Escrito por J. Stephens
Extraído del portal Oaca
Hace seis meses, luego del segundo aniversario de la
revolución egipcia y las protestas que marcaron tal evento, me encontré con
Nana Elhariry en Talaat Harb [una rotonda a las afueras de la Plaza Tahrir en
Cairo que sirve también como un punto de encuentro] en medio de una sorprendentemente
grande y animada demostración en contra de la violencia sexual. Un organizador
anti-guerra de los Estados Unidos me insistió en que la buscará debido a su
experiencia como activista y por su familiaridad con las organizaciones
anarquistas y feministas de la ciudad. En seguida se volvió en algo parecido a
un guía, facilitándome la introducción a un número de organizadores locales,
específicamente en luchas estudiantiles.
En los días recientes, de acuerdo a reportes en los medios
sociales, Talaat Harb se ha vuelto notorio por diferentes razones: ha sido la
escena de un número de ataques – los ataques sexuales en pandilla que parecen
acompañar las protestas masivas en la capital de Egipto. Esta ocasión resalta
los casos distintivos de lo que la prensa y la discusión occidental eluden al
cubrir los eventos contemporáneos en Egipto: la distinción entre el poder
Estatal y la resistencia popular – un tema enfatizado por el pequeño pero cada
vez más visible movimiento anarquista de Egipto.
Con el historial del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas
y las miles de personas que fueron puestas en tribunales militares en los meses
que siguieron la revolución inicial de Egipto, junto al ampliamente sospechado
rol que tomaron en la violencia sexual organizada desde entonces – por no decir
nada del control militar de un tercio de la economía del país – la idea del
ejercito y el pueblo como “una sola mano” le choca a muchos como una triste y
negligente amnesia. Mientras que algunas voces occidentales han ido tan lejos como
declarar a Egipto como falto de los materiales básicos para la democracia,
muchos en las calles argumentan que las protestas populares que tomaron lugar
el 30 de junio y su resultado representan un capítulo en una historia que
comenzó el 25 de enero de 2011. Un capítulo desordenado para una historia
desordenada.
Reconecté con Elhariry el 8 de julio para discutir los
eventos recientes.
- ¿Qué paso ayer? Por las noticias suena como la nueva
indicación de una guerra civil de baja intensidad en Egipto.
- Bueno, los seguidores del Ikhwan (Hermandad Musulmana)
argumentan que fueron atacados durante las oraciones del amanecer en la
mezquita de Raba’a Adwyia, con mujeres y niños entre ellos y sin ambulancias
para ayudar a los heridos y sacar los muertos. Muchas fotos de niños muertos
circularon temprano en la mañana. Mientras tanto, figuras de la oposición y
activistas mostraron gran indiferencia hacia la masacre, justificándola, y
diciendo que era exactamente lo que ellos recibieron del Ikhwan durante los enfrentamientos
de la calle Mohamed Mahmoud en noviembre de 2011 junto a los eventos mortales
en Maspero. También alegaban que las fotos que estaban circulando eran de niños
sirios muertos en uno de los ataques de Bashar Al-Assad, y que el ejercito
abrió fuego luego de las oraciones, cuando usaron gas lacrimógeno para
dispersar las personas, y el Ikhwan respondió con balas vivas.
- Cuando hablamos el 7 de julio lamentabas como la gente
estaba animando a la policía en las demostraciones de ayer como si hubiesen
olvidado por completo lo que pasó en la calle Mohammed Mahmoud. ¿Afectó la
masacre de esta mañana o es muy pronto para decir?
- Por las reacciones que he visto esta mañana – en líneas y lo
que he oído en la transportación pública – mucha gente todavía ven el ejercito
como el único salvador y creen que todo lo que está pasando es de alguna manera
una conspiración del Ikhwan Pero también tienes personas que están molestas por
el asesinato de niños y están echándole la culpa a la brutalidad del ejercito.
Nada de lo que he visto en la calle me ha hecho pensar que ha aumentado o
disminuido significativamente el apoyo hacia la policía y el ejército.
- Sé que han habido operaciones militares en el Sinai y el
Suez en los días recientes. Esto parece ir más allá de una mera transición de
poder. Desde la distancia parece un escenario de Pinochet mientras que la
cobertura de nuestros medios ha sido repugnante. ¿Cómo se siente en la calle?
- Sinai siempre ha sido una zona caliente para este tipo de
cosas entre la policía o el ejercito y los Beduinos. Solo que se ha exagerado
por las tensiones en marcha. Los Beduinos siempre han sido desatendidos por el
Estado y parece que ha dominado toda su tierra. No me está claro qué es lo que
está animando las cosas allá ahora mismo pero usualmente és el rechazo de los
Beduinos a ser dominados por el Estado.
- Otros anarquistas con los que he hablado en Egipto parecen
entender adelantadamente que Tamarod estaría de acuerdo con un dictador o
régimen civil o militar, así que no les sorprende lo que está pasando. Tú
pareces estar un poco cautelosa también, como cuando hablamos hace un mes sobre
esto – que puede ser una victoria hasta para los Salafis. Ahora el modelo del
Tamarod [recoger firmas para sacar a un líder del poder] está siendo implementado
en Túnez y Siria, etc. ¿Crees que es un error?
