El Libertario
Artículo publicado en la edición 28 de El Libertario, agosto 2002
El 11 de abril reciente, tras la marcha de oposición a Chávez, un grueso de los manifestantes torcieron el rumbo haciaLa Carlota. Muchos
tenían la ingenua pretensión de esperar la vuelta del presidente de la ciudad
de Maracay para exigirle su renuncia. Otros tenían claro el objetivo de
apostarse frente al aeropuerto militar: Invitar, una vez más, a que los
militares actuaran para cambiar el orden institucional del país. Ángela Zago,
ex-guerrillera comunista y vocero de la oposición más furibunda, documento de
por medio, exigía tal pronunciamiento castrense.
Artículo publicado en la edición 28 de El Libertario, agosto 2002
El 11 de abril reciente, tras la marcha de oposición a Chávez, un grueso de los manifestantes torcieron el rumbo hacia
Pero la creencia que los militares son los actores decisivos y
fundamentales en la actual coyuntura política no es exclusiva de la oposición.
Las primeras concentraciones del chavismo durante el golpe de Estado no se
realizaron en las sedes del poder ejecutivo, sino justo frente a una
fortificación militar. El Fuerte Tiuna era testigo de una multitud que pedía la
integridad física de Hugo Chávez y que fueran los mismos militares quienes lo
restituyeran, cosa que efectivamente sucedió a la larga.
Las movilizaciones ciudadanas ocurridas entre el 11 y el 13 de abril
tienen, como ejercicio democrático, su particular significación. Pero la
aseveración que las mismas fueron las que derrocaron o restituyeron a un
presidente, en el caso venezolano, es una ilusión con claros fines ideológicos
y legitimadores. ¿Por qué las Fuerzas Armadas tienen tal significación en
nuestro panorama político?, ¿Es el Ejército una fuerza verdaderamente
democrática y/o revolucionaria?, ¿Qué tan positivo es para los movimientos
sociales progresistas tal preponderancia?
Un cuartel hecho país
En primer lugar, la preponderancia de la FAN en nuestro ámbito político es un problema de
carácter histórico, de reminiscencias de un pasado basado en algunas falsedades
y pocas certezas, que hacen que el venezolano común vea con más respeto a un
militar que a un político partidista. Venezuela es víctima de la fe ciega en
una mitología militar, condena esgrimida por el propio Simón Bolívar al
expresar: "Quito una iglesia, Bogotá una universidad, Venezuela un
cuartel". La constitución de la
FAN bajo el lema "forjador de libertades" como todo
mito, se sienta sobre bases idealizadas, pretender que fueron libertadores,
creadores y fundadores de la
Nación es risible, cuando fueron los ciudadanos, los civiles
quienes lucharon por tales fines. No sólo en Venezuela sino en gran parte de
Latinoamérica. Fue hasta 1903 que se dicta por orden de Cipriano Castro un
decreto para crear la
Academia Militar , y sólo en 1910 comienza a funcionar luego
de la apertura realizada por Juan Vicente Gómez, quien priorizó la necesidad de
un ejército nacional (por no decir propio) para acabar con las escuadrillas
regionales, bajo el mando de los caudillos de las zonas. La FAN nace más que para defender
un territorio de algún enemigo extranjero (principal fin), para ejercer la
represión, para obligar a un orden interno. Nunca en pro de forjar libertad, sino
de reprimirla, acabar con ella.
Un segundo mito lo conforma el supuesto resurgimiento militar como
resultado del fracaso de la democracia, basado en su honestidad como líderes de
autoridad, padres rectos, disciplinados que sabrán guiar y proteger el destino
de sus hijos brindando bienestar. El fracaso de la experiencia democrática de
casi cuatro décadas, imbuida en un deterioro de las condiciones de vida de los
ciudadanos y los excesos en el mal manejo de la cosa pública, nubla la memoria
colectiva. Desde 1958 los militares son los primeros que han ejercido un
control subjetivo de su rol político, vendiendo su fidelidad al régimen de
turno al punto de crear comisarios internos vigilantes a tal fin, conducta que
fue premiada con ascensos y cargos en posiciones de confianza aún cuando sus credenciales académicas no cumpliesen con los requisitos. Los militares
han sido grandes beneficiados de las aberraciones cometidas con la democracia.
Sólo ellos y los gobernantes de turno han tenido carta blanca para hacer y
deshacer a su antojo. Por otra parte, la existencia de un proyecto para la toma
del poder político no surge del deterioro democrático en la década de los 90,
sino es resultado de estrategias concebidas desde la década de los sesenta,
cuando el régimen político aún no mostraba signos de ineficiencia. Recordemos,
de 45 presidentes desde 1830 hasta la actualidad, 29 han sido militares y sólo
16 civiles. Considerando exclusivamente el siglo XX se realizaron 5 golpes de
Estado y 4 intentonas, sin tomar en cuenta aquellos planeadas y desmontadas
tras los muros de los cuarteles. Hemos sido dirigidos los últimos 43 años por
protagonistas vinculados de una otra forma a golpes de Estado. Las elecciones
de 1998 estuvieron signadas por una contienda política de dos candidatos
provenientes de la insurrección del 4 de febrero de 1992, por tanto, la propia
"revolución bolivariana" es producto de un intento fallido de golpe
militar, que de fondo no se explica como mera respuesta a una crisis de
carácter coyuntural, sino como resultado de esas dos décadas de estrategias
entre algunos militares, sectores pertenecientes a los reductos de la guerrilla
marxista y miembros de algunos partidos de izquierda, con apoyo de algunas
figuras predominantes del país: las intenciones distaban de la supuesta
condición mesiánica o por buenos samaritanos. Los militares, entre los que se
incluye al propio presidente Chávez, son los únicos que han gozado y siguen
gozado de una verdadera seguridad social, producto de las corrupciones y tergiversaciones
incluso antes de la democracia. Hombres bien comidos, vestidos, con viviendas,
carros y beneficios por los que más del 80% de la población venezolana clama. La FAN estructura parasitaria que
consume gran porcentaje de los recursos económicos del Estado, que son
mantenidos con los impuestos que los civiles de cualquier estrato pagan,
educados con diferencias tangenciales entre su condición y la civil, cuya única
misión es la defensa del Estado, son míticamente padres y héroes que nunca han
renunciado a sus comodidades o al pan que se llevan a la boca, en pro de los
reseteados ciudadanos que aspiran por su cobijo.
