Con la tecnología de Blogger.

martes, 20 de octubre de 2020

Chile: Ante el plebiscito, por qué NO votamos

 

Vamos hacia la Vida
 
El ritual por excelencia de la democracia son las elecciones. El día en que se llevan cabo, una variedad de derechos quedan suspendidos mientras que al mismo tiempo los recintos de votación son resguardados por fuerzas militares y policiales. Este aparente contraste entre el acto más democrático de todos ocurriendo bajo vigilantes fusiles y libertades restringidas, no es sin embargo más que una de las más claras evidencias del inmanente carácter despótico del Estado y la sociedad organizada en torno a la acumulación capitalista.

“Esta vez sí será diferente”. “Ahora tenemos mucho en juego”. Todo proceso electoral es majaderamente promocionado como trascendental. Sin embargo, el plebiscito pactado para este 25 de octubre es quizás el evento que más se ha vendido en años bajo esta premisa. “Una oportunidad histórica que no podemos dejar pasar”, o “la batalla por la que pelearon nuestros padres y abuelos”, nos dice el progresismo/izquierdismo. “Debemos terminar con la herencia de Pinochet”. Y así, otra vez, la figura del sanguinario dictador se utiliza para conjurar la crítica radical y total contra la sociedad del Capital. Si durante la dictadura militar la crítica al capitalismo se escamoteó ante las peticiones democráticas de partidos que incluían también a sectores golpistas, si el “mal” fue personificado en Pinochet y la vuelta a la democracia fue impuesta como la meta a alcanzar, desactivando con ello el motor de las extensas jornadas de protestas y las organizaciones de base que brotaban en las poblaciones, hoy el repugnante asesino le vuelve a prestar sus servicios a la izquierda del capital para convertirse en el “símbolo” a derrotar. En el caso de que incluso se asuma que nada positivo para nosotrxs está garantizado luego de votar, al menos “el pueblo obtendrá un triunfo simbólico”, nos cuentan. Es decir, otra derrota disfrazada de victoria, otra vez la alegría que no llegará.

El 18 de octubre de 2019 una explosión de rabia lúcidamente dirigida contra las estructuras del Capital y sus esbirros sacudió todo el país. La revuelta se nutría de una generalizada toma de consciencia de la imposibilidad de un presente y futuro que valga la pena vivir, de seguir las mismas condiciones que nos han arrastrado hasta estos días. Un amplio espectro de nuestra clase, principalmente el proletariado juvenil, ya no se tragaría más la publicidad del sistema. Más allá de los delirios del facherío recalcitrante, tras la revuelta de octubre, que se extendió a cada rincón de este territorio dominado por el Estado chileno, no había ninguna organización ni partido político que la dirigiese. Era una rebelión espontánea pero no por ello menos clara ni coordinada. La autoorganización tomaba el protagonismo. Ningún aparato político lograba encauzar el ímpetu rebelde de aquellas jornadas. Tras años de ciclos de protestas y debate crítico/teórico en torno a ellos, el germen de la revuelta lograba esta vez expandirse.

Nada detenía la creciente conflictividad, expresada en la masividad de las manifestaciones callejeras y la intensidad de los enfrentamientos con los aparatos represivos policiales y militares. El toque de queda tempranamente decretado para intentar frenar por la fuerza la explosión proletaria no fue respetado en ningún lado. Las propuestas miserables del gobierno para intentar aplacar la rabia generalizada no hacían más que añadir combustible al incendio. En contrapartida, la represión mutilaba y cegaba a nuestrxs compañerxs, asesinaba a decenas de lxs nuestrxs, mientras millares eran detenidxs brutalmente, expuestxs a vejaciones y torturas sistemáticas. La izquierda oficial no podía dirigir nada, ni mostraba mayor intención de hacerlo. Más bien, como se evidenció luego, su apuesta era contener el estallido, asustada también frente a la diversidad de experiencias en que nuestra clase expresaba su ira y sus reivindicaciones. Las burocracias sindicales, como era de esperar, en su gran mayoría se mostraron también reticentes a la acción, y se limitaron a vociferar tímidas demandas y unos cuantos eslóganes carentes de contenido. La derecha política, obviamente, pedía a gritos el derramamiento de sangre, pero su legitimidad se desplomaba exponencialmente con el transcurso de los días.

