Pablo Hernández Parra
En su conocida columna del Semanario
Quinto Dial a raíz de la muerte del
presidente Chavez, Sebastiana Barraez”, escribe
“La única verdad –a riesgo de quedarme sin lectores, por lo polarizado
que está el país- es que aquí todos se burlaron de todos” y termina haciéndose la pregunta que millones
de venezolanos de las más diversas tendencias se hicieron a lo largo de 90 días
que duro la agonía del presidente al que vieron por última vez la noche de 8 de
diciembre del 2012, ¿Era necesario mantener al país en la incertidumbre y una mentira tras
otra? No se engañaba a los opositores, sino también a los chavistas que
hubiesen querido orar junto a su líder mientras su vida se iba apagando. [1]
Intentemos, una respuesta.
Los hechos acontecidos no dejan
lugar a ninguna duda. No solo era necesaria, era la única estrategia de
sobrevivencia para la camarilla militar-política, que se ve obligada por las
circunstancias a conservar el poder a
cualquier precio, ante la muerte si se quiere sorpresiva y rápida del máximo
dirigente. Toda la maniobra radicó, en dos pilares:
Primero, ganar
tiempo para adecuar las fuerzas, forjar las alianzas temporales, preparar
ideológicamente bajo un manto mítico-religioso a los seguidores del presidente,
erigir a su figura en una suerte de nuevo dios oficial, para hacer política
bajo la sombra de su imagen y encubrir todas sus carencias y penurias con la
sola invocación del nombre y los atributos del presidente fallecido. Al
convertirlo tras su muerte en líder SUPREMO, colocándolo por encima del Libertador, el
objetivo de la camarilla militar-política era evidente como acertadamente lo
descifrara la BBC Londres, convertirlo
en “Una
especie de héroe mítico, una figura cuasi religiosa, un Padre por el que habrá
que seguir apoyando a la revolución. La idea es que como el Cid Campeador,
Chávez siga ganando batallas para los suyos aun después de muerto”.
En este sentido, los herederos
políticos del nuevo Mesías no inventan nada, ni son originales, simplemente
acuden a la misma estrategia de cualquier predicador de oficio, iglesia o secta
religiosa que se autoproclaman discípulos o enviados del “señor “para vivir del
engaño y la mentira, repitiendo miles de veces en cualquier discurso o sermón
el nombre del dios respectivo, acompañándolo con las decenas de atributo que se
le endilgan a dicha figura. De tal
manera que si el “dios” invocado es “Único, Omnipotente, Omnipresente, Salvador
de la Humanidad, Ungido, Hijo de dios, Redentor de los pobres” y otros
calificativos divinos y sobrenaturales, inmediatamente a la muerte de Chavez
los calificativos por parte de los sumos sacerdotes de la nueva religión
oficial no han cesado de elevarlo a una
categoría cuasi divina: “Muerto por su patria, Redentor de los pobres”, Nuevo
Libertador, Enviado de Dios, Hijo de Bolívar, Espíritu Eterno, Padre
Bondadoso, Comandante en jefe”.
Segundo, Continuar
con el plan político- militar concreto para la preservación del poder por las buenas o por
las malas, como abiertamente lo han anunciado los voceros militares de la
“revolución”. Y muy especialmente sus flamante Ministro de la Defensa y el jefe
del Comando Estratégico Operacional (CEO),
Para esta
camarilla militar-política, la mentira, el secretismo, la manipulación, el
engaño, las amenazas y el atropello son sus principales armas de acción y de
propaganda política, mas en la situación penurias de todo tipo en que ha quedado esa dirección y sin ningún líder que
sustituya al caudillo fallecido. Empezando sus dos principales líderes Maduro y
Cabello fueron rechazados por la militancia del propio PSUV, cuando dicho
partido realizo la elección de su dirección en el 2007.
