Por José Rafael López Padrino
Cada período histórico construye necesariamente su propio código de señales ideológicas, su propio lenguaje filosófico-político, asumiendo el empleo de términos que resultan claves para entender el desarrollo de los procesos sociales y los nuevos fenómenos que los acompañan.
Cada período histórico construye necesariamente su propio código de señales ideológicas, su propio lenguaje filosófico-político, asumiendo el empleo de términos que resultan claves para entender el desarrollo de los procesos sociales y los nuevos fenómenos que los acompañan.
La quiebra política del sistema estalinista de la
Unión Soviética y demás países de la Europa oriental, así como las
transformaciones del capitalismo, han dado pie al surgimiento del postmodernismo
como la ideología de la nueva sociedad global. Su florecimiento condujo a la
proclamación del fin de las ideologías, a la cancelación de las utopías
sociales y a la aparición de variados proyectos autoritarios neopopulistas que
en nombre de una falsa redención han generado más hambre y más miseria en sus
pueblos.
Los venezolanos padecemos las consecuencias propias
de la postmodernidad, una democracia controlada, en las que todos somos libres,
siempre y cuando soportemos con estoicismo franciscano y obedezcamos con
disciplina militar los dictados de un aspirante a monarca caribeño. Estamos
ante un supuesto socialismo dirigido por una derecha fascista, pero con plumaje
socialista, que ha sepultado los sueños y esperanzas de cientos de miles de
venezolanos que depositaron su fe. El socialismo que proclama el tte coronel,
ha pretendido adueñarse -demagógicamente- de los espacios de lucha y banderas
ideológicas ocupados tradicionalmente por la izquierda en nuestro país. Este
socialismo militarizado no es más que una grotesca falsificación de los
postulados e ideales revolucionarios propios de los proyectos emancipadores
socialistas.
Socialismo no es estatismo y mucho menos si ese
Estado es capitalista, no es ese sincretismo ideológico entre Rosa Luxemburgo y
Eva Perón, Martín Luther King y Lenin, Trotsky y Jesucristo, Bolívar y Marx con
que nos pretenden adoctrinar. Socialista no puede ser un proyecto sin sujeto
histórico y que se apoya fundamentalmente en el lupem-proletario (falanges
bolivarianas), sector que por su orfandad clasista responde más a las pasiones,
y emociones que a posturas ideológicas, convirtiéndose en un verdadero caldo de
cultivo para cualquier propuesta política, sin importar cuan perversa este sea.
Socialista no puede ser un proyecto que conculque los derechos de los
trabajadores, que cuestione la vigencia de los sindicatos y construya un
"partido de Estado (PSUV)" que explícitamente excluye la posibilidad
de una vida democrática en seno. Nunca podrá ser socialista un proyecto dirigido
por un sargentón de pueblo con ínfulas de mesías, que se siente asistido por
una voluntad divina y cree tener una vocación de lucha dictada por la historia.
Socialismo es lo contrario a la militarización del país, al control represivo
de la vida política y social del individuo. Socialismo es lo opuesto a coartar
la libertad política, el derecho a la crítica, y a la diversidad cultural de
los ciudadanos integrantes de una sociedad.
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