Laboratorio de Paz (Venezuela)
1) ¿Por qué es importante hablar sobre los proyectos mineros
hoy en América Latina?
Cualquiera que tenga interés sobre las principales causas de
conflictividad que involucra a los movimientos sociales actuales en América latina
podrá constatar que son generadas alrededor de dos temas relacionados: la
comercialización de los llamados bienes comunes (agua y recursos naturales) y
la resistencia campesina e indígena a los grandes proyectos de extracción
minera
Un rápido vistazo regional lo revela: En Bolivia la
iniciativa gubernamental de construir una carretera que atraviesa el Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) ha generado un importante
rechazo popular. En Cajamarca, Perú, fueron asesinados por lo menos 4
manifestantes que repudiaban el Proyecto Conga, de la minera canadiense Newmont
Mining Corporation. En Argentina las convocatorias han relacionado la denuncia
de la aprobación de una ley antiterrorista con la exigencia de Reforma integral
del Código de Minería y derogación de la
Ley de Inversiones Mineras. En Ecuador la presión ciudadana
logró que el Estado haya sido sentenciado por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos por haber violado el derecho a la consulta previa en el
caso de la promoción de proyectos extractivos dentro del territorio Sarayaku,
además del juicio abierto contra Chevron por la generación de pasivos
ambientales producto de su actividad dentro del país. En Guatemala diferentes
comunidades indígenas alegan inconstitucionalidad de la Ley de Minería, el decreto
48-97. En Venezuela los pueblos indígenas Pemón, Wayuu y Barí exigen la
demarcación de sus tierras rechazando el aumento de explotación de carbón. En
todos estos países la movilización en contra ha generado políticas estatales de
criminalización de la protesta.
La globalización económica actual exige a los países de
América Latina continuar cumpliendo el rol de proveedores seguros de recursos
naturales y energéticos al mercado mundial, independientemente del signo
ideológico de sus gobiernos. 5 organizaciones indígenas de la región
(Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, CAOI; Confederación de
Pueblos de la
Nacionalidad Kichwa del Ecuador, ECUARUNARI; Consejo Nacional
de Ayllus y Markas del Qullasuyu, Conamaq; Organización Nacional Indígena de
Colombia, ONIC; Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería , Conacami)
difundieron en marzo del 2012 un manifiesto en el que afirmaban: “Los gobiernos
abiertamente neoliberales y los llamados alternativos o progresistas coinciden
en insistir en el capitalismo neoliberal extractivista que saquea y depreda la Madre Tierra , vulnera
los derechos humanos y colectivos de los pueblos indígenas y criminaliza a sus
líderes, autoridades y dirigentes”.
2) Los países de América Latina están promoviendo mecanismos
propios de integración, como el ALBA y el Mercosur. ¿Esto no es bueno para
combatir el capitalismo globalizado?
Todos los procesos de integración regionales adelantados hoy
en América Latina tienen como primer objetivo la integración de los mercados
nacionales para competir, en mejores condiciones, en el mercado internacional.
Sin embargo, no es el ALBA o Mercosur el más importante modelo de integración
regional en desarrollo en la actualidad, sino la llamada Integración de la Infraestructura Regional
Sudamericana (IIRSA), un proyecto que abarca las áreas de transporte, energía y
telecomunicaciones con la finalidad de promover las oportunidades comerciales
en el territorio sudamericano, entendido como un gran mercado, construyendo
grandes obras de ingeniería que permitan mejorar y aumentar la capacidad de
exportación de recursos naturales y energéticos.
3) ¿Cuándo nació la
IIRSA y quienes la financian?
Esta iniciativa se originó en la Reunión de Presidentes de
América del Sur en agosto del año 2000 en la ciudad de Brasilia, República
Federativa de Brasil. Fue el Presidente Fernando Henrique Cardoso quien
promovió la invitación a conformar un foro de discusión sobre un futuro espacio
económico de integración sudamericana, proponiendo la coordinación
macroeconómica necesaria “con vistas a la ampliación de la infraestructura
física de integración”. En esa reunión la IIRSA fue aprobada por 12 presidentes
sudamericanos. Tanto la coordinación técnica como su funcionamiento se delegó a
tres bancos: El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina
de Fomento (CAF) y el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata
(FONPLATA). Además del papel activo en el financiamiento de los estudios y
proyectos relacionados con IIRSA, estas instituciones financieras han
facilitado y promocionado la participación del sector privado.
4) ¿Cuáles son los intereses promovidos por la IIRSA ?
En sintonía con la globalización económica, el objetivo de
aumentar el flujo de capitales se encuentra por encima de promover el flujo de
las personas y la integración de los pueblos. Los ejes económicos pertenecen a
los grandes complejos de extracción de recursos naturales (sectores: mineros,
agroindustriales –básicamente monocultivos transgénicos-, forestales, etc.) y/o
de prestación de servicios (megaobras, transporte, energía eléctrica, gas,
agua, etc.).
