Ocupas de la ZAD, grupos y personas en lucha en contra del aeropuerto y su mundo. Notre Dame des Landes
El Estado y la gente en favor del aeropuerto amenazan de nuevo con imponernos el proyecto por la fuerza. Pretenden iniciar, en los próximos meses, la destrucción de las especies protegidas y la construcción del aeropuerto. Una nueva ola de desalojos podría llegar. ¡No les dejaremos actuar!
En la comarca de Notre-Dame-des-Landes, el movimiento está aún mas vivo que en el otoño de 2012 [cuando atacaron para intentar desalojar todos los espacios ocupados], los lazos son más densos, los campos más cultivados y las cabañas más numerosas… Más allá de eso, hay más de 200 comités locales [externos a la zona] que fueron creados en solidaridad con la lucha y con el fin de propagarla en su propio entorno. Llamamos a todas las fuerzas anti-aeropuerto a unirse a la manifestación del 22 de febrero en Nantes, para mostrarles que de ningún modo pueden poner mano al “bocage”. [el bocage es un paisaje campesino típico de varias partes de Francia y Europa occidental, compuesto de praderas y campos de cultivo separados por árboles y bosquecillos; ver la definición de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Bocage].
Cómo nacio la resistencia y derrotó a la "operación César"
Desde hace unas décadas, un proyecto grotesco de aeropuerto amenaza al bocage de Notre-Dame-des-Landes, cerca de la ciudad de Nantes [oeste de Francia]. Dejado de lado a causa de la crisis del petróleo en los años setenta, los dirigentes locales, el Partido Socialista, el UMP [partido de derechas] y los empresarios, todos reunidos, lo sacaron de nuevo a la luz hace unos años, ¡ahora estampillado de “ecológico”!
Desde hace décadas, la población local se opone a la destrucción de sus casas y de su agricultura, respaldándose sobre sus tradiciones de lucha campesina y antinuclear. A partir de finales de los años 2000, personas de toda Europa llegaron para apoyarla. Vinieron a instalarse en la ZAD [Zona a Desalojar, rebautizada Zona a Defender], respondiendo a un llamado de unxs vecinxs que habían decidido resistir, y ocupando desde entonces las tierras y las casas que se abandonaron -algunas hace años- para dejar el espacio al futuro aeropuerto.
El 16 de octubre de 2012, cuando más de un millar de gendarmes [policía antes afectada a las zonas rurales, que depende del ejército] llegaron para desalojar a lxs ocupas de la ZAD, el vigor de la resistencia y la ola de solidaridad que esa operación engendró sorprendió a todo el mundo y ante todo a los dirigentes, que ya habían olvidado que se podía responder así a la violencia de sus excavadoras. Después de dos meses de trepar a los árboles [para impedir que fueran tumbados], de recursos jurídicos, de barricadas, de cantos y de proyectiles en el bocage, de manifestaciones y de acciones apuntando a obras y a sedes políticas en otras partes de Francia, la “operación César” se hundió definitivamente.
La ZAD en movimiento
La oposición a los desalojos difundió la convicción, verdadera pesadilla para los planificadores del territorio, que es posible ponerse en medio de su camino. Si nos queda por enterrar definitivamente el proyecto de aeropuerto, la brecha abierta aquí ha dejado lugar a un terreno de experimentaciones sociales y agrícolas, efervescentes y guiadas por la solidaridad y la voluntad de intercambio.
En la ZAD se está elaborando un movimiento consolidado por los encuentros entre vecinxs antiguxs y recién llegadxs, entre campesinxs que luchan y colectivos que tratan de vivir, sembrar y crear, rechazando los circuitos mercantiles y las normas. La operación Cesar tuvo como efecto la generación durante todo el año pasado de un gran impulso de reocupación y de reconstrucción. Hay hoy en día unos sesenta lugares habitados, granjas, casas, cabañas y aldeas repartidas en la zona, así que una veintena de proyectos de producción agrícola y de hortalizas. También existen espacios colectivos para hacer radio, música, comedores y fiestas, hacer pan y trasformar alimentos, leer y jugar, hacer costura o fabricar artesanalmente un molino de viento, reparar bicis o curarse…
¿El regreso de César?
Estos últimos meses la mayoría de los intentos hechos por VINCI, la empresa encargada del proyecto, y por la Prefectura [autoridad estatal regional] para llevar a cabo las obras preparatorias en la ZAD, han sido impedidos o saboteados. A pesar de todo, desde hace unas semanas los pro-aeropuerto no paran de anunciar en los medios de comunicación el reinicio cercano de las obras, y la necesidad de volver a desalojarnos.
