Peter Gelderloos
Si la respuesta de los
capitalistas verdes al cambio climático solo le echará más leña al fuego, y si el
gobierno a escala mundial es incapaz de resolver el problema, como ya lo he
argumentado en artículos previos, ¿cómo los anarquistas sugerirían
reorganizar la sociedad para poder disminuir la cantidad de gases invernaderos
en la atmósfera, y sobrevivir a un mundo que ya ha cambiado?
No hay una sola posición
anarquista, y muchos anarquistas se niegan a ofrecer cualquier tipo de
propuesta argumentando que si la sociedad se libera del Estado y el capitalismo,
esta cambiará orgánicamente, y no de acuerdo a un anteproyecto. Además, la
actitud policial, de ver el mundo desde arriba e imponer cambios es inextricable
a la cultura que es responsable de destruir el planeta y oprimir a sus habitantes.
Sin embargo, quiero bosquejar una
posible manera de cómo podríamos organizar nuestras vidas, no dando una
propuesta concreta, sino porque las visiones nos hacen más fuertes, y todos
nosotros necesitamos el coraje para romper de una vez por todas con las instituciones
existentes y las soluciones falsas que ofrecen.
Siguiendo los propósitos de este texto,
no voy a entrar a ninguno de los importantes debates con respecto a ideales
niveles apropiados de tecnología, escala, organización, coordinación, y
formalización. Voy a describir como una sociedad ecológica y antiautoritaria
podría manifestarse, fluyendo desde la complejidad social del momento presente.
Por razones de simplicidad, tampoco entraré en el debate científico sobre qué
es y qué no es sostenible. Esos debates y la información que presentan son
accesibles extensamente para quienes quieran hacer su propia investigación.
Baso la descripción de este
posible futuro mundo en lo que es físicamente necesario y lo que es éticamente
deseable, en concordancia con las siguientes premisas.
•La extracción de combustibles fósiles
y su consumo deben detenerse por completo.
•La producción de comida industrial
debe ser reemplazada por la cosecha sostenible de comida al nivel local.
•Estructuras centralizadas de
poder son inherentemente explotadoras del medio ambiente y opresivas hacia la
gente.
•La mentalidad de valor cuantitativo,
acumulación, producción, y consumación o mejor dicho, la mentalidad del mercado
libre es inherentemente explotadora del medio ambiente y opresiva hacia la
gente.
•La
ciencia médica esta infundida con un odio del cuerpo humano, y aunque haya
perfeccionado respuestas efectivas a nuestros síntomas, es dañina para nuestra
salud de la manera en que es practicada actualmente.
•La descentralización, la
asociación voluntaria, la auto-organización, el apoyo mutuo, y la no-coerción
son viables y han funcionado, dentro y fuera de la civilización occidental,
innumerables veces.
Bienvenidos al futuro. Nadie
hubiera pensado que la sociedad global sería de esta manera. Su característica
más definitiva es su heterogeneidad. Algunas ciudades han sido abandonadas, árboles
crecen a través de sus avenidas, ríos fluyen donde antes el asfalto cubría la tierra,
y los rascacielos se desmoronan mientras ciervos pastan en sus cimientos.
Otras ciudades prosperan, pero
han cambiado hasta volverse irreconocibles. Techos, lotes baldíos, y veredas
han sido convertidas en huertas. Árboles de frutas y nueces forman hileras en
cada cuadra. Gallos cantan cada amanecer. Alrededorde un décimo de las calles las
mas grandes vías permanecen pavimentadas o empedradas, y buses funcionando con
biodiésel las recorren con frecuencia. Otras calles han sido ampliamente invadidas
por jardines y huertas, aunque ciclovías recorren en el centro de estas. Los
únicos edificios que tienen electricidad las veinticuatro horas al día son las
plantas de tratamiento de agua, los hospitales, y las estaciones de radio. Los
teatros y los edificios comunitarios obtienen energía hasta tarde en rotación,
para que puedan quedarse abiertos para noches de cine u otros eventos. Todo el
mundo tiene velas y lámparas a cuerda, así que siempre hay alguna luz en muchas
ventanas hasta tarde. Pero no es nada parecido a como era antes; en la noche se
pueden ver las estrellas en el cielo, y los niños quedan boquiabiertos cuando
los mayores les dicen como la gente había abandonado ese placer.
