Por: Andrés Eloy León (USI-PSL)
Los últimos
días de campaña previa a las primarias de la Mesa de la Unidad Democrática
delatan el carácter de los contendientes y sus partidos. Más allá de los
apetitos desenfrenados de poder que salen a relucir en las diatribas nada
"unitarias" que intercambian los precandidatos, todos estos políticos
y las organizaciones que los respaldan comparten en el fondo un mismo proyecto
político.
No es casual que todos los partidos de la MUD suscriban el documento titulado "Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional", en el cual se esboza una orientación privatizadora y antipopular, heredera de las tradiciones adeco-copeyanas de gobierno, con el discurso de proteger las inversiones nacionales y extranjeras; evitar el aislamiento diplomático de nuestro país en foros como la OEA y la ONU, y estimular un rol dirigente para los empresarios en las políticas económicas del Estado venezolano, buscan desregular aún más los mecanismos del mercado imperantes en nuestra economía. Sin la menor vergüenza, el documento de la MUD reivindica las relaciones laborales que caracterizaron al período puntofijista, obviando mencionar los ataques sistemáticos que sufrieron los trabajadores y sus derechos; asimismo, proponen eliminar la inamovilidad laboral.
Las dentelladas que se lanzan públicamente Capriles, Pérez, Machado, y Arria, responden a los apetitos desatados en los sectores empresariales que ellos representan, y que aspiran a hacerse con el gobierno para controlar los cuantiosos petrodólares que administra el Estado. Estos cuatro paladines de Fedecámaras comparten su condición de empresarios y tienen un pasado ligado al bipartidismo y al golpe de Estado de 2002. Medina, quien se autoproclamó “candidato de los trabajadores”, no se diferencia de los demás precandidatos en sus propuestas.
De acuerdo en defender intereses empresariales y transnacionales
Más allá de la proliferación de lugares comunes y
generalidades en su discurso, los precandidatos han develado su esencia
proburguesa y capitalista. La MUD ubica la solución de los problemas del país
en darle mayores libertades a la inversión privada para que profundice la
explotación de los trabajadores y la riqueza petrolera y mineral continúen
siendo saqueadas por los capitales transnacionales. Varios apartes del
documento programático de la MUD están dedicados a la defensa fanática de la
banca privada, irónicamente uno de los sectores capitalistas que mayores
ganancias ha obtenido durante la gestión chavista. La MUD plantea que en
Venezuela se ha implantado un modelo socialista comparable al de Cuba en los
años 60, un discurso esquizofrénico sin contacto con los problemas cotidianos
de la gran mayoría de los venezolanos que padecen los bajos salarios, el alto
costo de la vida, el déficit de vivienda, la crisis de los servicios públicos,
la precariedad del empleo, entre otras calamidades sociales producto de las
relaciones capitalistas que imperan en Venezuela. En esa misma línea, la MUD
amenaza con revertir las escasas entregas de tierras ociosas a campesinos
realizadas en la última década, conquistas parciales y aún insuficientes, que
han sido alcanzadas gracias a las luchas del movimiento campesino.
No hay que olvidar que políticos de la MUD controlan
numerosas alcaldías y varias de las gobernaciones más importantes del país, y
que allí donde gobiernan se encargan de administrar el poder y los recursos
estatales de manera muy parecida a como lo hacen los representantes electos del
Psuv. Tampoco se nos puede pasar por alto que los sectores empresariales
representados en la MUD se han lucrado con la especulación, el
desabastecimiento y la inflación, han participado del festín de los
petrodólares, y por eso nunca hemos escuchado a la MUD cuestionar el aumento
del IVA, la devaluación del bolívar, la liberación de los precios de los
alimentos, o los pírricos aumentos al salario mínimo. Para la MUD, al igual que
para el chavismo, el problema de la pobreza se resolvería con “programas
sociales”, que no serían sino pañitos calientes que no atacan las causas de
fondo de la desigualdad y la explotación. Mientras que un tema como el de la
seguridad personal, tan cacareado por los precandidatos de la derecha, no puede
enfrentarse sólo por la vía represiva, desconociendo las causas estructurales
de la descomposición social generadas por el capitalismo.
Al calor de las luchas, por un gobierno de los trabajadores
Para los trabajadores venezolanos es fundamental desechar
toda ilusión en los precandidatos de la MUD, que no son otra cosa que
continuación del desastre puntofijista que posibilitó el ascenso de Chávez al
poder. Por ello reafirmamos que es necesaria una alternativa al chavismo, pero
no una que implique mayores libertades para que los explotadores de ayer y hoy
aumenten aún más la explotación, ni para que el descontento hacia el actual
estado de cosas sea canalizado en función de una simple sustitución de una
burocracia por otra, ambas procapitalistas y antiobreras.
Por encima del chantaje que se nos pretende imponer, de que
apoyando al ganador de las primarias se puede sacar al país del atolladero en
que se encuentra, ratificamos que los trabajadores no renunciamos a nuestra
independencia de clase ni a nuestro objetivo histórico de construir la fuerza y
la conciencia para la opción socialista, y que nuestros derechos y conquistas
dependen de la movilización y la lucha, y por tanto, nuestro voto debe ir hacia
una opción encarnada por luchadores consecuentes, tarea en la que estamos
comprometidos los militantes del PSL.
En las
primarias se decide la figura que se disputará con el presidente Chávez y el
PSUV, el control de la renta petrolera sin que el país se adentre en la
transformación necesaria, a la que les temen los explotadores de siempre y los
de ahora: la conquista del socialismo, la sociedad gobernada democráticamente
por los trabajadores y el pueblo para garantizar la plena satisfacción de las
necesidades del conjunto de la sociedad, en función de las mayorías y no de las
élites.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.