La próxima etapa en su calendario sería venir a “desplazar” algunas especies animales raras del bocage, y llevar a cabo la creación de charcas y setos en los alrededores, según cuotas de “compensación” fijadas a partir de la cuantificación en sus términos de los “bienes y servicios eco-sistémicos” del “capital natural”. Mas allá del aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, se trata aquí de la puesta en funcionamiento de técnicas de ingeniería ecológica aún experimentales y emblemáticas del “lavado verde” moderno, que podrían servir en el futuro de modelo y de legitimación para la viabilidad de otros proyectos de este tipo. Para empresas como VINCI, se trata de hecho de comprar derechos de contaminación y de destrucción, ahora con la legitimidad de “naturalistas” mercenarios como la empresa Biotope.
La compensación encarna una lógica gestora que pretende encajonar en parámetros y contabilizar todo lo vivo. Nosotrxs mantenemos una relación totalmente diferente con los bosques, bocages y caminos, con las historias que los atraviesan, y los seres vivos que forman parte de nuestra vida diaria. Esos vínculos sensibles, esos saberes prácticos, herramientas, armas y cómplices, recursos o referencias no se dejarán aplanar. Nos negamos categóricamente a que nuestras vidas sean encajadas y fraccionadas al infinito en sus ecuaciones académicas, calculadas según los principios económicos de moda.
La resistencia es contagiosa
Hoy en día, Notre-Dame-des-Landes se ha vuelto un símbolo de las luchas en contra de la ordenación territorial capitalista, que cree que puede disponer según sus deseos de los espacios considerados como “no-productivos”, para implementar ahí sus centrales eléctricas, sus centros comerciales, sus líneas de alta tensión o sus mega-ejes de circulación para humanos y productos. Un símbolo y un grito de guerra, como pudieron ser en su época Plogoff [lucha victoriosa contra la construcción de una central nuclear en Bretaña a finales de los setenta], o Larzac [lucha campesina victoriosa contra la construcción de un gigantesco campo militar en el centro de Francia en 1973]. Un símbolo, porque en todos lados opera esa lógica del pinche dinero, de la velocidad, de la destrucción de territorios y del control – lo que ellos llaman el “desarrollo”.
De Notre-Dame-des-Landes a la línea de alta velocidad entre Lyon y Torino, pasando por el vertedero de desechos nucleares en Bure, los poderes públicos intentan imponerlo a base de pseudo-consultas y marketing “verde”. Muchas veces les sale bien, y logran hacernos creer que no hay alternativas. A veces, la reacción de lxs vecinxs les pone en jaque.
El próximo 22 de febrero en Nantes, es un vuelco decisivo que está en juego: ¿la metrópoli de Nantes intenta de nuevo la anexión de Notre-Dame-des-Landes? ¡Entonces serán todas las oposiciones a este proyecto y a todos los proyectos del mismo alcance que vendrán a decir a la metrópoli que no lo queremos! Manifestaremos con alegría y determinación por lograr el abandono del proyecto y para el porvenir todavía por construir, sin planificadores territoriales, tanto en la ZAD como en otras partes.
Ya que pretenden “compensar” el bocage, llevaremos fragmentos de él a Nantes, y haremos resonar el llamado a impedir concretamente el inicio de las obras, que sea la destrucción de las especies locales o las otras obras conexas al proyecto de aeropuerto: la autovía, la extensión de las carreteras y la modificación de las redes de abastecimiento de agua, de electricidad, etc Aprovecharemos para afirmar que si vienen a desalojarnos de nuevo vamos a resistir, a reocupar y reconstruir, con las decenas de miles de personas que ya se han aliado a lxs vecinxs y campesinxs de la ZAD.
Lanzamos desde hoy mismo una invitación a organizarse para bloquear la región y ocupar centros de poder por toda Francia y las representaciones diplomaticas, o lo que sea, en el resto del mundo en caso de una nueva gran operación policial. A VINCI, Auxiette, Ayrault y demás dirigentes: ¡fuera! ¡Vivan las ZAD!
[Traducido del original en francés de http://zad.nadir.org/spip.php?article2172. Ya habíamos difundido un amplio reporte sobre esta lucha en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/12/notre-dame-des-landes-anticapitalismo-y.html.]