El día 12 de noviembre, organizaciones sindicales y gremiales asociadas a la izquierda tradicional, agrupadas en la amorfa entidad llamada “Unidad Social”, se vieron forzadas a convocar una jornada de huelga general que, si bien la mayoría de los sindicatos no secundó oficialmente, sí fue de facto exitosa, pues el nivel de masividad y conflictividad en las calles no permitió que ese fuera un día laboral normal. Ni aquel, ni los inmediatamente siguientes. Es así como, durante la madrugada del 15 de noviembre, la casi totalidad de los partidos políticos con representación parlamentaria firman entre cuatro paredes el llamado “Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución”, que salvaba al gobierno y con ello también al congreso. Es decir, el histórico Partido del Orden jugaba una de sus últimas fichas. Durante la mañana siguiente, algunxs despistadxs celebraron como un triunfo aquel pacto pacificador. El pueblo, suponían, obligaba a la clase política a dar una respuesta concreta: se hacía posible cambiar la constitución, la demanda con que la izquierda del capital pretendía desde hace años hacer proselitismo y obtener réditos electorales, y objetivo declarado de organizaciones ciudadanistas.

Transcurridas solo horas del mentado pacto, Abel Acuña, joven de 29 años, caía muerto en Plaza Dignidad mientras era parte de las manifestaciones, víctima de un paro cardiorrespiratorio agudizado por los gases tóxicos de la policía, mientras el carro lanzaguas apuntaba su chorro directamente a la ambulancia que lo atendía, bajo incesantes descargas de bombas lacrimógenas y perdigones que incluso hirieron al personal de salud que lo intentaba reanimar. Desde su misma concepción, el pacto de pacificación venía manchado con sangre. Con todo, estuvo muy lejos de calmar los ánimos. Pero era una jugada a largo plazo, pensada en encorsetar toda la intensidad desplegada durante aquellas semanas dentro de los márgenes de las campañas electorales, en transformar las nacientes organizaciones de base, las Asambleas Territoriales, en plataformas para las elecciones. La parafernalia democrática debía secuestrar y contener, como explícitamente lo afirmaron diversos voceros del partido del orden, de izquierda a derecha, la tendencia rupturista que tendía a la revuelta en una naciente revolución.

El objetivo fundamental del proceso constituyente que se abre con el plebiscito y sus opciones por el “apruebo” o “rechazo” es eliminar la amenaza del cuestionamiento concreto, profundo y radical, de las relaciones capitalistas como tales y las instituciones que las protegen, lo que equivale a poner en riesgo la legitimidad misma de la política burguesa y sus casi indiferenciables juglares, partidos y alianzas.

Si bien a los pocos días de iniciada la explosiva revuelta, la demanda de una Asamblea Constituyente que diera paso a una nueva constitución fue acogida con simpatía dentro de buena parte del movimiento, puesto que aún no se había superado el sentido común propio de la ideología dominante, que ve en el Estado un organismo neutral y capaz de llegar a representar los intereses populares, ni siquiera este anhelo ingenuo era tomado en consideración en la fabricación del acuerdo cocinado por las cúpulas de los partidos políticos. Una serie de trabas burocráticas hacen desde un principio absurdas las promesas de cambios efectivos profundos tras el proceso constituyente. De partida, no se conformará una asamblea constituyente como tal, sino que, a lo más, se da la opción para votar por una “convención constitucional” que falazmente es presentada por los aparatos políticos de izquierda cómplices del acuerdo como el equivalente de ésta. Por otro lado, persisten una serie de mecanismos que hacen que los sectores más conservadores puedan controlar lo que finalmente se escriba en la eventual nueva constitución, gracias al famoso quórum de los 2/3. Por si fuera poco, el sistema electoral no sufrirá variación, lo que significa que seguirán siendo los desprestigiados partidos políticos los que finalmente impondrán sus candidatos y, por tanto, las ya fútiles esperanzas puestas en ser protagonistas o siquiera escuchadxs en esos espacios de la política burguesa se enfrentan de entrada con un muro infranqueable.

