Compañerxs:
Hacemos llegar a ustedes el texto escrito por el compañero
Mario López en el contexto de la Jornada Anticarcelaria
en México del 17 y 18 de agosto. Agradecemos su oportuna difusión.
Con todos los medios posibles
El silencio y la toma de distancia ampliamente sugeridas por
el poder, no hacen más que aumentar el espesor de los muros de la prisión donde
son encerradxs. Bien distinto es el camino de la complicidad, camino que se
abre de aquellos que quieren saltar en el aire estos muros. “La resolución de
un problema”Italia, 1994
Ahora mismo cuando me encuentro tras estos muros y aún
permanezco en la enfermería del reclusorio sur de la Ciudad de México, esperando
por mi parcial recuperación, miro a través de la ventana enrejada y mi visión
choca con las dos grandes murallas alambradas y protegidas por la torre de
vigilancia, las cuales sólo marcan una estrecha división entre una prisión y
otra, entre la cárcel y su terror, y la ciudad y su encierro.
Dos mundos
paralelos, uniformados de un solo color, dos sociedades con un único fin: el
control. Estando aquí, doy crédito a Xosé Tarrío y Marcelo Villaroel, afirmo
que tanto el análisis como la crítica contra las prisiones deben de partir del
eje político y de las ideas, pero también –y muy importante- desde la vivencia
personal, desde la perspectiva de quienes viven y caminan en ella.
Las prisiones también son centros de auto-exterminio, en
ocasiones un todos contra todos, un lugar donde se lucha por sobrevivir, donde
más que adquirir respeto, se inculca el miedo, pero tengo y debemos tener
claro, que este auto-exterminio es propiciado directamente por el
Estado-capital, quien por medio del terror, el miedo, la corrupción, el
hacinamiento, la sobrepoblación, las drogas las negligencias médicas, etc.,
ponen al individuo en una situación de estrés, confusiones, depresiones
eufóricas y enojos, en fin, todo un ambiente de presión que hacen de este lugar
un verdadero y permanente campo de guerra. Obviamente hablo de la prisión que
me está tocando vivir. Aun pese a todo esto, me percato de la existencia mínima
de solidaridad y compañerismo entre los presos, incluso, muy a pesar de la
regla base: “En la Cana
tú caminas solo y tienes que ver por ti y sólo para ti mismo”.
La cárcel es un claro reflejo del mundo exterior, de una
sociedad que se pudre y se descompone hundida en las mismas contradicciones del
sistema.
El “modulo” es el espacio carcelario dentro de la cárcel, es
decir, la cárcel dentro de la misma cárcel. Toda una estructura de control
social, pero que, a diferencia de algunas prisiones o módulos de máxima
seguridad, aquí el castigo quizás es sobrevivir en las más pésimas y viles
condiciones de vida. El módulo es el peor castigo tanto para los presos
problemáticos como para quienes llegan a protestar por algo. Las golpizas de
los custodios, el terror psicológico son, junto con el módulo, los principales
métodos de control. Una muestra del poder que tienen esos cobardes con placa y
porra.
La cárcel en la que me encuentro, es en unos aspectos,
diferente a muchas de las que han padecido muchxs otrxs compañerxs: los módulos
de aislamiento permanente, los penales de máxima seguridad, los FIES, fueron
creados de un modo estratégico y fríamente calculados para que física y
psicológicamente despojen al individuo de sus capacidades de cuestionar, crear,
criticar, pensar y finalmente, hacer de él in fantasma sobreviviente y
dependiente del sistema, sin autonomía, sin capacidad de decisión libre y
consciente. Las paredes blancas, sin luz solar, sin actividades recreativas,
sin deporte, con vigilancia las 24 horas, buscan matar de tajo el espíritu
guerrero de los “rebeldes sociales”, quienes no aceptan y se rebelan sin tanto
análisis académico, sin tanto politiqueo. Asimismo están hechas para aniquilar
la convicción y lucha de nuestrxs afines y presxs políticxs. Esta cárcel es un
claro reflejo de la sociedad mercantil, sus fallos, sus vicios sociales, su
hipocresía y el espectáculo, la clara diferencia es que aquí todo se vive más
intenso: los picados, quemados, golpeados, están a la orden del día, todo a
causa de la reducción del espacio vital al mínimo.