El Estado y la gente en favor del aeropuerto amenazan de nuevo con imponernos el proyecto por la fuerza. Pretenden iniciar, en los próximos meses, la destrucción de las especies protegidas y la construcción del aeropuerto. Una nueva ola de desalojos podría llegar. ¡No les dejaremos actuar!
En la comarca de Notre-Dame-des-Landes, el movimiento está aún mas vivo que en el otoño de 2012 [cuando atacaron para intentar desalojar todos los espacios ocupados], los lazos son más densos, los campos más cultivados y las cabañas más numerosas… Más allá de eso, hay más de 200 comités locales [externos a la zona] que fueron creados en solidaridad con la lucha y con el fin de propagarla en su propio entorno. Llamamos a todas las fuerzas anti-aeropuerto a unirse a la manifestación del 22 de febrero en Nantes, para mostrarles que de ningún modo pueden poner mano al “bocage”. [el bocage es un paisaje campesino típico de varias partes de Francia y Europa occidental, compuesto de praderas y campos de cultivo separados por árboles y bosquecillos; ver la definición de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Bocage].
Cómo nacio la resistencia y derrotó a la "operación César"
Desde hace unas décadas, un proyecto grotesco de aeropuerto amenaza al bocage de Notre-Dame-des-Landes, cerca de la ciudad de Nantes [oeste de Francia]. Dejado de lado a causa de la crisis del petróleo en los años setenta, los dirigentes locales, el Partido Socialista, el UMP [partido de derechas] y los empresarios, todos reunidos, lo sacaron de nuevo a la luz hace unos años, ¡ahora estampillado de “ecológico”!
Desde hace décadas, la población local se opone a la destrucción de sus casas y de su agricultura, respaldándose sobre sus tradiciones de lucha campesina y antinuclear. A partir de finales de los años 2000, personas de toda Europa llegaron para apoyarla. Vinieron a instalarse en la ZAD [Zona a Desalojar, rebautizada Zona a Defender], respondiendo a un llamado de unxs vecinxs que habían decidido resistir, y ocupando desde entonces las tierras y las casas que se abandonaron -algunas hace años- para dejar el espacio al futuro aeropuerto.
El 16 de octubre de 2012, cuando más de un millar de gendarmes [policía antes afectada a las zonas rurales, que depende del ejército] llegaron para desalojar a lxs ocupas de la ZAD, el vigor de la resistencia y la ola de solidaridad que esa operación engendró sorprendió a todo el mundo y ante todo a los dirigentes, que ya habían olvidado que se podía responder así a la violencia de sus excavadoras. Después de dos meses de trepar a los árboles [para impedir que fueran tumbados], de recursos jurídicos, de barricadas, de cantos y de proyectiles en el bocage, de manifestaciones y de acciones apuntando a obras y a sedes políticas en otras partes de Francia, la “operación César” se hundió definitivamente.
La ZAD en movimiento
La oposición a los desalojos difundió la convicción, verdadera pesadilla para los planificadores del territorio, que es posible ponerse en medio de su camino. Si nos queda por enterrar definitivamente el proyecto de aeropuerto, la brecha abierta aquí ha dejado lugar a un terreno de experimentaciones sociales y agrícolas, efervescentes y guiadas por la solidaridad y la voluntad de intercambio.
En la ZAD se está elaborando un movimiento consolidado por los encuentros entre vecinxs antiguxs y recién llegadxs, entre campesinxs que luchan y colectivos que tratan de vivir, sembrar y crear, rechazando los circuitos mercantiles y las normas. La operación Cesar tuvo como efecto la generación durante todo el año pasado de un gran impulso de reocupación y de reconstrucción. Hay hoy en día unos sesenta lugares habitados, granjas, casas, cabañas y aldeas repartidas en la zona, así que una veintena de proyectos de producción agrícola y de hortalizas. También existen espacios colectivos para hacer radio, música, comedores y fiestas, hacer pan y trasformar alimentos, leer y jugar, hacer costura o fabricar artesanalmente un molino de viento, reparar bicis o curarse…
¿El regreso de César?
Estos últimos meses la mayoría de los intentos hechos por VINCI, la empresa encargada del proyecto, y por la Prefectura [autoridad estatal regional] para llevar a cabo las obras preparatorias en la ZAD, han sido impedidos o saboteados. A pesar de todo, desde hace unas semanas los pro-aeropuerto no paran de anunciar en los medios de comunicación el reinicio cercano de las obras, y la necesidad de volver a desalojarnos.
