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¡Justicia para Sabino Romero y todos los yukpa asesinados! ¡Los ganaderos, el Estado y el gobierno son responsables!
¡Justicia para Sabino Romero y todos los yukpa asesinados! ¡Los ganaderos, el Estado y el gobierno son responsables!
Ayer domingo 03 de marzo, cerca de las 8 de
la noche, fue vilmente asesinado en la Sierra de Perijá el cacique yukpa Sabino
Romero Izarra, en el sector El Tokuko, donde había bajado desde la comunidad de
Chaktapa para ejercer su voto en la elección del cacique mayor de la zona.
Asesinado a tiros por sicarios, desde una moto, y herida gravemente su
compañera, Lucía. Un crimen anunciado, denunciado con suficiente anterioridad
por el propio Sabino, ante los medios, ante las instancias del Estado, ante
oficinas del gobierno… ¡pero nada se hizo para evitarlo! Al contrario, no se
puede descartar la complicidad directa de componentes de las propias fuerzas
armadas (FANB), pues el propio Sabino denunció en noviembre pasado al general
Francisco Salcedo Alcalá por ser cómplice de los ganaderos y sus sicarios, y
ayer mismo, en el momento que asesinaron a Sabino, sus familiares y compañeros
de comunidad se abalanzaron en masa persiguiendo a los asesinos, pero el
ejército intervino frenando a los yukpa, garantizando en los hechos la huida
más tranquila de los atacantes. El Estado y el gobierno, de hecho, han
mantenido en la total impunidad los anteriores asesinatos de miembros de la
comunidad yukpa, incluyendo el del padre de Sabino, José Romero, muerto de una
golpiza por iniciativa de uno de los ganaderos de la zona.
La lucha por la tierra y el territorio es
el motivo del crimen, es un crimen de clase y político
Sabino Romero representaba el sector de
indígenas yukpa que se negaba a aceptar las míseras condiciones que le ofrecían
los ganaderos y el Estado. Sus tierras fueron usurpadas por hacendados y
ganaderos a principios del siglo pasado, a punta de violencia y asesinatos, en
total complicidad con el Estado y el gobierno de esas épocas, tal como hoy
siguen contando los ganaderos y terratenientes de la Sierra de Perijá con la
complicidad del Estado y el gobierno. En su lucha por recuperar sus tierras y
territorio, se negaba a aceptar la demarcación que querían imponerles, donde
los ganaderos y hacendados se reservaban las mejores tierras, y dejaban a los
pueblos originarios terrenos sin ningún futuro.
El gobierno de Chávez se había comprometido
a respetar la autodemarcación que hicieran las comunidades indígenas, así como
a pagar bienhechurías a los hacendados para que estos entonces dejaran las
tierras a los yukpa. Confiando en la voluntad gubernamental, y apostando a la
salida menos traumática y pacífica posible, las comunidades yukpa estuvieron a
la espera de que se cumpliera la promesa, pero ni el gobierno pagaba ni los
ganaderos se iban, al contrario, querían imponerles la demarcación acorde a los
intereses de los hacendados, y entre estos y el gobierno desarrollaron una
política que combinaba cooptación y represión, ¡represión en serio!
Ante años de espera infructuosa a que se
cumplan los derechos de los pueblos originarios que proclama la Constitución
Nacional, de incumplimientos de acuerdos, de rechazo y desconocimiento de la
autodemarcación indígena, de imposición de una demarcación miserable hecha de
acuerdo a los intereses de los ganaderos y de “intereses militares”, de unas
condiciones de vida precarias, debidas entre otras cosas a la falta de tierras
para desarrollar sus potencialidades, las comunidades yukpa se propusieron
entonces recuperar sus tierras mediante sus propios métodos de lucha, entre
otros, ocupar las tierras de acuerdo a la autodemarcación indígena. ¡Los
derechos no se mendigan, se conquistan!
Los ganaderos y terratenientes son
responsables…
Los hacendados, agrupados en la asociación
GADEMA (ganaderos de Machiques), han sido los claros y directos enemigos de
clase de los pueblos indígenas en su lucha por la tierra y el territorio. Estos
usurpadores han empleado, como siempre las clases propietarias, todo tipo de
recursos para garantizar sus intereses a costas de las demandas indígenas.
Desde los lazos directos con instituciones del Estado y del gobierno,
incluyendo la fraternidad con el ejército, hasta el pago de sicarios para
amedrentar y asesinar a miembros de la comunidad yukpa, pasando por el
asesinato a golpes del anciano padre de Sabino, también dirigente yukpa de la
lucha por la tierra.
Los terratenientes y ganaderos que pagan
sicarios para asesinar a dirigentes campesinos y campesinas, llevando ya más de
200 asesinados en los últimos catorce años, son los mismos que pagan sicarios
para asesinar a los indígenas yukpa. ¡Bajo total impunidad!