La electricidad es producida por una
red de plantas de energía que queman desperdicios agrarios (como mazorcas de
maíz por ejemplo) y biocombustibles, y a través de una cantidad reducida de
eólicas y paneles solares. Pero la ciudad funciona con solo una fracción de lo
que usaba previamente. La gente calienta y enfría sus hogares por medio de un
diseño solar y eficiente, sin electricidad alguna. En las regiones mas frías,
la gente complementa esto en el invierno con la quema de combustibles renovables,
pero las casas están bien aisladas y los hornos están diseñados con la máxima
eficiencia, así que no se necesita mucho. La gente también cocina con hornos a
base de combustible, o en climas más templados con hornos solares. Algunas
ciudades que utilizan más electricidad para la industria manufacturera y para
mantener formas de generación de electricidad renovables (solar, eólica, y energía
de la marea) también cocinan con electricidad. Muchos edificios tiene una lavadora
colectiva, pero todas las prendas se secan a la antigua: en una cuerda.
Nadie tiene un refrigerador aunque
cada edificio o piso tiene un congelador comunal. La gente aprovisiona
alimentos perecederos como yogurts, huevos, y vegetales en una nevera portátil
o en el sótano, y comen alimentos frescos o los enlatan. La gente cosecha la
mitad de lo que consume en las huertas de su cuadra. Casi todos alimentos que
consumen son cosechados a veinte millas de donde viven. Ningún alimento es
genéticamente modificado o producido con químicos, y todos son producidos por su
sabor y nutrición, no por su perennidad y facilidad de transporte. En otras
palabras, todos los alimentos saben mejor, y la gente es mucho más saludable. Enfermedades
cardiacas, diabetes, y cáncer, algunos de los más grandes asesinos de la
sociedad capitalista, se han desvanecido. Los súper virus, creados durante el
capitalismo, que mataron a millones de personas durante el colapso, han
desaparecido por la mayor parte, y el uso de antibióticos ha casi terminado, la
gente vive en condiciones más sanas globalmente y tienen sistemas inmunes más fuertes,
y los viajes globales no son ni tan frecuentes ni tan acelerados. La gente también
tiene una mucha mayor conciencia con respecto al medio ambiente y una conexión
personal con la bioregión porque se alimentan de lo que se produce en temporada
y lo que se cosecha localmente, y también porque son ellos mismos quien lo
cosechan.
Cada hogar tiene un inodoro de
abono y un fregadero, pero no hay desagüe. Se ha vuelto un tipo de regla
sobreentendida alrededor del mundo que cada comunidad debe tomar
responsabilidad de sus propios desperdicios. Deshacerse de desperdicios con la
corriente de un río se ha vuelto el tabú más grande. Las relativamente pocas
fábricas que quedan usan fungí y microbios en grandes terrenos forestales
alrededor de las zonas industriales para remediar cualquier contaminante que
produzcan. Los barrios convierten sus desperdicios en compost o combustible. La
cantidad de agua es limitada, por lo tanto los edificios están equipados con
atrapa-lluvias para las huertas. Los hogares que exceden por mucho la cuota recomendada
del uso del agua son públicamente abochornados. La cuota recomendada no es impuesta;
es simplemente una sugerencia distribuida por quienes trabajan en el sindicato
de agua, basada en la cantidad de agua que la ciudad está permitida de desviar de
la fuente principal, y en concuerdo con todas las comunidades que comparten la
fuente.
