Enrique Contreras Ramírez
En medio del sector revolucionario que se
encuentra en el PSUV, un fraternal amigo dentro de sus reflexiones y en una
grata conversación con él y desde luego, en medio de una sabrosa taza de café,
me confesaba un tanto desilusionado que la gente que giro todo el tiempo
alrededor del Presidente Chávez y hoy siguen en el gobierno se envejecieron, se
corrompieron y se enriquecieron en el llamado socialismo del siglo XXI y donde
Chávez no deja de tener la mayor responsabilidad, a pesar que a través de los
medios tratan ahora de santificarlo e incluso reemplazarlo por la figura
gloriosa de nuestro Libertador, para seguirlo utilizando como icono del
socialismo y de esta manera también
lavarle las culpas que el tiempo histórico jamás le perdonara.
Tales
comentarios me motivo a escribir estas notas, pues al igual que el amigo hay
muchos y muchas personas que a pesar de haberse identificado con el llamado
socialismo del siglo XXI, hoy se están planteando la mismas reflexiones, que yo
considero propias de la gente inteligente.
El
propio amigo me decía: “aquí se elaboro un discurso que al pueblo lo lleno de esperanza, frente a los malos
gobiernos que AD y Copei habían fabricado y donde muchos de ellos también se
enriquecieron y se volvieron viejos amasando grandes fortunas en nombre de la
democracia y la libertad, llegando incluso al asesinato político”.
Así
como el amigo –nombre que me reservo por razones obvias- hay muchos militantes
del PSUV, que sigue creyendo en la posibilidad real de transformar al país e
incluso sectores como el FBL, que manifestaron su apoyo incondicional al
gobierno del Presidente Chávez, hoy
cuestionan la actitud del gobierno bolivariano, pues dentro de sus
análisis consideran que esto no va para ningún socialismo:
“Esta contradicción de la Revolución
Bolivariana, es decir, su inicial carácter capitalista por un lado, y su
potencial desarrollo socialista por el otro, vive hoy su más aguda tensión,
producto de la recuperación político-electoral de los grupos de oposición al
gobierno nacional y, subsiguientemente, en virtud de la concreción en Venezuela
del conflicto inter-imperialista que se escenifica actualmente en el ámbito
mundial por el control hegemónico de los recursos naturales existentes en el
planeta. En este sentido, el desenlace de esta contradicción puede significar
la derrota definitiva de la Revolución Bolivariana, a menos que urgentemente se
reactive el Movimiento Popular Revolucionario y sea capaz de luchar en función
de implementar las medidas que garanticen la RECTIFICACIÓN DE LA
DIRECCIONALIDAD DEL PROCESO REVOLUCIONARIO, tanto en el ámbito de la
composición política de su mando central, como en el plano de su orientación
histórica”. (Comunicado del FBL. Junio-2013. www.ruptura.org).
NUEVOS ESCENARIOS
He aquí una realidad que la dirigencia
corrompida del gobierno bolivariano, no podrá ocultar y a medida que
transcurren los días toda esta situación se agudizara, pues el gobierno del
socialismo del siglo XXI no tiene mucho que esconder, pues el tiempo se ha
encargado de exponer la realidad y ejecutoria de esta llamada revolución. Su
compromiso verdadero se encuentra centrado en los planes del neoliberalismo
globalizado, así sigan señalando publicitariamente que están haciendo
revolución.
La última reunión de UNASUR (junio, 2013),
donde Venezuela es parte de la misma, aprobó sin ningún tipo de reparo la
explotación de los recursos naturales latinoamericanos, donde por supuesto se
incluyen los de Venezuela y donde el gran capital y sus empresas foráneas harán
de las suyas a cambio de unas cuantas monedas, que devorara la clase que
gobierna a consta de hambre y la pobreza de los pueblos y lo peor de todo, es
la entrega de nuestra soberanía al gran capital.
Esta entrega del país, que posee
antecedentes históricos del llamado puntofijismo y continuada por el propio Chávez en la era
de la globalización, se viene realizando solapadamente, así como de manera
camuflada se viene entregando el recurso petrolero y demás minerales a las
empresas multinacionales de China, Rusia y desde hace muchos años a los Estados
Unidos de Norteamérica.
Con respecto a UNASUR se tiene previsto lo
siguiente: “La UNASUR servirá para que todos los países de la región acordasen
de manera unánime la política unitaria de entrega de nuestras riquezas
naturales a los países desarrollados a través de complejas y variadas
infraestructuras propuesta en las reuniones del IIRSA donde se discute
flexibilizar las aduanas, las líneas fronterizas, los aranceles, precios y mano
de obra; y construir modernos puertos de agua profundas en las costas de
Atlántico y el Pacífico, modernos y enormes aeropuertos, ensamblar gaseoductos,
oleoductos, vías ferroviarias, construir carreteras inter oceánicas, dragado de
ríos y lago convirtiéndolos en hidrobias o lago pistas, tirar fibras ópticas,
tendidos eléctricos, represas, demarcaciones y entregas de reducidos espacios
territoriales para los pueblos indígenas y campesinos.