La muerte del presidente deja ante una orfandad tal a
los herederos, que la única manera de los tomen en cuenta, convencer y
legitimarse ante los seguidores del Presidente fallecido, es repetir un promedio de 250 veces diarias
el nombre o los atributos de quien era el único punto de unión entre todas las
sectas y grupos que se han organizado en torno a su figura. Detrás de la dirección político-militar del llamado
chavismo, no hay nada más que una profesión de fe, una nueva religión basada en
un solo elemento: Supuesta fidelidad y
lealtad al supremo comandante y un programa concreto: “no me den pónganme donde haiga”.
Robo y saqueo al
tesoro público, he ahí el ideal de la dirección chavista. Y como sucede con
toda secta religiosa o partido político construido en torno al culto de la
personalidad del “profeta, a su muerte los discípulos se dividen en torno a la
interpretación de la palabra esclarecida por aquel y como es de esperarse,
muerto el Páter Familia, cada hijo o discípulo que se considere elegido,
construye su propia iglesia y secta.
Hoy lo único que une a los diversos grupos y sectas que
conforman el PSUV y al gobierno es el 14 de abril, conservar el poder y el
control de la Renta Petrolera, tan pronto termine el circo electoral,
asistiremos a la proliferación de capillas, templos y oratorios donde cada “discípulo destacado del nuevo dios
oficial” se declarara interprete “verdadero” de la doctrina, contenida en
el Testamento de Chavez, que ya anuncio Maduro, como el nuevo texto sagrado.
En el gobierno,
ni en el PSUV hay ni siquiera un esbozo de programa de transformación que no
sea otro que privatizar el petróleo y los recursos fundamentales del país,
endeudar a la nación hasta el infinito,
quebrar a PDVSA y empresas básicas,
destruir la infraestructura eléctrica y vial, devaluar, devaluar y
volver a devaluar, emitir papel moneda, una y otra vez, aumentar impuestos,
precios y tarifas de servicios públicos, importar todo con los dólares del
petróleo.
En pocas palabras, para desvalijar un país,
colocarlo en manos del capital internacional dentro de la llamada
multipolaridad, no hace falta un proyecto de país o un programa alternativo, sino exactamente lo contrario un
plan militar para continuar con el asalto al tesoro público y seguir drenando
al exterior y a los bolsillos de la
Boliburguesía, de la banca y burguesía cantidades ingentes de capital, como
hasta ahora ha ocurrido. Y para saquear un país no se requiere de una clase
social revolucionaria de obreros, técnicos, intelectuales o científicos, sino
de saqueadores, de bandoleros, de mercenarios y que mejor instrumento posee la minoría
propietaria dominante para ese papel, que su ejército, policías y bandas
llamadas partidos políticos creadas, organizadas, entrenadas y unificadas para
esa misión.
Quienes piensen que con la muerte de Chavez, se acabo
el chavismo, no terminan de entender que la tarea del fallecido caudillo era
echar las bases “política, legales, ideológicas” de un nuevo modelo de Estado
forajido, emergente, paralelos basado en el control social de la población, a
través de la militarización del país, aumento del poder policial, promoción y
estimulo a la impunidad, criminalización de la protesta, división de la clase
obrera, movilización y organización desde el Estado y en beneficio de este, a
todo un sector social informal, que constituyen su sólido apoyo social. Este
modelo de Estado se caracteriza por la concentración del poder en manos del
ejecutivo, cuyo único rasgo democrático, es la ilusión electoral cada año a
partir del control absoluto de todos los poderes del Estado. Maquinas de
votación y la informática incluida.
El abierto apoyo
internacional que hoy se le brinda al candidato oficial desde EEUU
hasta Rusia, China, Europa y claro esta los gobiernos del capital en
toda América Latina, es la prueba más evidente de que el candidato oficial, en
las actuales condiciones internacionales, es quien mejor le asegura los
intereses al capital internacional, como
hasta ayer lo hizo el propio presidente fallecido.
