Por: C-cura Petróleo
En la noche del pasado martes fueron liberados, José Bodas,
secretario general de la Futpv, y militante de C-cura y el PSL, junto a
Bladimir Carvajal, Leonardo Ugarte, Endy Torres, Emiro Millán, Jesús Giraldo,
Gustavo Pereira y los hermanos Williams, Omar y Moisés Párica, quienes habían
sido detenidos por la Guardia Nacional Bolivariana el día anterior en el portón
de la refinería de Puerto La Cruz, mientras desarrollaban una asamblea con
trabajadores petroleros, exigiendo la inmediata aprobación del contrato
colectivo, vencido desde el mes de octubre de 2013.
Familiares, amigos y compañeros de trabajo se agolpaban en
la entrada de los tribunales. Largas horas de espera y agitación durante el
día, exigiendo la libertad de los detenidos, estaban a punto de concluir, del
interior del palacio de justicia llegaba el rumor que pronto sería liberados.
Afuera la emoción se mezclaba con la angustia. Cuando alguien gritó: ¡¡allá
vienen, están saliendo!!, y un tumulto se volcó hacia la puerta. Todos deseosos
de abrazarlos. Escenas de verdadera emoción se vieron en aquel momento. La
solidaridad de clase se hacía presente, más allá de las diferencias políticas.
Madres y esposas lloraron al lado de sus seres queridos, al fin liberados.
La liberación de los petroleros fue consecuencia de la
movilización unitaria de los trabajadores de las distintas áreas de Pdvsa en el
norte de Anzoátegui. En las inmediaciones de los tribunales en Barcelona, se
concentraron unos 500 petroleros y sus familiares, exigiendo la libertad de los
detenidos, criminalizados por defender su contrato colectivo.
Como se sabe, la discusión del contrato había quedado
secuestrada en manos de una comisión negociadora, controlada por un grupo
reducido de burócratas de la Futpv. De la misma, se excluyó a la corriente
C-cura que encabezan en el sector petrolero, José Bodas y Fran Luna. Al final,
como se esperaba, entre gallos y medianoche, el mismo día martes cuando fueron
liberados los compañeros detenidos, se firmó el contrato entre Pdvsa y Wills
Rangel, presidente de la Futpv, y demás miembros de la comisión. Con un acuerdo
salarial que no cubre las expectativas de los trabajadores y que al conocerse
cayó como un balde de agua fría entre los petroleros.
Lo cierto es que la movilización unitaria, así como la
solidaridad de otros sectores sindicales como la Unete de Marcela Máspero,
Fadess y la Unidad de Acción Sindical hicieron posible la libertad de los
petroleros. Sin embargo, estos fueron imputados por los delitos de resistencia
a la autoridad y promoción de coacción a cesación del trabajo, imponiéndoles
una medida cautelar de presentación a los tribunales cada 30 días y prohibición
de protesta.
Ahora corresponde seguir la lucha exigiendo libertad plena
para José Bodas y demás compañeros, perseguidos por defender sus derechos y
ejercer las funciones propias de su investidura como dirigentes sindicales.
Protestar no es un delito, es un derecho, es urgente enfrentar con la
movilización estas medidas que pretenden criminalizar la protestas social y
aterrorizar a los trabajadores, intentando quebrar su voluntad de lucha.
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