Humberto Decarli
El Líbano continúa en la nefasta ruta hacia la destrucción. Muchos han sido los óbices desde su creación luego del desmoronamiento del imperio otomano y el tratado Sykes-Picot mediante el cual Francia y el Reino Unido se repartieron el Oriente Próximo. Fue uno de los Estados creados cartográficamente por los colonialistas europeos y le correspondió a Francia ser su metrópolis junto a Siria. Desde el año 1943 es independiente formalmente.
El Líbano continúa en la nefasta ruta hacia la destrucción. Muchos han sido los óbices desde su creación luego del desmoronamiento del imperio otomano y el tratado Sykes-Picot mediante el cual Francia y el Reino Unido se repartieron el Oriente Próximo. Fue uno de los Estados creados cartográficamente por los colonialistas europeos y le correspondió a Francia ser su metrópolis junto a Siria. Desde el año 1943 es independiente formalmente.
Primeros años
Luego de su independencia de Francia en 1946 las fuerzas armadas galas terminaron de irse y la nación transitó por una senda de tranquilidad hasta 1958, cuando sectores nasseristas promovieron un enfrentamiento con el gobierno de Beirut y el presidente maronita Camille Chaumon llamó a los marines americanos quienes por enésima vez invadieron un territorio ajeno.
Líbano se caracterizó por ser un espacio de auge turístico y financiero. Se le conoció como la Suiza del Medio Oriente. En materia política funcionó una transacción para resolver las diferencias religiosas: el presidente debía ser un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán sunita y el presidente del parlamento un islámico chita. Es importante destacar la composición religiosa del Líbano: los cristianos maronitas, los islámicos sunitas y chitas y los drusos, también otras confesiones cristianas o musulmanas.
La larga guerra intestina
Los palestinos fueron expulsados por el rey Hussein de Jordania y fueron recibidos en el Líbano. La O.L.P. se instaló en Beirut y los israelitas procedieron, mediante la operación Paz de Galilea, a cercar a la capital y retirarlos de allí, permitiendo que Yasir Arafat se fuera a Chipre. Los falangistas cristianos, apoyados por el ejército de Tel Aviv, perpetraron las masacres en los campamentos de Sabra y Chatila. Cuando el líder maronita Elie Hobeika estaba dispuesto a declarar ante un tribunal europeo la verdad de lo acontecido, esto es, la matanza de civiles, mujeres y niños hacinados en esas viviendas precarias por parte de los cristianos gracias a la permisión y estímulo del ejército israelita, un atentado con bombas en su vehículo atribuido con mucha razón al Mosad, dejó sin probanzas a la acusación.
Desde 1975 hasta 1990 se produjo un enfrentamiento fratricida entre maronitas e islámicos con la eventual destrucción de la infraestructura del país. Luego de muchas negociaciones se logró la paz en Taizy se reafirmó el pacto de poder tradicional pero Hezbollah no fue desarmado. La suerte estaba echada, ya no era la vitrina del Medio Oriente como lo presentaron otrora los franceses sino un espacio de inestabilidad como todos en esta región.
Las cúpulas gobernantes
Una de la caracterización de la élite política libanesa es el caudillismo de familias dominantes entre las agrupaciones con base en la religión. Los cristianos maronitas han sido dirigidos por Aoum, Samir Geagea,Chamoun, Frangieh, los hermanos Gemayel, Kazraain, Marawad y compañía; los sunitas por los Hariri, Rafic y Saad, padre e hijo, y el ex primer ministro Talam Salazm; los drusos por Taynor Jumblat, hijo de Walid y nieto de Jamal, y los chitas se dividen en la organización Amal, dirigida por Nabih Berri y Hezbollá por Hasan Nasrallah desde el año 1992.
La organización institucional se fundamenta en los grupos religiosos y en cada uno de ellos se eligen sus representantes por separados.Es una forma peculiar para mantener y distribuir el poder, bien antidemocrática por lo demás. Este mecanismo ha concluido en una gestión burocrática con resultados nefastos y de incentivo a la corrupción.
Hezbollah y sus pares islámicos y cristianos
Dentro de las organizaciones políticas libanesas destaca Hezbollah o el partido de Dios. Se trata de una estructura homogénea en el pensamiento y la defensa de los postulados islámicos chitas. Es una suerte de movimiento de movimiento, vale decir, la síntesis de movimientos de trabajadores, sociales, sindicales, campesino, estudiantiles, intelectuales y empresariales. Empero, es una organización sectaria con gran contenido confesional.
La misma actitud intransigente la tienen sus socios chitas de Amal con quienes se han enfrentados en varias ocasiones al igual que las formaciones drusas. Pero los falangistas cristianos son similares en violencia, sadismo y sociopatía como la masacre de los campamentos palestinos e infinitas confrontaciones han demostrado, evidenciando la misma brutalilidad que sus rivales llegando al colmo de aliarse con los militares sionistas.
Hezbollah vs. Israel
Hezbollah se había transformado en un Estado dentro del mismo pero su orientación ha cambiado porque ha buscado alianzas con los cristianos y los drusos y no detentan absolutamente el poder sino forman parte de él pero con una formación paramilitar de gran fortaleza armamentística y un programa social de asistencialismo.
