Por Chema Lorenzo
C.N.T -IBERIA
Periódico CNT 398
marzo 2013
Al leer la prensa o escuchar el discurso de políticos y empresa, podría pensarse que la situación económica que hoy atraviesa Iberia es fruto de la actual crisis económica que atraviesa España en particular y toda la sociedad occidental. Donde la fuerte competencia de las empresas de “bajo coste” en el corto y medio radio y los altos costes laborales de sus trabajadores, se han convertido en la piedra angular de la falta de competitividad de la compañía en el mercado aéreo, llevándola a acumular pérdidas millonarias durante los últimos dos años. Ante este panorama, que podría arrastrar a la compañía a la quiebra se impone, como única forma de garantizar la viabilidad de la empresa, su completa reestructuración, en la que los trabajadores deberán hacer grandes esfuerzos y sacrificios para aumentar la productividad y así salvar a la compañía de la que dependen sus puestos de trabajo.
Pero la realidad, es que todo responde a un
plan estratégicamente medido y destinado a hacer de Iberia el salvavidas de
British Airways que, a día de hoy, presenta un agujero de más de 4.500 millones
de euros por la quiebra del plan de pensiones destinado a sus trabajadores. Son así, por tanto,
los intereses comerciales de British Airways como línea aérea, junto a los
intereses económicos del resto de accionistas españoles, entre los que
destacan, El Corte Inglés o Bankia
(mayoritaria con un 22,9% de Iberia y un 13% de IAG) que controlan el 51% de
derecho de voto de Iberia, los que
están llevando a esta empresa a una situación económica insostenible,
provocando una coyuntura de continuas y fuertes pérdidas económicas, como forma
de justificar y legitimar la segregación y liquidación de Iberia y la destrucción
de una gran parte de los derechos y condiciones laborales de sus trabajadores,
como antesala de la segregación de la compañía. Con esta clara intención fueron
aupados a la dirección de Iberia Rafael Sánchez-Lozano y a Antonio Vázquez,
ambos vinculados anteriormente a Caja Madrid y este último impulsor del
desmantelamiento y posterior venta de Altadis (antigua Tabacalera) al grupo
inglés, Imperial Tobacco.
Su estrategia ha sido la de ir vaciando
progresivamente de contenido a Iberia, mediante la cesión y externalización de
los medios productivos y la producción, de forma que genere un excedente de plantilla y un déficit económico que
lleve a la empresa a poder legitimar un ERE, como el que acaba de presentar
este mes de febrero, como única alternativa a la situación económica que
atraviesa hoy la compañía y
garantizar así la viabilidad de la misma. En éste, no sólo se recoge el
despido de 3.807 trabajadores, sino también y tan importante como lo anterior,
es una sustancial modificación de las condiciones laborales. Con una reducción
salarial que en tierra ronda el 11% y entre el 23 % y el 19 % en vuelo (según
el colectivo sea el de TCP o el de pilotos) y que unido a la eliminación de
algunos pluses puede llegar a alcanzar, en Tierra por ejemplo, una reducción
total del 30 % del salario actual. El aumento de los días de trabajo, mediante
la eliminación de 8 días de vacaciones y 7 festivos, sumando 15 días más de
trabajo al año. El aumento de la flexibilidad, trabajando menos horas en
temporada baja, que se compensarían en temporada alta con un aumento de la
jornada laboral. La eliminación de los turnos, pudiendo comenzar la jornada en
cualquier momento del día. La inclusión de la jornada partida, con una hora mínima
de paro y 6 de máximo y hasta dos particiones por día…
Desde finales del 2011, la sección sindical de Iberia de CNT lleva denunciando e impulsando medidas de presión como forma de oponerse a los planes de reestructuración que ya se presagiaban desde hace más de un año (cuando se creó Iberia-Express como punta de lanza de esta estrategia) como la huelga convocada en tierra junto a la CTA (Comisión de Trabajadores Asamblearios), con paros intermitentes desde febrero hasta mayo del 2012. Y que fue desactivada mediante la firma de un acuerdo de CCOO y UGT con la empresa, acuerdo que garantizaba los puestos de trabajo hasta el 2015 y que hoy se demuestra papel mojado.
