Rafael Iribarren
De febrero a febrero
Febrero de 2014 marca el cierre del “proceso”, el fin del
chavismo como un solo movimiento. El cierre de la elipse abierta en febrero de
1989 e impulsada en 1992; con su posterior auge y mengua de quince años
de régimen chavista desde el 98. El “4F” de 1992; más allá de su reescritura
novelada; realmente fue, en la impronta
del “Caracazo”, y con la destitución de Carlos Andrés Pérez; una de las
claves en la crisis final del puntofijismo.
El tiempo dirá si, como parece apuntar, este último febrero resulta con
aún más carga y alcance históricos que
aquel; pues si tal fue un hito en su etapa final; siendo el chavismo, en
esencia, la continuidad última de los cuarenta años que duró; estando ya en el
post-chavismo; estamos, mismamente, de lleno en el post-puntofijismo.
-I-.
Lo que Maduro denunciaba realmente era un golpe de estado
chavista contra él
En este febrero se desarrollaron, uno inserto en el otro,
dos procesos de gran alcance e incidencia inmediata futura en la vida nacional.
Uno, el proceso de movilización popular nacional; general, aunque impulsado
básicamente por los universitarios y estudiantes; y en el que se involucraron
activamente las comunidades de los
sectores medios; en el marco de la crisis general nacional que vivimos;
confrontando el gobierno de Maduro, Y, dos, el de la confrontación entre
chavismos; interna; aguda; tanto que lo que le dio las características de
tensión y violencia máxima que se vivieron, retroalimentadas día a día; fue el
impulso e intento de desarrollo del golpe de estado de un sector del chavismo;
de “la derecha endógena”, contra Maduro.
Quienes montaron e intentaron el golpe chavista contra
Maduro, con su propia agenda; lo insertaron,
aprovechándolas, en la movilizaciones universitarias; haciéndolas
reprimir, más allá de las líneas oficiales;
brutalmente y con saña sin predecentes, por la GNB y paramilitares
mercenarios motorizados; bajo su dirección propia; matando a decenas e hiriendo
a centenares de manifestantes desarmados; en la idea de provocar el desencadenamiento de una
violencia generalizada, armada; y presentarla como “un golpe de derecha en
marcha”; que justificara un pretendido “contrataque fulminante antifascista”; realmente, un golpe
“cívico-militar”; desde afuera, un “autogolpe”, contra Maduro. Sin que esté
claro su alcance concreto; si era para sacarlo inmediatamente; o si, “por
ahora” solo para imponérsele fáctica y políticamente.
En cadena nacional, (ND/ 10.03), Maduro declaró: “Hemos
enfrentado el golpe de Estado, lo hemos neutralizado y está derrotado”; y, un
“golpe de Estado que se activó con violentas protestas”. Declaraciones dadas en
forma deliberadamente ambigua y sin detalles; y sin nombres de golpistas indiciados o presos; aparte
señalamientos y acusaciones generales; sin ni siquiera molestarse en mostrar
nada creíble que indicara la posible existencia de plan alguno, real, ni
montaje golpista alguno, concreto; que creíblemente, al menos, siquiera
pareciera vinculado a las movilizaciones universitarias y las guarimbas. A
pesar de que en dichas declaraciones, afirmó que el “golpe de Estado”,
“enfrentado”, “se activó con violentas protestas”; obviamente, refiriéndose a
aquellas.
Ni civil ni militar retirado da golpe. Un “golpe de Estado”,
por definición, insoslayablemente, es dado
por militares activos; con mando
de tropa, con poder de fuego, etcétera; y/o, en tal caso, en alianza
cívico-militar; pero, con civiles, con
poder concreto. Sin embargo de lo qué, en las declaraciones de Maduro y
demás voceros chavistas; no se menciona
que haya presos ni indiciados huyendo; ni militares ni civiles. De lo que hay
que concluir; uno, que realmente, sí hubo un golpe; obviamente, contra Maduro;
dos, que fue activado enmarcado en las movilizaciones universitarias y
comunales; aunque no vinculado operativamente a ellas; tres, que, por
definición, fue militar o cívico-militar; cuatro, que fue “neutralizado” y “derrotado”; y, cinco,
que los militares y civiles involucrados en el golpe, siguen activos en la FANB
y/o en las estructuras de Poder en las que están. Conclusiones a las que vale agregar, que en
las declaraciones referidas de Maduro; en contra de su estilo y práctica
públicos; ni señaló ni acusó a nadie, ni concreto ni genérico; a nadie de la
oposición ni siquiera. Y que no fue claro a quién está destinado el mensaje.
