Rafael Uzcátegui
Luce incomprensible, a menos que un sector
del bolivarianismo apueste al sacrificio de Nicolás Maduro en aras de una
transición pactada a mediano plazo, la respuesta oficialista a los resultados
electorales del pasado 14-A. La radicalización mediática de sus voceros, con
escasos correlatos en la realidad, tiene eco precisamente en el sector que
difícilmente votaría por una opción diferente a la chavista, pero que a todas
luces es minoría dentro de su capital electoral. Durante un tiempo buena parte
de los sectores opositores no entendían lo que pasaba en el país. Hoy, la
perplejidad se ubica dentro del bando rojo. ¿Cómo entender ese desconcierto?
Quizás buscando algunas claves dentro de su propia racionalidad, la
revolucionaria.
Cornelius Castoriadis, el filósofo y
psicoanalista turco, que evolucionó del marxismo al socialismo libertario,
durante sus años en la revista “Socialismo o Barbarie” se dedicó a reflexionar
sobre la descomposición de las revoluciones que tomaban el poder. Uno de sus
conceptos utilizados era la “degeneración” de las organizaciones que afirmaban
representar los intereses populares: “Degeneración significa que la
organización tiende a separarse de la clase obrera, que se convierte en un
organismo aparte, en su dirección, de hecho y de derecho. Pero eso no sucede a
causa de los defectos estructurales de las organizaciones, de sus concepciones
erróneas o de algún maleficio (…) Cuando se crea una relación de dirigente a
ejecutante entre el partido y el sindicato y el proletariado, significa que
este último ha aceptado que se instaure en su seno una relación de tipo
capitalista”. Castoriadis apareja por ello degeneración a burocratización,
“cuando la relación social fundamental del capitalismo moderno, la relación de
dirigentes y ejecutantes, se reproducía dentro del propio movimiento obrero”.
¿Es burocrática la actual cúpula dirigente bolivariana?, ¿Son incapaces de
sintonizar con el mayoritario chavismo popular, ese cuya única sintonía era con
Hugo Chávez?, ¿El madurismo prioriza como vínculo la mediatización brindada por
las imágenes de su propia propaganda?
Todos los días escucho gente que afirma que
Maduro traiciona el legado de Hugo Chávez. Pero como dice Castoriadis la noción
de traición sólo tiene sentido en las relaciones sociales: “Nadie puede
traicionar mucho tiempo a quienes no quieren ser traicionados y hacen lo
necesario para no serlo”. Sin la cohesión carismática proporcionada por Hugo
Chávez, el agotamiento de la oferta ideológica, la erosión de la autoridad de
Nicolás Maduro a lo interno del bolivarianismo, la suma de errores recientes y el
tener que asumir medidas económicas de alto impacto, pronostican que el sector
bolivariano será la oferta política de mayor decrecimiento en el país. Negras
tormentas agitan los aires. @fanzinero
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