Sociedad Homo et Natura
El próximo 7 de febrero se llevará a cabo un juicio contra
Lusbi Portillo en representación de la organización Sociedad Homo Et Natura, y
el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos, Provea,
defensores de los derechos humanos de los pueblos indígenas, por apoyar una
protesta indígena Yukpa frente a la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
en el año 2010.
La fuerza está en la persona no en el colectivo
La fuerza de la sociedad Yukpa está en la persona, en el
individuo como miembro de una familia. Goza de una gran libertad, de una fuerza
personal, y gran estima como persona. No en el colectivo.
Los niños con sus madres siempre
Es la madre quien tiene el mayor vínculo de afecto con su
hijo, quien lo cuida y lo amamanta por un largo período de tiempo, siempre el
niño permanece con su madre, y juntos se desplazan en el cumplimiento de su rol
de mujer, tanto al interior de su vivienda como en la comunidad, o más allá del
pueblo. Es frecuente que las hijas mayores también cuiden del más pequeño, pero
bajo la mirada alerta de la madre. La vida del niño transcurre entre los
rituales y quehaceres de los adultos, pero al lado de su madre y de sus
hermanos mayores, o del resto de los familiares cuando se reúnen por algún
acontecimiento social importante.
La mujer Yukpa asume los mayores riesgos cotidianos y
extraordinarios
El papel de la mujer en la sociedad Yukpa es de mucha
beligerancia y de mayor riesgo cotidiano, son ellas las que enfrentan a los
hacendados, a la
Guardia Nacional Bolivariana o a los efectivos del Ejército
cunado reprimen o se acercan sin permiso en sus comunidades, son las primeras
al salir cuando llegan representantes de las instituciones del Estado a sus
comunidades, ellas acompañan a sus jefes comunitarios y participan en todo tipo
de reuniones, y siempre lo hacen con su hijos. Es más, cada vez que el hombre
se desplaza fuera de su comunidad lo acompañan su mujer y sus hijos, sea cual
sea su edad. Casi nunca la mujer queda sola en la comunidad, más cuando van a
durar fuera largo período. No existe algún acontecimiento social en el que no
participe la mujer con sus hijos.
Antes de la llegada de los Padres Capuchinos
Ante de la llegada del civilizado de ciudad, o el criollo,
todos los Yukpa vivían en pequeñas viviendas de palma entre las montañas
distantes unas de otras, no habían comunidades en el sentido de hoy en día de
una casa al lado de otra, ni caciques; sólo un hombre mayor o adulto ejercía
una relación de jefatura de unas familias, dada por el parentesco en una
determinada área de la selva. Los hombres de un área vivían guerreando
permanentemente con otros hombres de otra área o zona distintas, pero con más
frecuencia entre hombres de la misma área cuando se convocaban para celebrar un
acontecimiento, matrimonio, nacimiento de un niño, o cuando alguien fallecía, o
para la fiesta del maíz, que sólo las mujeres siembran por orden de Oseema, la
divinidad de la agricultura, dadora del cultivo de semillas o tubérculos, quien
siempre anda con una ardilla entre su larga cabellera sacando granos de maíz.
Pero fue Amoricha quien cortando un árbol especial de la selva señalado por el
pájaro carpintero hizo al hombre y a la mujer de su tronco.
En los asesinatos de Kasmera
En mi experiencia de campo, en el acompañamiento en la
defensa de sus derechos humanos violado por los gobiernos y los ganaderos y
parceleros invasores, en especial el derecho a recuperar y poseer un amplio
territorio para la vida buena, he visto como las mujeres y sus niños participan
en acontecimientos cotidianos y extraordinarios, como cuando efectivos del
ejército asesinaron a tres indígenas Yukpa Parirí en la comunidad Kasmera el
jueves 3 de febrero de 2004. Fueron las mujeres quienes enfrentaron a los
soldados cundo se bajaron hasta que se subieron de nuevo al comboy, fueron
ellas con sus niños quienes no dejaron que el Ejército decomisara la madera que
el mismo Teniente Coronel José Trinidad Ríos Paz mandó a cortar días antes y
trataron de meter los cadáveres y los heridos al convoy para que se los llevara
a su Jefe del Fuerte Macoa.