“Pero puede ser un avance”, nos replican. No hay que dejar de “dar la pelea”. ¿Un avance hacia dónde? Este tipo de razonamientos dejan intencionalmente fuera la verdad de que estos procesos están diseñados para hacer impotentes nuestros esfuerzos y luchas. Si la única respuesta o “conquista”, como insisten en llamarle algunxs, obtenida de parte del poder luego de la imponente revuelta iniciada en octubre, fue este plebiscito y propuesta de reforma constitucional, mientras nos reprimían de la forma más brutal ¿qué más debemos esperar?

Los partidos que se ufanan de haber logrado la vuelta a la democracia, de haber derrotado al tirano “con un lápiz y un papel”, que por 30 años usufructuaron del modelo diseñado en dictadura, hoy nos invitan a cercenar nuestro movimiento y volverlo en contra nuestra, bajo la promesa de una nueva constitución que actualice la economía capitalista y les otorgue una renovada legitimidad.

No es tan solo que este proceso constituyente sea insuficiente, sino que es un mecanismo histórico para desarticularnos, para subordinar toda actividad autónoma a los intereses de la política electoral: para transformarnos en masa manipulable y negociable a la que recurrir para, en el mejor de los casos, meter presión por un par de leyes moderadas y artículos constitucionales altisonantes, a costa de la pérdida de autonomía y horizontes propios.

Ya su papel se evidencia hoy en los organismos que el propio movimiento gestó durante su revolución: las asambleas. Todos los necesarios y urgentes debates quedan nublados por la agenda electorera, y los partidos ya comienzan a fracturar todas las experiencias, aislando a quienes cuestionan la vía institucional desmovilizadora o muestran iniciativa propia, ofreciendo candidaturas y cargos tras bambalinas, sembrando con ello la desconfianza y reduciendo las instancias a meros aparatos propagandísticos de tal o cual campaña.

El último recurso ante el derrumbe de todo argumento medianamente racional para justificar el acarreo a las urnas es el del moralismo culpabilizante: “votaré porque el pueblo va a votar y yo estaré con él”, “voto porque la señora de la pobla dice que va a votar”. Cuando esto lo afirman los funcionarios frenteamplistas, no es más que una mentira. Ellxs quieren que votemos porque lo que les interesa es el mantenimiento de este orden social tal como está, sin mayores modificaciones. Cuando lo dicen personas más cercanas, que sostienen algún tipo de anticapitalismo, parece solo una excusa. “La señora de la pobla” se transforma en una figura mítica a la que apelar moralmente. Pero esas señoras de la pobla son nuestras madres, tías, abuelas y vecinas con quienes compartimos espacios y experiencias, y a quienes no escondemos nuestras posiciones ni tratamos de manipular condescendientemente.

Ya llevamos siglos de derrotas acumuladas siguiendo el mismo guión. La respuesta del partido del orden frente al estallido ha sido de manual: represión, encuadramiento, desmembramiento y más represión.

Más de 2.500 mil personas, según informaron organismos de DD.HH., estuvieron en algún momento encerradas en las prisiones de diferentes ciudades a lo largo del país por haber sido partícipes de la revuelta. Hoy siguen siendo centenares. El cobarde pacto firmado el 15 de noviembre del año pasado ni siquiera tuvo la mínima decencia de poner como condición su liberación y un cese del actuar criminal de los aparatos represivos del Estado. Por el contrario, cada semana caen más compañerxs, mientras un manto de impunidad protege a los esbirros.

La función fundamental de todo Estado es proteger los intereses de la clase dominante, de aquella que vive gracias a la explotación de las demás. Toda modificación dentro del Estado es entonces nada más que un reacomodo en las formas en que se lleva a cabo la dominación social. Pero para subsistir y justificarse, el aparato estatal debe presentarse a sí mismo como una entidad neutral encargada de regular la sociedad, de amortiguar los conflictos que surgen dentro de ella para evitar el colapso y el caos. Debe convencernos de que no es posible vivir si no es mediante él.

