pudiera generar su acción.
También ha sido definida como “la destrucción de vastas
áreas de ambiente natural como resultado de la acción humana deliberada”. En
este segundo caso se específica que la destrucción proviene de un acto humano
intencional, lo que excluye los daños que provienen de eventos naturales o
circunstancias fortuitas.
Por su parte, el grupo activista “Eradicatingecocide” lo
define como: “El daño extenso, la destrucción o la pérdida de uno o más
ecosistemas de un territorio dado, ya sea por intervención humana o por otras
causas, a un grado tal que el disfrute pacífico por los habitantes de ese
territorio se vea gravemente limitado, ahora o en el futuro”.
Este mismo grupo precisa algunas de las ideas incluidas en
esta definición:
1. Daño extenso: Que sea considerable (que abarque una
superficie en la escala de varios cientos de kilómetros cuadrados). Que sea
duradero (que su impacto persista por al menos un período de meses) y grave
(que suponga una alteración o daño considerable a la vida humana, los recursos
naturales y económicos u otros bienes)
2. Intervención humana: Que es posible identificar quién
causó el daño.
3. Otras causas: Se refiere al que no fue causado por los
seres humanos sino que ocurrió de manera natural.
4. Disfrute pacífico: Un término legal referido al derecho
de los habitantes a disfrutar de un bien sin interferencia o inconvenientes.
5. Habitantes: Se refiere a todos los seres vivos tanto
humanos como no humanos.
Estas especificaciones son enormemente importantes, ya que
pueden permitir la construcción de indicadores objetivos para determinar la
existencia de un ecocidio. A pesar de ello, todavía persiste la idea, a mi
entender inadecuada, de considerar el daño derivado de fenómenos naturales.
Si intentamos sintetizar los elementos significativos de
estas definiciones, consideraremos que estaremos frente a un ecocidio si se ha
producido un daño grave y extenso (en escala tanto geográfica como temporal)
sobre los ecosistemas en un territorio dado, provocado por la acción
humana deliberada, el cual genera un
efecto negativo sobre los derechos de las personas y la existencia de los
ecosistemas y comunidades biológicas presentes.
Por su parte, en Venezuela, ni la Ley Orgánica del Ambiente
(LOA) del 2011, ni la Ley Penal del Ambiente del 2012 incluyen el concepto de
ecocidio, y aunque pudiera extrapolarse a partir de la ampliación del concepto
de daño ambiental descrito por el artículo 3 de la LOA (Toda alteración que
ocasione pérdida, disminución, degradación, deterioro, detrimento, menoscabo o
perjuicio al ambiente o a alguno de sus elementos) aún no contiene elementos
claves de la definición a la cual hemos llegado. En tal sentido, en Venezuela
este concepto no tiene aplicación legal.
¿En Venezuela se han producido ecocidios?
"¿Es verdaderamente sustentable el modelo de desarrollo
que hoy está impuesto en el mundo? ¿Vamos a tratar de hacer sustentable lo
insustentable? No pretendamos lo imposible, no sigamos siendo necios,
reconozcamos las verdades y actuemos en consecuencia." Hugo Chávez Frías
Discurso en la II Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sustentable, 2 de
septiembre de 2002
Fundamentado en la anterior definición, podemos preguntarnos
si en el país han ocurrido hechos que puedan enmarcarse en esta idea. Por
supuesto no podemos en este artículo hacer una revisión ni siquiera somera de
la historia del ecocidio en Venezuela, por lo que apenas intentamos
preguntarnos si en este momento es posible describir algunos daños ambientales
como ecocidios.
De la información disponible, existen muchas situaciones que
pueden caber dentro de esta definición, por lo cual por razones de espacio sólo
revisaremos tres de los casos, que quizás podamos llamar ecocidios en función
de los impactos que están causando.
1. Efectos de la minería de oro en los estados Bolívar y
Amazonas.
