G. Acosta
ORIGEN DE LA ASAMBLEA
Muchos no saben que la asamblea realizada en la FAU ayer (miércoles 19 de marzo de 2014) es fruto de discusiones previas que se dieron tan sólo dos días antes con motivo de exponer las razones de estudiantes que mostraron su descontento con el “paro activo” que venía dándose y que había sido acordado por mayoría en una encuesta de la Escuela.
La mayoría de las personas que no querían el paro resultaban ser oficialistas quienes no se identificaban con la protesta, algunos de ellos se escudaban en el marco legal de la CNB, la Declaración de DDHH, la Ley de Universidades, entre otros. También se cuestionaba que ciertas preguntas de la encuesta (en la cual cerca del 90% de los participantes estaba de acuerdo con el paro) tenían un rango de respuestas muy limitado y que por eso no participaron. Por supuesto que había otros que sin la necesidad de tintes políticos cuestionaban el alcance que podía tener el paro, tanto como las ventajas y desventajas que éste podría traernos.
LA ASAMBLEA
Con una introducción en conjunto, tanto quienes apoyaban como los que no al paro, expusieron sus enfoques de la situación para contextualizar y pasaron a dar derecho a palabra.
Las personas que el lunes se habían expresado, lo hicieron de nuevo. Muchas otras personas cuestionaron también el paro, como también hubo quienes criticaron la posible escueta participación en las actividades del supuesto y polémico “Paro Activo”.
Distintas opiniones más se dieron en la asamblea, cada quien expuso su punto y se acordó hacerle ajustes a la encuesta para ver la opinión general en conocimiento del descontento de una parte. ESO es democracia, la no opresión de las minorías sino la búsqueda de que nadie sienta sus derechos pisoteados, la búsqueda de acuerdos en conjunto aún en conocimiento de que existía una decisión previamente apoyada por la mayoría.
SITUACIONES IRREGULARES
Se dio un “break” a la asamblea y desde la tranquilidad del jardín de mi facultad sostenía una conversación con un gran amigo, cuando veo que tres personas entran a la escuela en actitud sospechosa, todos con lentes oscuros y dos de ellos con chaquetas. Rápidamente, reconocí a uno de ellos por haber participado en la golpiza propinada en la asamblea realizada el pasado 13 de febrero, sí, el mismo con quien lamentablemente compartimos casa de estudios (salvo que él es de Trabajo Social), al mismo que se le ve en fotos grafiteando “CANDELA Q’ PRENDAN SE LA APAGAMOS A COÑAZOS”, aquel que ostenta su cargo en el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente.
Carlos todavía dudaba de su identidad, pero que otras personas también lo mirasen confirmó mis sospechas. El bullicio y una pequeña ola de gente saliendo, lo hicieron aún más. Fueron a la facultad a disolver una asamblea sin siquiera saber de qué iba, buscaban un cuartel de planificación de guarimbas que no consiguieron, por lo que procedieron a arremeter contra las pancartas que estaban a su alcance. Posteriormente, subieron a quitar las palabras “SEGURIDAD”, “LIBERTAD”, “JUSTICIA” y “RESPETO” que, con papel periódico y planos reciclados, se exhibían en nuestra fachada sur de bloque calado hacia la autopista, para colocar “CHAVES” (sí, con “S”).
Ante la violencia y las amenazas verbales, cansados de tanto amedrentamiento un grupo de estudiantes decidió encerrarlos en la torre de la facultad, deteniendo el único de cuatro ascensores operativo y haciendo barricadas en las escaleras. El lapso de tiempo que pasó hasta el momento en que se dieron cuenta es incierto; bajo esa tensión, el tiempo realmente se hace irrelevante.
Una vez conscientes del encierro, procedieron a amenazar con armas de fuego para que los soltasen, por lo que un compañero que comparte ideologías con ellos se ofreció a intentar una mediación. Alegaban era su derecho tanto como el nuestro la puesta de pancartas y también lo era quitar lo que ya estaba puesto (pese a que en la Ley de Universidades está prohibido el proselitismo político, las palabras que estaban en la fachada para nada lo eran y las que pusieron ellos sí), y no accedían a desarmase para que los dejásemos salir.
MOTORIZADOS, ENCAPUCHADOS, VIOLENTOS Y ARMADOS
Mientras seguía la mediación, los dirigentes estudiantiles buscaban mantener la calma pese a los sentimientos encontrados al reconocer a quienes ya habían golpeado a los nuestros (13feb). Se acordó que se les dejaría salir y que todo el mundo tomaría fotos para tener suficientes pruebas para una futura expulsión o posibles consecuencias legales. Ingenuidad, la esperanza es lo último que se pierde suelen decir algunos. En ese ínterin, ganaron tiempo para que llegaran cerca de 20 motorizados con sus respectivos parrilleros, armados con palos, tubos, armas de fuego, explosivos y bombas lacrimógenas tanto oficiales como caseras.
Suelo decir que “estoy protegido” por ciertas circunstancias con la inseguridad de las cuales he salido ileso, cuentos que me suelen responder con “¿tú estás loco? Te pudo pasar algo”. Esta no fue la excepción.
