Boletín Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (ANIH)
El proyecto hidroeléctrico Tocoma, en el municipio Angostura del estado Bolívar, que aportaría 2160 MW al sistema eléctrico, con más de 11 años en construcción, aún no ha logrado poner en servicio comercial su primera unidad generadora, que inicialmente debía haber entrado en servicio en setiembre de 2012, pero que se reprogramó para abril de 2014.
Desde hace 5 meses el proyecto está prácticamente paralizado y el flujo de trabajadores a la obra es mínimo. Hasta octubre de 2012, las obras electromecánicas a cargo de la empresa argentina Industria Metalúrgica Pescarmona (Impsa) llevaban una ejecución de 64,9% según el informe oficial, pero los trabajadores de la obra señalan que no supera el 25%, lo que supondría un fuerte retraso, considerando que Impsa es la encargada de proveer las 10 turbinas Kaplan, reguladores de potencia, 10 generadores de 230 MVA y otros equipos.
La otra gran contratista del proyecto es el grupo de capital brasilero, italiano y venezolano OIV (Odebrecht Venezuela, Impregilo y Vinccler), encargado de las obras civiles, cuyo avance supera el 90%. Empero, los trabajos finales tendrán que esperar pues algunas sub-contratistas del proyecto se han retirado por falta de pago. La subcontratista HPC de Venezuela, de capital japonés, liquidó a parte de su personal en el último trimestre de 2013, por falta de pago de la Corporación Eléctrica Nacional y aún no ha vuelto a la faena. El proyecto sigue así, está parado, nada ha cambiado, dijo una fuente de la industria, no autorizada para declarar.
El Consorcio Uriapari, por falta de liquidez de la empresa privada.La empresa atribuye el incumplimiento de los beneficios a la falta de pago de Corpoelec de las valuaciones y facturas emitidas por concepto de la inspección de las obras civiles y electromecánicas ejecutadas por OIV y la argentina Impsa. El monto inicial del contrato fue de USD 451,9 M, pero los estados financieros de la industria argentina del tercer trimestre de 2013 ubican el monto de la obra en USD 1067 M.
El académico César Quintini explica:
“La empresa argentina IMPSA, nunca antes había construido turbogeneradores hidráulicos de una magnitud comparable a los que se le encargaron para Tocoma. Una vez construida la represa, si no se tiene el equipo instalado, el agua que debe circular por los aliviaderos son megavatios-hora desperdiciados, por lo que en los 3 años tardados equivalió a año y medio de su capacidad de producción desperdiciada.
El proyecto hidroeléctrico Tocoma, en el municipio Angostura del estado Bolívar, que aportaría 2160 MW al sistema eléctrico, con más de 11 años en construcción, aún no ha logrado poner en servicio comercial su primera unidad generadora, que inicialmente debía haber entrado en servicio en setiembre de 2012, pero que se reprogramó para abril de 2014.
Desde hace 5 meses el proyecto está prácticamente paralizado y el flujo de trabajadores a la obra es mínimo. Hasta octubre de 2012, las obras electromecánicas a cargo de la empresa argentina Industria Metalúrgica Pescarmona (Impsa) llevaban una ejecución de 64,9% según el informe oficial, pero los trabajadores de la obra señalan que no supera el 25%, lo que supondría un fuerte retraso, considerando que Impsa es la encargada de proveer las 10 turbinas Kaplan, reguladores de potencia, 10 generadores de 230 MVA y otros equipos.
La otra gran contratista del proyecto es el grupo de capital brasilero, italiano y venezolano OIV (Odebrecht Venezuela, Impregilo y Vinccler), encargado de las obras civiles, cuyo avance supera el 90%. Empero, los trabajos finales tendrán que esperar pues algunas sub-contratistas del proyecto se han retirado por falta de pago. La subcontratista HPC de Venezuela, de capital japonés, liquidó a parte de su personal en el último trimestre de 2013, por falta de pago de la Corporación Eléctrica Nacional y aún no ha vuelto a la faena. El proyecto sigue así, está parado, nada ha cambiado, dijo una fuente de la industria, no autorizada para declarar.
El Consorcio Uriapari, por falta de liquidez de la empresa privada.La empresa atribuye el incumplimiento de los beneficios a la falta de pago de Corpoelec de las valuaciones y facturas emitidas por concepto de la inspección de las obras civiles y electromecánicas ejecutadas por OIV y la argentina Impsa. El monto inicial del contrato fue de USD 451,9 M, pero los estados financieros de la industria argentina del tercer trimestre de 2013 ubican el monto de la obra en USD 1067 M.
El académico César Quintini explica:
“La empresa argentina IMPSA, nunca antes había construido turbogeneradores hidráulicos de una magnitud comparable a los que se le encargaron para Tocoma. Una vez construida la represa, si no se tiene el equipo instalado, el agua que debe circular por los aliviaderos son megavatios-hora desperdiciados, por lo que en los 3 años tardados equivalió a año y medio de su capacidad de producción desperdiciada.
Por las cuentas que siguen, basadas en estadísticas publicadas por OPSIS/CORPOELEC, cada año de demora de Tocoma implica que se gasten casi 26 millones de barriles de gasoil en las plantas térmicas. Paralelamente con la construcción de Tocoma, debió haberse ampliado el sistema de transmisión hacia Occidente, cosa que no se ha hecho. El pasado año se otorgó a IMPSA – también a dedo – un contrato para realizar el estudio para ampliar la capacidad de transmisión del Sistema de 800 kV. En esa materia, IMPSA tampoco tiene experiencia alguna. La producciónanual de Tocoma equivaldría a 25,7 M barriles de fuel oil”.
[Tomado de NOT-ING 3-245, boletín electrónico de la ANIH, transmitido el 17/2/2014.]
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