Diario El País, Madrid
En una semana en que los futuros del petróleo cayeron por debajo de cero, los venezolanos están pagando más que nunca por la gasolina, ya que la extrema escasez alimenta un mercado negro en auge.
La crisis ahora se ha extendido a la capital, Caracas, donde los conductores con prioridad, como médicos y la policía, deben hacer cola desde las 3 de la madrugada para tener la oportunidad de comprar gasolina altamente subsidiada en una de las pocas estaciones de servicio que aún están abiertas. En un buen día, podrán obtener 20 litros después de una espera de 10 horas, ni siquiera lo suficiente para llenar medio depósito de la mayoría de los autos compactos. A menudo no hay suficiente para todos, y hasta las ambulancias quedan marginadas por la escasez. Todos los demás acuden a un mercado negro que, en repetidos casos, está dirigido por los mismos militares encargados de salvaguardar las valiosas existencias para los trabajadores esenciales. En un barrio de clase trabajadora en San Cristóbal, cerca de la frontera con Colombia, un residente describió escenas de miembros de la Guardia Nacional que llegaban en camionetas para entregar gasolina a cerca de 2,50 dólares por litro. Hace unas semanas, el precio era aproximadamente de 1,50 dólares por litro y, durante años anteriores, no se pagaba esencialmente nada. [La gasolina venezolana ha pasado así en la práctica de ser la más barata a la más cara del mundo o a ser a la vez la más barata, al precio oficial, y la más cara, en el mercado negro].
En una semana en que los futuros del petróleo cayeron por debajo de cero, los venezolanos están pagando más que nunca por la gasolina, ya que la extrema escasez alimenta un mercado negro en auge.
La crisis ahora se ha extendido a la capital, Caracas, donde los conductores con prioridad, como médicos y la policía, deben hacer cola desde las 3 de la madrugada para tener la oportunidad de comprar gasolina altamente subsidiada en una de las pocas estaciones de servicio que aún están abiertas. En un buen día, podrán obtener 20 litros después de una espera de 10 horas, ni siquiera lo suficiente para llenar medio depósito de la mayoría de los autos compactos. A menudo no hay suficiente para todos, y hasta las ambulancias quedan marginadas por la escasez. Todos los demás acuden a un mercado negro que, en repetidos casos, está dirigido por los mismos militares encargados de salvaguardar las valiosas existencias para los trabajadores esenciales. En un barrio de clase trabajadora en San Cristóbal, cerca de la frontera con Colombia, un residente describió escenas de miembros de la Guardia Nacional que llegaban en camionetas para entregar gasolina a cerca de 2,50 dólares por litro. Hace unas semanas, el precio era aproximadamente de 1,50 dólares por litro y, durante años anteriores, no se pagaba esencialmente nada. [La gasolina venezolana ha pasado así en la práctica de ser la más barata a la más cara del mundo o a ser a la vez la más barata, al precio oficial, y la más cara, en el mercado negro].
Según Domingo Rosales, dueño de una cafetería en San Cristóbal, si se tiene suficiente dinero o si amigos en el ejército o el Gobierno, no habrá ningún problema para obtener gasolina. De lo contrario, hay que sufrir. El aumento de los precios se debe al colapso de los futuros del petróleo a nivel mundial por las cuarentenas que han socavado toda la demanda, dejando a países desde Estados Unidos hasta Rusia llenos de petróleo no deseado. Los futuros del crudo en Nueva York para entrega en mayo cayeron por debajo de cero por primera vez el 20 de abril.
Mala gestión y corrupción
Durante los últimos siete años, Venezuela se ha mantenido en una larga caída hacia el colapso, con residentes que se han enfrentado a una infinidad de indignidades en su vida diaria, desde robos de tumbas hasta recibir prescripciones de medicamentos para mascotas. De todas maneras, quedarse sin gasolina en un país rico en petróleo es un golpe doloroso, tanto financiera como psicológicamente. Hace una década, el petróleo era la potencia tras las ambiciones del entonces presidente Hugo Chávez para transformar su nación en el contrapeso socialista al capitalismo estadounidense. Venezuela tiene las mayores reservas de crudo del mundo.
La escasez se debe a una combinación de factores, incluida la mala gestión y la corrupción en la estatal petrolera PDVSA. Pero el verdadero golpe vino con las sanciones de Estados Unidos a partir de 2019 que impiden que Venezuela exporte su crudo o importe productos derivados. A medida que la escasez empeoró, el Gobierno entregó el control de las estaciones de servicio a los militares el mes pasado. En las gasolineras, el precio oficial subsidiado sigue siendo tan cercano a cero que a menudo regalan combustible a cambio de galletas en lugar de efectivo.
Eso crea la oportunidad de obtener ganancias vendiendo en el mercado negro con grandes márgenes. Daniel Guerra, un taxista de 31 años, conducía por un área remota de Caracas cuando vio a un grupo de adolescentes vendiendo gasolina en la calle. Comentó que tenían un recipiente de plástico y sin pensarlo dos veces les pagó 10 dólares. La semana pasada, un residente de un barrio de clase alta de Caracas fue arrestado por construir una gasolinera clandestina y surtidores en el patio en su casa. La policía incautó unos 3.000 litros de combustible y el propietario se enfrenta a cargos por contrabando.
No hay nuevos cargamentos
El cargamento de gasolina importada más reciente llegó a finales de febrero, según personas con conocimiento de la situación y datos de seguimiento de embarcaciones recabados por Bloomberg. No han llegado nuevos barcos desde entonces, aunque Irán está considerando enviar cargamentos, según personas familiarizadas con el asunto. Si el país no recibe otra carga pronto, la crisis de la gasolina se extenderá más allá de sus límites actuales en las próximas semanas, según indicó Joel Guedes, director de la consultora IPD Latin America LLC. PDVSA, que posee uno de los complejos de refinerías más grandes del hemisferio occidental, no ha producido una gota de gasolina terminada desde noviembre de 2019, indicó Guedes.
Algunos conductores, sin saber si podrán encontrar más gasolina o si la nación se quedará sin combustible, han comenzado a acumular existencias en cualquier lugar que puedan. Larry Orellán, un taxista de moto de 33 años, dijo que su padre tiene gasolina almacenada en el tanque de una camioneta averiada, y está pensando en usar una motobicicleta dañada que tiene en casa para hacer lo mismo. (Venezuela está llena de autos, camiones y motocicletas inutilizables porque la dolarización ha traído como consecuencia que la mayoría de las personas no pueden permitirse comprar repuestos para su reparación).
El almacenamiento de combustible está dando lugar a otros problemas. Hace menos de dos semanas, un edificio de apartamentos en Caracas se incendió y destruyó más de 30 autos en el estacionamiento subterráneo después de que explotaran bidones de combustible en el sótano, según informes de medios de comunicación locales. Freddy, repartidor de una gran cadena de farmacias que prefirió no dar su apellido, dijo que la única forma en que puede llenar el tanque de su motocicleta es pagando a un soldado que vigila una estación de servicio cerca de su casa alrededor de 2 dólares por litro. Freddy dice que si no trabaja, no puede comprar comida para su familia.
[Tomado de https://costadelsolfm.org/2020/04/25/la-gasolina-de-venezuela-pasa-de-ser-la-mas-barata-a-la-mas-cara-del-planeta.]
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