Alexander Luzardo Nava
Para los amigos Lusbi Portillo y demás luchadores de la
Sierra de Perijá, en homenaje a su consecuente lucha de más de 27 años.
Las Experiencias socialistas
por excelencia, la Unión Soviética y China, fueron depredadoras del ambiente, tal
como lo demuestran los desastres en el Mar de Aral, el Lago Baikal, represas
como las Tres Gargantas.
La represión y el racismo
contra los campesinos Kulaks, y diversas etnias y nacionalidades en la política
de colectivización forzada, incluso bajo la conducción de Lenin y Tronski y
luego con Stalin y también Mao en China y el caso de Polt Pot en Camboya, con
el genocidio conocido en la década de los 70 del siglo pasado.
El ecocidio, el genocidio, el etnocidio,
el racismo y el desarrollismo no son potestativos, de las experiencias
capitalistas, en sus versiones liberales y neoliberales, también se han
mantenido y hasta resurgen con nuevos bríos en los países y proyectos socialistas,
y el bricolaje de revolución bolivariana podría afirmar que existe un
endorracismo de los autodenominados revolucionarios, que se conecta con lo que
el 16 de junio de 1997 denomine como "exractivismo", en entrevista en
el diario El Universal, en medio del debate sobre el proyecto minero en
Imataca, incluso, hablé de una izquierda minera, ya que quienes promovían ese decreto 1850, hoy
3110, desde 2004, habían sido representantes de movimientos de izquierda y
hasta comandantes guerrilleros.
Esa izquierda minera y
petrolera, está hoy reencarnada en Unasur, y por supuesto en los proyectos
carboníferos en la Sierra de Perijá, así como en la recolonización de la amazonia venezolana, promovida
desde el llamado "Plan de la Patria" y otras iniciativas, a través de
la exploración y explotación minera, lo cual significaría la devastación
ambiental, social y humana, tal es el caso del reparto colonial a empresas Chinas
en el sur de Venezuela.
Parece que estamos en presencia
de una recolonización de América Latina e indígena, en nombre del socialismo,
creo que más peligrosa que las anteriores, ya que se propone desconocer los derechos
ambientales e indígenas, en nombre de la liberación, la revolución bolivariana,
y hasta de los propios indígenas.
Esta discusión, la asumí, en
setiembre de 1998, con el propio Hugo Chávez, cuando se discutía el primer programa de gobierno, que no incluía casi
nada sobre ambiente y pueblos indígenas. Posterior a ese cuestionamiento se le
incluyeron estos temas, sobre todo después del acto "las Jornadas Ecológicas
con Hugo Chávez" que organizamos, a instancias del propio candidato, el 26
de noviembre de 1998, a diez días de triunfo electoral del 6 de diciembre de
1998. En ese acto el candidato Chávez asumió su compromiso con el ambiente, que
luego se olvidó, durante catorce años, luego ante tantos cuestionamientos,
incluyó el punto Nº 5 en el proyecto de
Plan Económico Social de la Nación, que su verdadera denominación, de acuerdo a
la constitución de 1999 conocida como Plan de la Patria.
Sin embargo no puede afirmarse
que tal proyecto encarne un proyecto nacional sustentable, si su ejecutoria
conduce a la contaminación, degradación y destrucción del ambiente.
El verdadero proyecto posible
está contenido en la Constitución de 1999, así como el marco de declaraciones y
convenios de las Naciones Unidas, particularmente la Cumbre de la Tierra de
1992, mucho más avanzada, que la propuestas y planes autodenominados
socialistas.
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