Pese a todo, aquí no todo es mera sumisión. Todo lo
contrario, también me encuentro con carnales que mantienen una mentalidad
abierta y crítica, con una clara y visible tensión a romper con el aparente
“orden existente” y enfocarse en una lucha, mínimamente por “mejorar sus
condiciones de vida”, siendo compas no tan politizados y con las intención de
radicalizar su pensamiento, su lucha es apreciada, no descartada, pues quienes
viven estas condiciones conocen muy bien el porqué de sus reivindicaciones. Sin
embargo, no perdamos nuestra línea, yo mantengo otra lectura al respecto sobre
la lucha contra las prisiones, ya que más que abolicionista, mis perspectivas y
mis actos se enfocan en la destrucción total de las prisiones como estructura
física y mental de control social.
Aquí por ningún lado existe la mentada y presumida
“rehabilitación” o “reinserción social”, todo se convierte en una farsa, en un
circo, en un juego de poder, para lo cual contribuyen psicólogos, criminólogos
y sociólogos. Esto es algo que toda la población reclusa lo sabe:“La cárcel es
la mejor escuela del crimen”. En ese punto, como anarquista, esa propuesta de
rehabilitación no significa nada positivo, pues simplemente sería-o es-, un
intento de reinsertar a todos los disidentes en la comunidad del capital y que
de una u otra forma, contribuyan al perfecto funcionamiento de la mega máquina.
Esta es la única rehabilitación positiva para el Estado-capital.
Antes de concluir con esta breve exposición, me gustaría
hacer una aclaración que considero necesaria. En estas líneas me enfoco
únicamente al sistema penitenciario, pero cuando hablo de cárcel, también me
refiero a cualquier tipo de encierro mental y físico: desde el encierro y
tortura contra los animales no humanos, como los circos, zoológicos o laboratorios
vivisectores; las condiciones de hacinamiento que, en pro del bienestar y el
progreso, el humano impone sobre la naturaleza; el castigo que se impone en las
escuelas; la tortura de los psiquiátricos o el “esposo” que encierra y priva de
la libertad a sus hijxs y compañera; hasta el secuestro humano por motivos
políticos o comunes, etc.. Todas son por igual situaciones de cárcel,
relaciones sociales que tienen que ser destruidas.
Esta breve experiencia y lo que me falta por vivir, me deja
más que claro que necesitamos afilar mejor nuestras navajas y enfocarlos en una
lucha mucho más objetiva y directa contra el sistema penitenciario. Debemos
abrir nuestras propuestas a otros campos, a otras luchas e incrementar las
actividades anticarcelarias-como ésta en la que nos encontramos-. Porque
tenemos la absoluta necesidad de propagar la idea que se enfoque en la
destrucción de esta y cualquier sociedad cárcel.
Ni reformas ni abolición. Afilemos nuestras navajas, nuestra
crítica y nuestro análisis, abandonando las posiciones tibias y de espera,
eliminar ya de nuestras contiendas el falso discurso de la culpabilidad e
inocencia, discurso del sistema jurídico del Estado que sólo contribuye a
incrementar el hacinamiento y criminalización de compañerxs presxs por ser
consecuentes con sus ideas de ataque al poder. Una lucha anticarcelaria que
mantenga una insidencia en lo social, una verdadera irrupción real y no
ficticia, una lucha anticarcelaria con proyectuallidad sobre la base, y no una
simple actividad que sólo se limite a reafirmar nuestra teoría. Una lucha
dentro de una lucha contra todo y por la libertad total.
Compañerxs, por último quiero aprovechar este espacio para
enviar mi solidaridad revolucionaria-aunque sea de palabra- para con los
compañerxs anarquistas prisionerxs en Italia, Grecia, España, Bolivia e
Indonesia, con los compañerxs en fuga de Chile, Diego Ríos y Mono. Un fuerte
abrazo a Gabriel Pombo da Silva y Marcos Camenish. Solidaridad con todxs lxs
ácratas prisionerxs en el mundo cuyos nombres no recuerdo en este momento, pero
están presentes en la lucha. Solidaridad con mi hermana y afín Felicity Ryder,
quien desde la fuga se mantiene cara a acara con el enemigo, su actitud frente
a la vida.
Compañerxs: a mí me falta un camino por recorrer y a todxs
juntxs una lucha que continuar.
