Sahar Vardi
Desde la creación de su Estado, el servicio militar es
obligatorio para hombres y mujeres en Israel. El país hace gala, tanto dentro
como fuera de sus fronteras, de su relativo igualitarismo sexual en el
ejército, en el que las mujeres pueden contribuir a su sociedad de la misma
forma que los hombres y demostrar su valía. Esta aparente igualdad sexual de la
que se jacta el ejército provoca una determinada perspectiva feminista acerca
de la conscripción femenina.
Podría suponerse que en un país que tiene servicio militar
obligatorio, convencer a los jóvenes sobre la importancia de alistarse, y su
propio interés en hacerlo, resultaría innecesario. Y sin embargo, en Israel,
como en muchas otras sociedades con conscripción, la promoción del ejército y
del reclutamiento de jóvenes toma numerosas formas.
Cuando yo tenía once o doce años, mi hermano tenía un póster
en su habitación en el que se veía a una mujer soldado en pleno entrenamiento,
cargando con un soldado varón a sus espaldas en una simulación de una
evacuación de un compañero herido en combate. En esa época decidí que yo, de
mayor, sería soldado; quería demostrarles a los hombres, aunque tal vez incluso
más a mí misma, que podía hacer lo mismo que ellos. La chica del póster parecía
demostrarlo. Más o menos a la misma edad, también tomé conciencia de que estaba
en contra de la ocupación militar israelí de Palestina: esa violencia no era
algo que quisiera fomentar en modo alguno. Pero el atractivo de poder disfrutar
de la oportunidad de demostrar que era igual a los hombres en este campo,
completamente dominado por ellos, era más fuerte. Con el tiempo, se me pasó
esta idea, a medida que fue evolucionando mi comprensión del feminismo y el
igualitarismo. Sin embargo, aún hoy hay momentos en los que, a un nivel
emocional, me embargan los mismos sentimientos y siento la misma admiración
(quizás incluso envidia) hacia esas mujeres soldado que "cargan" con
y contra los hombres.
Tradicionalmente, la glorificación de los combatientes como
héroes ha olvidado la mayor parte de las veces a las mujeres. Al tiempo que los
movimientos feminista y antimilitarista intentan poner en entredicho esta
glorificación, parece que el ejército israelí busca promocionar la
participación de las mujeres en el combate, ni que sea para guardar las
apariencias. El reclutamiento obligatorio para las mujeres no es simplemente
una parte más de la conscripción en Israel –y del sentimiento de que “todo
vale”– , sino que se presenta explícitamente como si se tratara de una política
que se basa en la igualdad de los sexos, ¡y que la fomenta! Un video oficial de
la Fuerza de Defensa Israelí (FDI) del año 2009, sobre la participación de las
mujeres, expresa la misma idea: las mujeres podrán ser igual que los hombres si
se alistan.1
Un artículo de una web mayoritaria de noticias israelí,
Mako, titulado “50 cosas que no sabías sobre la Fuerza de Defensa Israelí
(FDI)2, escrito por una reportera, destaca que:
Israel es el único país del mundo con servicio militar
obligatorio para las mujeres.3 Las mujeres representan hoy el 34% del ejército,
y el 88% de los cargos les están abiertos. Una cuarta parte de los oficiales de
la FDI son mujeres.
Antiguamente, las mujeres no podían servir en buques de la
marina, pero durante el último curso de formación de marineros, la distinción
de “marinero excelente” recayó en una mujer.
El regimiento Karakal es el único regimiento mixto de la
FDI, formado por hombres y mujeres. No hay excepciones: las chicas realizan la
Instrucción Básica 07 (preparación para el combate), y portan metralletas MAG y
Negev, así como camillas de enfermería, como cualquier otro combatiente (varón)
de la FDI.
Este espejismo de igualdad tiene dos finalidades. La primera
es incitar a las jóvenes a alistarse, enseñándoles que el ejército es un lugar
en el que podrán demostrar que pueden ser iguales a los hombres, con los mismos
deberes y mismo rendimiento. Sin embargo, el hecho de que cientos de soldados
denuncien acosos sexuales en el ejército cada año y que, según datos de estudios
militares de 2002, el 80% de las mujeres soldado los sufrieran durante el
servicio, no sitúa a este ejército entre los 50 mejores de la lista, que
digamos.
La segunda finalidad de este espejismo de igualdad es la
legitimación del aparato militar, tanto ante sí mismo como ante el resto de la
sociedad israelí y la comunidad internacional. El ejército israelí hace gala de
ser el “ejército más moral del mundo”.4 Esta expresión se utiliza sobre todo
para legitimar a la FDI en tiempos de combate, viniendo a decir así que, puesto
que los soldados israelíes actúan de la forma más moral posible dadas las
circunstancias, la pérdida de vidas civiles, los heridos y los daños materiales
sufridos en las “operaciones militares” deben de ser justificables. Tras el
ataque contra Gaza en 2009 (operación Plomo Fundido) el ministro de Defensa
israelí, Ehud Barak, respondió a los testimonios de soldados respecto a los
daños civiles provocados afirmando: “Tenemos el ejército más moral del mundo.