La región de la Guayana venezolana sufre actualmente un
grave proceso de deterioro ambiental y humano producto de los efectos derivados
de la minería informal del oro. Quizás el más grave de estos problemas sea la
contaminación derivada del uso del mercurio en las actividades mineras.
Las investigaciones realizadas indican que un importante
número de la población local en las zonas mineras está contaminada con mercurio, frecuentemente con valores
muy superiores a los establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho en una de
las zonas estudiadas se encontraron
individuos con valores de contaminación entre los más altos del mundo.
Asimismo, en otra zona, el 92% de las mujeres presentan niveles muy superiores
a los máximos establecidos por la OMS, y de este grupo más del 36 % tiene niveles de contaminación tan altos que
presentan riesgos importantes de partos de niños con desórdenes neurológicos.
Asimismo, se han conseguido concentraciones significativas
de este tóxico en la atmósfera, cuerpos de agua, sedimentos, suelos, animales
acuáticos y vegetación. Igualmente, se ha observado una disminución de la
diversidad biológica en los cuerpos de aguas contaminados.
Por otra parte, se tiene evidencias de que la contaminación
por mercurio está afectando zonas aguas debajo de los ríos afectados por la
minería, amenazando a poblaciones lejanas a los mismos.
A esta grave situación se une el hecho demostrado
recientemente de la conexión entre actividad minera, la deforestación y elaumento significativo de los casos de malaria en la zona.
La situación empeora por el incremento de extracción de
madera en la región. En un reporte reciente se describe un operativo policial
internacional realizado en el 2013 que permitió el decomisó 292.000 metros cúbicos
de madera. Dos tercios del mismo provenían de Venezuela.
2. Gestión del agua.
Un importante número de las cuencas productoras de agua,
principalmente en el eje norte costero del país se encuentran severamente
afectadas poniendo en peligro la capacidad de proveer de agua potable a las
zonas de mayor concentración poblacional del país.
Por otro lado, el gobierno nacional ha informado que el país
cuenta con más de un 85% de cobertura en el tratamiento de las aguas servidas,
pero en la práctica grandes áreas urbanas no cuenta con ningún sistema de
tratamiento. Adicionalmente, la mayor parte de las plantas de tratamiento deaguas residuales existentes, están deterioradas o no funcionan. De hecho de
cada diez litros de aguas servidas, siete son vertidos directamente a cuerpos
de agua sin ningún tipo de tratamiento.
Estos problemas están poniendo en grave peligro la salud de
la población, ya que el servicio de agua potable se presta en condiciones
deficientes de cantidad, calidad y continuidad en todo el territorio nacional.
Un ejemplo importante de esta situación ocurre en el embalse Pao- Cachinche,
principal fuente de abastecimiento del Acueducto Regional del Centro, el cual a
su vez surte a importantes poblaciones de los estados Carabobo, Aragua y
Cojedes. El embalse recibe agua no tratada de varios afluentes con altos
niveles de contaminación, así como se bombea agua hacia el mismo proveniente
del lago de Valencia, este último tan contaminado que fue descrito en un foro
reciente, quizás de manera un tanto brusca, como una "poceta (inodoro)
tapada". Tal situación tiene como efectos que el agua distribuida a partir
del mismo no cumpla con los parámetros indicados por la legislación venezolana
para ser considerada apta para consumo humano y se tiene evidencia de que tal
situación está afectando la salud de la población que recibe esa agua. Este
caso es emblemático por el hecho de que se ha solicitado ante tribunales einstancias internacionales la solución a este problema sin que hasta ahora se
haya producido ninguna acción realmente efectiva.
3. Los efectos de la contaminación derivada de la producción
petrolera
La industria petrolera en Venezuela, a lo largo de su
historia, ha generado grandes impactos en los ecosistemas tanto en los procesos
de extracción, como en los de producción, refinamiento, distribución y consumo.
Algunos de los daños puntuales que ha
generado pueden ser considerados ecocidios por sí mismos.