De los muertos de La Candelaria a la Toma de San Cristóbal a
La Conferencia de Paz
En otro escrito sobre el 12F, analizo la secuencia de hechos
y acciones que pautaron la confrontación en este febrero entre
golpistas y el contragolpistas
chavistas. De ella vale referir,
los dos eventos clave de su desarrollo y final. El primero, es de los muertos
el 12F hechos por comandos cívico-militares, SEBIN y paramilitares motorizados;
identificados, según, no con total propiedad, como “colectivos”; actuando
evidentemente con objetivos y propósitos concretos propios; fuera de la agenda
oficial; desconociendo, “desobedeciendo,” según Maduro, sus mismas órdenes de
“acuartelamiento”; y las del general Bernal, entonces jefe del cuerpo. Es claro
que tal acción tenía como su objetivo principal, preciso, el de hacer el “muerto”; emboscarlo; igual preciso con
nombre y apellido; el muerto exacto; que “alguien”, que, “matando dos pájaros
de un tiro”, buscaba para producir el desencadenamiento de la violencia que
llevara al “otro 11 de abril”; y al que se justificara responder “como el 13”;
según, con el “contrataque fulminante antifascista”. Los muertos de La
Candelaria, marcaron la puesta “en marcha” del golpe de la “derecha endógena”,
chavista, contra Maduro. El otro evento clave, una semana después, fue la toma
militar, bélica, de San Cristóbal, el 19 de febrero, comandada directamente por
el MIJP, Miguel Rodríguez Torres; con Sukhoi, helicópteros artillados, brigadas
de paracaidistas y blindados ligeros. Tal toma, militar, bélica;
desproporcionada; sin, ni cualitativa ni cuantitativamente, nada que ver con
las características y dimensiones reales de la situación en el Táchira; dura e
intensa, ciertamente; pero civil, desarmada. No fue otra cosa que una
demostración de fuerza; un despliegue de poder de fuego, real concreto; de
apoyo concreto al gobierno de Maduro. La muestra de la capacidad y disposición
resteada del sector chavista identificado con él; a activarlo como contragolpe, al golpe, que ciertamente estaba
“en marcha”; montado y arrancado
cívico-militar mismo desde un
chavismo.
El despliegue militar, bélico, en San Cristóbal comandado
por Rodríguez Torres identificado con Maduro y su política de diálogo; o frenó,
o coincidió con que fuera frenado “el contrataque fulminante antifascista”,
según, inminente, al que abiertamente
Ameliach llamó a preparase a las UBCH el 18; víspera de la toma militar de la capital tachirense. Luego de la
cual y sobre la marcha, Maduro; hasta
con un requiebre conciliador en su discurso; reactivó sus internamente cuestionadas y saboteadas, llamadas e
iniciativas al diálogo con la oposición y los sectores empresariales. Sobre la
marcha hizo convocar e invitar a Miraflores, primero, el lunes 24, al diálogo
con alcaldes y gobernadores de oposición en el Consejo Federal de Gobierno. Y
cuarenta y ocho horas después, el miércoles 26; instaló la “Conferencia para la
paz”; con asistencia mayormente chavista; pero con la participación activa de
los más destacados representantes
empresariales; además de dirigentes políticos no alineados. Activado el
contragolpe, con los evidentes efectos disuasivos, del poder de fuego
desplegado en el Táchira el 19; Maduro, contra la confrontación y el saboteo
internos a su política del diálogo en función de lograr alguna gobernabilidad;
remató políticamente con las reuniones del 24 y el 26 en Miraflores.
II-.