Israel se había retirado del sur del Líbano que había ocupado en tiempos de la guerra interna libanesa y en la operación contra los palestinos Paz en el Sur de Galilea. Se fue en medio de una lluvia de cohetes Katiuskas en el año 2000 en una retirada inusitada por lo vergonzosa. Dejó el espacio meridional a sus aliados los falangistas cristianos, después expulsados por las chitas libaneses.
En el año 2006 se produjo una guerra abierta entre el cuerpo armado sionista contra la formación chita libanesa. Fue una confrontación sin cuartel con más bajas islámicas pero bombardeando a las granjas aledañas a la frontera sur del Líbano e incluso ataques a un buque de la armada judía. El islamismo chita dejó constancia de su fortaleza y combatividad al enfrentar a uno de los ejércitos más respetados del mundo.
El primer ministroRafic Hariri fue asesinado por un coche bomba en Beirut en el 2005 y ello ocasionó una reacción masiva en contra de los sirios, cuyo ejército hubo de abandonar sus posiciones en el país de los fenicios, en especial en la zona del valle de Bekaa donde compartieron con la guardia nacional iraní.
Sin embargo, en el año 2014 se formó una coalición entre los cuatro grupos confesionales libaneses incluyendo a Hezbollah. Ha sido una gestión muy criticada por el pueblo al padecer una grave crisis económica con inflación y recesión, una ingente corrupción y el encubrimiento de trapacerías entre los diferentes actores políticos. Desde finales del año 2019 se suscitó un malestar social traducido en protestas reiteradas y ahora con el coronavirus obviamente se ha incrementado. Pero se ha acicateado con la explosión del 4 de agosto de 2020.
El estallido en el puerto de Beirut
Las dos explosiones importantes en el área portuaria de la capital destrozaron a inmuebles, negocios, con más de 150 fallecidos y más de 4000 heridos. El daño a la ciudad es inconmensurable. Inmediatamente la gente manifestó en los lugares públicos protestando contra la clase política a la cual con fundada razón culpan de todo lo sucedido.
Al día siguiente se hizo presente el presidente francés, EnmanuelMacron, quien en un alarde de iniciativa expresó que el Líbano no estaba solo y señaló la disposición a hacer llegar alimentos y rescatistas. Además, pidió una investigación internacional por lo acaecido.
El presidente Michelle Aoum descartó la presencia externa para investigar las causas de este terrible siniestro como muestra de desconfianza hacia quienes no son de la componenda nacional. No obstante, la presión de calle hizo renunciar al primer ministro y a todo el gabinete, pendiente su reconformación. El mencionado presidente solicitó de Francia determine por vía satelital si para la fecha de la explosión en la capital se registró algún avión, misil o cualquier otro dispositivo para haber explotado las reservas químicas en el puerto pero no se sabe la respuesta gala.
Hipótesis sobre lo ocurrido
Sobre la lesiva detonación se manejan varios supuestos. El primero, que fue un accidente generado en un depósito de sustancias químicas decomisadas hace más de seis años de un barco bielorruso. Es inconcebible el transcurso de tanto tiempo sin haberse tomado las previsiones obvias ante un riesgo de peligro tan grande. Los detenidos en la investigación son los guardas y los cuidadores del puerto, quienes han dejado constancia de las innumerables ocasiones en las cuales notificaron a sus superiores sobre esta situación de tensión y nunca recibieron respuesta. El segundo, las explosiones fueron provocadas por un misil, drón o cualquier otro artefacto lanzado desde Israel. Sería un hecho sin precedentes generador de un daño inconmensurable pero la violencia sionista es capaz de llegar a esos extremos en su afán de imponer a los halcones gobernantes. Netanyahu negó rotundamente esta presunción a pesar de querer anexarse de iuris los asentamientos en Cisjordania y decretar como capital a Jerusalén, con apoyo del supremacista de la Casa Blanca. El tercero sería que cualquiera de los fanatizados actores políticos libaneses haya activado esta devastación.
No obstante, hasta la tercera semana del mes de agosto de 2020 no hay una respuesta certera del resultado de la investigación ni del estado en que se encuentra, en una evidencia más de la oscurana planteada por la clase política pero se está cocinando una marmita a reventarse tarde o temprano.
El país de los cedros está arruinado gracias a la aciaga gestión de sus cuadros políticos y religiosos, convirtiéndolo de la Suiza del Medio Oriente en una nación donde escasea la luz, el agua, el gas y ahora más que nunca, después de la ingente detonación, la vivienda y los alimentos. Es una coyuntura similar a Venezuela con todas sus desgracias. Mientras tanto, los mafiosos cristianos maronitas, los drusos y las dos variantes del islam, se encuentran aún disfrutando del poder en desmedro y desprecio de las grandes mayorías, sumidas en la pobreza y la desigualdad.
Ojalá naciera la esperanza de la solidaridad entre todos sus hombres y mujeres como lo ha narrado Nadine Labake en su obra fílmica Cafarnaúm donde las féminas libanesa sin distinción de ninguna clase lograron gracias al afecto la superación de sus diferencias ancestrales. A pesar de los dogmatismos religiosos y politiqueros puede alcanzarse la tolerancia y convivencia pese a las distintas ópticas.
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