Por Carlos
Crespo Flores
CESU
- UMSS
"pueblos
indígenas,
resistencia;
autonomía y
libertad"
(canto del bloque libertario en la marcha de arribo de la VIII marcha indígena a la
ciudad de La Paz)
PREAMBULO
Este texto ha
sido escrito en plena resistencia al intento gubernamental por anular la ley
corta que protege al TIPNIS de la construcción de la carretera Villa Tunara –
San Ignacio de Moxos pero aun conmovido por lo logrado, a un gobierno que en su
apuesta de “soviets + electricidad” a la boliviana, ignora hasta a la base
material de su discurso indigenista y pachamamista, impone sus decisiones
implacablemente y es vengativo con sus opositores y disidentes. Una batalla
ganada a un gobierno que pretende reproducir una nueva “ch’ampa guerra” y hacer pelear a los bolivianos.
Uno
de los sectores que apoyo desde el inicio de la batalla por el TIPNIS fue lo
que genéricamente podríamos llamar la “movida libertaria”. Defino la movida
libertaria boliviana como
espacios y momentos de resistencia al proceso de legibilización estatal al que
el proceso presente se halla empeñado; es la diversidad de colectivos,
comunidades e individualidades autónomas caracterizadas por su antiestatalismo,
anticapitalismo y toda forma de dominación y apuesta o es abierto hacia formas
de vida y prácticas autogestionarias, comunitaristas, de apoyo mutuo y bien
común. En ella encontramos anarquistas en sus diversas tendencias, libertarios
anticapitalistas, indigenistas, feministas, ecologistas, marxistas autónomos.
Se caracterizan por sus formas organizativas horizontalistas, nómadas y
flexibles –colectivos que aparecen y desaparecen, descentralizados -como los
grupos de afinidad; operan en base a redes de información (desde digitales
hasta el boca a boca) y colaboración[1]; Y lo de “movida” es el
término más o menos aceptado por sus participantes.
PARTICIPACION LIBERTARIA EN LA REVUELTA
DEL TIPNIS
“Nunca ví a los paceños tan felices”
exclamaba Juan Perelman, exultante el día de la recepción a la VIII marcha
indígena a la ciudad de La Paz, conmovido por el sentimiento colectivo de
hermandad que emergió espontáneamente con la gesta indígena. Por ello, el
número de diciembre del 2011 del periódico Combate se denomina "Las mil
mesetas del TIPNIS"; Perelman, editor de esta publicación anarquista, dedica
el número a analizar el caso TIPNIS. Para Perelman, el TIPNIS ha sido una
insurrección que ha permitido “construir
una nación sin Estado, una nación contra el Estado”, que ha puesto en
cuestión la idea del “Estado plurinacional” de 36 grupos étnicos separados bajo
hegemonía aymara (pp. 2), y se ha afirmado la noción que Bolivia es una nación,
“una tribu grande formada por muchas
tribus diversas pero juntas…” (pp. 2). El TIPNIS ha mostrado “la levadura humana que los pueblos indígenas
le pueden aportar a Bolivia, su visión civilizatoria… a otra forma de ver el
mundo y habitarlo” (pp. 5); desde su sencillez, nobleza, afecto y amor, han
iluminado la posibilidad de “construir
junto con ellos, aprendiendo de ellos, una sociedad no capitalista, no estatal,
no clasista” (pp. 5).
El conmovedor
texto de Perelman es una evidencia del impacto que ha tenido la revuelta del
TIPNIS en la diversa y heterogénea movida libertaria boliviana; militantes
libertarios, colectivos o individualidades se involucraron en la resistencia,
desde una diversidad de tácticas y prácticas reflejando al mismo tiempo la
diversidad de la movida. Normalmente la movida libertaria en el país está
dispersa, subterránea, a veces hasta peleada entre sí dado su alto espíritu de
autonomía e independencia; pero en los momentos de crisis emergen, aparecen
juntos colaborando y apoyando(se); sucedió en la guerra del gas y sucedió ahora
en la batalla del TIPNIS. Esos días un compañero de Cochabamba le decía a otro
con quien habían tenido rupturas "contigo no voy a participar más en un
grupo, pero nos vemos en las calles", parece sintetizar la afirmación
anterior.