…el Estado y el gobierno nacional de Chávez
también
Pero los ganaderos no están solos… cuentan
con la complicidad estatal. Los hacendados y el Estado, cada cual por su lado,
trabajaron para debilitar la unidad y la lucha indígena, ofreciendo recursos y
prebendas a cambio de aceptar las condiciones impuestas, al mismo tiempo los
ganaderos pagaban sicarios para amedrentar y asesinar a los dirigentes que no
se quebraban, bajo la total impunidad garantizada por el Estado y el gobierno,
que colaboraba no solo manteniendo la impunidad sino también reprimiendo directamente.
El ejército amenazaba a los yukpa en lucha, interceptó y reprimió comitivas de
activistas que subían a la sierra a llevar solidaridad y alimentos, garantizaba
el respeto a la propiedad privada terrateniente, perseguía a Sabino.
Cuando los yukpa optaron por ocupar una
hacienda, en un episodio confuso de enfrentamiento con los defensores de los
ganaderos y con los dirigentes indígenas cooptados por el gobierno y los
hacendados, murió una persona, y resultó herido Sabino, hecho que aprovechó el
gobierno nacional para movilizar al CICPC y a la Guardia Nacional, secuestraron
a Sabino Romero, llevándoselo sin orden judicial ninguna del hospital Coromoto
(de Maracaibo, donde ingresó herido) para incomunicarlo de familiares, abogados
y prensa durante varios días en el Hospital Militar, pasando luego diez meses
en el Fuerte Macoa. También detuvieron y torturaron a Alexander Fernández (otro
miembro de la comunidad) para arrancarle que se autoculpara e inculpara a
Sabino. El mismísimo TSJ estaba involucrado en el asunto y el magistrado Aponte
Aponte ordenó un juicio radicado en Trujillo (bastante lejos de las
comunidades), luego de quitarle el caso a una jueza del Zulia que se mostraba
de acuerdo con declinar el caso a la justicia especial indígena. Al tiempo que
la magistrada Luisa Estela Morales se negaba a responder el amparo
constitucional introducido por los abogados de Sabino y Alexander Fernández.
Todo esto mientras esa misma “justicia” mantiene engavetado el caso del
asesinato del padre de Sabino Romero.
Es que hay una trama de complicidad que
involucra a los hacendados, al ejército, al ministerio de Asuntos Indígenas, la
Fiscalía, periodistas y medios de comunicación estatal. Pues todos confluyeron
para debilitar y derrotar la lucha yukpa. Entre la fiscalía, los jueces, el
ejército y el CICPC, garantizaban la coacción y la represión. El ministerio de
Asuntos Indígenas garantizaba la cooptación de aquellos dispuestos a aceptar
las migajas. Los periodistas y medios estatales, garantizaban el silencio informativo
(¡el cerco que tanto dicen combatir!)… y cuando no podían hacer silencio, dada
la persistencia de la lucha, la presencia de los yukpa en Caracas, o el
activismo de quienes se solidarizaban con la causa, se cuidaban de hacer pasar
casi exclusivamente la versión oficial del asunto.
A finales del año pasado, cuando un grupo
de jóvenes solidarios –incluyendo compañeros de la LTS–llenaron varias de las
calles de Caracas con graffitis denunciando la situación de los yukpa, como
preludio a una movilización del día siguiente, el gobierno se encargó de borrar
todas las pintas en tiempo récord, a media mañana del día siguiente no había
una solo pinta en las paredes de la ciudad. ¡Una celeridad que no podía sino
servir a los hacendados, a la impunidad!
Los yukpa hicieron una tortuosa
movilización hasta Caracas en noviembre pasado, con recursos muy precarios,
debiendo soportar que los detuvieran una y otra vez, por horas, alcabalas y
retenes del ejército en distintas ciudades, buscando impedirles llegar a Caracas.
Una vez vencidos estos obstáculos, nadie en el gobierno quería recibirlos, ¡y
los medios del Estado tampoco les daban voz ni espacio! Cuando un grupo de
militantes solidarios logró colar un cartel denunciando la situación ante una
cámara de un programa en vivo de VTV, apenas pudieron tapar el cartel lo
hicieron. Debieron colarse también los activistas en un foro trasmitido en vivo
con el ministro de Comunicación, para poder vencer el cerco mediático.
Los yukpa venían a denunciar que seguían
siendo asesinados. El joven Alexander Fernández, luego de salir bajo libertad
condicional, como Sabino, fue asesinado. Los yukpa pedían el cese de la
impunidad. Denunciaban las amenazas. Denunciaron con nombre y apellido a
generales del ejército que estaban en complicidad con los ganaderos.
