Lo que aprendemos de la pandemia sobre una concepción equivocada de la vida

Humberto Decarli

El fin de la Guerra Fría nadie lo pronosticó. Muchos pensaron en una guerra nuclear que pudiera suprimir no tan solo a los contendientes sino a toda la humanidad. Pero terminó de una manera impensable: La Unión Soviética se desmoronó producto de una política económica inviable sostenida por un modelo rígido de gobernar. La conclusión del enfrentamiento Este-oeste se expresó de una forma inédita pues un fin de semana la extinta URSS hubo de solicitar auxilio de emergencia a los organismos multilaterales porque no tenía siquiera para cumplir con su operatividad.

El anterior relato se adminicula con la pandemia Covit-19. Jamás se hubiese ocurrido a un futurólogo hablar de su nacimiento y expansión porque antes habían ocurrido otras epidemias al final controladas sin muchos sobresaltos. Ha sido un acontecimiento imprevisto y atípico pues un virus, el cual no trasciende a una molécula de una proteína sin vida, hubiese puesto en jaque al mundo, y provocado además de los fallecidos y contagiados, una profunda recesión económica a escala internacional.

Efectos del virus en China

Los líderes autoritarios de la antigua Cathay aislaron rápidamente al coronavirus al entorno de la provincia de Hubei al punto de que ni Beijing ni Shanghái fueron afectadas. Apenas si Hong Kong y Cantón presentaron pocos contagiados y decesos. Los métodos despóticos surtieron efecto raudamente para impedir la propagación. No obstante, la pregunta pendiente es por qué hubo alertas de los médicos y profesionales de la salud y los reprimieron de inmediato y además no se notificó al mundo la pandemia y solo se cumplió cuando ya era una realidad en muchos puntos del orbe. También la interrogante sobre haber permitido la salida de chinos acomodados al exterior para celebrar el año nuevo lunar en enero. Son planteamientos sin una respuesta oportuna.
 

En el resto de Asia
 
Varios países asiáticos atacaron oportuna y acertadamente a la pandemia y lograron en términos inmediatos el control de la situación. Japón, Corea del Sur y Taiwán lograron detener el avance del virus y probaron medidas acertadas combinando la tecnología como instrumento disciplinario y de control, el aislamiento y las pruebas masivas de la población para detectar el porte de la molécula asesina, amén de los tratamientos y hospitalizaciones respectivas..

Debilidad europea
 
El viejo continente demostró una inmensa fragilidad en su respuesta al Covit-19. Sus decisiones fueron por naciones y aisladas incluyendo cierre de fronteras. España, Francia e Italia dieron muestras de una endeblez de su sistema hospitalario, otrora excelente. El Reino Unido anunció el método de inmunidad por rebaño y pronto los resultados generaron un arrepentimiento. El mismo premier Boris Johnson fue afectado personalmente y pasó algún tiempo en terapia intensiva. Ahora secunda a los Estados Unidos en materia de bajas y contagios.

Portugal, Holanda, Suiza y los países escandinavos presentan dígitos aceptables y Alemania, a pesar del alto número de contagiados, tiene pocos fallecidos proporcionalmente. Estas naciones son las denotativas de unas buenas instalaciones sanitarias, en especial las unidades de cuidados intensivos, tan necesarias en estos casos.

Italia, España y Francia han solicitado a la Unión Europea una ayuda financiera en la forma de eurobonos pero ha sido imposible un acuerdo por la oposición de Alemania y los Países Bajos por razones de recuperación de esas sumas entregadas en préstamos. Europa no presenta una unidad para enfrentar la crisis pendiente.

El fiasco norteamericano
 
Donald Trump tardó mucho en darle una respuesta a la pandemia por preservar la economía. Empero, los gobernadores de varios estados federales tuvieron una actitud distinta y procedieron al aislamiento, con énfasis en Nueva York donde se ha concentrado el mayor número de afectados. Otras regiones, como California, ha sorteado con éxito la coyuntura. Mas en general el momento en los Estados Unidos ha sido de debilidad lanzando a la luz pública la fragilidad de su sistema hospitalario y la carencia de un esquema general de seguridad social.

América Latina
 
La región ha sido afectada por la pandemia pero en menor grado que Europa y los Estados Unidos. Ecuador, Brasil y México con los más conspicuos en esta materia. Las imágenes de los muertos en la calle en Guayaquil, las payasadas de López Obrador en el país azteca mientras crecían los contagiados y los fallecidos, y las barbaridades de Bolsonaro, replicando el esquema de Trump de estimar más la economía que la salud.Esta postura lo ha aislado de sus más cercanos aliados y enfrentado a Sergio Moro, su ex ministro estrella, al de salud y a los gobernadores en un país de naturaleza federal.