En manos de Maduro “se está perdiendo el legado de Chávez”
El golpe chavista; de un chavismo; o de varios en alianza;
de, o, con la “derecha endógena”, contra Maduro; tuvo, o, tiene, dos
sustentaciones. La primera, la menos determinante; en el fondo solo una
justificación; la de que, según, “en sus manos se está perdiendo el legado de
Chávez”; que es manejada en general dentro del chavismo por todos los sectores;
aunque particularmente en las cúpulas y sectores militares más cuestionados y
fascistizantes, que tuvieron con Chávez un poder que ya no tienen. Aparte ello,
de cuál fue, y de qué dimensión real y valor, es el tal “legado”; y de cómo quedó el país en él. Aparte igual de
si, vivo él, la profundización de la crisis actual sería igual y
continuaría como hoy sucede. El hecho es
que para el chavismo en general, hoy, con Maduro no ha habido chavismo sin
Chávez; “el proceso” ya no es tal; y la responsabilidad de eso, se hace recaer
en él. La segunda; esta sí determinante; es que, ya no “el legado”; sino la
sucesión, la herencia, de poder sobre todo; aunque también, política, en la
medida de que, al menos transitoriamente, esta soporta a aquella; esas herencia
y sucesión, no están resueltas; no son ni aceptadas ni asimiladas por el grueso
de las muchas, empoderadas y enriquecidas, cúpulas y jefaturas chavistas. Sobre
todo por quienes real o noveladamente, militares en un casi cien por cien; se presentan como 4febreristas; como
“comacates”; que, según, sí se las habrían jugado con Chávez entonces. De tal
forma que, independientemente de que haya sido su voluntad última; que un Maduro,
que, aparte versiones noveladas nunca estuvo realmente en nada o en casi nada,
cuyo único mérito fue serle incondicionalmente leal; ser su “ordenanza” civil;
además de que evidentemente “no tiene con qué”. sea el continuador, el sucesor,
el heredero, del poder, y de los recursos de toda clase que eso significa; sea
el jefe de un “proceso” que comenzó fue en los cuarteles, entre militares; a lo
interno del chavismo, simple y realmente, no lo acepta nadie. Nadie.
Virtud o defecto; Maduro no habiendo nunca pasado de ser un adlátere, el más incondicional, de
Chávez; nunca trató de hacerse de una base, política o político-organizativa propia. Es
presidente, exclusivamente, por unción, por herencia; pero, sin el menor apoyo
ni bases propias dentro del chavismo; ni en el PSUV ni en el PP. En un movimiento
político organizado; que tuviera una estructura y dinámicas internas, digamos,
consolidadas; colectivos, etcétera; niveles, jerarquías; tal vínculo con el
jefe, podría ser un suficiente punto de arranque. Pero en la inestructura y la
inconformación; en el todos contra todos que es su ley interna; sin ningún tipo
de organización real, partidista, corporativa;
como siempre fue y hoy sigue siendo el chavismo; el no ser más que el
ungido de Chávez; sin historia y sin ninguna base concreta propias; no solo que
no es suficiente; sino que, como está sucediendo, termina siendo, una contra
absoluta. Dentro de las cúpulas y burocracias chavistas; en ninguna de las
tendencias, ni en las izquierdas y progresistas honestas que quedan en el
chavismo; ni en los oportunismos, clientelismos y mafias de todo signo que son
su mayoría; ni en las derechas fascistizantes militares, ilimitadamente
corruptas, que mayormente controlan los centros de poder; Maduro tiene ningún
apoyo propio real. Desde que asumió, se ha movido y mantenido es con base a
pactos de sobrevivencia mutua; y a alianzas circunstanciales; burocráticas. La
militarización de sus equipos de gobierno; mayor que la del mismo Chávez; con
efectos más aparentes que reales; no agregando nada en cuanto al manejo y el
control, en la gestión concreta de los problemas nacionales; muestran que la
sustitución de burócratas civiles chavistas, por burócratas militares de alto
rango; han resultado en cambios solo de imagen y retórica. Y para peor.
III-.
Diciembre 2012-febrero 2014: un año de acumulación hacia la
“masa crítica”
Un repaso de algunos de los eventos más determinantes de la
dinámica de poder interna de los chavismos; desde la última venida Chávez,
hasta este febrero del golpe chavista
contra Maduro; del desarrollo de su crisis total en que está; muestra una
secuencia de momentos de gran tensión, confrontaciones no siempre sordas; de
gran acumulación de desacuerdos,
rechazos, frustraciones y resentimientos .A pesar de la actitud y retórica formalmente
compartidas entre sus protagonistas; de su sobreactuada supuesta hermandad de
ser todos hijos de Chávez.
.- La venida de Chávez en diciembre del 2012; realmente, fue
un golpe a los autoconsiderados sus
eventuales sucesores y a sus aspiraciones. A pesar del rechazo general y la
descalificación de que es objeto; sobre todo interna en el chavismo; que Cabello como presidente
de la AN que entonces era, asumiera temporalmente la Presidencia si se daba su
falta absoluta; siendo lo constitucional; era obvio. Además de por ser primer
vicepresidente del PSUV; segundo hombre del chavismo. Pero la designación de Maduro como su sucesor,
candidato presidencial en tal caso; y más aún la de Molero Devía en Defensa;
fueron desconcertantes; todavía hoy, racionalmente incomprensibles, en general
para el país y el chavismo y particularmente para las cúpulas chavistas y
4Febreristas; llenas de auto-considerados; según, con más propiedad, para esas
designaciones. Eran inaceptables.