5) El IIRSA también habla de “integración” latinoamericana.
¿En qué consiste?
La visión “integracionista” del IIRSA está compuesta por 10
ejes que trascienden las fronteras nacionales con la finalidad de “apoyar” las
cadenas productivas empresariales y sirven como base para la armonización de
los sistemas regulatorios entre los países latinoamericanos. Los ejes son el
instrumento fundamental de la iniciativa IIRSA para lograr sus objetivos de
desarrollo. Los 10 ejes de integración definidos son los siguientes: 1) Eje
Andino (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela); 2) Eje Andino del Sur
(Chile, Argentina); 3) Eje de Capricornio (chile, Argentina, Paraguay, Brasil);
4) Eje del Amazonas (Colombia, Ecuador, Perú, Brasil); 5) Eje del Escudo
Guayanés (Venezuela-Brasil-Guyana-Surinam); 6) Eje de la Hidrovía Paraguay-Paraná
(Paraguay, Argentina, Uruguay); 7) Eje Interoceánico Central (Bolivia, Brasil,
Chile, Paraguay y Perú); 8) Eje MERCOSUR-Chile (Chile, Argentina, Uruguay,
Brasil); 9) Eje Perú-Brasil-Bolivia; 10) Eje del Sur (Argentina, Chile).
6) De qué manera afectan los proyectos extractivos al medio
ambiente en América Latina?
América del Sur ha alcanzado altísimos grados de
modificación de sus ambientes naturales. Un estudio realizado en el año 2010
ubicó al Brasil en el primer lugar, entre 228 países, por sus impactos
ambientales absolutos encima de los Estados Unidos y Brasil. Esa ubicación se
debe a su alta tasa de pérdida de boques, deterioro de hábitats naturales, alto
número de especies amenazadas y uso intensivo de fertilizantes. Entre los
veinte primeros países con los más altos niveles de impacto ambiental a nivel
global, también se encuentran Perú, Argentina y Colombia. Las principales
causas del deterioro ambiental en América del Sur son la altísima tasa de
deforestación de bosques, al avance de la frontera agropecuaria (incluyendo
ganadería y agricultura) y a un extractivismo depredador, desde la explotación
minera y petrolera, hasta el avance de los monocultivos.
7) ¿De qué manera contribuye América Latina al cambio
climático?
Según los estudios la contribución de Sudamérica al total de
emisiones globales de CO2 es un 3,11%. El mayor contribuyente de la región es
Brasil que se ubica en el lugar 17 en el rango mundial. Si se consideran las
emisiones por habitante el mayor contribuyente es Venezuela que se ubica en el
puesto 55 del rango mundial. Por otra parte las emisiones de gases de efecto
invernadero de Sudamérica consideradas en su conjunto representaron más del 11%
de las emisiones totales mundiales. A diferencia de lo que ocurre en el resto
del mundo en América del Sur no es el consumo de energía, sino las altas tasas
de deforestación y la actividad agropecuaria las responsables de los grandes
volúmenes de emisiones.
8) ¿Cuál es la relación entre el militarismo y el extractivismo
en América Latina?
El escritor uruguayo Raúl Zibechi ha asegurado que “No hay
extractivismo, no hay minería, no hay soja, no hay monocultivos sin
militarización de la sociedad… Esto no es que sea un error, la militarización,
es parte de modelo. No hay minería a cielo abierto, mega minería sin
militarismo”. En cada uno de los países los yacimientos de petróleo, gas,
carbón, diamante, oro, bauxita y el resto de los minerales destinados a la
exportación se encuentran vigilados por los ejércitos nacionales, por lo que a
quienes enfrentan las comunidades indígenas y campesinas en resistencia es a
funcionarios de las fuerzas armadas.
9) ¿Existe una relación entre los gastos militares y el
desarrollo de proyectos extractivos en la región?
Como lo demuestran las cifras del SIPRI, América latina es
una de las regiones del mundo que ha mantenido un alto nivel de compra de
armamentos en los últimos años. Por otra parte, como han sido los casos de
Argentina y Venezuela, se están promulgando leyes antiterroristas según el
patrón creado en los Estados Unidos y, como se viene realizando en Ecuador y
Bolivia, los luchadores sociales e indígenas que rechazan los proyectos
extractivos han sido acusados de “terrorismo”. El fortalecimiento de las
Fuerzas Armadas, que incluyen un alto presupuesto destinado a la compra de
armas, es primero una estrategia simbólica para mantener la gobernabilidad y
disuadir a los manifestantes antiextractivistas y, en segundo lugar, la
posibilidad real de reprimir y desarticular las protestas contra los grandes
proyectos de minería.
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