"No vamos a agredir a nadie, pero
utilizaremos la fuerza de nuestra comunidad reunida, de nuestra palabra y de
nuestros derechos para recuperar nuestros territorios."
Las organizaciones sociales, sindicales y
de DDHH del Valle del Cauca abajo firmantes manifestamos ante la comunidad
nacional e internacional nuestra solidaridad y apoyo a las comunidades
indígenas del Cauca quienes adelantan la jornada de desmilitarización de sus
territorios ancestrales: Minga por la vida: “¡No queremos oír ni un tiro, donde
se oye un tiro para allá vamos!” De igual forma rechazamos la respuesta
represiva que el Estado colombiano ha dado a tan delicada situación y el
carácter intransigente de sus pronunciamientos en medios que ha desembocado en
una polarización de la opinión pública, así como el papel que han desempeñado
los medios de comunicación, tergiversando y parcializando la información a
favor de las versiones oficiales.
Históricamente el Departamento del Cauca,
ubicado en el suroccidente del país ha sido un territorio en el que han hecho
presencia los diferentes actores del conflicto social y armado de Colombia.
Esta presencia ha hecho que la población civil, indígena y campesina, quede en
medio de las acciones bélicas que ahí se desarrollan ocasionando numerosas muertes,
desplazamiento y constante situación de riesgo a la población. Cansados de los
atropellos de los diferentes actores armados y en un acto de dignidad y
autonomía decidieron retomar el control de sus territorios expulsando al
ejército nacional y a la guerrilla de las FARC, actividad que adelantan desde
el pasado 16 de julio de 2012.
Son múltiples las causas del conflicto
social y armado en el departamento del Cauca; este se ha caracterizado por ser
un departamento abandonado por el Estado colombiano, con una infraestructura
vial precaria, un sistema de salud que no es ajeno a la crisis nacional de este
sector, un sistema educativo insuficiente, un sector agrícola que se debate
entre los cultivos ilícitos y la agricultura tradicional, y la solicitud de un elevado
número de licencias para la explotación minero-energética y de desarrollo de
monocultivos en la región que superan el 67% del total del territorio caucano;
paradójicamente Popayán –capital del departamento- acuna una de las más rancias
oligarquías del país, de tintes claramente racistas y agresivos hacia las
comunidades indígenas. Todos estos factores han convertido al departamento del
Cauca en el epicentro de la guerra en el país, consideramos que la solución a
estas problemáticas no es convertir el departamento en una zona de
consolidación donde la única respuesta es la militar.
Hacemos un llamado a la comunidad
internacional en cabeza de la oficina del alto comisionado de las Naciones
Unidas, al Comité Internacional de la Cruz Roja CICR, a la Organización de Estados Americanos a que
se haga una verificación del cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario
en cuanto a las acciones de los actores armados, la construcción de
guarniciones militares en medio de la población civil y acciones bélicas que no
cumplen el principio de distinción de los combatientes.
A la Defensoría Nacional del Pueblo para
que propicie un ambiente de diálogo entre las comunidades indígenas y el
gobierno nacional para que se adelanten acuerdos que respeten la autonomía de
los pueblos indígenas y sus territorios ancestrales.
Por último, hacemos un llamado a los medios
de comunicación: RCN, CARACOL, El ESPECTADOR, EL TIEMPO, EL PAÍS, a que ejerzan
una verdadera labor periodística que debe caracterizarse por su imparcialidad y
ética a la hora de informar y que no atente al derecho fundamental a la información
de todos las y los colombianos, ya que creemos que el cubrimiento que han hecho
de este proceso condiciona la mirada de la opinión pública en contra de las
comunidades. En este sentido, rechazamos radicalmente los hechos acaecidos la
noche del 17 de julio de 2012 donde una multitud de personas convocada por la
emisora de la Policía Nacional se concentró a las afueras de la sede del
Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- ubicada en Popayán para insultarlos,
señalarlos como guerrilleros y exigirles su retiro de la ciudad.
Instamos a toda la sociedad a que le exija
al Estado colombiano en cabeza de Juan Manuel Santos que inicie un proceso de
diálogo con las comunidades indígenas para darle una salida a la situación
crítica del departamento del Cauca ya que los problemas estructurales de un
país no se solucionan por la militarización de la vida civil.
Finalmente, invitamos a toda la comunidad
nacional e internacional a solidarizarse con la lucha que adelantan las
comunidades indígenas en Colombia a través de pronunciamientos de rechazo a la
salida única y militarista que ofrece el Estado.
Organizaciones firmantes:
Central Unitaria de Trabajadores CUT
–Seccional Valle del Cauca-
Fundación Comité de Solidaridad con los
Presos Políticos –Seccional Valle del Cauca-
Comité Permanente por la Defensa de los
Derechos Humanos –Seccional Valle del Cauca-
Proceso Nacional Identidad Estudiantil
Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes
de Estado –Capítulo Valle-
Sindicato de Trabajadores de las
Universidades de Colombia SINTRAUNICOL – Valle
Zona Pública –Colectivo de Comunicación
alternativa y popular-
Coordinación Colombia - Europa – Estados Unidos -Nodo Suroccidente-
Colectivo Memoria Viva
NOMADESC
Red de Hermandad y Solidaridad con Colombia
–Nodo Valle del Cauca-
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