Fernando Haddad y Ciro Gómez, candidatos presidenciales en la última elección, han solicitado su renuncia así como Fernando Cardoso, antiguo jefe del Estado. Concomitantemente, los dígitos se han incrementado dejando en claro la omisión presidencial en medio de un estado de calamidad. Jair Bolsonaro ha definido su conducta y más allá de las acciones electorales, ha evidenciado que no calza los puntos de un estadista.

El Chile de Sebastián Piñera no ha sido eficaz en la lucha contra el virus y han resurgido las acciones de protesta social en medio de la crisis. Igual situación se presenta en Perú y Chile. El caso venezolano es menor gracias al aislamiento internacional desde finales del año pasado y la ausencia de turistas en el contexto de un país arruinado. Afortunadamente ha sido así porque de haber gran contagio hubiese sido una tragedia por el deplorable estado de las instituciones de la salud y la carencia de medicinas.

Venezuela ha padecido una grave situación sanitaria porque los hospitales no tienen agua, electricidad, insumos, camas, lugares de cuidados intensivos con una población subalimentada. El coronavirus, afortunadamente, se ha presentado con poca acción porque el país estaba aislado internacionalmente porque los vuelos se redujeron e impidieron la traslación del contagio. Asimismo vino en auxilio de la nación la inexistencia de turismo. El estado de alarma ha sido un aliado formidable del régimen porque paraliza a la gente y disminuyen las protestas.

Las otras regiones del planeta

África mantiene un nivel relativamente alto por contagios y muertos por las condiciones de miseria y desnutrición, amén de un sistema precario de salud. En cambio, Nueva Zelanda ha disminuido totalmente el peligro de la pandemia a través de burbujas consistente en aislar por grupos familiar para lograr la inmunidad natural.

Opinión de intelectuales críticos sobre la pandemia

Los pensadores contemporáneos más relevantes desde el ángulo crítico han dado diversas opiniones sobre esta fase de la historia de la humanidad. En este orden de ideas, apreciamos las ideas al respecto de Byung-Chul Han, quien ha manifestado su preocupación por que después del virus pudieran emerger modelos autoritarios como el chino como paradigmas de gobernanzas. Yuval Noah Harari ha sostenido que se produce un enemigo porque el último fue cuando la Guerra Fría en la pugna Este-oestey Estados Unidos ha venido retirándose progresivamente renunciando al liderazgo de occidente.

Joseph Stiegletz, premio Nobel de economía y antiguo director del Banco Mundial, predice conflictividad social, rápida gracias a la velocidad de la información, si no se toman los correctivos dirigidos a preservar el ambiente. Jeremy Rifkin, conocido investigador social, ha concentrado en el cambio climático el motivo fundamental de la pandemia. Adicionalmente, un grupo importante (más de 170) de académicos holandeses ha hecho una interesante proposición sobre las medidas a tomar en los Países Bajos para recuperar la economía y rechaza a priori, el crecimiento puro y simple. Debe invertirse en áreas álgidas como la salud, la educación, la energía limpia y el trabajo y menos en la especulación y las armas, y completo ajuste a las normas ecológicas,

Motivos de la actual situación

Está ocurriendo un acontecimiento inédito. Un simple virus ha causado muertes, contagios y una recesión económica. Haciendo abstracción de la causa, porque hasta ahora no hay nada claro y caeríamos en consecuencia en teorías conspirativas, debemos hurgar en las razones de esta hecatombe para poder realizar las rectificaciones a que haya lugar y humanizar al planeta.

Prima facie, hay que entender el modelo de civilización reinante en el orbe. Es un esquema fundado en la crematística, en la rentabilidad del capital pura y simplemente. Ya los de la Escuela de Frankfurt habían señalado que la tecnología no podía estar al servicio de ella en su esencia misma sino al del ser humano y la orientación real de la economía de aquella época, los sesenta y setenta del pasado siglo, ya estaba marcada hacia esa teleología economicista.

Hay algo cierto, el aislamiento ha promovido la represión y la intimidación de los cuerpos armados. Los cartabones militaristas actúan adecuadamente con la cuarentena porque implica inmovilización social y las personas quedan reducidas a unos Robinson Crusoe cualquiera.

Otro factor importante reside en las fuentes energéticas fósiles. Su empleo como motor de la actividad económica e industrial ha desbordado todos los límites y ha contribuido enormemente a la emisión de gases generadores del efecto invernadero. El caso del fracking o fractura hidráulica sobre las rocas esquisto, empleado en muchas partes del mundo, ha hecho de USA el primer productor de petróleo del mundo pero los daños ambientales son inconmensurables.

Las inversiones en fuentes limpias de energía se incrementarán y con el tiempo seguramente se abaratarán para desplazar al gas, el petróleo y el carbón. Los diversos tipos de energía solar, nuclear, hidroeléctrica, la biomasa, el hidrógeno, la eólica y otras alternativas reemplazarán a las tradicionales. El vehículo movido por electricidad y ésta generada por la solar seguramente se aceleraránmás allá de lo imaginado.

