Por Celina Rodríguez. Frente Popular Darío Santillán
Escuché, como tantos y tantas, el discurso de la presidenta
el 10 de diciembre, día internacional de los DDHH y de las asunciones
presidenciales y de ministros/as.
Escuché menciones claras sobre reivindicación de los
derechos humanos de los miles de detenidos-desaparecidos, torturados, exiliadas
y de los juicios a los genocidas en estos últimos años. No dejé de emocionarme
con la mención del asteroide con el nombre de una cumpa desaparecida; y recordé
los miles de actos de homenajes que ha habido en estos años organizado por
familias, víctimas, militantes de organizaciones políticas-sociales; en cada
pueblo, en cada plaza, escuela, facultades, lugares laborales, encontramos los
nombres reflejados, rescatando sus historias.
Para poner alguna fecha podríamos decir que a partir de
1995, con el surgimiento de HIJOS comenzó esta oleada de rescate de historias,
reivindicaciones, y de exigir cárcel común y perpetua para los genocidas, que
ya venían remando desde antes los organismos de DDHH; acompañadas por un pueblo
anti dictadura: basta recordar lo que fueron las históricas movilizaciones
contra el indulto de Menem y sus secuaces.
Es un buen ejercicio de memoria colectiva recordar que las
luchas, y las exigencias de juicio a los militares y a los orquestadores
civiles es bien anterior del inicio del gobierno K.
Y esto que planteo, no es para “estar en contra de”; sino
que lo positivo que tienen la movilizaciones populares es que internalizan la
historia tal como es; con sus más y menos, con sus dimes y diretes; con su
dialéctica. No como algo binario: “esto lo hicimos nosotros” (proyecto K) y sus
aliados de los derechos humanos.
Los organismos de DDHH, hoy pro-K, también formaron parte de
la historia pero hubo miles más que se encontraban, nos encontrábamos, en las
Marchas de la resistencia en esos diciembre calurosos, gritando juicios y
cárcel para los genocidas; y hoy seguimos apostando bancando los juicios a los
genocidas y yendo por más; “como a los Nazis les va a pasar donde vayan los
iremos a buscar”.
Somos miles que seguimos denunciando a los responsables ideológicos
como fueron el empresariado nacional y transnacional, artífice necesario de la
dictadura militar que asoló nuestro país. También seguimos luchando por
defender los derechos humanos de nuestro presente: los DDHH de los más de 5.000
militantes populares procesados en estos últimos años, varios cumpas muertos
como Mariano Ferreyra, Cristian Ferreyra, los Qom, las víctimas del
Indoamericano. Seguimos denunciando las desapariciones en democracia, pidiendo
cárcel para los responsables de la desaparición de Julio López y Luciano
Arruga. Esta muestra no agota el panorama actual, pero nos da una idea de cómo
se abordan los derechos humanos en el aquí y ahora.
El discurso siguió con una serie de menciones de las leyes y
las políticas públicas nacionales e internacionales; mencionando muchas veces
los logros de este gobierno dentro del capitalismo “serio”.
Acá no hay mucho que debatir, ya que son lógicas diferentes:
por un lado el gobierno K que alaba vivir en este capitalismo serio, que deja
miles de excluidos, instrumenta el trabajo precarizado e inseguro, propone un
modelo de país basado en la extracción, en el monocultivo, en la depredación de
los bienes. Un gobierno que con su silencio sigue permitiendo el secuestro de
mujeres para la explotación sexual, las muertas por abortos clandestinos, el
gatillo fácil o las cárceles miserables para los jóvenes pobres, diciendo que
“aunque faltan algunas cosas resolver” la base está y de a poco vamos a ir
mejorando “gracias al Estado que controla y define cuándo se participa, cuándo
se moviliza, claro que siempre con el control del Estado.
