"Mi
respuesta a la ofensa a la educación es la lucha política consciente, crítica y
organizada contra los ofensores.”
Paulo
Freire
Old Sideshow Bob
Ante la difícil situación que vive el país, producto de la crisis
política, económica y social (crisis nacional), se manifiestan regularmente
acciones públicas de descontento y rechazo a la crisis, por derechos y
reivindicaciones sociales. Entre los afectados por esa crisis que viene acentuándose
hace años están las universidades autónomas, y sectores de las mismas han
llamado a un “paro indefinido” de actividades, como forma de presión ante la
falta de respuesta sobre la crisis salarial y exigir mejoras en el presupuesto
para las universidades, sobre todos las autónomas. La actividad en esas
instituciones ha mermado cuantitativa y cualitativamente, y el continuar
llevando la educación con tales carencias traerá consecuencias nefastas a las
comunidades universitarias y al resto del país.
Por un lado no paralizar actividades puede significar una perdida
terrible en los métodos de presión por la conquista de demandas sociales
universitarias y desaprovechar la coyuntura actual de crisis nacional que
requiere la acentuación del descontento popular por la opresión hacia los
derechos sociales. En este caso se afecta el derecho a una “educación completa”,
que requiere condiciones óptimas para contribuir a formar personas de calidad
humana y profesional. En este contexto, el Estado ha llamado a unas mesas de
diálogo para solucionar el conflicto de las universidades, pero son mesas
realizadas con grupos de sindicatos “esquiroles” auspiciados por el gobierno. Sus
“negociaciones” priorizan el sacrificio por “el proceso” a la conquista de demandas
sociales universitarias, buscando así apaciguar el conflicto y la lucha
reivindicativa en las universidades. Cabe destacar que también hay cuerpos
paraestatales en las universidades, que amedrentan internamente y cuentan con
armamento para oprimir el descontento, igualmente protegidos y “subsidiados”
por el Estado; y que el gobierno cuenta con una Ley Contra el Terrorismo y la
Delincuencia Organizada aprobada en 2012, que avala la “criminalización del
derecho a la protesta”. Por ello hacer el Paro es enfrentarse a un fuerte
aparato represivo estatal.
Criminalización de la protesta como política de Estado
Al momento de publicarse este artículo, el Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ) ha sentenciado, ante un recurso de amparo introducido en dicha
institución -con una eficiencia sospechosa-, que debe levantaarse el paro, lo
que representa un acto más de la continua criminalización de la protesta como
política de estado, por parte del gobierno bolivariano, pues están
criminalizando el derecho a la huelga. Cabe destacar que los aumentos
prometidos por el gobierno ante el conflicto
universitario, son insuficientes y forman parte de la Convención Colectiva
Única, todo un Caballo de Troya que podemos resumir en, demagogia y pensamiento
único (es necesaria su lectura y rechazo por parte de la comunidad en general).
Si a las leyes del Estado-Nación nos remitimos, el derecho a la educación lo
debe garantizar, según la Constitución, el Estado, pero las universidades están
en infraestructura decadente ante el presupuesto pírrico de los últimos años y
una inflación que se come todo el salario y lo que puede destinarse para apoyar
la actividad universitaria en la búsqueda de generar conocimiento, por lo tanto
es el Estado quien viola el derecho a la educación, y además criminaliza el
derecho a la huelga, huelga lanzada para buscar una mejor educación.
Cabría preguntarles a quienes
introdujeron dicho recurso de amparo ¿Por qué no estudian en la UBV o Aldeas
Bolivarianas, y se evitan tantas amarguras de paros y huelgas, para graduarse
como ovejitas-rojitas para el sistema y mantienen el status-quo bolivariano?
allá pueden desarrollarse profesionalmente y ser unos buenos Señores Smithers
(Simpsons) socialistas. A su vez que el abogado de quienes introoducen el
recurso, (Félix Milano), amenace diciendo "saben que el desacato tiene
consecuencias, inclusive penales" es una clara criminalización al derecho
a la Protesta y satanización del enemigo que han inventado en la jerarquía
bolivariana para crear la polaridad que justifica su barbarie donde si no eres
mi amigo, eres mi enemigo, actitud que han venido tomando también con la quema
de autobuses por parte de grupos paraestatales que tuvieron secuelas negativas
en la infraestructura de la Universidad Central de Venezuela, para amedrentar
las movilizaciones y acciones que se han dado por revindicaciones económicas y
sociales dentro del conflicto universitario.
La Propuesta
Un paro es arriesgado, por ello debe ser una la lucha continua y activa, que manifieste
su continuo descontento, llamando al debate interno y externo, realizando
continuas manifestaciones de calle, y creando en colectivo diversas formas de lucha y lazos de solidaridad. Ante la crisis nacional ha de
llamarse al respaldo de los demás sectores sociales (ONGs, otros sindicatos,
activistas sociales, entre otros), pues no solo hay problemas en las universidades,
afuera la crisis nacional afecta la vida de tod@s. Es hacer un llamado a la
solidaridad y la lucha conjunta, para generar efervescencia en el movimiento
popular reivindicativo, protegerse mutuamente, y colaborar con las demandas de los
diversos sectores.
El paro debe abrir espacios horizontales de discusión, para que
cada quién reflexione sobre qué y por qué luchar, sin seguir ciegamente a
“vanguardias elegidas” o actuar como tales, una lucha autónoma con autonomía de
debate, no de imposición. Es necesario el dialogo entre los diversos sectores
de la comunidad sobre la problemática interna de la universidad, sobre el
manejo de presupuesto, las relaciones y formas de evaluación
educadores-alumnos, la cultura y formas de relación entre quienes hacen vida en
la comunidad universitaria, la forma de organización de escuelas y facultades
(entre otros), los métodos de creación y divulgación del conocimiento, los
objetivos de la educación ante las necesidades sociales, cómo se enmarca la
educación en el país… La lista se va extendiendo a medida que se profundiza la
lucha, porque la emancipación universitaria es una transformación que va más allá
del presupuesto.
Es necesaria la discusión política para la construcción de lucha
de los distintos grupos, realizar asambleas y foros por parte de los distintos
sectores universitarios para contextualizar la situación del país y las
demandas universitarias. Rechazar la Ley Contra el Terrorismo y la Delincuencia
pues la protesta universitaria se ve amenazada ante lo que el gobierno entienda
como “terrorismo”. Ejercer el derecho a la protesta con micro y macro acciones continuas
de calle, por parte de los diversos grupos, para hacer pública la problemática
y llamar a la solidaridad de la población en general. Creación de publicaciones
impresas y digitales para el debate y la divulgación interna/externa de la
coyuntura universitaria. La problemática universitaria va más allá de algo
situacional e interno, pues se requiere una verdadera transformación tanto de
la estructura universitaria, pues ella refleja en cierta forma nuestra cultura
y objetivos de desarrollo como humanidad, por lo que es importante la creación
de un modelo universitario de lucha para la transformación interna y el rechazo
al ahogo y opresión externa, crítico de sí mismo y que se reinvente
continuamente. Para ello existe un camino largo, complejo y difícil que
recorrer, pero citando a Zack de La Rosa: “What better
place than here, what better time than now?”.
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