Desde el
inicio de la marcha indígena un grupo de activistas libertarios de La Paz y
Cochabamba se incorporó a la caminata, desde donde enviaban reportes
–destacamos los textos de Qhura Silvestre,
Martika y Sergio, denuncias e imágenes, particularmente durante la represión
del 25/X. La movida libertaria estuvo presente en los principales movimientos y
acciones de apoyo a la lucha indígena en las ciudades de La Paz, Cochabamba y
Santa Cruz. En Cochabamba miembros del Centro Social El Fondo y militantes libertarios fueron parte de la Campaña en
Defensa del TIPNIS, una coalición de activistas urbanos, involucrados en las
demostraciones y vigilias, recolectando víveres y propagandizando; Al mismo
tiempo, activistas de la movida llamaban
la atención contra la "ONGización" del movimiento, promoviendo que se
tomen decisiones por consenso y públicamente; los y las libertarias son altamente
sensibles a toda forma de autoritarismo, centralismo, y hasta traición de los
dirigentes; somos los que mejor
percibimos las pulsiones jerárquicas de las organizaciones indígenas (Leo).
El colectivo Imillas Libertarias de
Cochabamba organizó un dispositivo comunicacional para producir información,
difundir noticias desde el lugar de la marcha, difundiendo información en la
plaza 14 de septiembre, coordinando con los y las marchistas y el equipo
independiente de comunicación formado con los marchistas libertarios; desde su
sede, Kasa Kamasa atendieron con la
cocina durante varios días a la delegación yuqui y de la CONAMAQ que en los
primeros días estuvieron acompañando la
vigilia de Cochabamba. En Santa Cruz, militantes anarcopunks estuvieron
apoyando la vigilia impulsada por la juventud universitaria indígena,
establecida en la Plaza 24 de Septiembre de aquella ciudad. En La Paz, los
colectivos Mujeres Creando, Colectivo 2, Organización Anarquista por la Revolución Social -OARS,
estuvieron apoyando la vigilia de la plaza San Francisco desde el inicio.
A lo largo
del conflicto, la creatividad libertaria emergió en medios en los que
normalmente se mueve la movida: graffiteada en las ciudades principales,
posters y flyers; el colectivo OARS y
colectivos veganos de La Paz elaboraron afiches, pasacalles de la vigilia en la
Plaza San Franciso, así como un mural en la Cumbre, la parte más alta a la que
llegó la marcha en su arribo a la ciudad de La Paz, como sello de su paso.
Intelectuales
libertarios también se involucraron en el activismo por el TIPNIS (Crespo,
2011, 2011ª). En la ciudad de La
Paz, María Galindo de Mujeres
Creando, Silvia Rivera, docente universitaria y miembro del Colectivo 2, estuvieron junto a las mama t'allas de la CONAMAQ organizando la
vigilia de la plaza San Francisco; en Cochabamba durante un seminario sobre la
"Madre tierra" organizado por la gobernación, impulsaron la lectura
de una carta de solidaridad con los indígenas, mientras activistas desplegaban
pancartas contra la carretera, posteriormente abandonando el evento; asimismo
organizaron un "escrache"
al senador Adolfo Mendoza en un evento de OXFAM Bolivia desplegando pancartas
en favor del TIPNIS, mientras un activista interpelaba públicamente al senador
masista cochabambino defensor de la carretera.
Días antes
del arribo de la marcha bombas de humo estallaron en algunos edificios públicos
de la ciudad de La Paz,
como el ministerio de medio ambiente y agua, que otorgó la licencia ambiental a
la empresa OAS para el inicio de obras, fueron atribuidos a un colectivo
anarquista. Asimismo, una marcha organizada por la Campaña en Defensa del TIPNIS,
con apoyo del Comité Cívico y otras organizaciones, en el marco de un paro de
48 horas en Cochabamba, durante la marcha, un "bloque negro" se
desprendió de ella e intentó quemar las puertas del canal estatal y la del
Comité Cívico, este último asociado a la derecha oportunista que aprovechó el
TIPNIS para posicionarse mejor en la lucha contra el gobierno de Evo Morales.
El hecho fue atribuido a los trotskistas y anarquistas.