A día de
hoy hay convocadas 15 jornadas de huelga de 24 horas que finalizan en marzo
(18, 19, 20, 21, y 22 de febrero y 4, 5, 6, 7, 8, 18, 19, 20, 21 y 22 de marzo)
convocadas por CCOO, UGT, USO y ASETMA en tierra y por SITPLA y CTA (vuelo) en
vuelo, a la que afirma que se unirá el SEPLA a partir del próximo 4 de marzo.
El resto de sindicatos de la compañía secundan o apoyan la huelga, incluso la
CNT. El motivo de no convocar en este caso (tanto la CNT como otras secciones
sindicales de Iberia) es por la habitual falta de trasparencia de CCOO y UGT
que aunque hablan continuamente de unidad, en este tipo de situaciones
prefieren no tener dentro de los comités de huelga voces críticas y que
defiendan medidas democráticas y no sólo representativas, en cuanto a la toma
de decisiones. La CNT sigue participando activamente en este proceso de lucha,
no sólo apoyando las huelgas convocadas por los sindicatos mayoritarios, sino
convocando diferentes actos, junto a otros sindicatos minoritarios de la
empresa, como la asamblea convocada en el teatro Fígaro de Madrid, o la pasada
manifestación, el pasado domingo día 17, donde más de 3.000 trabajadores (según fuentes oficiales)
de Iberia recorrieron la calle Velázquez, desde la sede de la aerolínea hasta
la puerta de Alcalá, para sumarse en bloque a la “marea blanca” en defensa de
la sanidad pública.
Desde la
CNT de Iberia, no aceptamos que seamos los trabajadores los únicos que
carguemos con la responsabilidad de la actual situación económica de Iberia. No
asumiremos ningún acuerdo que esté basado en despidos y en la pérdida de
condiciones laborales, como forma de “rescatar a Iberia” de esta situación de
crisis. Siendo ésta, una situación
buscada, como parte de una estrategia empresarial, la solución parte por variar
esa estrategia, por recuperar la producción y los medios productivos,
recuperando las líneas perdidas, impulsando el crecimiento de la compañía,
fortaleciendo su posición en el largo radio, entre otras.
Aun a
pesar de la desconfianza y el malestar que produjo la desconvocatoria por parte
de CCOO y UGT de las huelgas planteadas para Navidad, las primeras jornadas de
huelga han supuesto un éxito rotundo, siendo secundadas por prácticamente la
totalidad de los trabajadores sin servicios mínimos, llegando a sumar unos
8.000 trabajadores en la terminal 4 de Barajas el lunes día 18, primer día de
huelga, donde rompiendo el cordón policial, se ocupó la terminal durante unas
horas. La actual actitud de la empresa, negándose a negociar nada que tenga que
ver con el ERE impuesto, hace pensar que las medidas de presión se agudizarán
si esta actitud de Iberia no varía. Entre las que se valora como primera medida
la de convocar en los días de Semana Santa.
Este nuevo ataque a la clase trabajadora, que
hoy se materializa en los trabajadores de Iberia, representa otro ejemplo de cómo
el capitalismo utiliza la idea de crisis en función de sus intereses, de la
verdadera finalidad de la privatización de las empresas y los servicios públicos
que fueron creados con el esfuerzo solidario del conjunto de la sociedad y que
cuando más rentables resultan, son vendidos para que unos pocos hagan negocio,
de la complicidad de los medios de
comunicación, gobiernos y algunos llamados sindicatos cuya verdadera función es
la de legitimar los intereses de la clase capitalista. Seguiremos informando.
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON L@S TRABAJADOR@S DE IBERIA!!
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