Pronunciamiento de la CODEHUPY
Ante los hechos de violencia y muerte ocurridos el viernes
15 de junio en Yvypytâ, Curuguaty, departamento de Canindeyú, la Coordinadora de
Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), Capítulo Paraguayo de la Plataforma Interamericana
de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (PIDHDD):
MANIFIESTA su más profundo pesar por la trágica muerte de al
menos 17 personas, entre campesinos y policías, en el marco de un
enfrentamiento armado, y su solidaridad con las familias y seres queridos
afectados por estas pérdidas.
EXIGE:
1. Que los organismos pertinentes arbitren todos los medios
para la búsqueda y salvataje de todas las personas que pudieran estar heridas o
necesitadas de atención en el lugar donde se desarrollaron los hechos, así como
para el rescate de cuerpos sin vida que aún puedan quedar en el lugar. Estas
tareas deben ser acompañadas de observadores independientes y defensoras/es de
derechos humanos.
2. Que se asegure un tratamiento acorde con las garantías
constitucionales y los derechos humanos a las personas pertenecientes al
asentamiento que aún se encuentren en la zona, para que puedan salir del lugar
y obtener ayuda si la necesitan.
5. El esclarecimiento de los hechos, a fin de conocer la
verdad acerca del conflicto en Curuguaty, sus causas, sus antecedentes, el
desarrollo del enfrentamiento ocurrido el 15 de junio y toda la información
acerca de las víctimas del suceso y de qué manera ocurrió cada caso, tomando
como fuentes tanto la información que puedan dar los efectivos policiales, como
el testimonio de campesinos y campesinas que han estado en el lugar y otras
personas que han sido conocedoras del caso.
6. Que el Estado se haga cargo de la devolución de los
cuerpos de los campesinos a sus familiares, de los gastos hospitalarios y de
entierro tanto de policías como de campesinos/as.
7. Acciones concretas para la recuperación de tierras
malhabidas en el marco de una política de reforma agraria integral.
RECHAZA:
1. La designación de Rubén Candia Amarilla como ministro del
Interior, pues fue responsable de numerosas violaciones a los derechos humanos
durante el tiempo en que actuó como Fiscal General del Estado. Su nombramiento
permite anticipar un tiempo de mayor persecución y criminalización de las
luchas sociales.
2. El nombramiento del comisario Arnaldo Sanabria como
comandante de la
Policía Nacional , por su responsabilidad directa en los
hechos ocurridos este viernes 15 de junio en Curuguaty.
3. El anuncio de que se dejará sin efecto el Protocolo para
la actuación de la Policía
y la Fiscalía
en casos de invasiones1, pues con esto se echa por tierra un largo e importante
trabajo tanto del Estado como de la sociedad civil para que la Policía Nacional
adecue su actuación a mandatos internacionales de derechos humanos relativos al
uso proporcional de la fuerza y de respeto a la integridad y la vida de las
personas.
4. La violenta actuación de quienes iniciaron la balacera en
el asentamiento, desencadenando así una tragedia sin precedentes, que habría
sido posible evitar.
5. La actuación poco clara y profesional de quienes
ordenaron el operativo policial sin tomar los recaudos necesarios para impedir
el desenlace fatal que hoy lamentamos.
6. El recurso a la violencia armada como método para
resolver los conflictos sociales en el Paraguay, y exhorta a la resolución de
conflictos en un marco de convivencia pacífica y de respeto a la vida y los
derechos humanos de todas las personas.
7. La insistencia de sectores de poder y de la prensa en
criminalizar la lucha social, desconociendo la relevancia de que las
organizaciones campesinas, de sintierras y de otros sectores afectados por la
exclusión, se organicen y exijan cambios orientados a una mayor justicia social
y a la profundización de la democracia.
8. La inacción del gobierno paraguayo para encaminar una
política integral de reforma agraria, abonando así el terreno de injusticias
donde finalmente se produjo una tragedia como la de Curuguaty.
9. El oportunismo de quienes hoy pretenden sacar réditos
políticos para sus campañas electorales, o incluso para dar curso a un juicio
político que han perseguido desde inicios de este periodo de gobierno, y que
hasta ahora no han podido concretar.
INSTA a toda la sociedad a colocar este suceso en contexto y
perspectiva, recordando que:
1. La lucha por la tierra en el Paraguay parte de una larga
historia de entrega de soberanía, corrupción, exclusión, expulsión y
represiones al campesinado pobre, que constituyen el caldo de cultivo de los
hechos que hoy conmocionan a nuestro país. A esto se agrega un modelo
productivo que expropia al campesinado de sus tierras y modos tradicionales de
producción, sometiendo a numerosas personas a sufrir las consecuencias del uso
de agrotóxicos, a la migración forzosa por razones económicas y a otras
numerosas penurias.
2. Hay información acerca de que el campo donde se ha
desatado la tragedia, titulado a nombre del político Blas N. Riquelme,
constituye un caso importante, consignado en el Informe de la Comisión de Verdad y
Justicia2, de tierras adquiridas o asignadas fraudulentamente a personas
vinculadas al poder político durante la dictadura stronista y durante los años
de apertura política. La
Codehupy lamenta que una vez más sean las personas de
sectores más humildes de la sociedad quienes se enfrentan entre sí e incluso
mueren bajo el supuesto de la defensa de la propiedad privada, cuando en
realidad se trata de la defensa de los privilegios y de la impunidad de sectores
poderosos y corruptos.
La tragedia de Yvypytâ, Curuguaty, exige profundos cambios y
un compromiso irrestricto de las autoridades, de las organizaciones sociales y
de toda la ciudadanía con la justicia y la garantía de los derechos humanos.
Asunción, 18 de junio de 2012
1 El Protocolo para la actuación de la Policía y la Fiscalía en casos de
ocupaciones fue firmado y puesto en marcha a partir del mes de marzo de 2012
por el exministro del Interior, Carlos Filizzola, y el Fiscal General del
Estado, Javier Díaz Verón.
2 Informe Final de la Comisión Verdad y
Justicia. Tomo IV "Tierras Mal Habidas", 2008.
3 El Informe Chokokue fue publicado por la Codehupy en junio de
2007. Documenta y denuncia 77 casos de ejecuciones arbitrarias y desapariciones
forzosas de dirigentes e integrantes de organizaciones campesinas, en el
contexto de la represión y criminalización de sus manifestaciones de lucha por
el derecho a la tierra.
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