Pero
también hubo voces disidentes; Alison Spedding, antropóloga británica que vive
en La Paz por más de 20 años, en algún momento vinculada a la movida
libertaria, en un artículo donde firma como "dirigente cocalera de
base", criticó a la marcha, a las mujeres por exponerse a la violencia, y
afirmando “lo que necesitamos son leyes
ambientales que sean realmente efectivas, es decir instancias y mecanismos
administrativos que los pongan en práctica: no declaraciones efusivas y
sentimentales sobre la Madre Tierra”; Spedding
estaba pidiendo que
el Estado funcione como en la democracia liberal anglosajona, situación ideal
inalcanzable para la identidad racista y corrupta del estado en Bolivia y contradictoria
con una postura antiestatalista que defendió en su momento. Por otro lado, en
Cochabamba el colectivo Tinku apoya
al gobierno de Evo Morales y la carretera[2]; desde su espacio en la
plaza 14 de septiembre lanzaron proclamas, insultos y hasta agresiones a la
movida libertaria y su participación en la lucha por el TIPNIS; venden su
imagen como colectivo libertario, pero opera como ONG realizando activismo para
el gobierno en la plaza central de la ciudad.
Días antes a la llegada de la marcha indígena,
una proclama firmada por el colectivo Bicéfalo invitaba “a abandonar la pasividad y timidez para dar rienda suelta a la
imaginación: a desbordar la rabia y a desbordarla todxs juntxs, reunidxs;
mostrando nuestra fuerza ante la derecha y el Estado; a mostrar un apoyo libre
y libertario a nuestrxs hermanxs indígenas” y apelaba al formato del grupo
de afinidad descentralizado para su organización: “asumimos que todxs estarán presentes en La Paz para reforzar la marcha
de nuestrxs hermanxs. Sabemos cómo encontrarnos, cómo reconocernos, solo hace
falta juntarnos”. La convocatoria en realidad reflejaba el sentimiento
colectivo de solidaridad de los y las activistas libertarios con la marcha.
La impronta libertaria por el TIPNIS fue evidente en la
marcha de recepción a la marcha indígena en la ciudad de La Paz: los y las marchistas
libertarias ingresaron acompañados de un contingente de activistas de la movida
y su entorno. El bloque libertario estaba compuesto de la siguiente manera: primero
iba el lienzo del Colectivo Makana, seguían luego por lo menos dos filas de los
marchistas no indígenas que se habían incorporado desde el inicio de esta,
entre ellos mencionamos a Q'ura Silvestre,
Eid, Chicho, Leonor, Oso. Detrás iban otros activistas que se habían incorporado
la última semana de la marcha[3]; también
se veía a los que habían dejado esta por diversas circunstancias, pero estaban
presentes para recibirla. Luego seguía un grupo mezclado de La Paz y Cochabamba principalmente[4]: en
medio camino logró estructurarse el bloque anarcoecologista, nueva generación
de libertarios veganos, de liberación animal, que estuvieron activos en la
defensa del TIPNIS; junto a ellos estaban el colectivo Organización Anarquista por la Revolución Social -OARS de La Paz y militantes anarcopunks. La
música venía inmediatamente con un grupo de sicuris, cantando tonadas alusivas
al TIPNIS, compuesto en base a la comunidad musical 3 de Mayo e integrado por
miembros de diferentes colectivos e individualidades; uno de los versos más
cantados en ritmo de italake decía
Con bombos sikus tocando
con alegría cantando
los TIPNIS están llegando
Venimos con fuerza y valor
marchando por la dignidad
defendiendo nuestra tierra
Finalmente
más libertarios o afines a la “movida”. En sus momentos de esplendor el bloque
libertario alcanzó a 100 participantes[5]. A
lo largo de la marcha un grupo de afinidad graffitero iba pintando en edificios
públicos y burlando la estrecha vigilancia policial escribieron en la pared de
la vicepresidencia “El TIPNIS ha llegado” En la noche, varios de los marchistas de
origen no indígena estuvieron en la vigilia de la plaza Murillo, dentro y
fuera-en las calles, enfrentando a la policía, demandando hablar directamente
con el presidente de la República, y se quedaron hasta la firma del acuerdo y
aprobación de la ley corta.
ALGUNAS REFLEXIONES
PRIMERA. “Menos papo, más práctica” es una frase
repetida popularmente en la movida libertaria; esto se comprobó una vez más en
la batalla por el TIPNIS, pues para los y las libertarias, como señalaba el
manifiesto del colectivo Bicéfalo: “…si creemos en lo que decimos, hacemos lo que pensamos… Que
nuestras acciones determinen nuestra moral: Coherencia de medios y fines.”