Por la libertad, por la anarquía
¡Abajo los muros de las prisiones!
Con ogni mezo necesario.. Sin siglas ni dirigentes
¡Guerra social en todos los frentes!
PD: La lucha contra las cárceles, es parte de la lucha
contra un todo, es sólo un campo de la guerra contra el poderm sin dejar de
lado todo lo qu demás. La libertad total.
Muchas gracias por el espacio y la solidaridad.
Mario Antonio López, anarquista prisionero del GDF,
Reclusorio Sur, Ciudad de México, 9 de agosto de 2012.
Comunicado de Mario López, “Tripa”
Compañerxs:
Dentro de unos pocos días va comenzar todo el circo
jurídico. Veré frente a frente a quienes me acusan y buscan condenarme: a los
testigos elaborados por el Ministerio Público, a los buenxs ciudadanxs morales
que me acusan “preocupadxs” supuestamente por el bienestar de sus barrios
acomodados, gente que sin escrúpulos se venden al mejor postor. Sin más, todo
un espectáculo montado por los aparatos protectores del Estado-capital.
Yo me mantengo en la posición de reivindicación pero yo
nunca reivindiqué, ni reivindico el “delito”como tal, instrumentado por la
parte acusadora: la sociedad. Yo reivindico mis ideas y el haber actuado en
consecuencia con lo que pienso, con lo que soy, con cómo vivo y con la forma de
concebir la vida, la existencia, el mundo que nos rodea en toda su complejidad,
pues como anarquista me doto de una visión universal y no gregaria. El
anarquismo es una filosofía cosmopolita, la cual no sólo comprende la economía
y la “política”, también comprende los sentimientos como la razón. En
definitiva, comprende cualquier aspecto de la vida, del mundo, comprende la
manera en la que nos relacionamos con los demás, con la flora, con la fauna y
con el enemigo en común, la cultura, el arte, la geografía, etc. Todo con base
en una idea y práctica de libertad.
Aceptar o reivindicar el delito sería entrar en el dilema
legalista de la supuesta “culpabilidad e inocencia”, una filtración bien
aceptada, al igual que el discurso de la “no-violencia vs violencia”. Esos
discursos sólo han creado una serie de problemáticas y discusiones innecesarias
entre grupos, colectivos e individualidades del ambiente anarquista y/o
antiautoritario, en donde los más indignadxs y purxs se dignan en “culparnos” a
quienes actuamos en consecuencia, ataques que parten más de los valores del
sistema y sus estandartes legaloides. El tema de la “culpabilidad e inocencia”,
al igual que el de la “no violencia”, son filtraciones del ala socialdemócrata
y burguesa, con la finalidad de apagar la necesidad de la rebelión o la
insurrección para terminar con la opresión-explotación. Estas posiciones
netamente pacificadoras, por una cuestión de lógica con la idea, ya las
deberíamos de haber asimilado y desechado, pues como anarquistas tenemos (o
deberíamos) tener bien claro nuestro concepto de violencia y violencia
liberadora o revolucionaria, la que es necesaria para liberarnos de las cadenas
impuestas por el poder. Saber cómo y cuándo emplearlas.
El hecho de ser antimilitaristas y manifestarnos contrarios
a las guerras imperialistas, ataques nucleares, etc., no nos define, ni es
sinónimo de “pacifismo” o “pacificación”,así como el hecho de que algunxs
anarquistas hablen de armas y explosivos como maneras de atacar los intereses
del poder, no significa que nuestra lucha se identifique con el terrorismo.
¡Terrorista es el estado!
Entonces, aceptar o reivindicar un “delito”, ya sea “daños o
ataques ala paz pública”sería legitimar al autoridad de los jueces, -la cual no
reconozco- y su disposición a consignarme. No pretendo por el momento,
profundizar en este plano, en el futuro así será, con la calma que merece.
Otra cuestión, la intención fracasada del Gobierno del
Distrito Federal de vincular a mi persona, así como al espectro anarquista
mexicano, con grupos del narcotráfico, es algo preocupante, en el sentido que
forma parte de una clara estrategia para enredarme en asuntos legales ajenos a
mi persona y, sobretodo, para criminalizar una lucha honesta y justa, que lo
queramos o no, está cimbrando en los oídos de mucha gente. Como anarquista, mis
ideas y posiciones están a años luz de poder ser ligadas a estos grupos de
poder y, como amantes de la libertad, nuestro concepto de organización, está
también a años luz de ser parecido al de la delincuencia organizada o cualquier
otro grupo de poder manejado por el Estado.
