Ya'acov Oved
[Nota previa de El Libertario: La conmemoración del centenario de la muerte de Kropotkin es buena ocasión para recapitular cuáles han sido los debates en torno a su obra. En tal sentido, presentamos este texto no conocido en nuestro idioma y que hace un balance de los mismos. Vale advertir que fué publicado originalmente en 1991, pero en nuestra opinión ello no restaría interés a lo que acá se aborda.]
La teoría de Kropotkin tuvo un impacto enorme en el movimiento anarquista y en otros círculos que la adoptaron como su línea guía. Kropotkin fue uno de los pocos anarquistas que logró la estima de muchos pensadores de renombre en todo el mundo. Tolstoi, George Bernard Shaw, George Brandes, Martin Buber, William Morris, Oscar Wilde, Bertrand Russel y Herbert Reed, son algunos de los que admiraron su personalidad e incluso adoptaron algunas de sus teorías. Sus ideas sobre las comunidades agrícolas industriales inspiraron a los planificadores de las "ciudades jardín" del grupo de Ebenezer Howard. Aunque su percepción de la naturaleza altruista del hombre y su llamado a practicar el apoyo mutua fue criticado como ingenuo, recientemente ha experimentado un renacimiento, ya que ha aumentado el número de investigadores que no estaban relacionados con el anarquismo y que llegaron a conclusiones similares. Entre ellos destaca el zoólogo W.C. Alee, quien mostró una gran estima por el apoyo mutuo de Kropotkin y su contribución a la teoría cooperativa. [60] Los estudios de Alee demuestran que existen instintos egoístas y altruistas en la naturaleza, pero que los altruistas son más pertinentes para el desarrollo animal.
Simultáneamente con la estima, se expresaron ciertas críticas a las teorías de Kropotkin. Haim Arlosorov [63] no era un anarquista, pero sin embargo estaba influenciado por Kropotkin. Además de sus palabras de aprobación, agregó algunas críticas:
"Nada de toda esa riqueza perderá importancia si afirmamos con sinceridad que muchas de las ideas de Kropotkin requieren mejoras y modificaciones [...) Respecto a ciertos detalles, y especialmente en cuestiones económicas, sociales y tecnológicas, deberíamos exigir más precisión, claridad y profundidad. No saquemos conclusiones sobre la organización del trabajo presente y futura a partir de datos estadísticos sobre las pequeñas unidades industriales, mientras no hayamos estudiado en profundidad su contexto económico, su situación interna, sus perspectivas de futuro [...] No tenemos derecho a convencernos de que la producción ha alcanzado un nivel tal que asegura la abundancia para todos automáticamente, o que la tecnología ha avanzado hasta tal punto que unas pocas horas de trabajo bastan para suplir todas nuestras necesidades. Estas generalizaciones requieren investigación y una contabilidad exacta [...] Uno puede creer de todo corazón en las masas y en su talento constructivo y creativo, y sin embargo sorprenderse de la ligereza con que Kropotkin toma la transición revolucionaria hacia una anarquía colectiva [...] Puede haber alguna justificación en su suposición básica de que el primer y principal objetivo de la revolución es proporcionar los tres elementos básicos: comida, vivienda y ropa en lugar de establecer un gobierno revolucionario. Y, sin embargo, nos parece que su descripción de la expropiación está muy alejada de la realidad [...] De hecho, es una revolución sin fricciones ". [64]
Los miembros del movimiento anarquista también expresaron críticas teóricas. como las de Errico Malatesta, un fiel seguidor del anarcocomunismo, quien afirmó que Kropotkin carecía de los atributos necesarios de un científico, a saber, la capacidad de ignorar las tendencias personales y observar los fenómenos de manera objetiva. En su lugar, partió con una hipótesis y luego buscó los hechos para respaldarla, mientras ignoraba otros que podrían refutarla. [65]
Una lectura crítica de la doctrina de Kropotkin refuerza estas observaciones. De entre las muchas notas críticas de amigos y enemigos, pretendemos concentrarnos en las que se relacionan con su visión de una sociedad futura y en las formas de realizarla. La crítica prevaleciente afirma que Kropotkin, que imaginó el surgimiento de una sociedad futura como parte de un proceso histórico, no tenía una teoría histórica y que ignoró por completo el mecanismo del proceso revolucionario. Martin Buber escribió que Kropotkin no era un historiador a pesar de que pensaba en términos históricos, sino que era un geógrafo social que simplemente describía situaciones que prevalecían en el planeta tierra. [66] En la descripción de Kropotkin del camino hacia una sociedad futura, todo se limitaba a la lucha entre los poderes estatistas y el genio creativo de las masas.
