Julián Vadillo
El acontecimiento que cambió el mundo
La Revolución rusa fue, junto con
la Primera y la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil española, el acontecimiento
que marcó el devenir del siglo XX. Nadie puede dudar que el triunfo de la
Revolución de 1917 marcó la política de los años siguientes. Hasta ese momento
el ejemplo de toma de poder por parte de los obreros tenía su referencia en la
Comuna de París de 1871. Una breve experiencia de dos meses donde todas las escuelas
del movimiento obrero se veían reflejadas. Sin embargo, Rusia fue una nueva
oportunidad para ese movimiento obrero internacional. Muchas experiencias se pusieron
en práctica. El propio triunfo de la revolución supuso que los países de su
entorno se protegiesen contra ella. Que se crease un cordón sanitario ante unas
ideas que consideraban peligrosas y que ponía una alternativa al modelo liberal
que se intentó reformular tras la Primera Guerra Mundial. En países como Alemania,
Hungría, Italia o España, se produjeron acontecimientos que intentaron cambiar
el curso del proceso político. Y en todos esos países las experiencias vividas
en Rusia tenían un reflejo.
Pero la imagen que se ha
trasmitido de la Revolución rusa ha sido excesivamente simplista a lo largo de
los años. Los rojos contra los blancos. Los bolcheviques y los mencheviques.
Lenin y Kerensky. Y así una larga de lista de nombres concretos y de
acontecimientos acotados. Sin embargo, como proceso histórico, la Revolución
rusa es un fenómeno complejo y variado. En Rusia se pusieron en liza numerosos
proyectos políticos que querían mostrar su
alternativa al capitalismo. Desde posiciones más cercanas a lo que hoy conoceríamos
como una socialdemocracia con una fundamentación de Estado de Bienestar hasta
las posiciones más maximalistas del socialismo. Los revolucionarios rusos
conformaron un amplio abanico de opciones. Opciones que plantearon sus
propuestas, que debatieron sus alternativas y que como en toda lucha política
las hubo más dinámicas y lograron vencer a sus oponentes. Y mientras estos
debates se dirimían entre las posiciones revolucionarias, los revolucionarios
en su conjunto se enfrentaron a los que no querían variar nada o muy poco las estructuras
de Rusia. Por eso a la Revolución le siguió una Guerra Civil. Una Guerra Civil
muy internacionalizada porque muchas potencias intervinieron en el conflicto
ruso como si fuese el suyo propio. Muchos gobiernos consideraron la Revolución
rusa como muy peligrosa y el objetivo prioritario era frenarla. Un «miedo al
comunismo» que quedó muy patente en los acuerdos de paz tras la Primera Guerra
Mundial. Datos que no son baladíes a la hora de analizar la Revolución rusa.
Igualmente, el propio estudio de
la Revolución se hace de tal manera que sirve para perder la perspectiva de su importancia.
Al hablar de Revolución rusa siempre se nos remite a los sucesos de 1917. Como
mucho se habla de la Revolución de 1905. Sin embargo, para entender la trascendencia
de este acontecimiento histórico hay que hablar de la Revolución rusa en su
contexto amplio. ¿De dónde surgen las ideologías que dinamizan el proceso revolucionario?
Difícil entender el papel del bolchevismo, del anarquismo o del socialismo
revolucionario si no se tiene en cuenta todo lo sucedido en Rusia durante el
siglo XIX. Difícil entender la importancia de los soviets si no se entiende la
estructura social de Rusia. Difícil entender algunos posicionamientos
revolucionarios sino se entiende el desarrollo revolucionario ruso y la
formación de su movimiento obrero.
La propia palabra soviet queda
completamente desfigurada. ¿Es un órgano de gobierno? ¿Es una asamblea obrera?
¿Qué es un soviet, exactamente? Porque con el triunfo de los bolcheviques en la
Revolución se hablaba de gobierno soviético. ¿Era el mismo sentido de soviet el
que le daban los bolcheviques al que le daban los anarquistas? Ese debate queda
desdibujado en la historia de la Revolución rusa. Como muchos otros aspectos de
la historia el no plantear las cuestiones en su justa medida hace que el
acontecimiento se desfigure.
Entre los elementos simplificantes
del estudio de la Revolución rusa se encuentra el silencio que ha sucedido alrededor
de algunas opciones políticas que contribuyeron al triunfo de la propia
revolución, que mostraron su posibilidad de desarrollo y que finalmente, ante
su derrota por varios frentes, han quedado sepultadas en el olvido. Una de esas
ideologías fue el anarquismo. El presente trabajo es un intento de recopilación
de la participación del anarquismo en Rusia, desde sus orígenes en el siglo XIX
hasta el exilio provocado por la persecución a la que fueron sometidos por las
autoridades comunistas. El objetivo del libro ha sido sencillo. Tratar de
ubicar al anarquismo en los debates revolucionarios que se generaron en Rusia a
lo largo del siglo XIX y mostrar el papel que jugó en el desarrollo de la
revolución tanto en 1905 como en 1917. Cuáles fueron los acontecimientos en los
que los anarquistas participaron, cuál fue su posición en el proceso
revolucionario y cuáles fueron las consecuencias que les supuso el triunfo
bolchevique en la Revolución.