Por otro lado hay una izquierda independiente, nacional e
internacionalista, que lucha por una sociedad mejor, construyéndola desde ahora
con nuevos valores, que reniega de creer que sólo se puede participar desde
adentro del Estado, que entiende que hay una nueva forma de hacer política y
que está en otra parte, que promueve la participación de los y las jóvenes y
las mujeres, de las y los trabajadores que indignadxs por los burócratas
tranzas amigotes de este gobierno, deciden crear un sindicalismo distinto, de
base, combativo. Esta “nueva izquierda”, se encuentra construyendo poder
popular en cada lugar donde decide y puede organizarse, está construyendo un
proyecto político emancipador para nuestro país enmarcado en una mirada
latinoamericana. Esta izquierda independiente entiende que debemos fortalecer
la participación y la organización por debajo de los y las miles de
argentinos/as que hace 10 años gritamos “que se vayan todos”. En esta izquierda
me inscribo.
Pero, la indignación llegó cuando, una vez más, la
presidenta planteó en todo un largo parlamento sobre el derecho a huelga y la
irresponsabilidad de los que hacen huelgas como extorsión; y para colmo puso de
ejemplo a los/as docentes de Santa Cruz y a los petroleros.
Recuerdo, cuando el 25 y 26 de junio del 2011 los/as
docentes de Santa Cruz vinieron a Buenos Aires a nacionalizar el conflicto por
aumento salarial, que estaba quedando encerrado y aislado en su provincia;
fueron el 25 al acto en la Estación Avellaneda y luego, cuando subimos al
Puente Pueyrredón con una gran bandera que llamamos “la bandera de las
banderas” porque es una sumatoria de las organizaciones que hemos salido a
pedir justicia por Darío y Maxi; y por tantos daríos, maxis, lucianos, julios,
todos los junios desde hace casi 10 años.
Y decía, cuando íbamos subiendo al Puente sosteniendo la
bandera de banderas; me tocó estar al lado de una maestra de Santa Cruz que me
contó que era de Ledesma (tierra de explotaciones de los Blaquier y de la
“Noche del Apagón”), que se había tenido que ir a Santa Cruz por un problema
económico, que la mitad de sus sueldo se lo mandaba a su familia, que tenía que
tomar taxi para ir a la escuela en Santa Cruz porque si no el viento se la
llevaba; que la plata no le alcanzaba, que ahora en Bs. As. habían salido con
la cámara a sacar fotos en los súper y mercados; a las frutas y otros productos
porque estaban baratísimos en relación a su provincia (y si no le sacaban fotos
no le iban a creer), que allá esos sueldos, presuntamente altos, no alcanzaban
para nada.
Y recordando a esa joven jujeña en Santa Cruz, le pude poner
rostro a la lucha y me indigné, tanto que ya no pude escuchar.
Al otro día leyendo algunos diarios de la oposición (Clarín)
me volví a indignar; porque interpretaban que ese párrafo, esa parte del
discurso era contra la CGT
de Moyano por los problemas internos que tienen.
Mentira, el problema del capitalismo serio son los
trabajadores/as, los laburantes (recordemos el ataque que hizo el proyecto K
por la tendinitis con los laburantes del subte) y no los burócratas; que ahora
podrán estar un poco distanciados pero fueron la base del proyecto K desde el
2003 y que en cualquier momento los vemos otra vez dándose besos y guiñadas de
ojos.
Quiero, queremos sacar los pies del plato; permitirnos
pensar distinto, permitirnos construir distinto, permitirnos soñar con la
construcción de un proyecto emancipador. No somos pocos, aunque todavía estamos
desarticulados los y las que pensamos y militamos por estas construcciones, se
vislumbraron durante este año claras muestras de coordinaciones y encuentros de
quienes luchamos por un país distinto: las huelgas de Adosac en santa Cruz, la
indignación frente a los muertos de Jujuy, el inmenso y hermoso Foro por Otra
educación, el Foro por un Proyecto Emancipador, los encuentros de centros
culturales autónomos, el Encuentro Nacional de Mujeres, entre otros tantos.
Tenemos un gran desafío donde la mística de las luchas en
Latinoamérica y el mundo nos permiten seguir peleando, confrontando,
intercambiando, pensando, escribiendo, musiqueando, articulando y construyendo
poder popular.
*Por Celina Rodríguez. Frente Popular Darío Santillán
Con los aportes y correcciones de Florencia Fajardo del
espacio de jóvenes del FPDS, María Eugenia Marengo, Clarisa Elgarrista, Paula
Lepes y Juliana Díaz Lozano del Espacio de Mujeres del FPDS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.