Según la doctrina de Kropotkin, a las masas les son inherentes poderes positivos: ignoró por completo la psicología de masas de la violencia y la destructividad. Además, hizo caso omiso del mal inherente al gobierno de las masas; los percibía como una combinación amorfa de individuos, todos bendecidos con potenciales positivos. Sus críticos lo acusaron de una tendencia a ignorar los valores de "superestructura" que los sistemas existentes habían inculcado en la gente a lo largo de los siglos. Podría ser imposible desarraigar estos valores después de la revolución, incluso suponiendo que los instintos de ayuda mutua existieran y fueran efectivos. [67]
Se expresaron duras críticas contra la indiferencia de Kropotkin hacia los problemas y conflictos entre los individuos y el colectivo. Se basó en su suposición de que el apoyo mutuo era un factor dominante de la vida social y que en las comunidades pequeñas la opinión pública actuaba contra el comportamiento antisocial. Sin embargo, no sabía que al defender esto, de hecho estaba introduciendo una forma de compulsión social que no sería menos autoritaria que la autoridad gubernamental y reduciría el alcance de la iniciativa personal y la individualidad. En el milenio anarcocomunista, Kropotkin dejó sin resolver el tema cardinal de las relaciones entre el individuo y la sociedad.
Basándose en los supuestos básicos del comportamiento social espontáneo entre los seres humanos, Kropotkin minimizó potenciales funciones positivas de la administración gubernamental, como la planificación económica, la seguridad y el bienestar público. Su objeción a cualquier forma de gobierno durante el período de transición, dejó todo en manos de miles de comunidades locales autónomas. Este enfoque fue criticado por la derecha y la izquierda por ser ingenuo, demasiado optimista y científicamente irreal. Un ejemplo se puede encontrar en los escritos de un científico moderno, Harrington Moore Jr., quien criticó las teorías de Kropotkin sobre una federación de pequeñas comunidades autónomas. [68] Dudó de su capacidad para mantener relaciones correctas durante un largo período de tiempo y estimó que en poco tiempo podría prevalecer la competencia. Las comunidades que disfrutaban de ventajas diferenciales, como recursos naturales y tierras fértiles, podrían querer conservarlas para el trueque. Barrington Moore quería saber cómo se podría prevenir una desintegración de las relaciones de mercado sin ningún aparato de control o regulación.
Incluso los seguidores más cercanos de Kropotkin expresaron duras críticas sobre su concepto de comunidades autónomas integradoras. Malatesta dudaba de su capacidad para asegurar la producción y el abastecimiento de toda la sociedad durante un largo período y, al mismo tiempo, crear nuevas bases económicas. Según él, Kropotkin carecía de una visión económica a largo plazo sobre el ahorro social y la acumulación de riqueza para la renovación económica. La división de activos sin acumulación conduciría a la pobreza. [69] El historiador anarquista Max Nettlau objetó los conceptos descentralistas y autónomos de Kropotkin. Afirmó que una eventual creación de desigualdad e intereses opuestos entre las comunidades locales era un anatema para el anarquismo y podría conducir a la atomización social en lugar de la integración.
La mayoría de las críticas de los economistas coincidieron en los defectos conceptuales de la doctrina económica de Kropotkin. El economista ruso Tugan-Baranovskii, criticó la perspectiva económica general de Kropotkin y señaló la falta de una teoría sobre el mecanismo de coordinación y dirección. También afirmó que Kropotkin ignoró las fuerzas del mercado como factores reguladores siempre que no hubiera un factor de coordinación superior. El concepto de Kropotkin de una economía comunal descentralizada conduciría a una situación en la que el derecho sobre los medios de producción convertiría a cada colectivo en propietarios en comparación con otros colectivos. (Años más tarde esto resultó ser un hecho en las comunidades anarquistas durante la Guerra Civil española).
Los economistas modernos, entre los partidarios del anarquismo, han propuesto revisar el concepto económico de Kropotkin e introducir una economía de mercado como factor regulador y rector. Por otro lado, ciertos críticos cercanos a los círculos marxistas rechazaron rotundamente esa noción, asumiendo que tal paso eventualmente conduciría a relaciones de explotación, porque cada unidad independiente actuaría de acuerdo con la ley capitalista. Según ellos, la única alternativa era adoptar la planificación económica centralista como factor regulador. [70]
Presumiblemente, a Kropotkin no le habría molestado la acusación de carecer de un concepto económico, así como esto no molestó a sus seguidores, pues perciben su aporte principalmente a nivel programático y como una alternativa viable al orden social existente. Además, Kropotkin nunca fingió ser economista y sus seguidores no lo consideraron como tal. A diferencia de Marx, su punto de partida para la crítica social no fue económico. Sus observaciones económicas (y nunca fueron más que eso) simplemente derivan de un concepto más amplio e integran diversas ciencias naturales y sociales como Etología, Antropología, Biología y Sociología