Un grupo de personas en el que me incluyo mantuvimos la calma y no nos dejamos llevar por el pánico colectivo corriendo hacia un callejón sin salida; permanecimos un rato en el lobby, impotentes, mirando lo que sucedía. Cómo con los explosivos en principio crearon el caos, cómo golpeaban a quien intentara interferir.
Conforme entraban, creo que producto de la adrenalina, reaccionaban más a los movimientos rápidos y casi que por instinto perseguían a quienes corrían, imagino que la estaticidad de nuestro grupo los tomó por sorpresa y nos abordaron con:
-“¿Ustedes son los guarimberos?”
(Lo que me confirmó que pensaban que se estaban gestando guarimbas en la asamblea).
Rápidamente, entre Carlos y yo les respondimos que no (puesto que es cierto).
Se oían contradicciones como “vamos a golpear a esos fachos (fascistas)”.
Tuvimos que salir porque la lacrimógena casera pica aún más en las mucosas que las de los cuerpos antimotín, aunque tengan menos alcance. Entre quienes salimos se encontraban tres compañeros de la escuela abiertamente oficialistas, que habían intentado mediar palabras con los encapuchados y detener la brutalidad, pero que miraban casi escépticos lo que pasaba frente a sus ojos.
Llámenlo instinto de preservación, cobardía o cualquier otro, de lo que no hay duda es de la clara desventaja. Aún sin querer lucha, mis compañeros estaban siendo masacrados. Golpeaban hombres y mujeres sin consideración, aparentemente todo el que corriese era sospechoso de ser un “fascista”, según ellos; vuelve la ironía. Nos mantuvimos al margen pensando qué podíamos hacer para ayudar, impotentes. Las lágrimas en algunos ya no eran sólo el producto de las bombas lacrimógenas.
La única puerta abierta para salir de la universidad era la que da al metro. Muchos de los que lograron huir de la facultad corrían perseguidos por encapuchados que gritaban “si te agarro te mato”. No había personal de vigilancia en la Universidad motivo de una protesta en contra de la destitución del director de seguridad (el señor que el 12M entregó a la guardia a cuatro estudiantes y que permitió también que entrasen). Inclusive la única persona de la seguridad propia de la facultad no hizo nada para evitar estos actos, una raya más para un tigre.
HERIDOS
Comenzaron a aparecer los heridos que habían podido escapar y ahí surgió una verdadera utilidad para nosotros: socorrer y llevar al Hospital Universitario a quien pudiésemos. Lo hicimos con ayuda del chamo que intentó llegar a un acuerdo, estaba anonadado. Llevamos a Leobel (https://twitter.com/
Otro hecho desagradable ocurrió dentro del HCU, cuando explicando la situación una acompañante de un paciente nos decía que “nos lo merecíamos por guarimberos” que “por fin nos daban nuestro merecido”, yo sólo respondí: “¿hay que caerles a coñazos para que dejen la violencia?”. Además ¿cuál violencia en una asamblea?
En el siguiente recorrido, me dijeron que mejor dejábamos el puesto para otro herido, así que nos quedamos esperando afuera mientras tratábamos de contactar a quienes estuvieran dentro de la Facultad aún para saber cómo estaban. Mientras esperábamos Ana y yo, a ver a quien más podíamos socorrer, llegaron varios motorizados buscando a los heridos. En ese momento pensé “Hasta aquí soy útil”; ya lo del asedio al HCU era algo que no podía ni controlar ni combatir. Aún con paranoia, aunque calmado, me fui.
CONCLUSIONES
radicalismo.
1. m. Cualidad de radical.
2. m. Conjunto de ideas y doctrinas de quienes, en ciertos momentos de la vida social, pretenden reformar total o parcialmente el orden político, científico, moral y aun religioso.
3. m. Modo extremado de tratar los asuntos.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
radical.
(Del lat. radix, -īcis, raíz).
1. adj. Perteneciente o relativo a la raíz.
2. adj. Fundamental, de raíz.
3. adj. Partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático. U. t. c. s.
4. adj. Extremoso, tajante, intransigente.
Real Academia Española © Todos los derechos reservados
Dichos estos conceptos, busco que quede claro que “radical”, etimológicamente, es quien va a la raíz, que por cosas del continuo mal uso del término se terminó haciendo común y hasta en su cuarto significado tuvo que aceptarlo la RAE (no me extraña, después de que aceptaron “Fritar”).
Radicales son quienes buscan una reforma total y de raíz a ciertas estructuras para que cambien, como también quienes quieren conocer el problema de raíz para poder atacarlo. Radical, por ejemplo, se autodenomina el partido Primero Justicia por querer hacer cambios drásticos a las estructuras del país.
Los grupos violentos que amedrentaron e hirieron a mis compañeros no son, por tanto, “radicales”. Es triste que yéndonos al inicio de este texto recordemos que la asamblea se daba por considerar a la minoría que no quería paro (en su mayoría oficialista). Con tan sólo informarse el propósito de la asamblea tenían; no era necesario buscar “fascistas a los cuales caerles a coñazo”.
No son radicales porque no se esfuerzan en pensar siquiera. Mucho cuidado con esta “gente”, la GNB al menos en las protestas sigue procedimientos… Estos tipos “no creen en naiden”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.