En el rescate de haciendas y la toma del INTI
Fueron las mujeres con sus niños quienes repudiaron a
hacendados, GNB y al Ejército en las ocupaciones de las haciendas desde el río
Macoita y Aroy hasta más allá de río Tukuko; son mujeres y sus niños y
adolescentes quienes con sus padres el 31 Julio de 2008 tomaron las puertas del
INTI Machiques exigiendo tierra y la agilización del proceso de demarcación y
titulación de las mismas. Al final de la contienda se podía ver a los niños más
pequeños brincando en la capota y techo de un carro que rompieron al tratar de
atropellar a sus padres. Toda la familia participa en las tomas de haciendas y
en el proceso de desalojo militar policial son muy activos junto con sus abuelas,
madres, tías y hermanas.
En el rompimiento del cerco militar en la Cuesta del Padre
Son, el viernes 22 de agosto de 2008, las mujeres y los
niños quienes hablaban y gritaban y empujaban a la GNB y al Ejército para romper
el cerco militar en la entrada del río Yaza en la Cuesta del Padre, fueron
los niños quienes les golpeaban con botellas plásticas de refresco de dos
litros y con piedras grandes le rompieron los faros a los convoy a las 8 de la
noche y poder así romper el cerco militar para que la prensa y los luchadores
sociales pudieran entrar con su caravana de alimento y medicinas cuando Sabino
Romero Izarra y su gente, Olegario Romero Romero y su gente y Amalia Pérez y su
gente ocuparon las haciendas Tizina, Cusare y Brasil, ya la hacienda Paja Chiquita
en el 2007 había sido tomada por Francisco y Antonio Romero. En ese momento
hubo más de 300 detonaciones de fusiles al cielo, y allí estaban los niños con
sus madres, sin llorar ni gritar ni asustarse, sólo lo hicieron cuando los
uniformados alterados en plena oscuridad lanzaban bombas lacrimógenas cuyo gas
eran desconocido para ellos. Tuvo que el propio Presidente Chávez en el Aló
Presidente Nº 318, el 24 de agosto de ese mismo año intervenir para que los
ganaderos y sus aliados históricos uniformados dislocados no masacraran a
indígenas y sus aliados ecologistas y luchadores sociales.
En las marchas a la puerta de la Cárcel de Trujillo, en
Tribunal de Maracaibo y de Trujillo
Los niños participaron con sus padres el 17 febrero de 1994
en la Marcha
en Maracaibo de indígenas, ecologistas y estudiantes desde el Rectorado de LUZ
hasta la Gobernación
del Estado Zulia contra la explotación del carbón y los atropellos contra los
indígenas. En la marcha del 22 de abril
de 1999 contra le explotación del carbón en Machiques.
Con sus niños marcharon a Miraflores el 31 de marzo de 2005,
durante el Foro Social Mundial y en enero de 2006 exigiendo tierra y la no
explotación de carbón, en las dos marchas del año 2010 hacia las puertas de la Cárcel Nacional de
Trujillo exigiendo a las autoridades y a los señores Pranes que no asesinaran a
Sabino Romero Izarra y Alexander Fernández Fernández por negarse a cumplir sus
órdenes de convivencias carcelarias, ante la negativa del Gobierno de darle
Medida Cautelar. Estuvieron todos los días con sus padres mientras duró el
Juicio de sus caciques en Trujillo. Será bueno que le pregunten al Alcalde de
Valera, a los diputados de Consejo Legislativo de Trujillo, o al mismo Juez
Moreno Matheus por qué cada vez que había audiencia allí estaban los niños y
adolescentes con sus madres y familiares durmiendo en las calles, por qué el
Señor Magistrado Dr. Eladio Aponte Aponte fue utilizado para sacar el Juicio de
Maracaibo y radicarlo en Trujillo para evitar la presencia de sus familiares todos
los días frente al Tribunal en compañía con los ecologistas y demás sectores
sociales de Maracaibo. Pero en Trujillo fue peor. Los ciudadanos trujillanos y
sus autoridades no estaban acostumbrados a presenciar niños (menos indígenas)
con sus madres y demás familiares viviendo y durmiendo en las calles. Este caso
se llevó a la Alcaldía
de Valera, donde se les hizo unas casitas y a las audiencias del Consejo
Legislativo en la ciudad de Trujillo. Nunca los reprimieron ni compulsivamente
se les querían separar de sus madres como tantas veces ocurrió en Caracas
durante su desplazamiento al TSJ.
