David
La libertad es aquí y ahora
La libertad es aquí y ahora
Los días de la explotación están contados
Los seres human=s anhelan la libertad. Ven el reflejo de su luz habitando cada espacio de su conciencia ¡Sí! ¡siempre está allí! Titilando en la lejanía, vagamente, complaciéndonos en el sueño de que un día va a llegar… ¡por supuesto! La libertad exige procesos y mediaciones, un ascenso gradual logrado con mucho trabajo y esfuerzo, con paciencia y determinación ¿no es cierto? Y todo esto, por el pecado originario de ser animales, seres carnales que buscan el placer absoluto. Si fuésemos mejores, más recatad=s, podríamos ser libres ¿verdad? Si nuestro apetito profundo de vida y felicidad no fuera tan destructivo, harían falta menos policías. Lo sabes y lo vives diariamente. Temes que tu libertad o la del otro pueda destruir todo el espectáculo en el que habitas, y al cual impones toda fuerza por su conservación. Crees que tod=s debemos estar regulados para que tu inseguridad permanezca a salvo. Para que funcione el hastío de los bancos, la rutina laboral, “la militancia seria en el partido”, la buena conducta en las aulas de clase, el respeto a las autoridades ¡qué elegancia! Además te alegras de saber que hay algunos pocos- a los cuales tienes el privilegio de elegir- que contienen y moderan toda la energía destructiva de la libertad. “Y hay que considerar que vivimos en estados modernos- dirías tú- donde por un lado contamos con contralorías para los políticos y medios legales para castigarlos, y por el otro instituciones y poderes que garantizan toda seguridad social. Nuestras naciones van en un proceso de desarrollo hacia la libertad y hace falta orden para prepararnos”. Como un perro miserable rogamos al amo que nos alargue un poco más la cadena. Por eso, en efecto, no se equivocan: La libertad es destrucción y el orden que nos ofrecen es imposible para seres human=s libres. No queremos cadenas más largas, queremos destruir la cadena. El gran juego de la esclavitud en el que vives se basa en contraer, reducir y apresar todo impulso de placer y extensión, pues la pasión desbordada es considerada un crimen, una impertinencia. La vergüenza y el miedo a ser denigrado o degradado en la jerarquización sistemática de la vida, nos lleva a encerrarnos cada vez más, a obedecer para tener una vida cómoda sin demasiados problemas, y no tener que vernos la cara con la autoridad (¡pavor!).
L=s esclav=s en la antigüedad eran obligad=s por la fuerza a servir a sus amos, l=s de hoy se someten a sí mism= por su propia voluntad, y se contentan de ir a elegir a sus propios explotadores. ¡Y no sólo eso! La esclavitud es tan profunda que te lleva al punto de defender las naciones como fundamento social, político y estructural de nuestra vida en comunidad, cuando éstas en realidad son laboratorios de explotación, donde cada individuo es reducido a ser la tuerca de un engranaje. ¿imaginas a una rata de laboratorio exigiendo soberanamente una inyección de cualquier químico experimental?
Toda nuestra energía es desperdigada, por medio del trabajo, en la conservación y perpetuación de una estructura de dominación. Para esto nos enseñan desde niñ=s a asumir las diferencias en la naturaleza como superiores o inferiores, a insertar cada elemento en un sistema jerarquizado y vertical, donde no tú, sino el poder, decide cuál es el grado más alto, en función del cual se organizan los inferiores. Nuestro entendimiento se adecua a vivir comparando todo con referentes ideales que el poder va mutando progresivamente. Tú deseas ese lugar de la pirámide, de modo que siempre estás detrás del éxito, de ser el más eficiente en el trabajo, en la escuela, en la universidad, en todas partes. Tu deseo de ser premiado- como todo siervo bueno y obediente- la confundes con tu libertad. Ese premio final que buscas le llamas libertad, pero siempre estás trabajando, siempre agotado, por cierto ¿has conocido a alguien libre? ¿has visto que a alguien le concedan su libertad por sus méritos laborales, civiles y serviles?. Te han mentido descaradamente. La libertad es la idea más saludable para el ser humano. Nada nocivo puede venir de la liberación. No hay mayor placer que la libertad, pues ésta es la extensión indefinida de todo lo que somos. Pero la libertad no es la realización de un sueño hermoso en el futuro, la libertad es la dolorosa transformación que nos lleva al placer, es la constante lucha contra la contracción de nuestra existencia, la demolición de toda muralla o barrera. La libertad es la felicidad plena de la extensión. Pero este placer no es posible sólo en el individuo. Aún desde el punto de vista más egoísta e individualista, si pensamos sólo en nuestra propia libertad y felicidad tendremos, necesariamente, que luchar por la libertad del otro. Pues el esclavo es también un tirano para el otro esclavo. Por lo cual es necesario entender que las diferencias en la naturaleza no deben ser entendidas en el marco de ninguna regulación que las haga superiores o inferiores, por el contrario, la diferencia es posibilidad de extensión, pues esto implica que lo que le falta a una la ofrece la otra. Desde el punto de vista de la horizontalidad, la diferencia nutre la expansión del individuo y de la comunidad, pues cada uno aprende y enseña a quien está a su lado, extiendes en tu extensión. La libertad hoy se traduce, entonces, como el placer de entregar nuestra vida, no a los deberes que nos imponen los partidos, los sindicatos, los valores civiles, etc, sino al juego de sembrar con nuestra vida la horizontalidad, transformando nuestra vida desde lo micro a lo macro. La felicidad de estar vivos es igual a defender la vida en cada acto. Pero implica también la lucha contra toda forma de explotación venga de quien venga. Obediencia significa que otro viva por ti. Por eso quienes asumimos el proceso de liberación estamos en guerra, preparados para el placer de la destrucción de todos los muros, gobiernos, prisiones...
¡LA REVOLUCIÓN ES EL PLACER DE VIVIR LA LIBERACIÓN AHORA!
¡BASTA YA DE ABURRIMIENTO Y EXPLOTACIÓN!
¡ROMPE TUS FRONTERAS! ¡TRANSFORMA REALIDADES!
Cuando ardan los tribunales
l=s niñ=s regresarán sonrientes
planeando el próximo fuego,
un juego
un juego
para otros orgasmos.
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