El análisis que se realiza sobre
la Revolución rusa es en su amplio proceso. Se parte del siglo XIX. Y se hace fundamentado
en dos cuestiones. La primera, las aportaciones que al anarquismo ruso realizan
dos de sus más importantes pensadores. Aquí la importancia radica en que ambos
pensadores son rusos: Mijail Bakunin y Piort Kropoktin. Ambas fi guras serán la
base del desarrollo de la ideología anarquista en Rusia, a la que irán incorporando
aportaciones propias dependiendo del momento. Son repasos biográfi cos de estos
dos personajes. Posteriormente, se analiza el desarrollo de las ideologías
revolucionarias en Rusia durante el siglo XIX donde se insertan los primeros
conatos libertarios.
El siguiente aspecto que se
aborda en el libro es el papel de los anarquistas en la Revolución de 1905. Un hecho
completamente desconocido pero que en algunas zonas como Bialystok o Krinki,
tuvieron mucha relevancia. Importancia que antecede a la propia Revolución de 1905
y que, igualmente, la trasciende. Un movimiento anarquista que tiene un
importante componente judío. Además, en el apartado dedicado a la Revolución de
1905 se aborda el nacimiento, desarrollo y significado de los primeros soviets.
Una vez que el proceso
revolucionario de 1905 fracasó, muchos anarquistas se vieron abocados al
exilio. Un exilio donde se fue conformando la fi sonomía del anarquismo que
afrontará el estallido revolucionario de 1917. Se analiza también el anarquismo
en el interior del país, de los grupos que mantuvieron actividad y que
enlazaron con febrero de 1917. Los debates del exilio, entre revoluciones,
conformaron los discursos y los grupos del anarquismo en el proceso
revolucionario.
La Revolución de febrero y
octubre de 1917 tuvo al anarquismo como uno de sus protagonistas. Los análisis y
discusiones de los anarquistas con el resto de fuerzas revolucionarias serán
determinantes para que una vez que
los bolcheviques toman el poder
en octubre de 1917, el anarquismo se convierta en la fuerza alternativa. Porque
el anarquismo ruso en aquellos momentos fue de menos a más. Su implicación en
los organismos revolucionarios fueron determinantes para presentarse como la
alternativa al bolchevismo en caso de fracaso de estos. Entre la clase obrera y
campesina rusa, el anarquismo se fue convirtiendo en una referencia. Esto
provocó el enfrentamiento con los gobernantes comunistas en lo que sería
una toma de posición entre 1918 y
1921, hasta que el anarquismo tuvo tres destinos:
* El primero, ser asimilado por
el poder comunista pues varios anarquistas pasaron a formar parte de las filas comunistas.
* El segundo, el enfrentamiento
directo con los comunistas por la disputa de los espacios de influencia, provocó
la represión del anarquismo ruso por parte de las autoridades soviéticas.
Muchos de sus centros fueron clausurados, sus periódicos prohibidos y sus militantes
encarcelados bajo acusación de actividades contrarrevolucionarias.
* El tercer aspecto fue la propia
división del movimiento anarquista y sus luchas intestinas que provocó una debilidad
en determinados momentos que ayudó a su propia dispersión.
Los siguientes capítulos abordan
dos acontecimientos donde el anarquismo fue protagonista o su infl uencia fue importante.
En primer lugar la insurrección majnovista en Ucrania, conformada en su casi
totalidad por anarquistas, y que llegaron a experiencias comunistas libertarias
en su área de infl uencia. Porque si en Rusia el anarquismo tuvo un desarrollo
notable a partir de octubre de 1917, en Ucrania los anarquistas fueron fuerza
de influencia mucho antes que los bolcheviques. Néstor Majnó dinamizó un
movimiento que no solo plantó batalla a las fuerzas monárquicas, pro-alemanas o
nacionalistas ucranianas, sino que defendió un modelo de desarrollo revolucionario
que le enfrentó también al modelo bolchevique. El majnovismo, que llegó a
varios acuerdos con las autoridades comunistas para vencer a los ejércitos
blancos, fue finalmente eliminado por el Ejército rojo triunfante en 1921.