.- En secuencia con lo anterior; muerto Chávez y declarada la “ausencia absoluta”; fue
notorio, aunque ensordinado, el drama de manipulaciones y brujuleos, dentro de
las cúpulas y burocracias chavistas y en
los centros periféricos de Poder; en función de bloquear, a pesar de ser lo
constitucional y su última voluntad; la
asunción de Cabello como presidente interino. Terminaron inventando la figura
de “Vicepresidente Encargado interinamente de la Presidencia”, hasta las nuevas
elecciones presidenciales; para bloquearlo.
.- Ya, obra y gracia del CNE-SMARTMATIC, “electo”
Maduro en abril del 2013; en mayo, el G2
por medio de Mario Silva, puso en
evidencia la podredumbre general de las cúpulas chavistas; de todas, obviamente
del entorno de Miraflores; del “pozo de alacranes” como lo llamó Muller Rojas;
salvando a muy pocos, entre ellos a Maduro; presentando entre los más y peores,
precisamente a Cabello.
El retrato en grupo de la podredumbre de las cúpulas
chavistas hecho y difundido por el G2 y Silva; obviamente con soporte de
inteligencia y documental probatorio suficientes; habría sido la base de la
verdaderamente abismante acción de Maduro; (y, ¿quién?, y, ¿con qué base
concreta de poder fáctico?); el 5 de Julio; cuando, sin la menor dificultad
aparente, ni la más mínima reacción de nadie; pasó a retiro a toda la alta
oficialidad chavista, 4Febrerista, “centauros” todos; en que Chávez se había
soportado continuadamente por años; entre los que estaban varios señalados en
el informe del G2 y Silva; con las peores acusaciones con nombres y apellidos.
Decenas de retirados, entre los que
había al menos tres o cuatro generales
y contralmirantes que se consideraban, ellos mismos, con, según, bastantes razonables opciones de
ser designados titular de Defensa. Como se sabe, la designación de la contralmirante
Meléndez constituyó “un tajo”.
Al pase a retiro de todo el generalato chavista, sucedieron
dos medidas simultáneas tomadas por Maduro; de inevitablemente fuerte
incidencia política dentro de los chavismos; en general, pero particularmente en
los militares. A varios, a los retirados más destacados, los impuso como
candidatos a alcaldes; y a otros los colocó en cargos altos de gobierno; varios
con rango ministerial. Pero a cuatro, de igual rango que los demás; y que igual
que a todos, había pasado a retiro mismo el 5 de julio; los ubicó también en
cargos de rango ministerial; pero además, insólitamente, sin precedentes y sin explicación; solo días después de
pasados a retiro, los reincorporó al servicio militar activo.
.- Ya ministra la contralmirante Meléndez, en octubre, se
produjo la acción de unidades de La Armada, de detener en aguas territoriales
venezolanas, al barco de exploración oceánica, TEKNIK PERDANA, de la empresa
petrolera norteamericana ANADARKO, contratada por Guyana en función de
concesiones petroleras que viene dando. No se ha aclarado quién tomó la
decisión y puso en ejecución dicha operación; que, al menos formalmente no fue, hasta ahora no
lo ha sido, asumida por la ministro. Pero fue una inocultable negación, activa,
fuerte, de la más básica geopolítica chavista; originalmente de Chávez; y
luego, sin quitarle una coma, asumida por Maduro que, solo semanas antes había
visitado Georgetown, más que amigablemente, como socio y aliado incondicional;
dándole, de hecho, luz verde a sus pretensiones sobre territorio nacional.
.- Otro hecho que se produjo después, en noviembre; con
similar o mayor significación, que el incidente con Guyana; fue la, tampoco
anunciada formalmente, participación de la FAV en los ejercicios de guerra aérea,
CRUZEX FLIGTH 2013, en Brasil, conjunta con otros siete países del Hemisferio,
entre los que estuvieron EEUU y Canadá. Hecho éste que, sin relativismos,
constituyó la negación concreta, absoluta; no solo, también, de la geopolítica
de Chávez; y de Maduro; sino del núcleo básico de su discurso, antimperialista,
antiamericano etcétera; anticapitalista. Tampoco fue tema; aún hoy no lo ha
sido; de ninguna declaración ni
explicación oficial; a ningún nivel.