En la mayoría de ciudades, la
gente organiza asambleas periódicas para el mantenimiento de huertas, vías, calles,
edificios, organizar guarderías, y mediar disputas. La gente también participa
en reuniones con cualquier sindicato o proyecto de infraestructura al cual quieren
dedicar su tiempo. Estos pueden incluir al sindicato de agua, el sindicato de transporte,
el sindicato de electricidad, el hospital, la unión de constructores, la unión
de enfermeros (la mayoría de la atención médica es realizada por herboristas, naturistas,
homeópatas, acupunturistas, masajistas, parteras, yotros especialistas que visitan
los hogares),o fábricas. La mayoría de estas organizaciones están
descentralizadas al máximo, confiando a individuos y pequeños grupos de trabajo
en cómo hacer su trabajo, aunque cuando es necesario se coordina a través de reuniones
que usualmente funcionan como asambleas abiertas usando consenso, con una
preferencia por compartir perspectivas e información sin tomar decisiones
siempre y cuando sea posible. Algunas veces, reuniones inter-regionales (como
por ejemplo la reunión de comunidades que comparten la fuente de agua) son
organizadas con una estructura de delegaciones, aunque las reuniones siempre
están abiertas a todo el mundo, y siempre buscan el llegar a decisiones que
satisfagan a todos ya que no hay instituciones coercitivas y cualquier tipo de
coerción es desaprobada por tratar de “traer de vuelta los viejos tiempos”.
Como el poder está siempre localizado
en la medida que es posible, la gran mayoría de decisiones es tomada por
individuos o grupos pequeños que comparten afinidad y trabajan juntos regularmente.
Una vez que no hay énfasis para controlar y acumular poder, en imponer
homogeneidad o la singularidad de resultados, la gente descubre que la mayor parte
de la coordinación puede ocurrir orgánicamente, con
gente diferente tomando diferentes decisiones y resolviendo por sí mismos
como reconciliar sus decisiones con las de los demás.
Aunque las sociedades de hoy
están estructuradas para crear sentimientos de comunidad y mutualidad, existe también
espacio para la privacidad y la soledad. Muchos barrios tiene cocinas comunales
y comedores, pero la gente puede y a menudo cocina y come por sí mismos, cuando
les da la gana. Algunas sociedades tienen duchas públicas, y otros no,
dependiendo de diferencias culturales. La forzada comunalización de experimentos
pasados en utopías socialistas está ausente en este mundo. La propiedad privada
ha sido abolida en el sentido clásico de los medios de producción que la gente
necesita para su supervivencia, pero cualquiera puede tener cuantos objetos
personales puedan conseguir ropa, juguetes, reservas de caramelos u otros
manjares, una bicicleta, etc.
Mientras más pequeña la
comunidad, la probabilidad es mayor de que opere con una economía de regalo,
cualquier cosa que no se uses lo das como regalo, reafirmando tus lazos
sociales y aumentado la cantidad de objetos en circulación, la cual es tal vez la
economía más común y de más larga trayectoria en la historia del ser humano. Más
allá del nivel barrial, o cuando se trata de objetos raros o que no son
producidos localmente, la gente puede comerciar. Los sindicatos de algunas ciudades
pueden utilizar un sistema de cupones para la distribución de cosas que escasean
o de producción limitada. Si trabajas en el sindicato de electricidad, por ejemplo,
puedes obtener un número de cupones que luego puedes utilizar para conseguir
cosas de la fábrica de bicicletas o de algún granjero fuera de la ciudad.
Los artículos más comúnmente
producidos en las fábricas son bicicletas, herramientas de metal, ropa, papel,
equipo médico, biodiésel, y vidrio. Más común que la fábrica es el taller, en
el cual la gente fabrica cualquier tipo de cosas, con una calidad mayor y a un
ritmo más lento y digno (y saludable). Los talleres usualmente usan materiales reciclados
(después de todo, hay muchos antiguos centros comerciales llenos de cachivaches
y chatarra) y fabrican cosas como juguetes, instrumentos musicales, ropa,
libros, radios, generadores de electricidad, bicicletas, y partes de
automóviles.