La próxima etapa en su calendario sería venir a “desplazar” algunas especies animales raras del bocage, y llevar a cabo la creación de charcas y setos en los alrededores, según cuotas de “compensación” fijadas a partir de la cuantificación en sus términos de los “bienes y servicios eco-sistémicos” del “capital natural”. Mas allá del aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, se trata aquí de la puesta en funcionamiento de técnicas de ingeniería ecológica aún experimentales y emblemáticas del “lavado verde” moderno, que podrían servir en el futuro de modelo y de legitimación para la viabilidad de otros proyectos de este tipo. Para empresas como VINCI, se trata de hecho de comprar derechos de contaminación y de destrucción, ahora con la legitimidad de “naturalistas” mercenarios como la empresa Biotope.
La compensación encarna una lógica gestora que pretende encajonar en parámetros y contabilizar todo lo vivo. Nosotrxs mantenemos una relación totalmente diferente con los bosques, bocages y caminos, con las historias que los atraviesan, y los seres vivos que forman parte de nuestra vida diaria. Esos vínculos sensibles, esos saberes prácticos, herramientas, armas y cómplices, recursos o referencias no se dejarán aplanar. Nos negamos categóricamente a que nuestras vidas sean encajadas y fraccionadas al infinito en sus ecuaciones académicas, calculadas según los principios económicos de moda.
La resistencia es contagiosa
Hoy en día, Notre-Dame-des-Landes se ha vuelto un símbolo de las luchas en contra de la ordenación territorial capitalista, que cree que puede disponer según sus deseos de los espacios considerados como “no-productivos”, para implementar ahí sus centrales eléctricas, sus centros comerciales, sus líneas de alta tensión o sus mega-ejes de circulación para humanos y productos. Un símbolo y un grito de guerra, como pudieron ser en su época Plogoff [lucha victoriosa contra la construcción de una central nuclear en Bretaña a finales de los setenta], o Larzac [lucha campesina victoriosa contra la construcción de un gigantesco campo militar en el centro de Francia en 1973]. Un símbolo, porque en todos lados opera esa lógica del pinche dinero, de la velocidad, de la destrucción de territorios y del control – lo que ellos llaman el “desarrollo”.
De Notre-Dame-des-Landes a la línea de alta velocidad entre Lyon y Torino, pasando por el vertedero de desechos nucleares en Bure, los poderes públicos intentan imponerlo a base de pseudo-consultas y marketing “verde”. Muchas veces les sale bien, y logran hacernos creer que no hay alternativas. A veces, la reacción de lxs vecinxs les pone en jaque.
El próximo 22 de febrero en Nantes, es un vuelco decisivo que está en juego: ¿la metrópoli de Nantes intenta de nuevo la anexión de Notre-Dame-des-Landes? ¡Entonces serán todas las oposiciones a este proyecto y a todos los proyectos del mismo alcance que vendrán a decir a la metrópoli que no lo queremos! Manifestaremos con alegría y determinación por lograr el abandono del proyecto y para el porvenir todavía por construir, sin planificadores territoriales, tanto en la ZAD como en otras partes.
Ya que pretenden “compensar” el bocage, llevaremos fragmentos de él a Nantes, y haremos resonar el llamado a impedir concretamente el inicio de las obras, que sea la destrucción de las especies locales o las otras obras conexas al proyecto de aeropuerto: la autovía, la extensión de las carreteras y la modificación de las redes de abastecimiento de agua, de electricidad, etc Aprovecharemos para afirmar que si vienen a desalojarnos de nuevo vamos a resistir, a reocupar y reconstruir, con las decenas de miles de personas que ya se han aliado a lxs vecinxs y campesinxs de la ZAD.
Lanzamos desde hoy mismo una invitación a organizarse para bloquear la región y ocupar centros de poder por toda Francia y las representaciones diplomaticas, o lo que sea, en el resto del mundo en caso de una nueva gran operación policial. A VINCI, Auxiette, Ayrault y demás dirigentes: ¡fuera! ¡Vivan las ZAD!
[Traducido del original en francés de http://zad.nadir.org/spip.php?article2172. Ya habíamos difundido un amplio reporte sobre esta lucha en http://periodicoellibertario.blogspot.com/2013/12/notre-dame-des-landes-anticapitalismo-y.html.]
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