Total más de una
vez el propio Chavez repitió sinceramente su verdadero papel histórico: …”Entonces en más de una ocasión a mi me ha tocado frenar, por eso lo
digo sin pretensiones de ningún tipo saben, yo creo que incluso a la derecha
venezolana, así lo digo y lo digo con mucha seriedad, no tiene nada esto de
ironía ni mucho menos de cinismo, no, no, yo creo que todavía Hugo Chávez hace
falta y yo creo que a la misma derecha venezolana le conviene que Hugo Chávez
siga siendo el Presidente de Venezuela por un tiempo más….A la misma derecha,
analicen bien y sacaran sus propias conclusiones, sólo se los digo para la
reflexión, los empresarios, los banqueros, la burguesía nacional, porque aquí
tenemos que garantizar la estabilidad nacional, tenemos que garantizar la paz
nacional”
Si hoy los Sres.
Maduro y Cabello se han erigidos en los herederos de Chavez y gozan del total
apoyo de capital internacional, es porque este sabe muy bien, quienes son los
cachorros del Pentágono escogidos para continuar el legado de Chavez como lo
expusiera con toda claridad el Jefe del comando del Sur del ejército
norteamericano.
Si en algún momento las
enseñanzas de Maquiavelo son aplicadas con mayor celo y tesón, es precisamente
en la Venezuela de hoy, por estos nuevos
discípulos del político florentino, los señores Maduro y Cabello. Estos que tal
vez no conozcan al personaje en cuestión, pero sus enseñanzas y consejos los
aplican de manera magistral: “…Los hombres son tan simples,
y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla
siempre gente que se deje engañar… En general, los hombres juzgan más por los
ojos que por las manos, y, si es propio a todos ver, tocar sólo está al alcance
de un corto número de privilegiados. Cada cual ve lo que el príncipe parece
ser, pero pocos comprenden lo que es realmente y estos pocos no se atreven a
contradecir la opinión del vulgo, que tiene por apoyo de sus ilusiones la
majestad del Estado que le protege… Dedíquese, pues, el príncipe a superar
siempre las dificultades y a conservar su Estado. Si logra con acierto su fin
se tendrán por honrosos los medios conducentes a mismo, pues el vulgo se paga
únicamente de exterioridades y se deja seducir por el éxito. Y como el vulgo es lo que más abunda en las
sociedades, los escasos espíritus clarividentes que existen no exteriorizan lo que
vislumbran hasta que la inmensa legión de los torpes no sabe ya a qué atenerse”
[2]
Cuenta la historia que a
la muerte de Enrique III Rey de Francia,
el 2 de agosto de 1589, la corona francesa la hereda Enrique de Navarra, conocido protestante
siendo reconocido solo por la secta de los hugonotes. Esta situación dio origen
a una verdadera guerra y cadena de asesinatos
entre los pretendientes católicos al trono por parte de España y Francia
contra el rey protestante. A lo largo de tres años Enrique de Navarra, no logro
el control de Paris y por ende de la corona de Francia, por lo que el 25 de julio de 1593, en un verdadero y
magistral salto de talanquera, Enrique de Navarra, se convierte al catolicismo
y declara sin ningún pudor, ni remordimiento “París bien
vale una misa””.
420 años
después, la historia se repite con toda nitidez en Venezuela. Un militar
anticomunista confeso y un “socialista de bolsillo” han heredado la “corona” de
Venezuela y fiel a las enseñanzas de Enrique de Navarra, repiten a los cuatro
vientos: “Miraflores y PDVSA bien valen
una boina y una franela roja”. Total su estrategia y
programa de este tétrico dúo es muy
simple: El fin justifica cualquier
medio.
Pablo Hernández Parra,
27/03/2013
[2] El Príncipe, N. Maquiavelo,
capítulo XVIII: “De qué modo deben guardar los príncipes la fe prometida”
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