- Mi problema con el Tamarod es que tuvieron el tiempo para
crear algún tipo de alternativa para luego de la caída de Morsi pero nunca lo
hicieron. No tenían un plan claro de lo que pasaría una vez se fuera. Por eso
temía una masacre. Honestamente, si el ejercito no hubiese intervenido hubiese
sido mucho, mucho peor. Sentí que los Salafis eran el único partido listo para
dominar la escena, como el Ikhwan durante las elecciones posteriores a Mubarak.
- ¿Así que había mucho plan de oposición pero ninguna visión
reconstructiva real?
No estoy segura de que tengamos una oposición real. El
“Frente de Salvación Nacional” (National Salvation Front) es absolutamente
inútil y el resto de los activistas se pasan el día y la noche “tweeteando”
especulaciones sobre la situación. Eso es todo básicamente.
- Como anarquista, ¿cómo estás procesando lo que se está
desenvolviendo desde el 30? ¿Puedes forjar una relación con ello y sentirla
útil?
- Creo que eliminar el escenario dirigido por fanáticos es un
paso adelante. Creo que ha habido movimiento hacia entender que la religión es
mejor dejarla en la mezquita o la iglesia y no como un mecanismo de gobernar.
Esto puede probar ser muy útil luego, cuando argumentemos sobre las ideas
radicales las cuales defendemos. Es una fase de la revolución del 25 de enero;
una que tenemos que observar muy de cerca. Para mí es muy difícil estar del
lado del felool (seguidores de Mubarak) cuando sé por un hecho que están igual
de enfermos que el Ikhwan y están de acuerdo con cualquier forma de opresión y
dictadura.
- Parecería que las formas de organización horizontales son
el único juego en la ciudad en relación a combatir la violencia sexual en
Tahrir – Operación En Contra del Acoso/Asalto Sexual (Operation Anti-Sexual
Harassment/Assault -), Guardaespaldas Tahrir (Tahrir Bodyguard), y demás. ¿Es
este el caso?
- Esa es mi experiencia con ellos. Generalmente
auto-organizados y no-jerárquicos. Aunque son muy distintos el uno del otro.
Aparte de estar presente en eventos grandes, el Guardaespaldas Tahrir no está
activo más allá de buscar nuevos voluntarios mientras que Operación En Contra
del Acoso/Asalto Sexual está más interesado en levantar conciencia y desplazarse a la sociedad en general.
- Operación En Contra del Acoso/Asalto Sexual se ha
mantenido fuera de Tahrir en los últimos días por la seguridad de sus
voluntarios. Sé que u misma me dijiste que estabas replanteándote si unirte a
las demostraciones recientes. Parece ser al momento un obstáculo muy grande
para los movimientos de base en Egipto. Debido a toda la organización en su
contra desde el 25 de enero, ¿Crees que hay un sentido de cambio en las cosas
luego del 30 de junio? ¿O ha empeorado todo?
- Con tantos civiles armados, primordialmente Ikhwan, todo se
ha puesto peor . Sé por un amigo en Operación En Contra del Acoso/Asalto Sexual
que están arriesgando su propia seguridad solo por tratar de meterse a través
de las pandillas y asistir a cualquier víctima. Me imagino que con el número de
armas a la mano en las demostraciones se ha tornado mucho peor. Personalmente,
desde finales de 2011 lo he pensado dos, tres y cuatro veces antes de unirme a
cualquier demostración.
- Tweetearon ayer que hubo cuatro ataques, tres de ellos en
los que pudieron intervenir. Eso sonó considerablemente menor que apenas
algunos días atrás. ¿Fue esto solo una coincidencia?
- Tuve el mismo pensamiento. No hay duda que la mayor parte de
los ataques son organizados; eso es obvio desde los días del SCAF en el poder.
Pero hay algo más allá de eso con las personas en general. No puedo echarle la
culpa al sistema solamente. Tengo que pensar en hombres y niños jóvenes
aterrorizando las mujeres en las calles en el día a día. Eso existe y parece
tener su punto más alto durante los festejos religiosos.
- ¿Piensas que hay cosas que la gente fuera de Egipto puede
hacer para apoyar el trabajo útil que
esta llevándose a cabo?
- Creo que no juzgar la situación con estándares que no
aplican sería un punto de partida.
- Cierto.
Por: Joshua Stephens
Joshua Stephens es un miembro de la junta del Instituto de
Estudios Anarquistas (Institute for Anarchist Studies) y ha estado activo en
movimientos anticapitalistas y de solidaridad internacional a través de las
últimas décadas. Ha pasado gran parte de los últimos dos años cubriendo
movimientos sociales desde Nueva York hasta Atenas, Cairo, Palestina y México
para Truthout, AlterNet, NOW Lebanon, Jadalyya, entre otros. Es el autor de Self and Determination: An
Inward Look at Collective Liberation (2003, Ak Press).
Traducida por: Jorell A. Meléndez Badillo
Apareció originalmente en inglés en:
http://www.truth-out.org/news/item/17465-interview-anarchism-tamarrod-and-sexual-violence-in-egypt
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