En segundo lugar se aborda la
insurrección de Kronstadt. No fue un movimiento específicamente anarquista. Pero
los conceptos que los anarquistas habían establecido desde la victoria bolchevique
en 1917 de «Tercera revolución» o de «Soviets libres» fueron también parte de
la reivindicación de los marinos de Kronstadt que se levantaron en marzo de
1921. La tradición revolucionaria de Kronstadt, donde el anarquismo tuvo mucha
influencia desde sus orígenes, fue un antes y un después para el propio
gobierno de Lenin, pues significaba un levantamiento de la izquierda
revolucionaria que hasta ese momento, y con la Guerra Civil en marcha, había
sido crítica pero se había mantenido leal al proceso revolucionario gubernamental.
La represión de Kronstadt significó también un divorcio de muchos
revolucionarios con el gobierno de Lenin.
Finalmente, el libro culmina con
las actividades que los anarquistas tuvieron en el interior de Rusia y en el exilio
al que se vieron abocados muchos de ellos. Los debates intestinos continuaron
fuera de las fronteras rusas y acabaron por diluir a un movimiento que había
mostrado una alternativa revolucionaria en uno de los procesos más importantes
de la historia contemporánea.
Toda esta historia del anarquismo
ruso está enmarcada en el contexto general de la historia de la Revolución rusa.
Igualmente, el objetivo ha sido mostrar esta historia de forma divulgativa. En
muchas ocasiones nuestras investigaciones históricas se complican en textos con
infinidad de notas a pie de página que hace que la lectura sea poco ágil y muy
densa. Algo que para la investigación histórica académica nos vale de mucho
pero para la divulgación de la historia no. Distinguiendo la simplificación de
lo simple, se ha querido plasmar un texto que acerque a todo el mundo que le
interese la historia del anarquismo en la Revolución rusa. Tanto a un profesor universitario
o de secundaria como a un interesado sin vinculación académica. Tanto un
estudiante como a un parado. Tanto a un curioso y amante de la historia como al
que no lo es. Por ello he tratado de hacer un trabajo divulgativo donde he
obviado las notas a pie de página, pero he incluido una bibliografía y fuentes
comentadas al final del libro donde se han extraído todos los datos de la
historia que aquí se cuenta.
Mientras escribía este libro y se
apuntaba a la efeméride del centenario de la Revolución rusa, no podía parar de
pensar que la historia del anarquismo ruso todavía está por hacer. Porque,
afortunadamente, yo he podido tener acceso a un buen número de libros sobre
este acontecimiento tanto en castellano como en francés o en ruso. También la
documentación tanto de prensa como de las organizaciones a las que he podido
acceder en distintos archivos, sobre todo franceses y norteamericanos. Sin embargo,
la ingente cantidad de documentación nos trasmite la necesidad de hacer una
amplia historia del anarquismo ruso que ocuparía varios volúmenes. El libro que
se presenta aquí tan solo es una modesta aportación que ha tratado de compilar
en pocas páginas un proceso amplio en el tiempo. En un futuro no muy lejano las
investigaciones nos acercarán de forma muy próxima al papel real del anarquismo
en la Revolución rusa.
Llegados a este punto, quiero
agradecer a Sergio Higuera Barco y a la editorial Volapük el interés mostrado por
publicar este libro. Cuando un editor muestra el mismo cariño por el proyecto
que el propio autor, trabajar sobre ello se hace mucho más fácil. Una editorial
que poco a poco va creciendo y ve en la investigación histórica uno de los ejes
de su política de edición es algo a tener en cuenta y a agradecer. Este libro
era una pequeña cuenta pendiente que tenía con Rusia. Desde mis años universitarios
y los años de estudio de su lengua, la historia de Rusia y de su movimiento
obrero fueron de mucho interés para mí. Aunque nunca me planteé la posibilidad
de hacer una tesis o un estudio de la revolución rusa, durante años he ido
recopilando información sobre el anarquismo ruso. Libros, documentos,
películas, periódicos, revistas, artículos, etc. En mi visita a los archivos
franceses para rastrear la historia del movimiento obrero español (mi línea de
investigación) me llevó también a recopilar información de los anarquistas
rusos allí residentes. Mi viaje a Moscú y San Petersburgo, en el año 2008, me facilitó
la posibilidad de adquirir algunos materiales bibliográficos. La ayuda de
algunos amigos que tenían documentación o bibliografía ha sido también de gran
ayuda.
Pero todas estas razones de
investigación y académicas han venido reforzadas por una más. En todos los
lugares los anarquistas han sido los eternos derrotados. Y esa derrota ha
conllevado el ostracismo. El olvido y la tergiversación de su historia. Lo que
me llevó a realizar este trabajo (como muchos otros) es analizar el anarquismo
ruso en su justa medida. Descifrar que fue realmente. Establecer su
importancia, si es que la tuvo. Espero haber estado a la altura.
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