.- En el año que Maduro ocupa Miraflores; la rotación de
cargos al mismo estilo de Chávez ha sido constante; tan incoherente y arbitraria, evidentemente sin
nada que ver con criterio alguno de buscar y garantizar la mejora y, menos, la
optimización de la gestión gubernamental. La desprofesionalización y
militarización del gobierno ha sido la constante; y la inestabilización de los
designados en los cargos. En el caso de Chávez, tenía su lógica; era coherente
con su sentido de impedir que se crearan áreas controladas por pequeños jefes;
que aunque fueran sus subalternos, en un determinado espacio, ejercieran algún
poder propio; aunque no relativizaran el de él. La rotación permanente y
acelerada que aplicaba a sus equipos; era para que sus funcionarios no se
estabilizaran. La estabilidad y la permanencia en un cargo en un determinado
nivel y nicho de Poder; significaba, de hecho compartir el suyo, absoluto; en
algún grado relativizar su autoridad y jefatura absoluta. Y le funcionó; logró en todas las áreas y niveles, equipos
de gobierno absolutamente anuentes; absolutamente incapaces pero incondicionales, verdaderamente eunucos.
Aunque, ello a costa de la contribución
que al caos nacional significó esa extrema desprofesionalización y
militarización que le impuso a su gestión gubernamental. Esta disgregación
viene al caso; porque al Maduro aplicar la misma manipulación de sus
designaciones, destituciones, enroques, etcétera; aparte seguir contribuyendo
mediante la mayor desprofesionalización y militarización a intensificar la
inercia de la caotización nacional; la profundización de la crisis; que hoy se
vuelve contra él; y aparte de lograr,
como Chávez, impedir la estabilización de sus funcionarios y equipos; el
alcance último de ese “logro” es opuesto al que aquel buscaba. En su caso, la
estabilidad de sus subalternos, en perspectiva, era un riesgo para su concentración absoluta del
Poder. Mientras, al contrario; la de los equipos, de Maduro, apuntaría o,
hubiera apuntado a una mayor eficiencia de su gestión; y a tener o a ir
logrando, un cierto piso político propio; del que carece siéndole hoy de vida o
muerte; y que Chávez para mantenerse en el Poder nunca necesitó.
.-IV-.
Entrampado Maduro en su modelo y su retórica; hay que
“salvar el legado de Chávez”
Condicionado negativamente en todos los sentidos;
contextuales e internos; junto a sus insuficiencias, propias y las de sus
equipos de gobierno, rotados y enrocado una y otra vez; Maduro no ha logrado
definir políticas coherentes en ningún área de la vida nacional. La crisis en
acumulación inercial que caracterizó la gestión de los últimos años de Chávez;
en la gestión postchavista, no ha hecho sino ampliarse y profundizarse a ritmo
diario creciente. Durante el año largo que lleva su gestión, se totalizan más
de 5.000 protestas, de todos los sectores en todo el país; particularmente de
los sectores populares y medios. No hay ningún sector; ni popular ni medio ni
empresarial; ni de gobierno ni de oposición; ni chavista ni no chavista; que se
identifique con la gestión de Maduro Para el país; incluido el país chavista y
los militares; él fracasó; peor aún, en
la perspectiva previsible de seguir fracasando. En la perspectiva, hasta de
corto plazo, de que ese seguir fracasando
lleve al país a un colapso total; al borde del cual, la sensación y la
inteligencia nacional, común e ilustrada, percibe que ya estamos.
La crisis total que vivimos, realmente, no causada por la
gestión de Maduro; pero profundizada,
rueda libre en ella, dada la
incapacidad, la incoherencia lo
contradictorio e improvisado y dominado por la corrupción que la caracteriza;
viene de atrás; de la gestión del propio Chávez; igual incoherente,
contradictoria, improvisada y supremamente corrupta. A pesar de lo que se
invoca, para cuestionarlo, a Maduro, que en sus manos, “se está perdiendo el
legado de Chávez”. A pesar de que la crisis inercial que vive el país, es el verdadero legado de
Chávez. Y de que sería igual con él vivo; y hasta con cualquiera, incluso de
oposición, que estuviera en Miraflores; a menos que se produjera un verdadero
cambio en las relaciones bicentenarias de Poder que tenemos. Sin embargo su
incapacidad para manejarla; y hasta para intentarlo; para ir más allá la misma retórica de la “guerra económica”,
del “golpe”, de “la desestabilización” del “magnicidio”; y de la aplicación de
la misma estrategia de militarizar la economía; sin lograr ni siquiera
ralentizarla; en el marco del riesgo cierto en que estamos de un colapso total
inminente; crean el cuadro ideal para justificar un golpe. No ya para el golpe
“del imperio” de la panfletaria retórica chavista; aunque en ella se plantea
así. Sino del propio golpe chavista;
según, para “salvar el legado de Chávez” que fue el que realmente la “derecha
endógena” puso “en marcha” en este febrero.