En la venta de artesanía o pedir en las calles
Cuando se desplazan desde la Sierra de Perijá a las
ciudades de Machiques, Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Caracas, o al
interior del país, incluyendo oriente, Margarita o Tucupita, para vender
artesanía, sus padres se llevan a los niños, muchos de ellos han nacido en
algunas de estas ciudades y sus primeros años de vida o dos lo pasan entre las
ciudades viajando con sus padres. Viven en minúsculas casas improvisadas de
cartón o de bolsas plásticas, las mismas que hacen de palma cuando van a
recoger aguacate, café o maíz con sus padres entre las montañas. Pues si lo
dejan en las viviendas, se los comen los tigres o se los roban grupos enemigos.
Y si están en la ciudad, los atropellan los vehículos, como suele suceder.
Igual comportamiento tienen cuando salen a pedir por las calles de Maracaibo,
frente al Tribunal o frente al diario Panorama en la avenida Las Delicias.
En una puerta del TSJ
Más de 100 Yukpa, entre ellos sus niños, niñas y
adolescentes de las comunidades Chaktapa, Guamo Pamocha y Kuse permanecieron 11
días en una puerta del Tribunal Supremo de Justicia, o TSJ como también se le
dice, exigiendo justicia y respeto a la Constitución violada por la misma Magistrada
Presidenta de la
Sala Constitucional del TSJ Dra. Luisa Estella Morales
Lamuño, quien es aún Presidenta de Tribunal Supremo de Justicia.
Se exigía el pronunciamiento de si se podía aplicar o no la Justicia Especial
Indígena en Venezuela, en este caso concreto donde se acusaba a Sabino,
Alexander y a Olegario de crímenes y heridas a otros Yukpa. Pero como el hecho
ocurrió en territorio indígena, entre indígenas, y existía derecho
consuetudinario Yukpa, debería según el artículo 260 de la Constitución ser
tratado por la justicia indígena y no por la Justicia Ordinaria
o “Ley Romana” como la calificaba Sabino.
En dos oportunidades se habían movilizado y en la tarde
cuando cerraban los portones del TSJ se regresaban a la Sierra sin saber por qué se
retrasaba tanto el pronunciamiento de Amparo Constitucional por el Artículo 260
de la Constitución
de la República
Bolivariana de Venezuela violado por el Tribunal de la Villa del Rosario y la Sala de Apelación de
Maracaibo. Pues la Juez
Carroz de Maracaibo cuando comenzó el juicio en Maracaibo
declinó su competencia por estar de acuerdo con los abogados defensores de sus
tres caciques detenidos, y manifestó que este caso era de la competencia de la Justicia Especial
Indígena Yukpa. Los 7 Fiscales coordinados por el abogado Víctor Raúl Valbuena
apelaron y llamaron a Caracas. Recuérdese que este era un juicio político ordenado
por el Ministro del Poder Popular de Relaciones Interiores y Justicia,
coordinador del fracasado Plan Yukpa para quebrar la resistencia indígena
dedicada a recuperar tierras ante el fracaso del proceso de demarcación.
Cuando hay una violación a la carta Magna se debe reparar o
investigar en términos de dos o tres días, y ya iba para 4 meses. Las familias
bajaron a exigir justicia, varias organizaciones y personalidades fuimos
solidarios todos estos días, por esta razones no parece una acción de una mano
peluda criminalizadora de las luchas del pueblo Yukpa, del acompañamiento de
las organizaciones defensoras de derechos humanos, pero en especial de no
permitirle a los indígena movilizarse con sus niños, niñas y adolescentes para
exigir justicia, tal como en Chile se le quiere imponer al pueblo Mapuche. Esto
es una burda maniobra desconocedora de la Constitución y las
leyes internas y los documentos de la
OIT , como el Convenio 169 de las Naciones Unidas, de la Organización de los
Estados Americanos y de la
Unión Europea.
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