Hay sectores que realmente aspiran a una gestión más “social” del capitalismo. Para ellos, efectivamente una nueva constitución puede significar un avance o incluso un triunfo en sí mismo, puesto que su triunfo es contenernos. Pero nosotrxs ya no podemos seguir aplazando nuestras necesidades vitales. Debemos develar los mecanismos de encuadramiento de la institucionalidad capitalista, presentados por todo el abanico de partidos de izquierda y derecha que la sostienen. Debemos criticarlos y atacarlos. Debemos defender la autonomía de nuestra clase frente a toda intervención politiquera, frente a toda intención de interpretarnos con el lenguaje propio del poder.

El “Apruebo” y el “Rechazo” no son más que opciones de la casta política para dejar todo igual.

Nuestra apuesta es la autonomía, la acción directa, la construcción de comunidades de lucha genuinas y opuestas a las instituciones de la clase dominante, sus partidos y sus lacayos. Por eso no votamos, porque más allá del voto mismo, de la mitificada raya en el papel, el proceso constituyente en sí es la carta de quienes no quieren perder su poder, de quienes viven a nuestra costa, de quienes se aterran al vernos actuar y pensar por cuenta propia, criticando la miseria capitalista desde sus mismos cimientos.

[Tomado de https://hacialavida.noblogs.org/tag/convencion-constituyente.]


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.

Ser gobernado es...