V-.
Balances
Lo propio es hablar de balances; en plural; correspondientes
a tres de los niveles determinantes en que se dio la dinámica de este febrero: 1.- el de la
confrontación interna chavista: del golpe chavista contra Maduro; 2.- el de las
relaciones político-institucionales entre el gobierno y la oposición; y 3.- el
de la dinámica socio-política; de las correlaciones entre la gente y el Poder.
1.- El golpe chavista contra Maduro; que fue el que
realmente hubo y estaba “en marcha”; como va dicho, enmarcado en las
movilizaciones, fracasó; propiamente, fue derrotado militarmente antes de que
se concretara. El sector de militares y civiles chavistas; muchos militares
4Febreristas principalmente; resentidos y/o disconformes; hoy gobernadores y
altos funcionarios gubernamentales; para quienes “el legado de Chávez se está perdiendo”;
obviamente, en manos de Maduro; (¿de quién más, si no?); que manejaron con la estrategia y la retórica del
“contrataque fulminante antifascista”; dispuestos, de ser el caso, a empujar al país a la guerra civil; poniendo a
Maduro a “saltar o encaramarse”; se frenó, ante el contragolpe que fue la toma
militar de San Cristóbal. Luego de eso, Jaua, sin claridad acerca de a quién se
dirigía declaró que “el intento de llevar al país a una guerra civil, fracasó”;
expresión que repitió, al llegar a Santiago de Chile a la toma de posesión de
Bachellet, el 10 de marzo. Y que igual fue a lo que se referían el 8 de marzo,
las declaraciones de Maduro; de haber “enfrentado y neutralizado…un golpe de
estado…”; igualmente sin ningún detalle en ningún sentido ni aspecto.
De la confrontación interna entre chavismos; de la tensión
entre el golpe y el contragolpe; Maduro salió, digamos, victorioso; mientras
el chavismo golpista se frenó y bajó la guardia; al menos por ahora. En el
tiempo se verá si la nueva carga de frustración y derrota que resulta; será de
alguna forma asimilada; o drenada; o si
se convertirá en una nueva acumulación hacia la “masa crítica” que en algún
momento se desencadenará. Con la desaparición de Chávez, aunque siempre
fue no más que un agregado incoherente
de grupos y mafias de todo tipo; la unidad del chavismo, que él mantenía; dio
paso a los varios chavismos que hoy hay;
no revueltos y solo más o menos agrupados,
en base a la idea genérica de
salvar “el proyecto”; en realidad y propiamente por el interés de sobrevivir y
sostenerse en el Poder; circunstancialmente en torno a Maduro presidente. Pero,
a partir de este febrero de la derrota del golpe de la “derecha endógena”
contra Maduro; entre los chavismos queda una fractura muy honda. Entre quienes
saben que lo volverán a intentar sacarlos del Poder, o someterlos; y entre
quienes, aunque hoy frenados; solo esperarán otra oportunidad.
2.- Gobierno y oposición, a partir de los resultados locales
del 8D , están emparejados. En el plano político-institucional, cuantitativa y
cualitativamente, el país aparece repartido en dos; polarizado. Pero ello no
significa que la subjetividad nacional, se reparta igual parejo,
correlativamente a tal reparto político-institucional; las bases de las
organizaciones chavistas y de oposición, las que realmente hacen alguna vida vinculada a ellas, están absolutamente
atomizadas y minimizadas. Y las cúpulas de ambos istmos; PSUV-PP, por su lado;
y la MUD y sus principales partidos, por el suyo; en general y salvo
excepciones relativas; viven crisis crónicas, estructurales; sin nada que ver
con las dinámicas sociopolíticas reales, de base.