Mi idea es al organización informal, basada en al afinidad,
el conocimiento mutuo, la autogestión y la autonomía total.
Esta supuesta guerra contra los cárteles del narcotráfico
(narco-gobierno) es una bien instrumentada estrategia de “intervención” o
“invasión” orquestada por el imperialismo yanqui y el gobierno mexicano.
Sustentadas también por organizaciones capitalistas como el FMI, OMC, BM, así
como por organizaciones de militarización como la OTAN , entre otras, y la
necesidad del imperio de obtener más control y dominio sobre el centro y sur de
América. Todo bajo pretexto de una supuesta lucha contra el “terrorismo
internacional”. Estrategias militares como el Plan Colombia o el Plan Mérida,
junto con la implantación de bases militares de los E.U.A., justo y casualmente
sobre yacimientos de agua, minerales y petróleo, en Sudamérica, nos dejan el
panorama de la guerra mundial que se avecina y, que no está de más decirlo, ya
comenzó en “baja intensidad”. Aunada a toda esta estrategia, también es la del
control y el aniquilamiento de cualquier brote de protesta; grupos subversivos
y de protesta, movimientos sociales y, cualquier disidencia contra los planes
de dominio del capitalismo están siendo golpeados por los aparatos protectores
de poder: militares, paramilitares y policía. Esta llamada guerra contra el
narcotráfico, se traduce también en una guerra de “bajo perfil” dirigida contra
los explotadxs y oprimidxs que se organizan y luchan.
Lo anterior es sólo un panorama que comparto, es sólo una
parte de mi perspectiva contra el capitalismo mundial, ya que para mí, son
capitalistas todos los gobiernos y todos los Estados, ya sea México, Venezuela,
Ecuador, Finlandia, Italia, Cuba o Bolivia. En todos hay gente que lucha y me
solidarizo con ella, con los pueblos autónomos –no idealizados-quienes también
son golpeados por la represión de sus gobiernos locales quienes reprimen y
encarcelan a quienes no acatan leyes y dicen lo que piensan contra el Estado,
por muy “antimperialistas” que se digan ser.
Esta intentona de relación con grupos de poder del
narcotráfico, se vio reflejada desde el primer momento después de mi accidente,
cuando la prensa comenzó a difundir el rumor acerca de una detención –años
atrás- a causa de las drogas. Yo no uso drogas, y no estoy de acuerdo con su
uso y mucho menos con los lazos ficticios que algunas personas intentan
establecer entre la lucha y éstas, ya que, desde mi punto de vista, las drogas
sólo funcionan como un modo de evadir la realidad, invitando a no luchar, si
esto se hace, es de forma ficticia, ya que de ningún modo incide realmente para
la destrucción del Estado-capital.
Como anarquista cierro mis ojos e imagino un mundo libre, de
iguales, donde el apoyo mutuo y la solidaridad verdadera –no esa que se basa en
la lástima-, sean nuestros valores. Un mundo libre en todos los sentidos, donde
no haya explotación entre humanos, pero tampoco contra la flora y fauna, donde
vivamos libres en un ambiente de respeto al entorno natural que pese a su
visible exterminio aún nos rodea, Un mundo libre de vicios capitalistas,
sexismo, homofobia, patriarcado, especismo, etc.
Abro los ojos y me doy cuenta de la realidad en la que vivo
día a día y por el momento, en el presente, no nos queda nada más que
organizarnos y luchar: mirando este mundo donde reina la destrucción y muerte,
¿qué nos queda? ¡Sólo la guerra social contra el Estado. Sin más! Sin
mediaciones ni alianzas estratégicas; organizándonos libremente, sin
jerarquías, ni lideres, libre y autónoma. Organización informal anarquista.
¡¡¡Contra el Estado y el capital: Guerra social!!!
¡¡¡¡A conformar 1, 10, 100, 1000 Grupos de afinidad!!!
¡Abajo os muros de las prisiones!
Solidaridad con los Presxs Anarquistas.
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