Por Roberto Alcides Simancas Lara
La hipocresía chavista es superlativa, resulta que estos
gobiernos, quienes han gobernado a la nación por más de cinco
quinquenios, tiempo mediano para sentir el cambio del modelo de economía
rentística, ahora en las negociaciones con el gran capital, cuya cabeza menuda es el
tal Roig, de Fedecámaras; en boca del Rafael Ramírez y repiqueteado por
el ciudadano Presidente de la Nación, Nicolás Maduro, el heredero de
Chávez, convocan dicha conferencia con el punto único de estimular a los
empresarios privados a trabajar en pro del Nuevo Modelo Económico Productivo.
Refiere el citado Ramírez que la economía de enclave que se
tiene, es producto del transnacionalismo que nos ha dominado. Lo que
no dice este gran potentado, según noticia criminis, es que ellos llevan tres
quinquenios y en los cinco últimos años inauguraron la entrada del
trasnacionalismo chino y ruso en el negocio petrolero, en el peor estilo del capitalismo
primitivo: Te llevas el oro negro y nos prestas dinero, todo con base en un contrato
leonino.
Con una hipocresía y cinismo sin igual, comienza el Maduro a
discurrir y atisba al parecer que uno de nuestros problemas es el
contrabando hacia Colombia, no sin antes darle besos al pueblo colombiano.
Nada que señale la inmigración millonaria colombiana, el juego sucio de
guerrilleros y paracosicarios de ese país en entidades federales como el Táchira y el
Zulia, en aras de la geopolítica del Palacio de Nariño; sin dejar de
requetemencionar que la Guardia Nacional debe ser enjuiciada en los componentes que
hacen trabajo en dichas fronteras, al dejar que se vayan decenas de miles
de millones de dólares de aquí para allá.
Como deducción, el mandatario nacional reconoce el
desabastecimiento; sólo que lo toca al voleo y piensa que con operativos
efectistas con la carita de yo no fui de la Tarazona, todo se acabará por arte de magia.
La mentira económica oficialista por lo tanto se puede figurar en el
triángulo: nuevo modelo económico productivo, contrabando y desabastecimiento; tres
aristas que no tocan el entramado del poder tanto dentro como fuera de los
gobierneros, y que no es más que un saludo a la bandera del Maduro; quien se
olvidó definitivamente de los 25.000 millones de dólares otorgados
a las empresas importadoras de maletín.
Con uno que otro escarceo de dialéctica marxista, el hombre
habla de lo innegociable del camino hacia el socialismo. Pasado la hora
de alocución, el monologista público se explaya sobre los Once motores del
Plan de la Patria, autoría de su comandante supremo eterno, el finado Chávez.
Llama en todo caso la atención que el despegue de los motores será con
fondos del Fondem, Mercosur-Alba y el Fondo Chino, que aunado a los recursos
financieros que le pueda prodigar el sistema bancario público, les augura al
sector empresarial privado una buena entrada en el sistema de botín, que con
variantes es el chavismo en el poder.
Toda la arquitectura financiera a poco a favor en el texto
legal para entronizar una economía comunal, se viene abajo; para
favorecer incluso mediante el tema cambiario a los Amos del Valle, los
Boliburgueses y quienes se acerquen por vías inusitadas a Miraflores. De ese modo
finaliza una revolución de mentira: A paso de vencidos.
La negociación es el repartimiento de la gran torta que es
la renta petrolera, y para cerrar el Maduro activará pronto las
compras del sector oficial, que como es lógico suponer no serán transadas con las
cooperativas y empresas de producción social; sí con el gran capital y su
correaje de empresas, bien integradas en Fedecámaras o Conindustria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.