La alianza cívico militar es un mal chiste
Lo anterior se vincula al mito del eje FAN-Sociedad Civil, que no es otra
cosa que la agudización de las prácticas anteriormente criticadas de la llamada
IV República, bochornosa la discrecionalidad personalista del presidente Chávez
no sólo en ascensos sino en las inherencias públicas a las que son destinados
los militares, la proliferación de oficiales en cargos ajenos a su profesión
pasando a desempeñar funciones en planes de desarrollo social, manejando
recursos financieros inmensos cuyo mejor ejemplo es el Plan Bolívar 2000,
poniendo al descubierto la inoperancia de éstos en los aspectos de la vida
pública. Sin hablar del malestar y la crisis que padecen quienes fueron
instruidos como "líderes" nacionales y hoy ven rebajada su condición
virtual por cumplir funciones que atañen a la exclusividad de los civiles
comunes. FAN y sociedad civil, ¿no fueron los militares los que masacraron a la
sociedad civil cuando esta salió a las calles el 27 de Febrero del 89?, ¿no fue
la FAN quien
asesinó, torturó y cometió excesos contra muchos de los camaradas de los que
hoy son creyentes fervientes de tal alianza? La única alianza real ha sido la FAN y su parcialidad política,
otorgar deliberancia a los militares en el ámbito político fue simplemente la
legalización de una práctica ya legitimada con los años. Pensar que se puede
deliberar y no tomar posturas o acciones con las resoluciones, deliberar para
votar por uno u otro candidato sin que se ponga en tela de juicio la
credibilidad y la obediencia a los regímenes, es una farsa que ni el propio
presidente Chávez egresado de la Academia Militar y al mismo tiempo insurrecto del
92 puede soslayar.
Por último, y en compendio de lo expuesto el mayor de los mitos, las FAN
árbitros de los conflictos y de la intensificación de las tensiones
político-sociales, tristemente los chavistas o antichavistas que optan por los militares como vía factible para solventar los problemas,
están sumergidos, imbuidos en el mito platónico de la caverna, viendo las
sombras en la pared, inventándose verdades en imágenes confusas por la
facilidad de no pararse y salir a optar por nuevas visiones que reestructuren
sus ideas. Los militares son históricamente protagonistas en la generación y
perpetuación de los problemas de nuestras sociedades, ¿Cómo pueden ser la
solución?
Ni demócrata ni revolucionaria
En segundo lugar las FAN ni es revolucionaria como pretende la V República , ni
democrática como abogan los que claman por su accionar en un supuesto
restablecimiento de la paz. La FAN
posee un carácter CONSERVADOR, con oficiales entrenados bajo esquemas de
defensa occidental, equipada por EE.UU. y países de la OTAN , que se enorgullece y
reivindica las victorias y hazañas contra la guerrilla comunista que combatió a
la democracia. Su función es ser un poder coercitivo, una fuerza legitima
detrás de la ley, preservar un territorio y su soberanía, pero sobre todo están
para garantizar las instituciones, conservar su orden. Revolución implica el
cambio de las instituciones políticas de una nación, por tanto, la FAN es intrínsecamente
contrarrevolucionaria aunque se le llame "pacifica" o "bolivariana".
La FAN no es
portadora de valores libertarios o de redención social sinónimo de defensor de
los desposeídos: es única y exclusivamente una institución que administra el
monopolio de la fuerza, por lo cual tampoco es democrática.
Ontológicamente el militar no es democrático, su formación, educación,
práctica y accionar es tangencialmente contrario a tales valores, aunque se use
para defenderlos. La democracia implica el predominio de los ciudadanos en la
organización social, donde se imponga una estructura crítica, de diálogo, con
algunas formas de horizontalidad, en igualdad de derechos y deberes, muy
contrario a la estructura vertical de los militares. El mundo civil es
antagónico a la vida en los cuarteles donde se imponen las jerarquías, la
autoridad incontestable, las órdenes irrefutables, los códigos de comunicación
elaborados y constituidos en el pensamiento de la defensa, la táctica, la
guerra. Los militares son profesionales, expertos, en el arte de la guerra, el
civil se debe a los derechos de ciudadanía, entre los que se encuentra el
respeto por el otro y la convivencia pacífica aún en las diferencias, nunca la
imposición por la fuerza. Ni revolucionaria, ni democrática, la FAN es la organización de los
artistas de la guerra con autonomía deliberante. Los militares sólo representan
el uso de la violencia, no puede haber revolución pacífica creada por militares
ni tomada de la mano de éstos, no puede haber paz, llamando a la intervención
de los hacedores de la guerra. La lucha por la libertad es una condición
natural al hombre, no se subsume a la intervención de terceros para accionar.
Pensar en los militares como respuesta es perder la libertad de asumirse en
defensa de lo que se cree, es ser esclavos de la violencia, de su coerción.
Debemos desmilitarizarnos la conciencia y apropiarnos de todos los espacios de
la sociedad, físicos y políticos, para derribar así los muros de los cuarteles
y las ideas que los sustentan.
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