Charla: El Anarquismo en América Latina

Seguidores

Etiquetas

@kRata (comic) `Sabino Romero 10deLuluncoto 18 años El Libertario 1º de Mayo 27 de febrero 4 de febrero Aana Wainjirawa abajo los muros de las prisiones Abdicación del rey de España abolicionismo Aborto abstencion Abstención abstención electoral abuso militar en Venezuela abuso policial abuso sexual niños Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat acampada Acampadas acción directa anarquista Acción Directa Autogestiva Accion directa no violenta Acción Ecológica Acción Libertaria actividades activismo actualidad del anarquismo Acuerdo Venezuela China adecos chavistas agresiones en Venezuela agresiones a sindicalistas en Venezuela agroecología Agustín García Calvo Alan Furth Alan Moore Albert Camus Alberto Acosta Alcedo Mora Alejandro Álvarez Alentuy Alexander Luzardo Alfonso "el Set@" Alfredo Bonanno Alfredo Vallota Alí Moshiri Alí Primera Alí Rodríguez Araque alternativa Alternativa Antimilitarista Alto costo de la vida Alvaro García Linera Amador Fernández-Savater América Latina Américo Alejandro Balbuena Aministía Internacional Amnistía Internacional Amnistía Internacional Venezuela Amor amor libre Amor y Rabia análisis análisis anarquista sobre Venezuela análisis asamblea nacional análisis conflicto con Colombia análisis de izquierda Venezuela análisis de la revolución bolivariana análisis económico análisis reformas en Cuba análisis sobre Venezuela anarchico anarchism anarchism kurdistan anarchism venezuela anarcofeminismo anarcopunk venezuela anarquismo a la venezolana anarquismo básico anarquismo caracas Anarquismo en América Latina anarquismo en Argentina anarquismo en barquisimeto anarquismo en Francia Anarquismo en México anarquismo en Perú anarquismo en rusia anarquismo en Uruguay Anarquismo en Venezuela Anarquismo es movimiento anarquismo hoy anarquismo ilegalista Anarquismo social anarquismo suiza anarquismo venezuela anarquismo vs. Estado anarquismo y cárceles anarquismo y comunicación anarquismo y derecho anarquismo y ecología anarquismo y educación anarquismo y literatura anarquismo y luchas sociales anarquismo y marxismo anarquismo y nacionalismo anarquismo y planificación urbana Anarquismo y política Anarquismo y Postestructuralismo anarquismo y religión anarquismo y violencia anarquismo zulia anarquistas anarquistas caracas Anarquistas contra el muro anarquistas de Alemania anarquistas de Brasil anarquistas de Chile anarquistas de Cuba anarquistas de México Anarquistas de Temuco anarquistas de Turquía anarquistas en Bolivia anarquistas en Colombia anarquistas en Costa Rica anarquistas en Cuba anarquistas en El Salvador anarquistas en Paraguay anarquistas en Venezuela anarquistas presos anarquistas solidarios con los yukpa anarquistas ucv anarquistas y prisiones Andreas Speck Ángel Cappelletti anonymous venezuela antiimperialismo antimilitarismo antimilitarismo anarquista Antonio Ledezma Antonio Pasquali Antonio Serrano antropología Antulio Rosales Anzoátegui apagones apoyo a El Libertario apoyo internacional al chavismo apoyo internacional al madurismo APPO Archivo Histórico del Anarquismo en Venezuela armamentismo Armando Chaguaceda Armando Guerra Armando Investiga Armando la Resistencia arte callejero arte y anarquismo artistas asesinato de estudiantes asesinatos de manifestantes Asier Guridi Asilo y refugio ataques contra defensores de derechos humanos ataques contra defensores de derechos humanos en Venezuela ataques contra el movimiento anarquista ataques contra el movimiento popular en Venezuela ataques libertad de expresión autodefensa autogestion autogestión Autonomía autonomía de los movimientos sociales autonomía universitaria autoritarismo burocratico en Cuba Barquisimeto Bernhard Heidbreder biblioteca anarquista bicentenario bakunin bicicletas biciescuela urbana bienes comunes brutalidad policial Buenaventura Durruti Buenos Aires calentamiento global Cambiar el mundo sin tomar el poder Cambio Climático cambio social Campaña contra la Criminalización del Anarquismo capitalismo y medio ambiente caracas Carlos Crespo Carlos Crespo Flores Carmen García Guadilla Casa de la Mujer "Juana la Avanzadora" de Maracay Casa de la Mujer Juana la Avanzadora de Maracay Centro de Derechos Humanos UCAB chavismo y religiosidad popular chile ciberactivismo ciclismo urbano ciclo guerrilla urbana ciencia y tecnología en Venezuela Civetchi CNT Coalicion Anarquista y Libertaria de Porto Alegre Coalición Venezolana de Organizaciones LGBTI Colombia comercio de armas comic comics comida vegetariana Comitê Popular da Copa 2014 Comites de Defensa de la Revolución compra de armas concretera caracas concretera de chuao Concretera la