Las crisis internas de las cúpulas de ambos istmos; de sus
principales partidos y aliados; realmente, ambos, aparte retóricas, solo
aparatos y franquicias electorales y candidaturales; presionados en este
febrero por la necesidad de manejarse ante la intensificación de la confrontación
de la gente con el Poder, con la gestión pública; atrapados en sus intensas e
inmanejables contradicciones e inconsistencias; aparte de no lograr un mínimo
de coherencia en sus discursos ni en sus políticas; se fueron invalidando,
incapacitando, para relacionarse ni
política ni político-institucionalmente entre ellas; en función avanzar hacia
alguna forma de diálogo o interlocución. Habiéndose conformado y manejado
electoralmente, que es a lo que se han reducido sus existencias; con base a una
polarización, inducida e irracionalmente simplificada, su razón de ser y su
oxígeno político; hoy no sobreviven sin ella. Cuando la despolarización
político-institucional, sería, tiene que ser, la base del diálogo y la
convivencia que desde ambos istmos se invoca. Cualquier “bajarle dos” a la
manipulación polarizante, a la
radicalidad y el extremismo en la retórica y en la actitud; por parte de ambos,
aunque principalmente de los chavismos; le resulta muy costoso, demasiado
costoso políticamente; letal.
El gran perdedor, de esta confrontación de febrero, entre la
gente y el Poder, es el gobierno del chavismo-madurista, para quien el diálogo,
y la búsqueda de consensos, hacia lograr alguna forma y grado de
gobernabilidad; es su única opción real de sobrevivencia. De lo que no se
concluye, que “la oposición”, la MUD, etcéteras, sea correlativamente,
ganadora. El diálogo y la búsqueda de consensos; es la única opción para ambos;
gobierno y oposición. La emergencia del diálogo se impone emergentemente; a
pesar de la incoherencia e inconsistencia gubernamental; y del entrampamiento
de la oposición. Tanto que independientemente de ella, sectores no-chavistas,
no gubernamentales, sobre todo empresariales; aunque también políticos; a pesar
de cuestionamientos y críticas, muchas, válidas de que son objeto; asumen
involucrarse en las iniciativas, que aunque, “en veremos”, promueve el
gobierno.
3.-El aspecto más dramático y de mayor alcance de la
dinámica nacional actual mostrada en este febrero; fue el de la relación, de distancia
y tensión crecientes, entre las subjetividades, entre la gente, y el Poder.
Circunstancial y coyunturalmente entre las subjetividades y el régimen, y el
gobierno y “el proyecto”; pero, mucho más allá; entre la gente, y el sistema.
Las más de 400 protestas en promedio mensuales; unas 5.000
el año 2013; dispersas y desarticuladas; sin embargo, en este febrero de
movilizaciones masivas generalizadas, si no confluyeron propiamente; estuvieron
en sintonía nacional con la beligerancia y la agenda de los universitarios,
básicamente; y de los vecinos. Dimensionándose o enmarcándose nacionalmente, en una sola agenda general
nacional, las luchas locales, sectoriales, regionales. Lo local, lo sectorial,
lo regional; tuvo permanente resonancia nacional en el marco de las
movilizaciones nacionales; de forma que
cualquier problema, deterioro, perversión, inexistencia, en lo que sea, en
donde sea que la gente padece; se evidenció que no es más que expresión específica, de la profunda,
estructural, crisis total en que estamos.
Lo primero que se hizo evidente fue que frente a la
movilización y beligerancia universitaria, estudiabtil y vecinal; en sintonía
con las demás reacciones ante los problemas; el gobierno, como tal, no dispuso
de otro recurso que la utilización de “la violencia institucional”, justificada
en el marco de la cínica y vergonzosa manipulación mediática del discurso de la
“guerra económica” y de la “desestabilización” a que se le estaría sometiendo.
Y como régimen, los chavismos, tuvieron que limitarse a la utilización,
camuflada y acoplada con la GNB y la PNB, del terrorismo mercenario motorizado;
que cubiertos y apoyados, mató e hirió impunemente en movilizaciones básicamente pacíficas; y en
guarimbas, desarmadas; desarmadas a pesar de la mínima infiltración, de que en
realidad fueron objeto, por promotores
de la violencia de cualquier signo.
Fue notorio que las cúpulas burocráticas chavistas, hoy ya
no tienen sino una mínima capacidad; siempre transportándola pagándola; nada espontánea; de movilizar
importantemente los sectores que, aún identificándose como chavistas; ya críticos, escépticos,
neutralizados; no están dispuestos a movilizase por el régimen; menos para
enfrentar movilizaciones populares de reacción a una crisis de la que también están
conscientes porque ellos la sufren igual. Y menos, para ir a matarse con ellos.
