Esta es una pregunta recurrente entre hombres y mujeres. Muchas
revistas se enfocan en esta pregunta que a tantos nos da curiosidad y a ellos
les da las inmensas ganancias lucrando con las necesidades sexuales de todos
nosotros. Nos venden la “gran técnica infalible” los consejos, los tips, nos
muestran el “ideal” de cómo debería ser nuestra vida sexual, cómo debemos
comportarnos, qué debemos decir y hacer para ser los mejores de los mejores en
la cama.
Tantas mujeres que viven sin experimentar placer, tantos
hombres que se presionan demasiado, que tampoco piensan en su propio placer por
sentir la responsabilidad de darle placer a la mujer y dejarla sin aliento.
Ellos y ellas son las víctimas de estas falsas creencias sobre “la sexualidad
ideal, apasionada y amorosa” que todos aspiramos vivir.
Aunque conocer técnicas especificas y posiciones sexuales
interesantes, ser atrevida/o y seductor/a
son algunos factores que optimizan la experiencia sexual de ambos (o
más) involucrados, la principal clave para ser el mejor o la mejor en la cama
es el amor propio.
Conocer tu cuerpo y respetarlo hacen de ti una gran pareja
sexual pues no hay nada peor que coger con una persona insegura de su cuerpo
que todo el tiempo se esta cuidando para no se le vean las lonjitas, el vello,
el grano o que teman perder el control de la situación.
Lo que en realidad te hace bueno en la cama no es saberte el
kamasutra, ser flexible como una liga, aguantar horas y horas, hacerlo en
lugares extraños ni cumplir las fantasías mas alocadas. Lo que te hace bueno en
la cama es disfrutarte, abrirte al placer, disfrutar el momento, jugar, siendo
fiel a tí misma/o, quitando tabúes, vergüenzas, culpas y miedos.
Saber lo que te gusta, cómo, dónde y cuándo facilita que te
comuniques de manera asertiva. Tener sexo con una persona segura de sí misma
que sabe lo que hace es sumamente sexy. La mayoría de las personas tenemos sexo
para relajarnos, divertirnos, sentir placer y/o acercarnos emocionalmente a
otros, no para estar escaneando y criticando el cuerpo del otro. Para tu pareja
sexual, el simple hecho de que estés desnuda/o a su lado es ya sumamente
excitante.
Libérate de tus inseguridades, enamorate de tí y comparte
ese amor con otros. La masturbación es un gran inicio para lograrlo. Sedúcete,
acaríciate, conscientete, reconoce que tu cuerpo es sexual, es hermoso,
despierta el deseo por ti misma/o y compártelo con tu pareja sexual.
Atrévete a romper tus esquemas y a intentar cosas nuevas,
todos disfrutamos de estar con una persona creativa en la cama. El sexo es un
juego, es un baile, es explorarse y conocerse sin importar tu tamaño, estatura,
peso, figura, filias, fantasías, etc…
El sexo puede esclavizarte o liberarte, esa es tu decisión.
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