Pancho Castro
La tragedia ocurrida en el
caserío de Tasajera, en la carretera que une a Barranquilla
con Santa Marta, es el retrato de un país de mierda, de un país inexistente, un Estado construido sobre
las bases más ruines y miserables del ser
humano, insolidario, insensible,
no es un país desigual, -todos
los países son desiguales-, pero en ninguno, se ha elevado la cultura
narco y paramilitar a niveles de
endiosamiento y de culto como en nuestro país.
Tasajera, es un pueblo olvidado,
sin agua, sin luz, sin escuelas, el arte y la cultura
nunca ha pasado por sus calle; en verano, es un basurero, a donde los carros de basuras van a depositar sus
desechos y en invierno, sus calles se inundan
y la gente tiene que vivir en
medio de un pantano pestilente, criadero de
moscas y zancudos, no hay alcantarillado, sus habitantes son en su mayoría pescadores, que en el pasado se rebuscaban
la vida, sacándole a la Ciénaga Grande
los recursos naturales de que este Ciénaga era rica; pero, cuando construyeron la carretera que une a
Barranquilla con Santa Marta, no se tuvo en cuenta
las recomendaciones que los grupos ambientalistas de le época hicieron en el sentido que no se estaban protegiendo
los conductos de agua que comunicaban
a la Ciénaga con el mar y que amenazaban la estabilidad ambiental de la Ciénaga, a los
constructores, lo único que les importaba era construir
la obra, tratando de sacar las mayores ganancias posibles, lo que los ambientalistas pronosticaban se cumplió, la Ciénaga se está muriendo, no
hay renovación de la vida
marina, los peces desaparecieron y la gente de Tasajera, se quedó sin trabajo.
Tasajera, está incrustada en lo que se llama Parque
Natural Isla de Salamanca, era
una zona rica en peces y recursos
naturales, la gente vivía de lo mucho que les
daba la Ciénaga, era común ver a la orilla de la vieja carretera a las mujeres vendiendo los peces que sus maridos e hijos
traían de la Ciénaga Grande, el corregimiento,
que pertenece a Pueblo Viejo, vivía
una vida tranquila y con cierta
prosperidad, pero en los años 70s, el gobierno comenzó la construcción de dos vías sin respetar las
recomendaciones medioambientales, lo que tendrían un terrible impacto contra la Ciénaga
Grande. De un lado, se construyó
la Troncal del Caribe, como ya
dijimos, esta carretera cortó las entradas de agua del mar hacía la Ciénaga y por el otro
lado, se construyó la carretera paralela al Río
Magdalena, donde tampoco se respetaron las recomendaciones de los ambientalistas y se cortaron entradas de aguas dulce que venían
del Río Magdalena y que le
daban vida a los manglares donde se reproducía la vida marina, con la muerte de los manglares,
desaparecieron los peces que no tenían donde
reproducirse, en los últimos años, el Parque Nacional
Isla de Salamanca, viene
siendo víctima de la acción de narcos y terratenientes que han invadidos sus predios y han acelerado el cierre de
caños y vías de agua dulce, aumentando aún
más la crisis ambiental de la Ciénaga Grande, afectando la vida de los pueblos
aledaños que antes vivían de la pesca.
UN CASERÍO QUE SE MUERE DE HAMBRE
En los años 80’s, Jorge Cuarenta,
que era amo y señor en la Costa Norte, perpetró
la masacre de Nueve Venecia, un caserío palafito, construido en Medio de la Ciénaga Grande, habitado por pescadores, que fueron
acusados por el Jefe paramilitar,
de ser cómplices del ELN, en una noche de sangre y barbarie, los paramilitares, asesinaron a 80 pescadores,
los que sobrevivieron se desplazaron a
Tasajera y poblados aledaños, aumentando
la crisis económica y social que ya se
vivía en la zona, basta decir, que de 25.000 toneladas de pescados y moluscos que se producían en la zona en los años 80’s,
en la actualidad se producen 1.500 toneladas
al año. Esta es la situación que vive hoy
Tasajera, un caserío que se muere
de hambre y miseria y donde el 90% de sus pobladores no tienen de que vivir ni en que trabajar y que la única
expectativa es estar al borde de la carretera esperando
que un vehículo sufra un accidente, no para correr a socorrer a los accidentados,
sino, para ir a saquear a las víctimas, pasaron de ser honestos trabajadores a simples ladrones de
carretera.
