[Tomado de NOT-ING 3-206, Boletín informativo electrónico de la ANIH - Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat]
FALTA DE DÓLARES. Los meses previos a las elecciones del 07/04 el Gobierno disparó el gasto público para incentivar el consumo, por lo tanto, desembolsó suficientes dólares para importar masivamente y elevar la oferta, pero una vez alcanzado el objetivo político no tuvo más alternativa que cerrar el grifo de las divisas. El mecanismo de “subastas” SICAD tan solo ha colocado en el mercado USD 200 M. Un número creciente de empresas recurren al mercado paralelo.
INFLACIÓN. El Gobierno logró contener la inflación a medias en 2012, pero desde octubre del año pasado la fórmula se agotó. El Gobierno no ha tenido más alternativa que devaluar el tipo de cambio oficial, lo que inevitablemente impactará el precio de los productos regulados, principalmente alimentos y medicinas. La inflación registra un salto de 16,2%.
DÉFICIT FISCAL. La presión que tiene el Gobierno para cubrir la gestión de la administración central (gastos de funcionamiento de los entes oficiales, salarios, subsidios, entre otros) así como de las empresas estatales, ha hecho que los ingresos petroleros y tributarios sean insuficientes y el desequilibrio en las cuentas fiscales se acentúe. La gestión gubernamental se centra en la búsqueda de ingresos, porque la revisión del gasto se le complica, en especial, por la nómina.
ENDEUDAMIENTO. El endeudamiento del sector público se ha acelerado. La necesidad de mantener el régimen cambiario y atender el elevado volumen de gasto público llevó al Ejecutivo nacional a incrementar las obligaciones internas y externas. Diversas bancas de inversión han señalado que la deuda total (Gobierno central, Pdvsa y préstamos con el Banco de Desarrollo de China) es elevada y calculan que ya representa más de 45% del PIB.
PETRÓLEO. La producción petrolera en Venezuela muestra un estancamiento. Si se consideran la producción de crudos más los líquidos del gas natural y el condensado, entonces el resultado es una baja de 3%. Las metas del Plan Siembra no sean cumplido. Durante el año pasado la producción petrolera en el Oriente del país disminuyó. La evolución de las exportaciones no ha sido satisfactoria.
ELECTRICIDAD. Después de procurar desembolsos importantes y constantes a la industria eléctrica en los últimos años, el sistema sigue presentando fallas y cortes del servicio, en forma diaria y en distintas regiones del país. El Gobierno ha atribuido nuevamente a hechos de sabotaje muchas de las interrupciones registradas, mientras que trabajadores y analistas aseguran que esos eventos son el resultado de las deficiencias en generación y la falta de mantenimiento y equipamiento en las áreas de distribución y transmisión.
MANUFACTURA. El crecimiento económico de los últimos años, impulsado por el ingreso petrolero, no ha permitido potenciar el aparato productivo. Por el contrario, los datos oficiales muestran que el ingreso sólo ha fomentado un boom de importaciones en detrimento de la producción nacional. Para los economistas esto es lo que se conoce como un crecimiento de "baja calidad", ya que sectores que generan poca inversión y empleo son los que más se expanden. Sin un cambio en las políticas económicas, no se obtendrán resultados distintos.
AGRO. La producción agrícola se mantiene estancada a pesar de los recursos que se han destinado para estimular y desarrollar la actividad. La meta de alcanzar la soberanía alimentaria todavía luce lejana y la política de importaciones continúa en vigencia. El Gobierno no ha tomado las medidas necesarias para garantizar los recursos. El rezago en los precios controlados amenaza la inversión para los próximos ciclos de siembra. La escasez de insumos es la principal piedra de tranca. La infraestructura no ha sido rehabilitada en un año donde el clima amenaza los rendimientos de producción.
EMPRESAS BÁSICAS. Las empresas básicas de Guayana, salvo contadas excepciones, presentan pérdidas y estados financieros negativos, debido a la baja producción, falta de materias primas, de mantenimiento y renovación de sus equipos y conflictividad laboral.
LABORAL. La falta de políticas que contribuyan al desarrollo de actividades productivas ha castigado la calidad de empleo en el país. Si bien el Instituto Nacional de Estadística refleja una reducción de la informalidad en el país, la realidad es que 40% de la fuerza laboral no ha podido ser conquistada por el sector formal.
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