El gobierno siguió dejando correr todo
esto, fiel a su complicidad con los ganaderos .Pero no solo con los ganaderos,
también los yukpa se enfrentaron al gobierno y las trasnacionales mineras del
carbón, pues el gobierno se transó con las trasnacionales del carbón para
explotarlo en territorios reclamados por los yukpa, y aunque por la resistencia
indígena tuvieron que frenar los proyectos, ya en la campaña electoral regional
de Arias Cárdenas en diciembre pasado, volvió a insistir el gobierno con los
proyectos, pues son parte del “plan de la patria”, y la explotación del carbón
“va contra viento y marea”, porque ya hay acuerdos de alto nivel con empresas y
países, como por ejemplo China.
Más aún, como parte de la política de
criminalización de la protesta y de asilamiento de la lucha yukpa, actualmente
está en desarrollo un juicio contra dos organizaciones de derechos humanos que
han acompañado la lucha del pueblo yukpa: Sociedad Homo et Natura, y PROVEA.
Es que por donde se lo mire al asunto, el Estado y el gobierno tienen enorme responsabilidad en todo lo que hace al
amedrentamiento y derrota de la lucha yukpa.
Sabino era un tipo muy incómodo para muchos
intereses de las clases propietarias, del ejército y del propio gobierno. ¡Hasta
que han logrado asesinarlo!
Un dirigente que no se vendió ni se dejó
cooptar
Sabino Romero representaba (¡y representa!)
así al sector de los pueblos originarios que no se arrodilló ante las migajas
que ofrecían los usurpadores hacendados y el Estado. Se mantuvo firme en la
lucha por recuperar sus tierras. Ante los ofrecimientos de bienes o dinero, y
ante las amenazas, el dirigente indígena no cedió, se mantuvo junto a su pueblo
insistiendo en la lucha, aún cuando confiaba en Chávez y su gobierno… ¡y de qué
manera viene pagando el gobierno esta confianza política!
¡Basta de impunidad! ¡Sólo una comisión
investigadora con total independencia frente al Estado puede llegar hasta el
final!
No se puede dejar pasar nuevamente un
crimen de clase como este, forma parte de esos golpes que buscan atornillar más
aún las cadenas de la explotación y la opresión. No solo son los más de 200
campesinos y campesinas asesinadas en medio de la total impunidad. Son también
las decenas de dirigentes sindicales asesinados en total impunidad, incluyendo
los tres dirigentes que encabezaban la Unión Nacional de Trabajadores en Aragua
en 2007 (Richard Gallardo, Luis Hernández y Carlos Requena) y el trabajador de
Ferrominera asesinado por bandas armadas ligadas al PSUV y la gerencia de la
empresa. Son también los dos obreros muertos a tiros en la Mitsubishi de
Anzoátegui por la represión policial bajo la responsabilidad del entonces
gobernador Tarek William Saab, quien fue avalado por el propio Chávez, absuelto
de toda responsabilidad, ¡y es hoy parte de una comisión de la Asamblea
Nacional para investigar crímenes contra los Derechos Humanos! Son también los
asesinatos de decenas de jóvenes de nuestros barrios, a manos del CICPC, las
policías y la Guardia Nacional, en supuestos enfrentamientos, o mediante
ejecuciones directas, bajo casi absoluta impunidad. ¡Y son también, pues, los
varios miembros de la comunidad yukpa asesinados en los últimos años, sin un
solo culpable enjuiciado ni castigado!
¿Puede alguien pensar que habrá justicia
dejando las investigaciones en manos de los cómplices de los asesinatos, o
incluso, de los asesinos directos? ¿Puede alguien pensar que el CICPC, la
Fiscalía, etc., garantizarán “ahora sí”, ir hasta el final y vencer la
impunidad? La única manera de garantizar llegar hasta los culpables,
materiales, intelectuales, y políticos (¡porque hay responsabilidad política en
esto!), es que se constituya una comisión investigadora independiente,
conformada por los propios miembros de la comunidad yukpa (¡quién más que ellos
interesados en conocer la verdad!), por organismos de Derechos Humanos, por las
organizaciones solidarias que los propios yukpa decidan convalidar e invitar, y
por organizaciones obreras, populares, campesinas y estudiantiles, como observadoras
y acompañantes. Solo una comisión investigadora de este tipo, y que tenga
acceso libre e irrestricto a toda la información y recursos necesarios para
conocer la verdad, puede dar pasos reales contra la impunidad y por la justicia
para Sabino y los demás yukpa.
Llamamos a las organizaciones de la
izquierda, de derechos humanos, obreras, populares, campesinas y estudiantiles,
a que hagamos fuerza tras esta demanda, a no dejar la investigación en manos de
los organismos del Estado cómplice, y a continuar movilizados para que este
terrible crimen social y político no quede impune.
¡Ni ganaderos, ni sicarios, ni
trasnacionales, ni militares en las tierras yukpa!
¡Por el respeto a la autodemarcación y
autodeterminación indígena!
¡Basta de impunidad!
¡Por una comisión investigadora
independiente!
¡Sabino Romero, presente!
Lunes, 04 de marzo de 2013
Liga de Trabajadores por el Socialismo
LTS
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