SEGUNDA. En 1929, el comunista libertario Luis Cusicanqui, un mecánico
de origen mestizo –chixi, escribía:
“Alerta hermanos indios de
la raza americana que la sangre vertida sea el anuncio de la revolución votando
esta vil sociedad mil veces maldecida y nuestros caciques comprados asesinados
por los “Mistes” la sangre debe derramarse como antes porque ya estamos
cansados de la dominación presente, sabemos y conocemos muy bien a los Vampiros
del Estado dominante sus bellaquerías, que si el mestizo pobre no nos guía
hacia la liberación, nosotros indios haremos correr a torrentes la sangre
cobrisa en América Bolivia
(Cusicanqui, 2011:23).
La
solidaridad de los libertarios con las luchas indígenas no es nueva, en la
década de los 30’-40’ los anarquistas de La Paz, organizados entonces en la Federación
Obrera Local (FOL), apoyaron la lucha indígena, particularmente liderizada por
Santos Marka T’ula en el altiplano paceño, contra el estado racista y por la
recuperación de las tierras comunales, garantía para reproducir la autonomía de
los ayllus (Cusicanqui, 2011; Rivera Cusicanqui, 2011); apoyaron la creación de
la Federación Agraria Departamental (FAD); de esta manera artesanos mestizos –ch’ixis, asumen la causa indígena como
suya y construyen una red de colaboración y solidaridad; sin duda, más allá del
sentimiento clasista, los y las anarquistas bolivianos de entonces
comprendieron el carácter racista del estado boliviano. Más de medio siglo
después, la movida libertaria nacional, desde su práctica, desde su amor y
rabia, hicieron realidad el slogan “Todos somos TIPNIS”; en ambos casos es
la confluencia de sujetos, individuales y colectivos autónomos, que luchan por
defender su autonomía frente al Estado. Sin duda estas pulsiones están detrás
de la impronta libertaria en la revuelta del TIPNIS
TERCERA. Que ha motivado la participación
libertaria en la lucha por el TIPNIS?
A pesar de su
dispersión y fragmentación la movida libertaria en Bolivia opera como uno de
los pocos espacios de resistencia al procesos estadocentrico de Evo Morales
(Crespo, 2009). La izquierda boliviana se ha estructurado en torno al Estado,
su horizonte ha sido estatolatra y su gran desafío como construirlo con una
visión “obrera”, “popular”; este fue el sueño de la UDP y este es el sueño del MAS, en su versión
estalinista a la boliviana; por ello los anti estatalistas y aquellos que
reivindican practicar la autonomía hoy, fuera, más allá o paralelo al Estado,
se convierten en los disidentes más radicales al proceso de cambio,
caracterizado más bien por fortalecer el centralismo, caudillismo, cooptación y
disciplinamiento de las organizaciones y movimientos sociales, y controlar y/o
prohibir prácticas sociales autónoma. Los anarquistas son los que mejor
comprenden la autonomía indígena, pues es el fundamento de su práctica. Es desde
la autonomía como dominio de las interacciones, que se pueden encontrar
acercamientos. Practicar, ejercer la autonomía indígena, de hecho reconocida
por el Estado, es la apuesta.
CUARTA. Jaime Galarza (2012) afirma que, en
la historia larga, el TIPNIS ha operado como un refugio para los tres pueblos
indígenas de la zona, moxeños, yuracarés y chimanes, quienes se han ido
concentrando en la región huyendo de presiones externas previas desde la
colonia con la iglesia, luego la hacienda ganadera, los madereros, posteriormente
las empresas petroleras, que han ido arrinconando a las comunidades indígenas;
estas, al ser culturas que evitan el conflicto, han ido asentándose en la
región del TIPNIS; asimismo, en el caso de los moxeños, como Sarela Paz lo ha
estudiado (Rumbol, 2011), la región está relacionada con el mito milenarista de
la Loma Santa: para los moxeños esta región es el lugar donde deben vivir “como
lo hicieron sus antepasados”. En la medida de lo posible, los pueblos indígenas
han buscado reducir al máximo la presencia del Estado, pues para ellos el bien
más preciado es su autonomía como sociedad y cultura, que les permite
reproducirse como tales. Este rasgo antiestatal autonomista de la lucha
indígena, más allá de la vieja política de acto de la izquierda estatal boliviana,
ha conectado rápidamente con los libertarios del país.
