Pareciera que eligen el nombre de los feriados pensando justamente en lo que no va haber nunca por parte del Estado, ya que en realidad debería llamarse “Día del olvido, la mentira y la injusticia”. Si de verdad tuviéramos memoria, recordaríamos cuantos trabajadores fueron desaparecidos, torturados y asesinados, y que fueron entregados por las burocracias sindicales actuales a la dictadura de entonces; recordaríamos cuantos políticos presentes, fueron funcionarios en la misma época avalando todo lo que hoy critican tibiamente; recordaríamos cuántos diarios apoyaban a la junta militar que hoy condenan; o cuantos empresarios, hoy demócratas, se enriquecieron con los militares y firmaron contratos y proyectos que daban vía libre a la flexibilización laboral y a los contratos basura que hoy padecemos. Si tuviéramos memoria, recordaríamos que todos los gobiernos y medios de comunicación, ocultaron la verdad y tergiversaron la justicia. Los intereses que todos los sectores del poder defendían en la dictadura, son los mismos intereses que hoy defienden bajo métodos más o menos iguales. Tanto en democracia como en dictadura, la represión es fundamental, y de hecho, fue el cimiento del país, y todos los gobiernos siguientes continuaron con esa insoslayable política de Estado. El hecho de que la última dictadura militar haya tenido registro escrito de todos los procedimientos ante cada represión, como los legajos de los detenidos, sus respectivas acusaciones y condenas, muestran que los militares no actuaron como manzanas podridas e individualmente a escondidas, sino que respondían a una razón de Estado necesaria para sostener el sistema capitalista que estaba en crisis. Todos los gobiernos hicieron de la represión, ya sea militar, policial, sindical, religiosa, etc., el pan nuestro de cada día, ya que es la única manera efectiva de sostener un sistema basado en la explotación y la injusticia.
Hoy en día es moneda corriente algún desaparecido
o asesinado por el gatillo fácil, la militarización en las puertas de las
fábricas donde hay protestas, barrabravas y patotas sindicales arreglados con
la policía, no solo para el fútbol, sino también para sus negocios extras
amedrentando trabajadores en huelga. Ya no nos sorprende la detención de
decenas de personas en una manifestación o la muerte de algún luchador social,
o los suicidados en las cárceles, ya no sorprenden los detenidos y golpeados en
los desalojos, o en la protesta contra las empresas contaminantes que destruyen
el suelo y el aire, pero si bien no nos sorprende ya que la función primaria
del Estado es la de reprimir, y no deja de parecernos lo más lógico en este
mundo capitalista y democrático, no dejamos de repudiar estos hechos tan
normales y nos organizamos para combatirlo. Este feriado no es nada más que la
cooptación, por parte del gobierno, de una lucha social enfocada en la venganza
contra los militares de esa época. Porque sabemos muy bien que las condenas y
los juicios no son parte de la justicia. Por más que a los militares les quiten
prisión domiciliaria y los pongan en cárceles comunes, por más que sigan siendo
condenados judicialmente, y es totalmente legitima esa lucha por parte de las
los hijos o padres de los desaparecidos, la verdadera justicia nunca puede
venir de la gente que avala la represión actual como la Corte Suprema, ni de un
sistema creado gracias a esa dictadura pasada Hoy esos militares son
desechables y condenarlos es útil para el gobierno de turno ya que hace uso
político de esa situación y se autodenomina como el gobierno de los derechos
humanos, cuando en realidad la utilización de las fuerzas policiales y para
policiales están al orden del día contra todos los sectores sociales en lucha,
ya sean trabajadores, estudiantes, campesinos, etc. Por más que el gobierno
quiera lavar la imagen del Estado con esta pantalla anti-dictadura, sabemos que
el plan de las dictaduras en América, fue el puntapié inicial para instaurar en
el continente estos gobiernos democráticos que hoy tenemos, y que nos dejan
algunas de las mayores humillaciones que los trabajadores permanecemos
actualmente sin denunciar.
Todas las injusticias sociales y laborales actuales
como el trabajo en negro, los sueldos bajos, los precios altos, el impuesto a
las ganancias, la dictadura sindical de la CGT, las empresas de trabajo
temporal, las fuerzas policiales en los barrios, la mega-minería, la
deforestación, etc, son producto de las dictaduras militares, no solo la de los
70, sino también anteriores como la de Perón o la de Uriburu, o incluso de
gobiernos democráticos anteriores que deportaban y asesinaban trabajadores para
mantener su paz capitalista. El cumplimiento y la conquista de nuevos derechos son
exclusiva responsabilidad de los trabajadores, que debemos organizarnos sin
dirigentes y sin partidos políticos, y sin esperar nada de los gobiernos salvo
represión y alguna que otra migaja para que después los votemos y nos
tranquilicemos.
Desde la Federación Obrera Regional Argentina alentamos
aprovechar la oportunidad de este día para seguir denunciando la represión
actual del gobierno hipócrita, fomentando que los feriados como éste no sean
días festivos, sino días de lucha. Sin embargo, tenemos presente que la lucha
contra el Estado y el capitalismo se lleva a cabo todos los días promoviendo la
memoria en serio, para que podamos entender las verdades que circulan, y para
que podamos aprender de los errores y podamos hacer verdadera justicia. La única
manera de lograrlo es organizándose y combatiendo día a día las injusticas
sociales, tanto en el lugar de trabajo como en la calle misma con nuestros
pares, fomentando la solidaridad, el apoyo mutuo, la igualdad y la libertad,
que son valores que este sistema no conoce y que son necesarios para forjar un
mundo nuevo.
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