carlota conflicto universitario conflicto yukpa consecuencias ambientales explotación petrolera en Venezuela contaminación ambiental contaminación PDVSA Cooperativismo cooptación de movimientos sociales cooptación medios alternativos Venezuela CORPOELEC Correo A coyuntura mexicana 2012 coyuntura venezolana 2010 coyuntura venezolana 2012 coyuntura venezolana 2013 coyuntura venezolana 2014 coyuntura venezolana 2015 coyuntura venezolana 2016 criminalización de la protesta en Colombia criminalización de la protesta en Venezuela Criminalización de los pueblos indígenas crisis agropecuaria en Venezuela crisis económica en Venezuela crisis economica venezuela crítica anarquista al marxismo crítica de izquierda al chavismo críticas de izquierda al madurismo críticas revolucionarias a Rafael Ramírez Cuba Libertaria Cuba Libertaria 22 Daniel Ortega Daniel Pinos deforestación delimitación de tierras indígenas demarcación de territorios indígenas demarcación de tierras en Venezuela deporte y anarquia deporte y capitalismo derecho a la manifestación derecho a la protesta desabastecimiento desaparecidos en Argentina desaparecidos en México desaparecidos en Venezuela desarrollo científico-tecnológico desencanto en el chavismo despidos injustificados detenciones difusión anarquista Douglas Bravo ecologismo ecologismo en Venezuela economía educación en Venezuela Ejército Venezolano Eliseo Reclus Emma Goldman endeudamiento Enfermedad Hugo Chávez equidad de género en Venezuela Erick Benítez Escritos de Domingo Alberto Rangel Espacio Público Estado y corrupción en Venezuela Estado y economía en Venezuela Esteban Emilio Mosonyi ética y práctica médica Europa Eva Golinger Evo Morales extractivismo EZLN falso socialismo Fanzine Exilio Interior FARC fascismo Federación Anarquista Centroamericana y Caribeña Federación Anarquista Centroamericana y del Caribe Federación Anarquista de México Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) Felipe Pérez Martí Feria del libro anarquista Feria del Libro Independiente y Autogestionario Ferrominera Ferrominera Orinoco FIFA Filosofía Filosofía en la Ciudad Francisco Flaco Prada Frente Clasista Argimiro Gabaldón futbol brasil Gadafi Galsic Género Genocidio GLBIT Global Voices globalizacion en Venezuela golpe de Estado en Venezuela Grupo de Estudio y Trabajo Jesús Alberto Márquez Finol Guardia Nacional Bolivariana Guardianas de Chávez Gustavo Godoy Gustavo Rodríguez hacktivismo Heinz Dieterich Henrique Capriles hiperinflación Historia de Venezuela historia del anarquismo homicidios Homofobia Humano Derecho Humberto Decarli Humberto Márquez Humor ilustraciones imágen El Libertario indigenas ecuador indígenas en Argentina indígenas en Bolivia indígenas en Brasil indígenas en México indígenas en Perú indigenas en venezuela indígenas en Venezuela indígenas presos en Venezuela Indígenas Venezuela indìgenas y revolución bolivariana individualismo y anarquismo industria forestal en Chile industria petrolera inflación en Venezuela informática libertaria Informe situación indígenas en Venezuela Inseguridad Ciudadana en Venezuela Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela Irak Iris Varela Isbel Díaz Torres Israel izquierda antiautoritaria en Cuba izquierda antichavista izquierda en Venezuela James C. Scott Javier Gárate John Holloway Jorell Meléndez Jorge Videla jornadas de diversidad sexual Jornadas Magonistas Jose Manuel Delmoral Jose María Korta José María Korta José Quintero Weir José Rafael López Padrino Juan Carlos La Rosa la Justicia y los Derechos Humanos Laura Vicente LEEME CARACAS legado del chavismo Lexys Rendón Ley Antiterrorista Liber Forti Líber Forti liberacion animal liberación animal liberación humana libertad a los presos anarquistas libertad Bernhard Heidbreder libertad de expresión libertad de expresión en Venezuela libertad para detenidos en Lulea los Salarios y los Sindicatos lucha indígena en Colombia lucha indígena en Venezuela lucha revolucionaria lucha socio-ambiental luchas ambientales Venezuela luchas de los pueblos indígenas luchas de los trabajadores luchas de los trabajadores Venezuela luchas de mujeres luchas estudiantiles luchas indígenas en Venezuela luchas obreras luchas populares en Venezuela luciano pitronello Luis Carlos Díaz Luis Fuenmayor Toro Luis Rafael Escobar Ugas Luis Reyes Reyes Madres de Plaza de Mayo Madrid madurismo maestros manifestaciones manifestaciones en Venezuela manipulación mediática manipulación religiosa Manuales Manuel Castells Marc Saint-Upéry Marcela Masperó Marea Socialista María Esperanza Hermida Mario Antonio López mario gonzalez masa crítica Masacre de Cantaura Masacre de El Amparo Masacre de Haximú Masacre de Loma de León