La nostalgia de “otro 11A”; que algunos, de ambos istmos, indisimuladamente han
mostrado; se frustró. No, porque no hubiera la enfermiza disposición a otro
“Puente LLaguno”; que sí la hay en ambos; sino porque, a pesar de
infiltraciones, provocaciones y protagonismos, la calidad e inteligencia
política con que se desarrollaron las movilizaciones, estudiantiles y
sectoriales; incluso las guarimbas; permitió evidenciar que estaban
absolutamente desarmadas. Además de que; aunque al confrontar al gobierno y sus
políticas, inevitablemente la gente movilizada coincidía con la oposición a él;
fue evidente que, en general, ni se identificaba con ella ni con sus factores
ni proyectos personales o partidistas; ni respondía a sus líneas ni estrategias
polarizantes. Fue evidente la autonomía
y la agenda propia, sectorial, nacional, que llevó a los estudiantes en general
y mayormente a los vecinos a coger y mantenerse en la calle. La misma
prolongación de la permanencia durante semanas de las guarimbas, con todo y la
crítica política, justificada a partir de un determinado momento; de que fueron
objeto por la misma gente identificada con ellas; muestra la autonomía con que
eran movidas.
.-VI-.
Conclusión
Este febrero de 2014, no fue el “11A” objeto de la nostalgia
de los sectores más oscuros de ambos itsmos. Fue el febrero de cierre de esa
elipse que abrió en 1989 con el Caracazo, siguió con el 4F del 92 y se
desarrolló, ascenso cima y descenso, a partir del 98, en los 15 años del
chavismo. En éste febrero se marca el inicio del
post-puntofijismo/post-chavismo.
No fue otro “11A”; fue muy superior en sus aspectos
principales; y, seguro se verá a corto plazo; de mayor y mucho más profundo
alcance histórico. Fue superior en cuanto a su dimensión; realmente nacional.
La confrontación en 2002, fue casi exclusivamente circunscrita a Caracas.
Además, en este febrero, se mostró una más alta e inteligente consciencia y
actuación políticas; de la gente; de los estudiantes movilizados; y de las
comunidades, que, en general, en el marco de la confrontación, supieron llegar
al límite de la demostración de fuerza política de masas que se instaló en la
calle; sin, en general, dejarse empujar a la violencia por la provocación
sistemática, ciertamente golpista, sobre todo, aunque no solo, de sectores del
gobierno y del chavismo. Y, fue superior, en que, si entonces operó la intensa
y obscena manipulación mediática, extremadamente polarizante, en función del
juego de los factores tradicionales de Poder, que hubo; ahora, las
movilizaciones locales y sectoriales; realmente autoconvocadas; dimensionadas
nacionalmente; fueron el resultado, casi exclusivo de las comunicaciones e
información por las redes. Ahora no hubo la incidencia, sobre todo, de las TV
de entonces.
Y, de mayor y más profundo alcance histórico. En este
febrero se mostró; y, básicamente queda; la base de una nueva correlación
sociopolítica nacional; según, en ciernes; pero en la perspectiva de
consolidarse y desarrollarse. Una innegable mayoría rechazando al gobierno, al
autoritarismo al militarismo chavistas;
determinantes en la profundización de la crisis nacional; y al partidismo
puntofijista, el histórico y el nuevo; determinante en su causación primaria; y
que quedó al márgen. Como está dicho
arriba; ni las movilizaciones respondían a ninguna estrategia de la MUD ni los
partidos y/o candidatos de oposición; ni “del Imperio, etcétera”; ni las bases
chavistas se movilizaron; ni para contrapesar la confrontación de la gente
contra el gobierno; ni para apoyarlo y defenderlo. Al gobierno no le quedó otra
que recurrir a la violencia; cuando su agenda inicial de manejar o pulseo de la
situación, llamando al diálogo; fue
saboteada y hecha posponer; por la
activación de la otra agenda chavista de
“la contraofensiva implacable antifascista” el verdadero “golpe en marcha”; que
provocó, no la violencia que buscaba; sino una respuesta de masas, inteligente,
crecientemente expansiva consistente y madura políticamente.
Después de ahora, de este febrero; irreversiblemente, ni el chavismo es ni seguirá siendo el mismo;
ni su oposición perfecta, es ni seguirá siendo la misma. A ambos toca “pasar a
retirar su liquidación”.
Estamos en el post-chavismo-post-puntofijismo, Ahora si
estamos en el Siglo XXI.
Caracas marzo del 2014.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.