Llevé uniforme durante diez años, sé lo que sucedió en Yugoslavia, en
Afganistán y en Irak, y les digo que desde el jefe del estado mayor hasta el
último soldado, el ejército más moral del mundo está a disposición del Gobierno
israelí. No me cabe ninguna duda de que se investigará cada incidente
concreto”.5
Sin embargo, para mantener esta perspectiva la FDI tiene que
mostrarse como dueña de unos valores morales más elevados que los del pueblo
contra el que lucha, no sólo en el frente de combate, sino también en el ámbito
de sus principios fundamentales. Por este motivo, el reclutamiento de mujeres y
el espejismo de la igualdad de las mujeres en el sistema militar, junto con el
reclutamiento de homosexuales y bisexuales, brindan a la FDI una superioridad
moral –al menos por lo que respecta a los valores "occidentales"– en
comparación con otros ejércitos del mundo, y sobre todo de Oriente Medio. Esto
hace que el ejército y la sociedad israelíes se puedan congratular de la
obligatoriedad del servicio militar para las mujeres como si se tratara de una
evolución progresista hacia la liberación femenina.
Por otro lado, el movimiento de las mujeres por la paz en
Israel es, desde hace décadas, una voz dominante en el movimiento pacifista
general, y ha conseguido aprovechar el potencial propio de esta voz femenina
para influir en las políticas. Curiosamente, en otros momentos se hizo lo mismo
utilizando el único papel en el que una sociedad militarista permitía que las
mujeres dominaran –esto es, el papel de madre amorosa de un soldado–, para exigir
el fin de la guerra y el regreso a casa de los soldados. Esta estrategia fue
muy bien aprovechada por el movimiento "Four Mothers" (Cuatro
madres), que desempeñó un papel clave en la retirada de Israel del Líbano en el
año 2000.6 Otros movimientos feministas por la paz escogieron una vía
diferente, la de cuestionar el papel que se les otorgaba de sustentadoras y
educadoras de futuros soldados, y formaron grupos como Women in Black (Mujeres
de negro), New Profile (Nuevo Perfil), la Coalición de Mujeres por la Paz y
muchos otros, que intentaban aportar una voz feminista clara y constante contra
la ocupación y la militarización de la sociedad israelí.
En 2005 Idan Halili, una joven israelí de diecinueve años,
declaró su rechazo al servicio militar con las siguientes palabras: "Una
institución profundamente patriarcal como el ejército subraya la marginalidad
femenina y la superioridad de los valores identificados con la masculinidad...
Se podría decir que en el ejército existe una mentalidad endémica de acoso sexual.
Por ello, la exigencia de que una mujer se aliste equivale a exigirle que se
enfrente a este acoso. Yo, como feminista, siento que debo evitar el servicio
militar y actuar para reducir la influencia del ejército sobre la sociedad
civil."
Hoy, todas las mujeres de los movimientos feministas
israelíes que trabajamos por la desmilitarización de la sociedad israelí,
tenemos que aportar sin descanso una voz feminista alternativa que subraye el
patriarcalismo inherente al ejército y su efecto sobre las mujeres, así como
presentar una alternativa: una voz feminista por la paz.
Notas
1) http://www.youtube.com/watch?v=Joh1NkEfqJ4
2) Hadas Duvdevani, '50 things you didn't know about the
military', Mako, 3/6/2012 http://www.mako.co.il/pzm-magazine/Article-c07be6a8371b731006.htm.
(El artículo no menciona que Eritrea también tiene conscripción femenina)
3) Aunque Eritrea también lo tiene
4) Esta expresión ha sido repetida por numerosos políticos y
generales israelíes en los últimos años, entre ellos: el antiguo primer
ministro y actual ministro de Defensa Ehud Barak, antiguo jefe del Estado Mayor
militar Gabi Ashkenazi, anitguo primerministro Ehud Olmert y muchos otros.
5) Shahar Ilan y Fadi Iadath, 'Barak: tenemos el ejército
más moral del mundo, cualquier incidente será investigado’, Haaretz News,
20/3/2009, http://www.haaretz.co.il/news/politics/1.1251460
6) Four
mothers: http://www.4mothers.org.il/peilut/backgrou.htm
Traducido de Matias Mulet Truyols
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Basado en
un artículo para el libro: "Sowing Seeds: The Militarisation of Youth and
How to Counter It"
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