El trabajo no es obligatorio, pero
casi todo el mundo trabaja. Cuando no tienen jefes y pueden hacer cosas que son
útiles, la gente tiende a disfrutar del trabajo. Aquellos que no contribuyen trabajando
de ninguna forma son a menudo despreciados o excluidos de los aspectos más
agradables de vivir en sociedad, pero nunca es considerado aceptable el negar a
alguien comida o tratamiento médico. Porque no ayudan a sus prójimos, es poco
probable que consigan buenas comidas, consultas médicas, masajes, o acupuntura
a menos que tengan un problema específico, pero nunca se les dejará morir de
hambre. Es una pequeña carga de recursos para la comunidad, pero nada comparado
con el parasitismo de jefes, políticos, y fuerzas policiales del pasado.
No hay más policías. Generalmente,
la gente está armada y entrenada en defensa propia, y la vida de todos incluye
actividades que incentivan sentimientos colectivos o comunales de interés
propio. La gente depende de la cooperación y el apoyo mutuo para sobrevivir y ser
felices, así que aquellos que dañan sus lazos sociales se insolan y se hacen
daño. La gente peleó por derrocar a sus opresores. Derrotaron a la policía y
las fuerzas armadas de las clases dirigentes, y recuerdan esta victoria. El imperativo
de nunca volver a ser gobernados forma una gran parte de su identidad hoy en
día. No serán intimidados por el ocasional psicópata o pandillas de mafiosos.
En poco tiempo, la ciudad ha
logrado una desdeñable huella ambiental. Una alta densidad de gente vive en una
área determinada, que sin embargo contiene gran diversidad, con muchas especies
de plantas y animales cohabitando la ciudad. No producen polución que no remedien
ellos mismos. Toman agua de manantial, pero mucho menos que en una ciudad
capitalista, y en acuerdo con otras comunidades que usan esa misma fuente. Botan
gases de invernadero a través de la quema de combustible, pero la cantidad es
menor a la que absorben de la atmósfera por medio de su propia agricultura (pues
todos sus combustibles son de origen agrario, y el dióxido de carbono que botan
es el mismo que esas plantas removieron de la atmósfera mientras crecían). Casi
toda la comida es local y producida sosteniblemente. Existe una pequeña
cantidad de producción industrial, pero gran parte de esta usa materiales
reciclados.
Afuera de la ciudad, el mundo ha
cambiado mucho más. Desiertos, selvas, regiones montañosas, pantanos, tundras,
y otras áreas que no pueden sosteniblemente soportar altas poblaciones humanas han
regresado a su estado natural. Ningún tipo de programa gubernamental fue
necesario para crear reservas naturales; simplemente no valía la pena quedarse
en esos lugares cuando la producción de combustibles fósiles se detuvo. Muchas
de estas áreas han sido reclamadas por sus habitantes indígenas originarios. En
muchas de estas, la gente vive como cazadores-recolectores, llevando a cabo la
más inteligente forma de economía posible en esa bioregión y tornando la noción
convencional de lo que es futurístico de cabeza.
Algunas comunidades rurales son
autosuficientes, sustentadas con la agricultura y la ganadería, o más intencionalmente
con la permacultura. Mucha gente que dejó las ciudades durante el colapso formó
estas comunas, y son más felices y sanos que durante el capitalismo. Algunas de
las comunidades permaculturales son compuestas de unidades familiares mas tradicionales,
con cada familia ocupada de uno o dos acres de tierra, extendidos en una
distribución homogénea sobre un vasto territorio. Otras constan de un núcleo
densamente poblado, con cientos de habitantes viviendo en doce acres de campos
intensamente cultivados, rodeados por árboles frutales y prados con frutas,
nueces, y ganado, rodeados a su vez por un anillo de bosques naturales que
sirven de amortiguador ecológico, y como espacio para la ocasional tala de
árboles, y la caza de animales. Estas comunidades rurales son casi
completamente autosuficientes; tienen una relación sostenible con la tierra,
fomentan una alta biodiversidad, y su emisión de gases de efecto invernadero
netamente equivale a cero.
