Orlando Ochoa
Los problemas económicos actuales se acumularon por años, pero su impacto social se postergó a través de subsidios de todo tipo y financiamiento inescrupuloso del enorme déficit del sector público; la situación cambió en los últimos cuatro trimestres al no poder contenerse más los grandes desequieconomlibrios económicos. Ahora, 3/4 de encuestados indican que su situación económica es mala; mientras que casi 2/3 de los encuestados indican que en 6 meses esperan estar peor. Todos sabemos que hay un grave problema económico, a pesar de venderse el petróleo a casi $100 el barril; las consecuencias más visibles son alzas rápidas de precios, escasez aguda de bienes de consumo básicos, repuestos, insumos industriales y de construcción.
Menos visible para las mayorías es la caída en la producción y exportación de las empresas básicas y de PDVSA; sin fondos suficientes por mala y corrupta gerencia, afectadas por inflación y distorsión cambiaria, caen en suspensión o grandes retrasos en pagos a contratistas. Incluso, para el Gobierno proveer de alimentos importados al país, está pagando en el exterior con entrega de bonos de deuda pública, por falta de divisas. Esto compromete aún más parte del flujo futuro de ingresos fiscales y de la estatal petrolera. No es solución, sólo postergación. Sin perspectivas de que la producción y la capacidad de pago aumente en el futuro cercano. En términos económicos, se trata de un cuadro adverso en lo fiscal, monetario, petrolero, productivo, que impide estabilizar precios y tipo de cambio. Seguirá cayendo el salario real.
Este cuadro complejo de dificultades socioeconómicas, a lo largo del 2013 y de años anteriores, tiene solución bajo un plan de recuperación de corto a largo plazo; con voluntad en el Gobierno, sin socialismo-marxista ni contrabando cívico-militar. Sin embargo, hay dos grandes obstáculos. Primero, cambiar de rumbo es asumir el fracaso político y económico del socialismo chavista y sincerar su legado; segundo, los mismos que ejecutaron las medidas que nos llevaron al fracaso son los que pretenden dirigir el rescate económico. Es imposible creer ahora en quienes sin escrúpulos arruinaron la economía de Venezuela y muchos de ellos se enriquecieron en ello. En 2014 decidirán cuál camino toman, resolver o huir hasta donde puedan llegar.
Los problemas económicos actuales se acumularon por años, pero su impacto social se postergó a través de subsidios de todo tipo y financiamiento inescrupuloso del enorme déficit del sector público; la situación cambió en los últimos cuatro trimestres al no poder contenerse más los grandes desequieconomlibrios económicos. Ahora, 3/4 de encuestados indican que su situación económica es mala; mientras que casi 2/3 de los encuestados indican que en 6 meses esperan estar peor. Todos sabemos que hay un grave problema económico, a pesar de venderse el petróleo a casi $100 el barril; las consecuencias más visibles son alzas rápidas de precios, escasez aguda de bienes de consumo básicos, repuestos, insumos industriales y de construcción.
Menos visible para las mayorías es la caída en la producción y exportación de las empresas básicas y de PDVSA; sin fondos suficientes por mala y corrupta gerencia, afectadas por inflación y distorsión cambiaria, caen en suspensión o grandes retrasos en pagos a contratistas. Incluso, para el Gobierno proveer de alimentos importados al país, está pagando en el exterior con entrega de bonos de deuda pública, por falta de divisas. Esto compromete aún más parte del flujo futuro de ingresos fiscales y de la estatal petrolera. No es solución, sólo postergación. Sin perspectivas de que la producción y la capacidad de pago aumente en el futuro cercano. En términos económicos, se trata de un cuadro adverso en lo fiscal, monetario, petrolero, productivo, que impide estabilizar precios y tipo de cambio. Seguirá cayendo el salario real.
Este cuadro complejo de dificultades socioeconómicas, a lo largo del 2013 y de años anteriores, tiene solución bajo un plan de recuperación de corto a largo plazo; con voluntad en el Gobierno, sin socialismo-marxista ni contrabando cívico-militar. Sin embargo, hay dos grandes obstáculos. Primero, cambiar de rumbo es asumir el fracaso político y económico del socialismo chavista y sincerar su legado; segundo, los mismos que ejecutaron las medidas que nos llevaron al fracaso son los que pretenden dirigir el rescate económico. Es imposible creer ahora en quienes sin escrúpulos arruinaron la economía de Venezuela y muchos de ellos se enriquecieron en ello. En 2014 decidirán cuál camino toman, resolver o huir hasta donde puedan llegar.
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