Masacre de Monte Oscuro masacre de San Vicente Masacre de Uribana medio ambiente medios comunitarios y alternativos de Venezuela medios de transporte alternativos megaminería Mercosur Mérida Mijaíl Martínez minería mineria en Venezuela minería en Venezuela Misiones Sociales MOC movilizacion en la planta muerte de neonatos en Venezuela mujeres anarquistas Mujeres Libres Mundial de Fútbol 2014 narcotráfico neoliberalismo Nicaragua nicolas maduro Nicolás Maduro Niñas y Adolescentes no a la concretera no a la extradicion de Bernhard Heidbreder no a las corridas de toros Nu-Sol objeción de conciencia Observatorio Venezolano de Conflictividad Social Occupy Wall Street Octavio Alberola organizacion nelson garrido Organización Nelson Garrido Origen de las Fuerzas Armadas en Venezuela Orlando Chirino Pablo Hernández Parra Paquete económico paramilitarismo paro universitario Parque Verde La Carlota patriarcado patriotismo Pedro Pablo Peñaloza Pelao Carvallo pelea de almohadas periódico anarquista Periódico Apoyo Mutuo periodico Bandera Negra periódico CNT Periódico El Amanecer Periódico El Libertario periódicos petróleo venezolano Picnic urbano poder y política en Latinoamérica poder y política en Venezuela poesía libertaria polarización en Venezuela Policía Nacional Bolivariana policías corruptos en Venezuela práctica anarquista prensa anarquista preso anarquista presos anarquistas presos políticos en Venezuela prision venezuela prisiones en venezuela proceso bolivariano producción agrícola protesta creativa protesta pacífica protestas contra el Mundial 2014 protestas en venezuela proyecto de reforma de la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar pueblos originarios pugnas internas del chavismo Punk Latinoamericano punk veneziuela Quiteria Franco Rafael Ramírez Rafael Uzcátegui Raisa Urribarri Ramón Álvarez Ramón Carrizales Ramón Rodríguez Chacín Raúl Zibechi rebelion en venezuela recursos Red Latinoamericana Antimilitarista red Observatorio Crítico Red por los Derechos Humanos de Niños Red Protagónica Observatorio Crítico (OC) de la Revolución Cubana Regeneración Radio relaciones Cuba-EE.UU. relaciones de Venezuela con China relaciones de Venezuela con Colombia relaciones de Venezuela con Cuba relaciones de Venezuela con U$A relaciones entre la banca y chávez represión represión antianarquista represión en Colombia Represión en Cuba represion en Venezuela represión en Venezuela represión policial represion policial en Venezuela Repsol YPF resistencia indígena resistencia venezuela revista AL MARGEN revolución bolivariana Revolución ciudadana robert serra Roberto Yépez Rodolfo Montes de Oca Rodolfo Rico Roger Cordero Lara Rubén González Rubèn González Rusia Sacudón salario en venezuela salario mínimo en Venezuela San Cristóbal sanciones sancocho Santiago de Chile secuestro seguridad industrial semana pro presos anarquistas 2014 Servicio Militar Obligatorio sexismo sexualidad libre sicariato Sidor Sierra de Perijá Simón Rodríguez Porras sindicalismo situación agraria latinoamericana situación de la salud situación de los trabajadores en Venezuela situación del periodismo en Venezuela situación del sindicalismo en Argentina situación del sindicalismo en Venezuela situación político-social en Brasil situación político-social en la península ibérica situación político-social mexicana situación venezolana situation in Venezuela 2014 soberanía alimentaria en Venezuela Soberanía energética bolivariana Sociedad Homo et Natura Sociedad Homoetnatura Sofía Comuniello Sofía Esteves software libre solidaridad con Cuba Subcomandante Marcos Taller Libertario Alfredo López Tamoa Calzadilla Tarek William Saab tercerización en Venezuela terrorismo terrorismo cotidiano terrorismo de Estado en Colombia Testimonio represión Testimonios de la revolución cubana Todo por Hacer toma yukpa del TSJ Tomás Ibáñez torturas en Venezuela totalitarismo Trabajadores de la Chrysler trabajadores del Estado trabajadores en Argentina Transexuales Transfobia Transformando información en acción transición transnacionales chinas Transparencia Venezuela Transportes Camila Trasnacionales Tribunal Supremo de Justicia turquia Turquía tweets anarquistas Twitter UBV UCV ULA UNETE UNEY universidad central de venezuela Uribana Uruguay utopía Valles del Tuy Vaticano vegetarianismo Venevisión venezuela Venezuela bolivariana Venezuela protests in February 2014 Víctor Muñoz vidas anarquistas viento sin fronteras vigilia frente al TSJ violaciones a los derechos humanos violencia contra la mujer violencia contra niños Vivienda Vladimir Aguilar Williams Sanguino Wladimir Pérez Yaracuy Yendri Sánchez Zaida García Zapatistas Zara zona temporalmente autónoma Zulia