Las comunidades rurales en los estrechos
radios de las ciudades llevan a cabo una agricultura intensa, ayudada por algunos
productos manufactureros, enlazando una relación simbiótica con sus vecinos
urbanos. Cada semana, utilizando carruajes o camionetas biodiésel, traen comida
y biocombustibles hacia un barrio específico de la ciudad, y se llevan de vuelta
compost (la mayoría proveniente de inodoros ya que los restos de comida sirven
para alimentar a las aves urbanas).Con este nutritivo compost, vidrio para invernaderos,
herramientas de metal, y el ocasional tractor o arado mecánico compartido entre
varios minifundios, se puede producir altos rendimientos todo el año sin
destruir la tierra ni dependiendo en químicos o carburantes fósiles. Usan la
siembra intercalada y otros métodos derivados de la permacultura para preservar
el estado saludable de la tierra y evitar las pestes. Las granjas están dotadas
de árboles fruteros y pequeños bosques; así que hay una gran biodiversidad,
incluyendo gran cantidad de aves que se alimentan de insectos. Ya que no
practican el monocultivo, las pestes y las enfermedades no se expanden tan
incontrolablemente como en la agricultura capitalista. El uso de plantas
nativas, diferentes especies, la protección del suelo, y la preservación de
bosques también mitigan el impacto de las sequías y el clima extremo causado por
el cambio climático.
Todavía existe una cantidad
aceptable de transporte entre bioregiones. Las ciudades están conectadas por medio
de trenes biodiésel, y la gente cruza regularmente los océanos en barcos que
funcionan por medio de energía eólica. Una cantidad definida de comercio interregional
funciona de esta manera, pero el transporte interregional principalmente sirve
para permitir el movimiento de gente, ideas e identidades. La gente es menos
móvil que en los últimos días del capitalismo, pero por otro lado, no tienen
que preocuparse por seguir los caprichos de la economía que los obligaba a
partir en busca de trabajo. Las bioregiones son casi completamente autosuficientes
económicamente, y la gente encuentra el sustento necesario. Si quieren partir
es porque quieren viajar para ver el mundo, y son libres de hacerlos porque las
fronteras dejaron de existir.
La comunicación alarga distancia funciona
principalmente a través de la radio. La mayoría de comunidades urbanas y semi-urbanas
tiene teléfono e internet. La producción altamente tóxica de computadores ha
casi terminado, pero algunas pocas ciudades usan métodos innovadores y más
limpios para manufacturar computadores en una escala mínima y más lentamente. Sin
embargo, existen suficientes repuestos en circulación que la mayoría de
vecindades pueden mantener algunas computadores funcionando si así lo desean. Mucha
gente rural vive lo suficientemente cerca de una ciudad para tener acceso a
estas formas de comunicación de vez en cuando. Todavía se reciben noticias de todo
el mundo, y se continúa a cultivar una identidad que es parcialmente global.
La base económica de la sociedad
se ha diversificado bastante en cada comunidad lingüística. En otras palabras, alguien
puede vivir en una comuna agrícolacon un nivel de tecnología muy similar al de la
sociedad occidental en el siglo diecinueve, pero a proximidad existe un bosque
habitado por cazadores-recolectores, y algunas veces al año van a una ciudad
organizada por sindicatos y asambleas, donde hay electricidad, buses, una
estación de tren o un puerto, donde se puede ver películas o leer el blog de
alguien al otro lado del planeta. Imágenes y noticias de alrededor del mundo
pasan por cada comuna regularmente. Se habla el mismo idioma y se comparte una
cultura e historia similar con estas comunidades que de lo contrario serían tan
diferentes .Un efecto de esto es que una exclusiva identidad insular que podría
traer problemas, entre estos la regeneración potencial de comportamientos
dominadores e imperialistas, es constantemente balanceada por el crecimiento de
una identidad global y la mezcla con miembros tan diferentes de una comunidad
amplia. En realidad, ya que la mayoría de comunidades lingüísticas se extienden
mucho más allá de una bioregión y ya que la gente disfruta de una movilidad
social sin precedentes, existe una circulación sin fin de gente entre estas
diferentes comunidades; cada individuo decide, cuando llegan a una cierta edad,
si quieren vivir en la ciudad, el campo, o los bosques. No solamente las fronteras
no existen entre naciones artificialmente construidas; las fronteras sociales
tampoco detienen el movimiento entre diferentes categorías identitarias y
culturales.