Más allá del debate sobre la validez de ciertos conceptos, la mayoría de los científicos familiarizados con la doctrina de Kropotkin tienden a coincidir en su contribución única a su generación, sean anarquistas o no anarquistas, intelectuales, artistas, trabajadores o agricultores. Haitn Arlosorov, resumiendo su ensayo sobre la doctrina de Kropotkin, escribió:
"Su trabajo nunca tendrá el mismo tipo de importancia legislativa para ningún movimiento que los escritos de Marx y Engels tuvieron para la socialdemocracia. No tuvieron ese propósito pues la obra de Kropotkin carece de dogmatismo y no pretende establecer una sola verdad. Sin embargo, cuando llegue el momento decisivo y estalle la guerra por la libertad entre las personas, las valientes palabras de Kropotkin sin duda fertilizarán el pensamiento de los protagonistas y servirán de impulso para nuevas ideas". [71]
Estas frases fueron escritas en 1921 y evaluaron correctamente el impacto futuro de Kropotkin. En las generaciones siguientes, su visión de una futura sociedad anarco-comunista se convirtió en norma y línea guía para los movimientos sociales radicales. Su doctrina se incorporó al programa de varios movimientos anarquistas, comenzando por los "grupos de afinidad" temporales, propios de las organizaciones anarquistas de fines del siglo XIX, y hasta las plataformas de las Federaciones Sindicales Española y Argentina en el siglo XX. Su doctrina también sirvió como fuente de inspiración para movimientos como los grupos majnovistas (1919-1920) durante la revolución rusa; los revolucionarios mexicanos que formularon el programa del movimiento campesino de Zapata; los fundadores de los movimientos del kibutz en Israel; y los seguidores de Gustav Landauer en Alemania. Pero la doctrina de Kropotkin alcanzó nuevas alturas en su versión española como "Comunismo libertario" durante la Guerra Civil española, cuando se fundaron miles de comunidades colectivas en pueblos y aldeas, según su concepto. Fue el mayor experimento social para establecer unidades inspiradas en La visión de Kropotkin, pero la victoria de Franco los detuvo.
En nuestra época, la influencia de Kropotkin reapareció durante las décadas de 1960 y 1970, entre los fundadores de comunas anarquistas en Estados Unidos y Europa. Ese movimiento, así como los de orientación ecológica, llamó la atención del público sobre muchos de los temas planteados por Kropotkin, cuando se enfrentaron al desafío de planificar una nueva sociedad. Cabe señalar que todos los movimientos antes mencionados no adoptaron en realidad su plan de acción, y fueron más bien inspirados espiritualmente por la visión de Kropotkin.
Hoy en día, después de la caída de los sistemas políticos de los países comunistas autoritarios, y después del fracaso de las economías de los sistemas socialistas burocráticos, puede ser aconsejable examinar la crítica de Kropotkin a las ideologías comunista y socialista. Percibió los defectos inherentes a los sistemas político comunista y socialista que se concentraban en alcanzar el poder y desatendían el principio de libertad. Se ataron ciegamente a un aparato político que estranguló toda iniciativa espontánea y extraoficial. Su análisis crítico se ha vuelto aún más significativo frente a las transformaciones de 1989 en Europa del Este.
Notas:
[60] W.C. Alee, Cooperación entre animales (Nueva York: Henry Schuman, 1951).
[61] Ashley Montagu, On being human ^ (Nueva York: Hawthorn Books, 1966).
[62] Edward O. Wilson, Sociobiología: la nueva síntesis (Cambridge, Mass. 1975).
[63] Haim Arlosorov (1899-1933) nació en Romney, Ucrania. Siendo aún un joven, sus padres emigraron a Berlín, Alemania, donde en 1924 recibió su doctorado. en economía. En la universidad estudió las teorías de Kropotkin y en 1921 escribió un ensayo sobre ellas. En Alemania participó en actividades socialistas sionistas y se convirtió en uno de los líderes de "Hapoel Hatza'ir". Rechazó el marxismo ortodoxo y apoyó la política de asentamientos socialistas judíos en Israel. Tan pronto como emigró a Palestina, se convirtió en uno de los principales líderes del movimiento obrero y participó activamente en el movimiento sionista. En 1931 fue elegido jefe del Departamento Político de la Agencia Judía y, como tal, hizo mucho para sacar a los judíos alemanes de la Alemania nazi. En junio de 1933 fue asesinado por desconocidos en la playa de Tel Aviv.
[64] Haim Arlosorov, "Un pueblo, una sociedad, un estado", en Asher Maniv, éd., Yad Tabenkin (Hakibbutz Hemeuchad Pub., 1984).
[65] Vernon Richards, éd., Errico Malatesta, his life and ideas (Londres: London Freedom Press, 1977): 261.
[66] Martin Buber, Paths in Utopia (Am Oved, 1983): 53.
[67] V. Richards, éd., Op. cit .: 265.
[68] Barrington Moore Jr., Reflexiones sobre las causas de la miseria humana (Boston, 1973): 72-75.
[69] V. Richards, éd., Op. cit .: 266.
[70] S. Osofsky, op. cit .: 130-138.
[71] H. Arlosorov, op. cit .: 76.
[Sección final del artículo titulado "The future society according to Kropotkin", publicado en la revista Cahiers du monde russe et soviétique, abril 1992, cuyo número completo es accesible en https://www.persee.fr/doc/cmr_0008-0160_1992_num_33_2_2321. Traducido al castellano por la Redacción de El Libertario.]
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