Pero eso no es gratuito, es el
ejemplo que les llega desde las altas esferas del gobierno y de la sociedad, es lo que ven todos los días, a la gobernadora que aprovecha la pandemia, para facturar latas
de atún de 1.500 pesos a 5 mil, mercados de 25 mil, facturados a 100 mil, la
alcaldesa que en lugar de preparar el
sistema de salud para enfrentar la emergencia, se gasta miles de millones de pesos en la construcción de un hospital de
campaña en un coliseo deportivo, lugar
sin utilizar y donde los médicos y enfermeras, utilizan el tiempo, grabando videos bailando y cantando para subirlos a
las redes, gobernantes inyectándole
a la banca privada billones de pesos para que acrecienten sus ganancias, mientras la población se muere por falta de
comida y atención médica, por falta de
hospitales con equipos médicos suficientes, con médicos y enfermeras miserablemente remunerados.
Estos
miserables de abajo, cuando les llega la luz y pueden encender el televisor, lo único que ven es el nuevo escándalo del
día, al gobernante elegido y rodeado de
narcotraficantes y paramilitares, al funcionario que le destapan un nuevo peculado, al político acusado de delitos electorales, de
corrupción y comportamientos
delincuenciales, nombrados como Presidente del Congreso, al paramilitar que le dieron la Casa por
Cárcel y que sigue delinquiendo y traficando.
Eso es lo que todos los días ven
esos miserables de abajo, y
ven también a los ciudadanos
del centro, conviviendo y aceptando como “normal”, el comportamiento delincuencial de los
miserables de arriba, llamando “honorable ganadero”
al vecino que todos sabemos que es un despiadado narcotraficante,
que ha violado y asesinado adecenas
de compatriotas, que ha construido su fortuna
sobre el desplazamiento de miles de campesinos que han terminado viviendo en Tasajera y en los centenares de
Tasajeras que cubren el territorio nacional.
Porque somos igual de cómplices, cuando seguimos votando
por esos políticos corruptos,
que se han convertido en los servidores de los narcos y paras, que han entregado el país a criminales, a delincuentes
que posan de respetables ciudadanos
cuando todos sabemos que su inmensa
fortuna ha sido construida sobre
la vida de miles de campesinos despojados, que sus lujos y extravagancias
chorrean sangre por todos lados.
Este, es el país de mierda que
hemos permitido que estos delincuentes construyan, Colombia no es una república
bananera, allá, los gobernantes leen, escriben poesía, escuchan música clásica
y asisten a la ópera, aquí, nos leemos 1,4 libros al año por persona, –en
Argentina se leen 15 libros al año por persona-, nuestros gobernantes escuchan
reguetón, las salas de teatro desaparecieron y han proliferado centros de
cuentachistes y humoristas, este país de mierda se siente orgulloso de su
incultura y de su pobreza intelectual y lo gritamos a todo pulmón: Somos
colombianos ¿Y qué?
El político condenado por
corrupción y por sus nexos con
narcotraficantes y paramilitares
vive tranquilo en su mansión y su nuera y sus hijos son respetables periodistas uocupan
sus puestos en el Congreso de la República, el personaje más influyente del país en un “Matarife”
reconocido y las Altas Cortes encargadas de juzgarlo, simplemente fueron captadaspor
estos delincuentes y simplemente
están más contaminados que las personas que deben investigar, los entes de control, están en manos de
personas sin ninguna ética, y están hace rato
al servicio de los
delincuentes, a los medios de comunicación, simplemente, miles de millones de pesos en pago de
publicidad, les cerraron la boca y los pusieron
al servicio de los corruptos.
Éste es el país de mierda que
tenemos y con ese ejemplo que viene dearriba,
queremos que los miserables de
abajo sean ejemplares ciudadanos, que se comporten
como seres civilizados, solidarios. Tasajera, es solo el retrato de este país miserable, Tasajeras, hay muchos a lo
largo y ancho de la geografía nacional,
solo hay que salir a la
carretera y mirar los centenares de caseríos habitados
por miserables como los de Tasajera, sobreviviendo de los que pueden conseguir, robar, apropiarse;
mañana, nadie se acordará de los muertos de
Tasajera, otra tragedia peor ocupará los espacios
en la prensa, el político corrupto
será Presidente del Senado y este país de mierda seguirá siendo eso y seguiremos siendo colombianos ¿Y qué?
[Artículo extraído de la
publicación electrónica Ruptura,
Venezuela, agosto 2020. Número completo distribuido por comentando.noticia@gmail.com.]
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