Para la gente mayor, esta forma
de vida se asemeja al paraíso, mezclado con los sombríos detalles de la realidad
conflictos, trabajo duro, desamores, y drama banal. Los jóvenes simplemente
piensan que este tipo de vida es resultado de sentido común.
Y cada año, el mundo se cura una
poco más de los estragos causados por el capitalismo industrial. Nuevas áreas
se vuelven silvestres y la cantidad de bosques y humedales aumenta, mientras
que áreas altamente pobladas se vuelven ecosistemas saludables gracias a la jardinería,
la permacultura, y la eliminación de autos. Los niveles de gases de efecto invernadero
se reducen lentamente, por primera vez en décadas; el carbono vuelve a los
suelos, a los bosques y humedales, a nuevas áreas urbanas verdes; y la quema de
combustibles se detiene. Más de un tercio de las especies en el planeta se
extinguieron antes de que la gente cambie su manera de vivir, pero ahora que la
pérdida de hábitat se reversa, muchas especies regresan a proliferar. Mientras
la humanidad no olvide la lección más difícil que haya aprendido, en algunos
millones de años, la biodiversidad del planeta será tan grande como siempre lo
fue.
Una vida digna ha reemplazado el
lucro como el nuevo barómetro social, y en un golpe a todos los ingenieros del planeamiento
social, todo el mundo puede hacer sus propias medidas, y determinar por sí mismos
como lograrlo. La gente ha recuperado la habilidad de alimentarse y alojarse
por sí mismos, y las comunidades individuales han mostrado que ellas son las
que se encuentran mejor situadas para diseñar un modo de sostenibilidad
adaptado a condiciones locales y los varios cambios resultado del calentamiento
global. Era sentido común. La sola solución que todos los que se beneficiaban
del cambio climático nunca hubieran discutido era la única que podía funcionar.
Durante un largo tiempo, la gente no creía a quienes advertían sobre el cambio climático,
sobre el colapso ecológico, y otros problemas creados por el Estado y el Capital;
los mismos que clamaban soluciones radicales. Al final, vieron que la mejor
decisión que hayan tomado en sus vidas fuera la de parar de confiar en aquellos
en el poder, los responsables de todos esos problemas, y en vez de ello
comenzar a confiar en sí mismos, y aventarse.
°
- ° - ° - ° - °
A esos lectores que dudan la
posibilidad de esta visión, pueden echarle un vistazo a Campos, Fábricas, y
Talleres de Piotr Kropotkin, donde científicamente se muestra una
proposición similar, hace ya más de cien años. También pueden revisar cómo la tierra
nativa donde viven fue organizada antes de la colonización. De donde yo vengo,
la Confederación Powhatan mantuvo la paz y coordinó el comercio entre varias naciones
en el sur de la Bahía Chesapeake. Al norte, los Haudensaunne mantuvieron la paz
entre cinco, y luego seis naciones, por cientos de años. Ambos grupos
soportaron una alta densidad de población mediante la horticultura intensiva y pescando
sin degradar el medio ambiente. Donde ahora vivo, en Barcelona, los trabajadores
tomaron la ciudad y las fábricas y manejaron todo por sí mismos en 1936. Y en
donde estoy escribiendo este artículo, en Seattle, hubo una huelga general de
un mes en1919, y los trabajadores también se probaron capaces de organizarse y mantener
la paz. No es un sueño. Es una posibilidad inminente, pero solamente si tenemos
el coraje de creer en ella.
[Texto publicado originalmente en
https://www.asociaciongerminal.org/wp-content/uploads/2020/03/Una-soluci%C3%B3n-anarquista-al-calentamiento-global-Peter-Gelderloos.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.