Existen dos guerras paralelas por el
control de nuestros recursos, una del poder mundial contra los Estados
gobiernos y otra del Estado gobierno contra los pobladores y sus líderes. “En
el escenario de esa guerra mundial por los recursos, América Latina es uno de
los principales campos de batalla porque suministra el 25 por ciento de todos
los recursos naturales y energéticos que necesitan los Estados Unidos. Además,
los pueblos de la América latina y caribeña habitan un territorio en el que se
encuentra el 25 por ciento de los bosques y el 40 por ciento de la
biodiversidad del globo. Casi un tercio de las reservas mundiales de cobre,
bauxita y plata son parte de sus riquezas, y guarda en sus entrañas el 27 por
ciento del carbón, el 24 por ciento del petróleo, el 8 por ciento del gas y el
5 por ciento del uranio. Y sus cuencas acuíferas contienen el 35 por ciento de
la potencia hidroenergética mundial” (Renan Vega Cantor, Colombia en la
Geopolítica Imperialista). (I Conferencia de UNASUR autoriza la violencia y el
saqueo de los recursos naturales para conquistar el desarrollo.) (Tomado de la
página www.ruptura.org ).
Todo esto se está haciendo en nombre de la
integración, el desarrollo de los pueblos, la democracia, el crecimiento, la
solidaridad y faltarían otros calificativos, para disfrazar semejante
perversidad de las oligarquías y las burguesías de América Latina.
EMANCIPAR EL CONTINENTE ABYA YALA
La situación
antes expuesta se le esconde a la militancia revolucionaria del PSUV y del
llamado polo patriótico, pues la misma no conviene. A la militancia se le
distrae en esa lucha estéril de quien va
a ser el alcalde, los concejales o quien ira para el cargo que quedo vacante
para asignarlo al de mayor influencia dentro del partido, es la vieja historia
y la vieja discusión que planteara AD y Copei en la dinámica del llamado
partido.
Pero de otro lado, también se está
comenzando a dibujar otra realidad, pues en los diversos sectores patrióticos y
revolucionarios de América Latina y el Caribe, se está librando una rica
discusión en todos los órdenes del conocimiento humano conocidos hasta ahora,
que orienta el pensamiento crítico y reflexivo, en confrontación frente a las
ideologías que hasta ahora han dominado al mundo. Pero lo mejor de todo éste
ambiente geopolítico, teórico, filosófico, es que la discusión está abriendo
brechas, sobre todo en nuestro continente Abya Yala, que va rumbo a la
construcción de un pensamiento propio, alejado de la influencia eurocentristas
y colonizadoras, que por muchos años han sido el obstáculo para la libertad
plena en el más amplio sentido del contexto de la palabra, donde retomamos
nuestros sueños y pensamos el futuro indicando que en el hoy la utopía es
posible.
Hoy, los movimientos que se han organizado fuera de las
estructuras partidistas y que seguimos creyendo y militando en la utopía,
tenemos que ir más allá de la independendencia
económica y política de la patria, se trata también de emancipar
en toda su integridad al ser humano y al planeta de todas las formas de
dominación y alienación. De ahí que es importante darle el criterio de totalidad
al concepto de emancipación de naturaleza humanista y extenderlo hacia un carácter más integral, no olvidando
que hoy el gran capital amenaza de muerte la vida de sus dos fuentes de acopio
de riqueza: a la humanidad y a la naturaleza.
De allí que el proceso de emancipación será
el resultado de un conjunto de luchas prolongadas, de muchedumbres en la calle,
cuyas protestas irán más allá de las reivindicaciones sociales y económicas,
serán luchas por el respeto a la condición humana, por el respeto al medio
ambiente natural, por el respeto a la vida, a la educación, a la vivienda, al
trabajo, a la salud, a la soberanía de los pueblos, a su autodeterminación y en
esa lucha popular y prolongada a veces se avanzara, en otras se retrocederá, es
una lucha que se tendrá que abordar en el marco de escenarios internacionales y
donde se confrontara y se caminara a distintos ritmos.
“Si
no tenemos utopías -nos dice Bonfil Batalla- si no tenemos una capacidad de
imaginar un futuro mejor acorde con nuestra realidad, estamos rindiéndonos a la
perdida de nuestro futuro, y estamos aceptando un futuro impuesto. Si el
pasado, en otros aspectos, nos fue impuesto, no podemos aceptar que el futuro
también nos sea impuesto.” (Batalla, Bonfil (1987). “México Profundo. Una
civilización negada”. Editorial CIESAS, México. PP. 81-82).
La
utopía es el vuelo del cóndor de los Andes, donde la andinidad se acerca cada día más, ya que
todo parece indicar, que vamos a empezar a escribir nuevas páginas de la
historia, donde la indianidad será una de las protagonistas, con su fuerza
hacedora y libertaria. Es la utopía, como impulso creador, donde se manifiesta
una lucha a muerte contra la mente y pensamiento colonial, que ha negado
a la indianidad la cabida para deliberar su futuro.
Muchos
de nuestros pueblos, están precisando que la llamada modernidad que trajo
consigo gradualmente el neoliberalismo globalizado, fragmento a la humanidad y
lo que se está planteando en éste
momento es como reunificarla, como unir los pedazos dispersos y devolverles esa
relación humana, donde en el ayer la convivencialidad y la solidaridad estaban
presente, para ver con mayor pertenencia el futuro.
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