La actividad petrolera ha contribuido de manera significativa
con el deterioro de ecosistemas tanto acuáticos como terrestres. Un caso muy
conocido es el daño producido al Lago de Maracaibo, tanto por los derrames
continuos producto de sus cinco mil pozos activos y una extensa red de tuberías
subacuática, así como de la industria petroquímica generadora de efluentes
tóxicos muchos de ellos persistentes. Tales daños han tenido efectos muy graves
sobre los ecosistemas lacustres, como sobre las personas que viven en su
entorno.
Otro caso ocurrido recientemente fue el derrame petrolero
que afectó al río Guarapiche en el estado Monagas en febrero del 2012. Se estima que el mismo
contaminó no solamente a éste río, sino que tendría efectos en el río San Juan
y el Golfo de Paria. A lo largo de este recorrido, el crudo derramado afectaría
la fauna acuática, la vegetación ribereña y los cultivos, dejando además sin
suministro de agua potable a la ciudad de Maturín por un espacio de varias
semanas.
Adicionalmente, la industria ha acumulado enormes pasivosambientales. Para el año 2005 Pdvsa reportó la existencia de 10.269 fosas
contentivas de 120 mil metros cúbicos de desechos peligrosos, 533 mil metros
cúbicos de lodos petrolizados y 2.353 instalaciones abandonadas
Una situación reciente en este sentido son las enormesmontañas de coque y azufre que se acumulan desde el 2008 en las instalaciones
del complejo mejorador Antonio José de Sucre en Jose, estado Anzoátegui. Estos
enormes volúmenes de materiales tóxicos, no solo son un riesgo potencial de
daño al ambiente y a la salud humana sino que su propia existencia produce
destrucción de los ecosistemas locales.
Asimismo, la industria petrolera contribuye con el cambio
climático global. En tal sentido la ONG ambientalista internacional Greenpeace
considera a Pdvsa una de las diez empresas con mayor nivel de responsabilidad
en este tema.
Estos pocos casos que revisamos indican que Venezuela han
ocurrido y ocurren muchas situaciones que pueden ser definidas como ecocidio y
que es necesario que toda la sociedad se reúna para actuar de manera decidida
frente a ellos y reclame la solución de las mismas.
Este proceso de participación social por nuestros derechos
ambientales debe ir mucho más allá de
las diferencias y polémicas que coyunturalmente nos separan y deben
servir de puente articulador para un despertar de la conciencia ambiental de
todos los venezolanos.
Entré a la educación ambiental a trabajar con niños. Treinta
años después creo que es más urgente trabajar con los adultos con la esperanza
de que pueden incidir sobre nuestro presente y así tener un futuro donde vivan
los niños de hoy, pero sigo teniendo devoción y amor por los niños. Por eso,
sentiría traicionar a los niños indígenas y criollos del Alto Caura, La
Paragua, El Plomo, El Callao, a los niños de las zonas populares de Valencia,
Maracay, Güigüe, San Diego, La Victoria, Palo Negro, a los niños de los
pescadores zulianos de Santa Rosa de Agua, Congo Mirador, Capitán Chico, Zapara y Ancón de Iturre entre
muchos otros sitios de Venezuela, si protestara por algunos (¿ya vamos por
cuantos?) árboles en situaciones nada claras, mientras me hago el desentendido
con sus tragedias y encubro el sentido verdadero de denuncia y clamor de justicia
social y ambiental de la palabra ecocidio.
Coda
¿Alguien sabrá cuál pueda ser el impacto ambiental y humano
del uso de varias decenas (¿o centenas?) de miles de bombas lacrimógenas usadas
en zonas residenciales en San Cristóbal, Mérida, Maracaibo, Maracay, Valencia,
Caracas, Puerto Ordaz y otras ciudades y localidades durante las últimas
semanas? ¿Podrá ser esto considerado un ecocidio?
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