QUINTA. Los indígenas del TIPNIS utilizan el lenguaje de los
derechos para reivindicar su autonomía. Los derechos, por su carácter
absolutamente estadocentrico, constituye un dispositivo de ingreso del estado a
los pueblos indígenas, su legibilización (Scott, 2000) para ser contados,
disciplinados y controlados. Los derechos hoy son parte de la política de
estado, son reivindicados por ella como ha sucedido con el DDHH al agua. Una
política desde la autonomía (Gutiérrez, 2011; Crespo, 2009) implica tomar
distancia con los derechos y este es el tema detrás de la revuelta del TIPNIS,
cómo aplicar y practicar la autonomía hoy, en el contexto del proceso
estadocentrico de Evo Morales.
SEXTA. Estos encuentros, alianzas y solidaridades como la del
TIPNIS serán cada vez más frecuentes en un escenario de resistencia antiestatal
al proceso estadocentrico del gobierno de Evo Morales, buscando disciplinar y
controlar toda practica autónoma, individual o colectiva, indígena o urbana.
Asimismo, asistiremos a la emergencia de redes de solidaridad y acción
colectiva indígenas urbanas en las luchas ecológicas por la madre tierra frente
a la política de industrialización a marchas forzadas –el “gran salto industrial”,
del gobierno de Evo Morales, que destruye y mercantiliza hábitats, culturas y
bienes comunes.
SEPTIMA. Con la aprobación de la ley corta,
aunque atenta a la contraofensiva gubernamental, la movida libertaria ha retornado a las
catacumbas, a sus zonas y espacios autónomos, nómadas en muchos casos,
anarquizando la vida cotidiana. El fin es importante, pero el proceso es lo que
ha enriquecido a los y las libertarias bolivianos. El TIPNIS nos ha enseñado
las potencialidades de lo indígena y la autonomía.
OCTAVA. La alegría de los paceños percibida por Perelman en la
marcha de recibimiento a los indígenas evidenció la sensación momentánea de que
es posible cohesionar la sociedad boliviana fuera, más allá del estado, desde
la diversidad, en base a otros valores que el capitalismo esta destruyendo: los
comunes, el apoyo mutuo. El TIPNIS ha puesto a discutir nuevamente en discusión
la ineluctabilidad del desarrollo como paradigma a seguir, problemática que el
neoliberalismo y Evo Morales lo habían resuelto con su amor por el progresismo
y el industrialismo.
NOVENA. Parafraseando
a Derrick Jensen (1995), dado que el estado, por más progresista o indigenista
que este sea, no hará más transparentes a las instituciones responsables de la destrucción de las diversas
autonomías, tanto indígenas como las practicadas por la movida libertaria, la responsabilidad recae en cada uno de nosotros. Esto significa que todos los que se preocupan por el TIPNIS, deben confiar en sus propias capacidades más que tener lealtad a las instituciones políticas y económicas estatales
y a lo que se pueda obtener de estas vía derechos. Actuar desde las prácticas autónomas,
desde las redes de solidaridad y apoyo mutuo que se estructuren para fortalecer
las autonomías indígenas y urbanas, más allá del gobierno del MAS debe orientar
los esfuerzos de la movida libertaria hoy. Como dice Perelman, “Nosotros los que también buscamos una vida
social no capitalista nos tenemos que unir a ellos (a los indígenas), para
construir juntos…una vía alternativa a la globalización capitalista sin razas,
sin Estado, sin naciones, ni clases sociales” (Perelman, 2011:5).
DECIMA. Perelman compara a los indígenas del TIPNIS como “llegados
de las estrellas para mostrarnos la salida verdadera, la luz” (Perelman,
2011:5). La afirmación casi religiosa de lo que significó el TIPNIS para la
movida libertaria permite pensar que ha dado impulso a otras formas de hacer
política fuera de la política, es decir del Estado, más bien una política desde
la autonomía.
Colectivo Monstruo Bicéfalo (2011) Llamado a la Rebeldía Activa; 2 pp.