El gasto militar y armamentístico se ha disparado y esos recursos hacen falta para la salud, educación, servicios y vivienda. Las guerras, de alta, mediana y bajaintensidad, se han promovido en Asia y África, en lugares como Siria, Yemen, Libia, Malí, Filipinas, Sudán, Sudán del Sur, Irak, Afganistán, Sin kiang, República Democrática del Congo, Cachemira, Myanmar, Indonesia, Bougainville, Papúa-Nueva Guinea, Somalia, Ogadén, la India y Pakistán, República Centroafricana y en Europa en Ucrania oriental. Es una manera de reducir la población, la biopolítica foucaultiana.Aparte el negocio de las armas es inmenso y los hace tangible Estados Unidos al vender millones de dólares a la monarquía medieval de Arabia Saudita.

La salud ha demostrado mundialmente puntos ostensiblemente débiles. En Europa se ha expresado palmariamente en Italia, España, Bélgica, Reino Unido y Francia, en Estados Unidos, Rusia, Brasil e Irán también han mostrado unas instalaciones sanitarias insuficientes.

La alimentación tiene mucho que ver con factores de riegos para la salud, Además de las drogas, el tabaquismo, el alcoholismo y otras enfermedades adictivas, una ingesta alimentaria rica en grasas basadas en proteínas animales acelera las enfermedades coronarias y circulatorias. El consumo vegetarianoes una opción porque además de evitar la muerte y sufrimientos de muchos seres alter humanos, está probado que el ganado de diversos tipos es uno de los principales causantes del efecto invernadero.

Muy pocos países tienen una población con altos niveles de vida. Pudiésemos decir que Finlandia, Noruega, Suecia, Islandia, Irlanda, Dinamarca, Suiza, Estonia, Países Bajos, Luxemburgo, Australia y Nueva Zelanda, se encuentran en esta exclusiva lista de progreso. Luego hay algunos de desarrollo sostenido que no poseen un ser humano en plenitud de sus derechos. Estados Unidos, Canadá, Singapur, Taiwán, Corea del Sur, Francia, el Reino Unido, Italia, Bélgica y China están subsumidos en este rubro.
El resto de la humanidad se encuentra asediado por el hambre, la pobreza y la desigualdad.

El cambio climático es otra expresión de la concepción deformada de la vida implantada por el poder en el mundo. Las temperaturas crecieron de manera apodíctica como lo demuestran los descomunales incendios en la Amazonia, en la República Democrática del Congo y en Australia. Los tratados internacionales suscritos (Copenhague y París) no los firmaron los países más comprometidos con el clima, Estados Unidos, China y Rusia. Jefes de Estado como Trump y Bolsonaro así como Putin y Jin Ping, hablan de exageración en lo atinente al clima como si no hubiese alteraciones. Se ha arado en el mar buscando soluciones porque predomina el interés de la rentabilidad de la inversión por encima de sus secuelas ambientales.

Hay analistas preocupados porque luego de superar la pandemia el mundo puede quedar a la deriva al no haber acuerdo entre Estados Unidos, China y Europa. Más bien Washington ha arreciado su guerra comercial con el gigante asiático mientras éste colabora con el viejo continente. Con el ensimismamiento americano la coyuntura puede asemejarse a la existente entre las dos guerras mundiales. La primera fue resuelta con el Tratado de Versalles, un desastre por las sanciones desequilibradas impuestas a Alemania y efectivamente hubo la reacción tedesca ocasionando la nueva confrontación.

Sin embargo, luego de la derrota alemana y japonesa, el capitalismo mundial comprendió que si se cuidaban los números macroeconómicos podrían mantener la paz y así fue porque la guerra fría no culminó en ningún desastre con todo y sus conflictos. Se creó en Bretton Wood el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y hacia el futuro la Organización Mundial de Comercio, organismos reguladores de la economía internacional con la finalidad de hacer los ajustes necesarios en determinadas circunstancias, para mantener el statu quo..
   
En síntesis, si no se cambia el rumbo del modelo civilizatorio el planeta marcha hacia su desaparición porque la estructura de dominación se encuentra dirigida por irresponsables y verdaderos sociópatas con fines inconfesables y factores internacionales de poder apostando a la misma orientación. El planeta ha sucumbido ante tantas aberraciones donde el ser humano deja de ser el fin último de cualquier actividad económica y social. Los grandes polos del poder, radicados en Estados Unidos, China, Europa, Japón y compañía, se dirigen hacia un precipicio y hasta ahora nadie los detiene. La Entropía, la segunda ley de la Termodinámica, se está cumpliendo a cabalidad pues la energía disipada nunca se va a recuperar. La disyuntiva es, parafraseando al mayo francés, cambio o barbarie. Habrá de hacer una pica en Flandes para iniciar la recuperación de la Tierra de manos aberrantes.