Karen Hermosilla
Nada es perfecto. Lo sabemos, pero
debemos reconocer que nos ilusionamos ante la legalización del autocultivo,
compra, porte y consumo de marihuana en Uruguay y más aún por el líder que
lleva a cabo esta iniciativa que rompe con el mito y acaba con el narcotráfico:
Pepe Mujica. El semanario The Economist
eligió a Uruguay como país del año 2013, y su homólogo The Guardian hizo un llamado por un Premio Nobel de la Paz para el
presidente uruguayo. Todo viento en popa salvo por las interrogantes que surgen
luego de ponerse en vigencia esta medida: ¿Quiénes podrán consumir? y ¿A quiénes
el Estado les dará la tarea de proveer cannabis? Dos preguntas cruciales dado
que de sus respuestas dependerá el éxito de esta política pública.
De la primera surge el problema de
quienes no quieran aparecer en ningún registro, el cual se exige para tener
control sobre el gramaje de marihuana vendido, por lo que se estimulará de
todas formas el mercado negro. Además, maestros de escuela, policías y todo
aquel que tenga un trabajo público no querrá exponer su consumo en una lista
para no tener algún tipo de sanción social. De la segunda, recordamos lo
planteado en la columna "Desafíos de la Legalización"
[http://www.veoverde.com/2013/02/marihuana-los-desafios-de-la-legalizacion/]
donde se menciona el problema del monocultivo en los campos, la privatización
de la semilla por gigantes de la agroindustria, la transgenie, el abuso de
pesticidas y la colosal industria de la manufactura.
Considerando que ahora que la marihuana
es ilegal, ya un 5% de la población es activa consumidora en Uruguay y ante la
legalización el turismo crecerá exponencialmente a motivo de probar la
marihuana, este es un millonario negocio bajo la tutela del Estado que a su vez
hará parte a privados, y si esos privados son Monsanto, la cuestión se pone
compleja.
Monsanto
y la legalización de marihuana en Uruguay
Gracias al dato de Pepe Flores y a la
traducción esmerada de @Matistrato, contamos con el artículo "Monsanto und
die Marihuana-Legalisierung in Uruguay" que expone lo siguiente:
«James Shively, un ex gerente de
Microsoft, está planeando una marca comercial de la marihuana al estilo de café
Starbucks para los estados de Colorado y Washington en Estados Unidos. Shively
quería importar la marihuana de México, dado que la situación jurídica en los
EE.UU todavía no está del todo clara, pero como en México la legalización de la
marihuana no está en los planes, Shively está considerando el lanzamiento de su
marca "Diego Pellicer" en Uruguay.
El empresario Brian Laoruangroch de
Seattle planea la producción en serie de los cigarrillos de marihuana. Su marca
de cigarrillos "Roach" aspira ser el Marlboro de la hierba. Ya que
Uruguay cuenta con una legislación clara, libre de la corrupción y el mercado
negro, podría imaginarse haciendo negocios allí. Como Laoruangroch, otros
emprendedores buscan la importación de marihuana de Uruguay en los EE.UU o
Canadá.»
Y esto hasta ahora en un sistema
capitalista como el actual no debería asombrarnos. Ni siquiera que el magnate
húngaro-estadounidense, George Soros, financiara la campaña lobbista para
asegurar la legalización de la cannabis en Uruguay luego de reunirse con Mujica
en la ONU en Nueva York. Lo que pone en alerta es que uno de los mayores
accionistas de Monsanto es George Soros. Esto se hace más que un rumor de
internet si tomas en cuenta que Mujica quiere un código genético único para las
plantas con el fin de distinguirlo de los productos del mercado negro.
El artículo continúa explicando que
desde hace algún tiempo, se teme que el grupo agrícola esté planeando una
patente sobre las semillas de cannabis genéticamente modificadas.
"Monsanto no tiene su foco en esta área", dijo el portavoz de
Monsanto, Darren Wallis, y agregó que incluso si fuera a cambiar, se
necesitarían más años para desarrollar semillas aptas para las masas. Pero la
declaración de Wallis no es del todo verdadera. Existe investigación genética
en plantas de cannabis desde hace ya un par de años, y la multinacional
Monsanto parece estar indirectamente involucrada en ello.
En Holanda, el científico David Watson
ha creado desde 1990 la mayor variedad de especies canábicas con su firma
HortaPharm. En 1998 anunció la compañia del consorcio GW Pharma que había
firmado un acuerdo con Hortapharm y ahora tiene acceso a su variedad canábica.
El 2003 cerraron un trato GW Pharmaceuticals y Bayer Inc., para trabajar juntos
en un extracto de cannabis. En 2007 firmaron Monsanto y Bayer un acuerdo de
intercambio tecnológico mutuo. Esto también incluye la tecnología ARNi, la cual
se relaciona con la modificación genética de la planta de cannabis. El 2009 GW Pharmaceuticals anunció que había
logrado manipular artificialmente una planta de Cannabis y patentado un nuevo
tipo de planta canábica.
En Colombia, los agricultores deben
haber cultivado desde hace varios años marihuana genéticamente manipulada. La
semilla con el nombre Cripa debe haberse importado de USA. En Canadá fue
legalizada la marihuana el 2003 para uso medicinal. La hierba para la venta
proviene de laboratorios estatales. La revista online Cannabis Culture cita una fuente anónima del ministerio de salud
canadiense que dice que en los laboratorios de la universidad de Mississippi se
usan las semillas, y sus genes, que provienen de Monsanto.
Y
¿Cuál es el problema?
Sabemos los graves conflictos que ha
tenido a lo largo y ancho del mundo la mega corporación Monsanto con los
pequeños agricultores. Ya pasa con el arroz, el trigo y la soja, y no tardará
de sucederle también con la cannabis. Más aún cuando Monsanto desde hace años
cultiva el maíz y la soja en Uruguay. Incluso la compañía agrícola de América
del Sur Adecoagro, para hacer biocombustible, tiene también como accionista a
George Soros.
Muchos defensores de la investigación
genética podrán levantar la proclama en favor de las transnacionales agrotóxicas
que entren al mercado uruguayo como licitantes del negocio cannabico. El
problema, no es simplemente la modificación de la semilla. Es acabar con las
cooperativas de campesinos que caracterizan la Región del Chaco. Transformar
una economía que respeta sus oficios y la autonomía del pequeño agricultor,
puede resultar ser tan dramático como el caso de Paraguay que sufrió un golpe
de Estado a causa de los intereses del capital.
[Tomado de
http://www.veoverde.com/2014/01/el-anunciado-negocio-de-marihuana-de-monsanto-en-uruguay/]
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