Crespo,
Flores Carlos (2011) “TIPNIS Resiste”. Autonomía indígena frente
al Estado.
Crespo,
Flores Carlos (2011ª) La Lucha por el
TIPNIS. Cuatro consideraciones;
Crespo,
Flores Carlos (2009) “Vivir anárquicamente. Comunidad en el anarquismo hoy”. Decursos; Año XI, No 19; pp. 156-170.
Crespo,
Flores Carlos (2008) “Estado,
participación y control social para el desarrollo sostenible. Ambiente y
recursos naturales en la propuesta de Constitución Política del Estado de
Bolivia”. 11 pp. http://www.ambiental.net/noticias/biodiversidad/CrespoBoliviaConstitucion.htm
Perelman
Fajardo, Juan (2011) “Las Mil Mesetas del TIPNIS”. La Paz: Combate. Periódico anarquista. Año 7; diciembre. Pp 2-41.
Cusicanqui,
Luis (1929-2011) “La voz del campesino”; en VVAA, Memoria y presente de las luchas libertarias en Bolivia. La Paz:
Editorial Piedra Rota. Pp 21-23.
Galarza,
Jaime (2012) El TIPNIS como refugio de
pueblos indígenas; en elaboración.
Gutiérrez,
Raquel (2011). Pistas reflexivas para orientarnos en una turbulenta época de
peligro. En VVAA, Palabras para tejernos, resistir y transformar en la
época que estamos viviendo…; México DF: Editorial "Pez en el Árbol. Pp. 9-32.
Jensen, Derrick (1995) Death Warrant; http://www.derrickjensen.org/work/published/essays-interviews/death-warrant/
Liaño, Concha (2012) Entrevista
a Concha Liaño: “Soy anarquista y también creo que Chávez es un enviado de
Dios”. http://www.aporrea.org/actualidad/n197287.html
Movimiento
20-J (2011) Recuperemos el proceso de
cambio con el pueblo y por el pueblo. 8 pp.
Rivera
Cusicanqui, Silvia (2011) “La identidad chixi
de un mestizo. En torno a un manifiesto anarquista de 1929”; en VVAA, Memoria y presente de las luchas libertarias
en Bolivia. La Paz: Editorial Piedra Rota. Pp 9-20.
Rumbol
(2011) Evaluación ambiental estratégica
para el desarrollo integral sustentable del Territorio Indígena Parque Nacional
Isiboro Sécure–
TIPNIS; La Paz: Servicio Nacional de Áreas Protegidas. 295 pp.
Organización
Anarquista por la Revolución Social -OARS (2011) Ninguna
carretera es sinónimo de progreso cuando se aniquila a la naturaleza y a
quienes conviven con ella; 3 pp.
Scott, James C. (2000) Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos
ocultos. México DF: Editorial Era. 314 pp.
[1]
Para Raquel Gutiérrez podrían formar parte de
los llamados “entramados comunitarios” (Gutiérrez, 2011). No incluyo a los firmantes del documento “Recuperemos
el proceso de cambio con el pueblo y por el pueblo” (2011), algunos de los
cuales se incorporaron a la marcha indígena –Alejandro Almaraz, Oscar Olivera,
entre otros, porque el contenido del documento es estadocentrico, defienden la
constitución, criticada por los libertarios por su enfoque de fragmentación
étnica (Perelman, 2011), desarrollismo (Crespo, 2008).
[2] Así como en Venezuela han emergido los
“anarcochavistas” (Liaño, 2012), en Bolivia se habla de los “anarcomasistas”, a
aquellos libertarios que han decidido apoyar el “proceso de cambio” y hasta
reciben soporte estatal.
[3] De Cochabamba recordamos Ricardo, Bóxer, Gabriel, Tina, Mauge, Eliana, Adriana,
varios y varias de ellas parte de las Imillas Libertarias, las Warmi Pachakuti y el centro social El Fondo.
[4] Entre otros, se podían ver a anarquistas y
libertarios históricos como Juan Perelman, Silvia Rivera y Virginia Ayllón, con
un sentimiento común: el sentimiento de estar participando en una celebración
autónoma de alto contenido "anárquico".
[5] Hubo algún marchista libertario que fue “adoptado”
por la CONAMAQ e ingresó con ellos; un militante anarcopunk cruceño lo hizo con
la OICH de Santa Cruz.
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